VER MENU DESPLEGABLE: TEMAS 50 AƑOS DEL GOLPE

Durante los 17 aƱos que dura formalmente la Dictadura, se cometieron las peores atrocidades del Estado con su Pueblo: tortura, violaciones, secuestros,Ā  asesinatos, desapariciĆ³n, mentiras, robos, saqueo, corrupciĆ³n avalada por la Junta Militar, la Derecha Patronal y los civiles fascistas que la sostuvieron.
Presentamos una serie de documentos y testimonios: las nuevas generaciones deben saber lo que pasĆ³.
hemos restaurado las fotos, hemos recuperado el color y la alegrĆ­a de sus rostros: ellos somosĀ  nosotros.
El material expuesto se presenta aleatoriamente, sabemos que nunca seremos capaces de mostrar todo el horror y todas las historias pues Ć©stas superan nuestra capacidad de bĆŗsqueda, pero hemos hecho un honesto esfuerzo, es nuestro deber con quiĆ©nes ya no estĆ”n.
Que las imĆ”genes hablen…

Reinalda Pereira Plaza (Detenida Desaparecida)

Detenida desaparecida el 15 de diciembre de 1976

Reinalda del Carmen Pereira nace el 5 de mayo de 1947. Su padre, Luis Pereira Lobos, proviene de una familia humilde del pueblito de Viluco, al interior de Maipo, y su madre, Luzmira Plaza Medina, es de origen campesino. Reinalda, la Ćŗnica hija, es un niƱa muy serena que escuchaba a su padre -una imagen muy importante en su compromiso ideolĆ³gico- hablar de las injusticias y la explotaciĆ³n.

Cuando Reinalda tiene 4 o 5 aƱos, la familia migra a Santiago, pero el padre muere cuando ella aĆŗn es una niƱa. Su mamĆ” se esfuerza para que Reinalda, a pesar de su pobreza, tenga una buena educaciĆ³n, y ella responde al cometido, egresando a los 16 aƱos como la mejor alumna de humanidades del Liceo 11. Su situaciĆ³n econĆ³mica le impide estudiar Medicina e ingresa a TecnologĆ­a MĆ©dica, especializĆ”ndose en hematologĆ­a y transfusiĆ³n sanguĆ­nea. Al egresar de la universidad, en 1969, trabaja en la Escuela Dental y luego en el Hospital SĆ³tero del RĆ­o. Es militante del Partido Comunista, y en su trabajo se desempeƱa como delegada deĀ personal deĀ su especialidad; secretaria de la FederaciĆ³n de Profesionales y TĆ©cnicos de la Salud; y dirigente de la AsociaciĆ³n de TecnĆ³logos MĆ©dicos.

En julio de 1973, se casa con Max Santelices. Max era kinesiĆ³logo y, al igual que ella, trabajaba en el hospital. Siempre estaban juntos, casi no se separaban y pronto Reinalda espera un hijo. Sin embargo, pasara lo que pasara en su vida, Reinalda -con una sonrisa permanente en los labios, reservada y orgullosa- continĆŗa con sus labores profesionales. Para el golpe, Max y ella siguieron trabajando normalmente, pero el 29 de septiembre fueron detenidos en el hospital por soldados del Regimiento Ferrocarrilero de Puente Alto, junto a otros funcionarios. Estuvieron en el cuartel todo el dĆ­a, Reinalda fue liberada solo en la noche con el compromiso de firmar semanalmente. Max fue conducido al Estadio Nacional y liberado luego de algunos meses.

Reinalda concurriĆ³ todas las semanas a firmar al regimiento; al cabo de un aƱo decidiĆ³ no ir mĆ”s. VivĆ­a en semiclandestinidad; se cree que trabajaba de enlace para altos personeros del PC. En noviembre de 1973, es exonerada de su cargo en el hospital, pero no descansa hasta conseguir trabajo como secretaria en varias consultas mĆ©dicas, en breves reemplazos como tecnĆ³loga mĆ©dica. AdemĆ”s entrĆ³ al Inacap a estudiar dibujo tĆ©cnico.

Cuando es secuestrada y desaparece definitivamente, trabaja como auxiliar en un laboratorio particular, tiene 29 aƱos y se encuentra en su sexto mes de embarazo. Ese dĆ­a habĆ­a salido de su casa alrededor de las tres de la tarde a realizar diligencias por su embarazo. Su esposo, Max Santelices declarĆ³ ante la Corte de Apelaciones de Santiago que, segĆŗn los testimonios de vecinos, Reinalda fue detenida en la intersecciĆ³n de la calle Rodrigo de Araya con Exequiel FernĆ”ndez, y tomada a viva fuerza por dos sujetos, para luego ser introducida dentro de un automĆ³vil Peugeot azulino, el dĆ­a 15 de diciembre de 1976 a las 20:30 hrs.

