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No hubo catástrofe electoral

¿Quién hablaba de catástrofe? Todos, especialmente el gobierno que no lo decía pero lo pensaba y lo creía. Estaban muertos de susto, y ahora lo confiesan. Álvaro Elizalde lo ha dicho claramente: “Todos los vaticinios que se habían hecho respecto de un eventual desfonde o una debacle del progresismo, no acontecieron.” Y la verdad es que el gobierno se creía perdido, ya veía a Boric defenestrado y a un facho como nuevo presidente. ¿Y por qué creían eso? Pues porque leen el Mercurio, qué otra cosa van a leer si no hay otra prensa en Chile. Los diarios o páginas internéticas no las leen porque no les gustan las críticas y ni siquiera las propuestas razonables. Y el susto es muy mal consejero y les recomendó virar hacia la derecha para tener algún amigo. Y nunca hablan de pueblo ni le hablan al pueblo, porque eso es de mal gusto. Y al gobierno no le fue tan mal pero tampoco muy bien, porque perdieron las alcaldías de Santiago centro, de Ñuñoa y varias otras, pero al lado de la calamidad que esperaban, esos son pelos de la cola.

Caldo de Cabeza

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El Golpe a la Democracia

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Cuentos: Allende y la UP

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Caldo de Choros/Delincuencia

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CRIMINAL MINDS

Como la delincuencia se ha convertido en un tema relevante para los chilenos por razones obvias, es que decidimos escribir sobre delincuentes: los de ahora y los de siempre. Quizás deberíamos titular esta sección “Delincuentes Chilenos Célebres” o algo por el estilo, y por qué no: asesinos y criminales. Les hablaremos una historia conocida de dos delincuentes, un parcito que hizo historia y sus consecuencias aún las padecemos. En éstos días, el Comité de Defensa del Estado espera poder acceder a la apertura del testamento de la veterana delincuente a ver si los Chilenos logramos rescatar algo del botín.

Arte y Cultura, Sopa de Letras/Cultura, Zona Gourmet/Destacados

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Señores de la guerra

Bob Dylan fue un ícono de la contracultura norteamericana, con profundas y afiladas líricas en apasionadas canciones. Por su vigencia y belleza, te presentamos aquí una de sus obras: Señores de la guerra (Masters of War).

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«EL BELLO ANTONIO», DE ROLANDO ROJO

La narrativa, como umbral de mundos por habitar, es un espacio en el cual el anfitrión y los invitados forman parte fundamental de la experiencia, no solo testimonial, sino por sobre todo vivificante y cuestionadora que se abre ante ellos. Entonces el lenguaje, como instrumento de mediación y peaje, asume el riesgo de perfilar personajes y situaciones que no se agoten en la anécdota ni en la simple autorreferencia. En esa zona literaria y riesgosa por definición es que esta novela reivindica para sí la posibilidad de otorgarnos una experiencia no solo estética sino que por sobre todo profundamente humana, por medio de la cual somos capaces de experimentar el asombro como parte de nuestra propia identidad.

No hubo catástrofe electoral

¿Quién hablaba de catástrofe? Todos, especialmente el gobierno que no lo decía pero lo pensaba y lo creía. Estaban muertos de susto, y ahora lo confiesan. Álvaro Elizalde lo ha dicho claramente: “Todos los vaticinios que se habían hecho respecto de un eventual desfonde o una debacle del progresismo, no acontecieron.” Y la verdad es que el gobierno se creía perdido, ya veía a Boric defenestrado y a un facho como nuevo presidente. ¿Y por qué creían eso? Pues porque leen el Mercurio, qué otra cosa van a leer si no hay otra prensa en Chile. Los diarios o páginas internéticas no las leen porque no les gustan las críticas y ni siquiera las propuestas razonables. Y el susto es muy mal consejero y les recomendó virar hacia la derecha para tener algún amigo. Y nunca hablan de pueblo ni le hablan al pueblo, porque eso es de mal gusto. Y al gobierno no le fue tan mal pero tampoco muy bien, porque perdieron las alcaldías de Santiago centro, de Ñuñoa y varias otras, pero al lado de la calamidad que esperaban, esos son pelos de la cola.

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