 

Fuentes:

Todas Ć­bamos a ser reinas,Ā Codepu (1990)

Reinalda del Carmen, mi mamĆ” y yo, Lorena Giachino TorrĆ©nsĀ Ā (2007)

ā€œReinalda del Carmen Pereira Plazaā€, Memoria Viva (30 de junio 2014)

tomado de:
http://arqueologiadelaausencia.cl/archivos/reinalda-del-carmen-pereira-plaza/

Familia Salamanca Morales de La Legua

El 25 de enero de 1974, o antes, fueron detenidos los militantes del PC y hermanos de madre Gerardo Ismael RUBILAR MORALES, de 26 aƱos, empleado, y Ernesto Guillermo SALAMANCA MORALES, de 20 aƱos, estudiante universitario. Ambos habĆ­an sido detenidos despuĆ©s del 11 de septiembre de 1973 en los allanamientos efectuados en la poblaciĆ³n La Legua, donde vivĆ­an en esa Ć©poca, permaneciendo 23 dĆ­as en el Estadio Nacional.

La fecha de detenciĆ³n no ha podido precisarse pero debe ser el 25 de enero de 1974 o poco antes. Ese dĆ­a de la detenciĆ³n, casi a las doce de la noche, llegaron a la casa de sus padres en Lo Gallardo, cerca de la ciudad de San Antonio, los dos hermanos junto con aproximadamente 12 personas fuertemente armadas. Estos manifestaron que venĆ­an a tratar de liberar a los detenidos de Tejas Verdes. Los hermanos se veĆ­an nerviosos. A la maƱana siguiente se fueron. Sin embargo, algunos de los que habĆ­an traĆ­do a los hermanos, volvieron y detuvieron al padre de Ernesto Salamanca y a un hermano menor, los que fueron llevados a Tejas Verdes, siendo fuertemente torturados y liberados despuĆ©s de estar 42 dĆ­as desaparecidos.

Testimonios que a esta ComisiĆ³n le merecen fe, acreditan que Gerardo Rubilar y Ernesto Salamanca fueron llevados a Tejas Verdes donde se perdieron sus huellas.

Las declaraciones de varios testigos, la situaciĆ³n vivida por los familiares y la detenciĆ³n, tambiĆ©n en Tejas Verdes, de la novia de Gerardo Rubilar, le permiten a la ComisiĆ³n formarse convicciĆ³n de que los detenidos desaparecieron a manos de agentes de la DINA, en violaciĆ³n de sus derechos humanos, y que debe rechazarse la versiĆ³n entregada por la autoridad polĆ­tica de la Ć©poca, la cual sostuvo que los hermanos no se encontraban detenidos.

La DirecciĆ³n de Inteligencia Nacional (DINA), que comenzaba su accionar, diseĆ±Ć³ y llevĆ³ a cabo una operaciĆ³n, que consistiĆ³ en acercarse a militantes de izquierda y comprometerlos a tomar parte en una supuesta acciĆ³n de rescate de prisioneros polĆ­ticos recluidos en el campamento de prisioneros de Tejas Verdes, entre los que se encontraba un importante nĆŗmero de pobladores de La Legua. Los hermanos Gerardo Salamanca y Ernesto Rubilar fueron algunas de las vĆ­ctimas de este engaƱo.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Para llevar a cabo dicha operaciĆ³n, a mediados de diciembre los agentes de la DINA comenzaron a Ā«reclutarĀ», que en realidad era detener, a militantes del Partido Comunista y Partido Socialista del sector, a los que los agentes les decĆ­an que los llevaban a una Ā«escuela de guerrillasĀ» que tenĆ­an preparada.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Los aprehendidos eran trasladados en una camioneta blanca con frigorĆ­fico a la que llamaban Ā«La PalomaĀ», un Austin mini de color amarillo con rayas negras y dos camionetas Chevrolet. A cargo de las operaciones varios testigos lograron reconocer a Marcelo Moren Brito, secundado por otros dos agentes llamados Ā«AntonioĀ» y Ā«EstebanĀ» (Ć©ste Ćŗltimo con acento argentino). Los detenidos eran trasladados hasta el recinto de la DINA ubicado en calle Londres NĀŗ38.

 

Bernardo Lejderman y su cĆ³nyuge MarĆ­a Avalos CastaƱeda y el hijo de ambos, Ernesto Yoliztly, de menos de dos aƱos de edad.

En la madrugada del 8 de diciembre de 1973, una patrulla militar del Regimiento Ā«AricaĀ» de La Serena al mando de un oficial de apellido Polanco, conducidos por Luis Horacio RamĆ­rez quien habĆ­a sido detenido el dĆ­a anterior -irrumpiĆ³ en la Quebrada de Angostura, posesiĆ³n Los Perales, sector de Gualliguaica, comuna de VicuƱa, donde habĆ­an unas cuevas en las que se habĆ­a refugiado Bernardo Mario Lejderman Konujowska, su cĆ³nyuge MarĆ­a del Rosario Avalos CastaƱeda, (mexicana), y el hijo de ambos, Ernesto Yoliztly, de menos de dos aƱos de edad.

SegĆŗn lo relatĆ³ Luis Horacio RamĆ­rez ante el Tribunal, Ć©l fue detenido el 7 de diciembre de 1973 por efectivos del Regimiento Ā«AricaĀ», cuyo comandante era el teniente coronel Ariosto Lapostol. Se le interrogĆ³ sobre unas personas que estaban ocultas en Quebrada de Angostura y para las cuales el testigo habĆ­a conseguido ropa. Una vez obtenido los antecedentes, se formĆ³ un piquete integrado por unos 10 militares bajo el mando de unĀ oficial de apellido Polanco. TambiĆ©n iba un sargento de baja estatura, gordo, moreno y de unos 30 aƱos. Cuando se acercaron al lugar, los militares dejaron al testigo a unos mil metros del lugar, mientras ellos recorrĆ­an solos la distancia que los separaba de los hornos. Al poco rato, Luis RamĆ­rez sintiĆ³ disparos y luego llegĆ³ hasta Ć©l el Sargento, quien le dijo que tomara una pala y una picota para hacer una excavaciĆ³n. El militar lo llevĆ³ consigo y, a unos 150 metros de las cuevas, el testigo vio el cuerpo de la mujer (MarĆ­a del Rosario Avalos), el que tenĆ­a mucha sangre en el tĆ³rax. No vio al hombre. Cuando se retiraron del lugar, los uniformados llevaban en brazos al niƱo.

Al dĆ­a siguiente, acompaƱado por Modesto PastĆ©n (ya fallecido). Luis RamĆ­rez volviĆ³ al lugar, y, en una quebrada, donde existe una vertiente, encontrĆ³ el cadĆ”ver de Bernardo Lejderman. Estaba cubierto de sangre. Junto con Modesto PastĆ©n cavaron una fosa y enterraron los restos. Diecisiete aƱos despuĆ©s, el 1Ā°Ā de agosto de 1990, se exhumĆ³ el cuerpo.

El pequeƱo Ernesto Yoliztly fue llevado por los militares a la Casa de la Providencia de La Serena, en donde fue ingresado a solicitud del Jefe de Plaza e Intendente de la Provincia, Teniente Coronel Ariosto Lapostol. PermaneciĆ³ allĆ­ hasta el 8 de enero de 1974, fecha en que fue sacado para ser llevado a Buenos Aires, donde sus abuelos paternos.

A MarĆ­a del Rosario Avalos CastaƱeda, a travĆ©s de gestiones diplomĆ”ticas, se la exhumĆ³ en abril de 1974 y sus restos fueron trasladados al Cementerio General de Santiago. Oficialmente, el Ministerio de Relaciones dijo al Encargado de Negocios de MĆ©xico en Chile que ella se habĆ­a suicidado haciendo estallar un cartucho de dinamita que llevaba consigo. Por su parte, la Embajada Argentina, por medio de su Encargado de Negocios, JosĆ© Alberto del Carril, hacĆ­a trĆ”mites y consultas en relaciĆ³n a la suerte corrida por Bernardo Lejderman Konujowska.

El 3 de enero de 1974, Enrique Carvallo DĆ­az, Subsecretario de Relaciones Exteriores, respondiĆ³ que Lejderman era un peligroso activista que estaba siendo buscado por una patrulla militar en la zona cordillerana. Cuando se le encontrĆ³, en la localidad de Gualliguaica, y, al verse Ć©ste sorprendido, intentĆ³ huir. Como no lo lograra -continuaba la respuesta oficial del Gobierno chileno- hizo estallar un cartucho de dinamita que llevaba entre sus ropas. Ā«Dado que su muerte se produjo por su propia voluntad, no procede establecer responsabilidades por el hechoĀ».

DĆ­as despuĆ©s, el 14 de enero de 1974, Relaciones Exteriores ampliĆ³ la informaciĆ³n que habĆ­a entregado a la Embajada Argentina. En esta oportunidad agregaba que como sus restos quedaron diseminados por el lugar, el piquete debiĆ³ juntarlos y darles sepultura, sin que fuese posible hacerle una autopsia.

Diecisiete aƱos mĆ”s tarde, el 1ro. de agosto de 1990, cuando se exhumĆ³ el cuerpo de Bernardo Lejderman, su cuerpo estaba entero. Sepultado a unos 40 centĆ­metros de profundidad. Ninguno de sus huesos presentaba lesiones y las vĆ©rtebras, aunque ya desarticuladas por el paso del tiempo, estaban completas, al igual que los restos Ć³seos de la cara y cabeza, de las piernas y brazos, del tĆ³rax y de la pelvis.

Bernardo Lejderman, argentino, y su cĆ³nyuge MarĆ­a del Rosario Avalos CastaƱeda, mexicana, habĆ­an ingresado a Chile en 1971. El lo hizo en el mes de marzo de ese aƱo y, al poco tiempo, por sus vinculaciones con la Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP), fue procesado por Ley de Seguridad Interior del Estado.

Aunque no se dispone de una informaciĆ³n acabada, se sabe que Bernardo Lejderman, junto a su cĆ³nyuge e hijo decidieron irse al sector de la Aguda en busca de refugio. Su condiciĆ³n de extranjeros y el hecho de estar siendo procesado en relaciĆ³n a la VOP le hacĆ­an temer por su seguridad y la de su familia. Amigos de la vĆ­ctima relatan que Ć©ste esperaba que se dieran las condiciones para poder cruzar la cordillera hacia Argentina cuando fue ejecutado por los militares.

Hasta la fecha en que fueron encontrados los restos del afectado (aƱo 1990), permaneciĆ³ en calidad de desaparecido, ya que no se inscribiĆ³ su defunciĆ³n en el Registro Civil hasta el aƱo 1991.

 

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS

Organismos de Derechos Humanos de La Serena, presentaron, el 31 de julio de 1990, una denuncia por el delito de InhumaciĆ³n Ilegal de Bernardo Lejderman en el Juzgado del Crimen Elqui-VicuƱa.

Junto con relatar las circunstancias de la muerte del afectado, su sepultaciĆ³n ilegal y su permanencia en calidad de desaparecido durante diecisiete aƱos, en la presentaciĆ³n se solicitĆ³ la exhumaciĆ³n de los restos del afectado.

El Juez David Salazar CatalĆ”n acogiĆ³ la denuncia rolĆ”ndola con el NĀ°14090, y el 1ro. de agosto de 1990 se constituyĆ³ en la Quebrada de Angostura procediendo -junto a un equipo de peritos- a realizar las excavaciones que culminaron con el hallazgo de las osamentas de Bernardo Lejderman.

Posteriormente, el 8 de agosto, ante el mismo Tribunal se presentĆ³ una querella por los delitos de Homicidio, InhumaciĆ³n y ExhumaciĆ³n Ilegal cometidos en contra del afectado y su cĆ³nyuge, MarĆ­a del Rosario Avalos, la que fue acumulada al proceso 14090.

Durante la tramitaciĆ³n del proceso no fue posible individualizar al oficial de apellido Polanco ni a los integrantes del piquete militar que intervinieron en la muerte del matrimonio. El 14 de septiembre de 1990, el Mayor General Hugo Salas Wenzel, Jefe del Estado Mayor General del EjĆ©rcito, respondiĆ³ a un oficio del Juzgado del Crimen Elqui-VicuƱa, Ā«los antecedentes proporcionados por el Tribunal son insuficientes para individualizar a la persona que se menciona (Polanco). Por otra parte, la InstituciĆ³n no cuenta con antecedentes respecto a quĆ© personas integraban la patrulla militar que actuĆ³ en el operativo realizado al interior de Gualliguaica, ni por orden de quiĆ©n se realizĆ³ ese operativoĀ».

Cuando aĆŗn estaba pendiente la exhumaciĆ³n del cuerpo de Rosario Avalos, a quien se enterrĆ³ en 1974 en el Cementerio General de Santiago para realizar la autopsia que definiera las causas de su muerte; determinar la efectividad de la detenciĆ³n y la participaciĆ³n de dos profesores de La Serena (habrĆ­an recolectado ropa para el niƱo); y personalizar al oficial de apellido Polanco y a los miembros de la patrulla; el II Juzgado Militar de Santiago intervino en la investigaciĆ³n solicitando la incompetencia del Juez David Salazar CatalĆ”n.

El 20 de febrero de 1991, el Juez Militar, Brigadier General Guido Riquelme Andaur, pidiĆ³ la inhibitoria del Juzgado Elqui- VicuƱa para continuar sustanciando el proceso porque en los hechos investigados Ā«habrĆ­a cabido participaciĆ³n a personal del EjĆ©rcito en acto de servicioĀ». El 18 de marzo del mismo aƱo, el Juez David Salazar no dio lugar a la incompetencia, elevando la causa a la Corte Suprema de Justicia. El 5 de mayo de 1991, Ć©sta resolviĆ³ en favor de la Justicia Militar.

Poco antes de esa resoluciĆ³n, el 14 de marzo de 1991, David Salazar habĆ­a ordenado al Registro Civil de VicuƱa inscribir la defunciĆ³n de Bernardo Mario Lejderman Konujowska Ā«cuyo fallecimiento ocurriĆ³ al interior de la localidad de Gualliguaica, Quebrada de Angostura, el dĆ­a 8 de diciembre de 1973, en horas de la madrugada, presumiblemente por mĆŗltiples heridasĀ».

Patricio Humberto Parra Quintanilla, ejecutado el 28 sept 1973
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El 28 de septiembre de 1973 fueron ejecutados tras ser detenidos en sus domicilios de la poblaciĆ³n Villa La Cisterna NĀŗ1, por efectivos de la Fuerza AĆ©rea pertenecientes a la Base AĆ©rea El Bosque,
ā€“ Omar Enrique BALBOA TRONCOSO, 18 aƱos, estudiante y
ā€“ Patricio Humberto PARRA QUINTANILLA, 14 aƱos, estudiante.
La detenciĆ³n se habrĆ­a producido a consecuencia de la delaciĆ³n de vecinos. A fines de Octubre, en el Instituto MĆ©dico Legal se informĆ³ a los familiares que los cuerpos de ambos habĆ­an aparecido a un costado del Cementerio Metropolitano con mĆŗltiples heridas a bala y una data de muerte de fecha 28 de septiembre y estaban enterrados en el patio NĀŗ29 del Cementerio General, en dos sepulturas contiguas.
Por los antecedentes conocidos, especialmente encontrĆ”ndose acreditada la detenciĆ³n y por la forma y circunstancias de las muertes, esta ComisiĆ³n ha llegado a la convicciĆ³n que Omar Enrique Balboa Troncoso y Patricio Humberto Parra Quintanilla fueron ejecutados y vĆ­ctimas de una violaciĆ³n grave a los derechos humanos, de responsabilidad de agentes del Estado.
50 aƱos despuƩs la Derecha Chilena sigue culpando a las vƭctimas.
ANA MARIA PUGA ROJAS (25)Y ALEJANDRO DE LA BARRA VILLARROEL(24). ASESINADOS

El 3 de diciembre de 1974, en horas de la tarde, es asesinado el matrimonio formado por Alejandro de la Barra Villarroel (24 aƱos) y Ana MarĆ­a Puga Rojas (25 aƱos), cientista polĆ­tico y profesora y actriz, respectivamente, ambos militantes del MIR y Ć©l dirigente de dicha colectividad, casados, 1 hijo. Ese dĆ­a mientras iban en su automĆ³vil a retirar a su hijo de un aƱo y cuatro meses de edad, al JardĆ­n Infantil ā€œLos MuƱecosā€ ubicado en calle Andacollo NĀ° 1620 de la comuna de Providencia, de esta ciudad, fueron fueron emboscados en el cruce de esa calle con Avenida Francisco Bilbao por un grupo de personas que se movilizaban en auto, los que dispararon contra la pareja, muriendo ambos a consecuencia de los mismos. Posteriormente, los cuerpos de Ana MarĆ­a Puga Rojas y Alejandro de la Barra Villarroel fueron llevados hasta el recinto denominado Villa Grimaldi o Cuartel Terranova ubicado en Avenida JosĆ© Arrieta y despuĆ©s sus restos trasladados hasta el Servicio MĆ©dico Legal, organismo que luego de practicar las autopsias respectivas, hizo entrega de ellos a sus familiares. DĆ­as antes de este hecho, personal de la DINA habĆ­a concurrido al mencionado JardĆ­n Infantil para hacer averiguaciones sobre el hijo de la pareja.

Testimonio de Ivy Maya Imai Bernardita VĆ”squez Valenzuela :ā€El dĆ­a del atentado que sufrieron Ana MarĆ­a Puga y Alejandro de la Barra, esto es, el 3 de diciembre de 1974, yo me encontraba con mis hijos, de cinco aƱos y seis meses respectivamente, en la casa de mis padres en calle Los Alerces 2711 de ƑuƱoa, donde actualmente vive mi padre, mi madre ya falleciĆ³. Mi marido es Renato Puga Rojas, hermano de Ana MarĆ­a. DespuĆ©s de la hora de almuerzo, Ana MarĆ­a y Alejandro pasaron por la casa de mis padres, antes de ir a buscar a su hijo, al que le decĆ­amos ā€œPitiā€, a la sala cuna donde estaba. Cuando ellos dijeron que tenĆ­an que irse, mi madre les dijo que se quedaran a tomar once, esto era antes de las cinco de la tarde, ya que para mi madre, la hora de once era ā€œsagradaā€ y debĆ­a tomarse antes de las cinco. Sin embargo, Alejandro le dijo, ā€œgracias tĆ­a, pero estamos atrasadosā€. Ellos tenĆ­an, como dije, que ir a retirar a su hijo de la sala cuna. El niƱo tenĆ­a a esa fecha, un aƱo dos meses. Para aprovechar el viaje, mi suegra, Carmen Rojas Salinas, les pidiĆ³ que la llevara porque querĆ­a ver al niƱo, a lo que accedieron. Se fueron los tres, no vi a nadie mĆ”s que estuviera en el auto y mi suegra nunca me contĆ³ que hubieran subido a otra persona en el trayectoā€ā€¦. ā€¦ā€una cuadra antes de llegar a la sala cuna, mi suegra les pidiĆ³ que la dejaran allĆ­ para juntarse con mi suegro y que despuĆ©s en otra oportunidad, verĆ­a al niƱo y se bajĆ³ del autoā€ā€¦. ā€¦. ā€œno vĆ­ que ninguno de los dos, ni Ana MarĆ­a ni Alejandro, hayan portado armas ese dĆ­a, tampoco las vĆ­ en el autoā€ā€¦.
Dichos de Gloria de las Mercedes Novoa Vera de fojas 160:ā€..En el mes de diciembre del aƱo 1974, yo era dueƱa del JardĆ­n Infantil ā€œLos MuƱecosā€ ubicado en calle Andacollo 1620, Providencia, calle perpendicular a Avenida Bilbao y paralela a Avenida Pedro de Valdivia.
Unos cuatros meses antes, una pareja joven llevĆ³ a su hijo, de aproximadamente poco mĆ”s de un aƱo. Al matricularlo, el nombre que dieron de Ć©l fue Ɓlvaro, no recuerdo el apellido. No se pedĆ­a ningĆŗn otro antecedente. En la ficha de matrĆ­cula donde se establecen las condiciones, se anota el nombre de las personas que podĆ­an retirar a los niƱos. En este caso, la entrega del menor sĆ³lo se podĆ­a hacer a sus padres y a sus abuelosā€¦ el dĆ­a de los hechos, 3 de diciembre de 1974, recuerdo que estaba en el JardĆ­n y alrededor de las 10,00 de la maƱana llegaron los padres de Ɓlvaro, Alejandro y Ana MarĆ­a a entregar al niƱo. Lo recibĆ­ personalmente e hicieron entrega, ademĆ”s, de una mĆ”quina fotogrĆ”fica. Insistieron en que el niƱo no fuera entregado nadie mĆ”s que a ellos o a sus abuelos. Me dio la sensaciĆ³n de que estaban preocupados. Normalmente iban a dejar al niƱo en un vehĆ­culo viejo pero no recuerdo marca ni color. Ese dĆ­a no vi como llegaron al JardĆ­n. Debo seƱalar que unos cuatro dĆ­as antes, un empleado me contĆ³ que habĆ­an ido al JardĆ­n unas personas a preguntar por un niƱo llamado Ɓlvaro Puga. No hablaron conmigo ni los vĆ­. Estas personas, que eran como tres y no vestĆ­an uniforme militar preguntaron por el niƱo, pero en todo caso, el apellido del niƱo no era Puga. De esto debemos haber informado a sus padres. Volviendo al dĆ­a 3 de diciembre, poco despuĆ©s que se fueron los padres de Alvarito, cinco o diez minutos mĆ”s tarde, sentĆ­ que el portĆ³n del jardĆ­n, el del acceso a la calle, se cerraba por fuera. Me acerquĆ© y lo abrĆ­, viendo como a tres hombres con uniformes militares de camuflaje, los que me increparon duramente ordenando mantener cerrado el portĆ³n. Me devolvĆ­ al interior y juntamos a los niƱos y los llevamos a todos a un patio interior. AdemĆ”s de mĆ­, ese dĆ­a estaban en el jardĆ­n la Subdirectora, Marjorie Atias, y unas catorce personas mĆ”s, entre educadores y auxiliares. En realidad estĆ”bamos un tanto asustados con los acontecimientos y, yo no los escuchĆ©, pero me dijeron que se habĆ­an oĆ­do unos disparos. Como una hora despuĆ©s, un mozo del JardĆ­n, no recuerdo su nombre, saliĆ³ a ver y a su vuelta nos contĆ³ que habĆ­a hablado con el que atendĆ­a un kiosko de diarios del sector, no sĆ© cuĆ”l porque habĆ­a como dos cerca – uno al llegar a Pedro de Valdivia y otro en Bilbao con Andacolloā€¦ Ɖl nos dijo que el hombre del kiosko le habĆ­a seƱalado que habĆ­a habido un tiroteo y que habĆ­an muerto unas personas. El jardĆ­n siguiĆ³ funcionando normalmente ese dĆ­a. La hora de recogida de los niƱos era de 5 a 7 de la tarde. Pasado esa hora, Alvarito aĆŗn no habĆ­a sido retirado. Como a las 9 de la noche, junto a mi marido y a mi hijo, que en ese entonces tenĆ­a una edad similar a la de Alvarito, lo fuimos a dejar a casa de sus abuelos. Era en el centro, no recuerdo el nombre de la calle.Nos saliĆ³ a recibir una pareja que eran los abuelos del niƱo, no recuerdo si los habĆ­a visto antes. Se veĆ­an de aspecto como destrozados. No hicieron ningĆŗn comentario. AsĆ­ que entregamos a Alvarito y nos fuimosā€¦ me parece que un familiar de Alvarito nos contĆ³, tiempo despuĆ©s, de la muerte de sus padresā€.
DeposiciĆ³n de Patricia GarcĆ­a Villarroel de fojas 163:ā€ā€¦ Alejandro de la Barra era mi primo y tenĆ­a una relaciĆ³n muy cercana con Ć©l. Ɖramos como hermanos. Nuestras madres eran hermanas. El funeral fue un momento muy tenso. En un principio la familia querĆ­a realizar incineraciĆ³n pero por razones que ignoro, no se dejĆ³ hacer aquello. Alejandro y Ana MarĆ­a estaban en ataĆŗdes y se veĆ­an muy maquillados. Se notaba que habĆ­a agentes de DINA en el cementerio, porque habĆ­a personas que no eran familiares ni amigos y en actitudes que hacĆ­a sospechar que eran agentesā€.

VersiĆ³n de Heriberto del Carmen Acevedo indicando que en el mes de septiembre de 1974 fue destinado al cuartel Villa Grimaldi y que su apodo era ā€œEstebanā€. ā€¦ā€un dĆ­a de diciembre de 1974, cuando lleguĆ© en la maƱana a Terranova, JosĆ© Silva ā€œGinoā€, suboficial de carabineros, me seƱalĆ³ que deberĆ­a acompaƱarlo a un operativo que se realizarĆ­a en las cercanĆ­as de la Plaza Pedro de Valdiviaā€ā€¦ ā€œa mĆ­ me dejaron en las cercanĆ­as de calle Andacollo donde estaba un colegio. Se me habĆ­a seƱalado por Silva que deberĆ­a estar atento a un vehĆ­culo Peugeot 404 blanco en el que vendrĆ­a un mirista cuyo apellido era Ibarra o Barra, no recuerdo con exactitud. Yo me quedĆ© a pie cerca de un poste de alumbrado pĆŗblico. Fue en horas de la maƱana. De pronto divisĆ© el vehĆ­culo que pasaba frente al colegio casi sin detenerse y di aviso a otro de los equipos que estaba estacionado en las cercanĆ­as, no recuerdo si por radio o con un paƱuelo. El caso es que a los pocos minutos se produce una balacera en Bilbao con Andacollo. Al llegar al lugar, siempre a pie, vi que en el Peugeot habĆ­a una pareja, un hombre y una mujer tirados en el piso del auto. No recuerdo haber visto si esa pareja andaba armada o no. Alguien dio la orden que en ese mismo auto se los llevaran a Terranova. Recuerdo haber visto en el lugar a Lawrence, a Jaime, al guatĆ³n Valdebenito, a Contreras, apodado ā€œContreritasā€. No recuerdo en que vehĆ­culo regresĆ© a Terranova. Al llegar, los cuerpos de los miristas estaban depositados en el suelo. No nos dejaron acercarnos a ellos. Recuerdo entre los jefes que estaban allĆ­ a Moren y a Krassnoffā€. Luego, yo me fui a sentar en unas escalinatas del cuartel, sin tener mĆ”s participaciĆ³n en los hechos. No estoy seguro pero creo que cuando Ć­bamos al operativo, en el vehĆ­culo iba una mujer, una de las que colaboraban con los jefes de Terranova. En todo caso, si esa persona iba en el vehĆ­culo no iba con la vista vendada porque en esa fecha habĆ­a tres mujeres colaboradoras en el cuartelā€ā€¦
Dichos de Silvia Irene HernĆ”ndez Volosky ā€¦ā€los antecedentes de cĆ³mo se produjo el asesinato de que conozco me los entregĆ³ RosalĆ­a MartĆ­nez Cereceda quien estuvo detenida con su marido en la casa de torturas de JosĆ© Domingo CaƱas de la DINAā€ā€¦ ā€¦ā€le prepararon una emboscada en que disfrazaron a personal de la DINA de habitantes habituales del barrio. Las pocas personas ( o creo recordar que es Ćŗnico testigo) que no fue retirado de la zona en el momento del asesinato describiĆ³ que apenas el auto con Alejandro al volante y Ana MarĆ­a en el asiento de acompaƱante se detuvo frente al jardĆ­n, se acercaron hombres de la DINA y dispararon a travĆ©s del vidrio. No hubo el menor intento de detenerlos vivos. La DINA consideraba a Alejandro un ā€œpeligroso criminalā€. Probablemente preferĆ­an no tener testigos y por eso asesinaron tambiĆ©n a Ana MarĆ­a a pesar de saber que no tenĆ­a otro antecedentes que ser su compaƱeraā€

FERNANDO MOSCOSO E IRƁN CALZADILLA, FUSILADOS

Talcahuano, diciembre de 1973. Ferrnando era soltero y tenĆ­a 20 aƱios de edad. Era estudiante de IngenierĆ­a de EjecuciĆ³n en Madera en la Universidad TĆ©cnica del Estado, sede ConcepciĆ³n. Militante de las Juventudes Comunistas.

Fue fusilado, junto a otro militante del Partido Comunista, el dĆ­a 20 de diciembre de 1973, en un predio de propiedad de GendarmerĆ­a ubicado en la autopista entre ConcepciĆ³n y Talcahuano, en virtud de la sentencia dictada por un Consejo de Guerra en el que se transgredieron las normas legales del proceso. Los cadĆ”veres fueron inhumados ilegalmente por las autoridades, sin conocimiento de las familias, en el Cementerio NĀŗ2 de Talcahuano. Posteriormente ellas pudieron trasladarlos, en urnas selladas al cementerio de TomĆ©.

Fernando Humberto Moscoso Moena, 20 aƱos, estudiante de IngenierĆ­a de EjecuciĆ³n en Madera de la Universidad TĆ©cnica del Estado ConcepciĆ³n, militante de las JJ.CC. acusado del delito de distribuciĆ³n, transporte y almacenamiento de explosivos, del artĆ­culo 10 de la ley 17.798.

Condenado a la pena mĆ”xima por el Consejo de Guerra Rol Anclaā€‘5, el 16 de diciembre de 1973, instruido por la Armada, junto a otras 52 personas.
El fallo fue aprobado por el Comandante de la II Zona Naval, efectuƔndose el fusilamiento el 20 de diciembre.

Los cuerpos no fueron entregados a los familiares, sino enterrados en el cementerio NĀ° 2 de Talcahuano.

Luego los familiares pudieron trasladar los restos al Cementerio de TomƩ.
La ComisiĆ³n Rettig llegĆ³ a la convicciĆ³n de que en su juzgamientos no se respetĆ³ las reglas del debido proceso, como todos los Consejos de Guerra, que no aceptĆ³ la excepciĆ³n de incompetencia deducida por los reos, fundada en que los delitos imputados debĆ­an ser conocidos por un tribunal militar en tiempo de paz, puesto que se habrĆ­an perpetrado con anterioridad a la entrada en vigencia del estado de sitio

RECUERDOS DE FERNANDO MOSCOSO

Eran los tiempos del Gobierno Constitucional del Presidente Allende, en el perĆ­odo de las vacaciones estudiantiles en pleno verano en la hermosa ciudad de Tome, ahĆ­ nos encontrĆ”bamos para encabezar las jornadas de divulgaciĆ³n de las propuestas polĆ­ticas y econĆ³micas, en especial, lo que era atingente a la problemĆ”tica de la juventud. AhĆ­ estĆ”bamos con Fernando Moscoso, IvĆ”n Calzadilla y tantos otros jĆ³venes cuyas edades fluctuaban no mĆ”s allĆ” de los 20 aƱos recorriendo todos los dĆ­as los cerros de TomĆ©, las poblaciones, visitando casa por casa, para entregar nuestra visiĆ³n y las iniciativas populares que se desarrollaban esos dĆ­as y que tenĆ­an que ver con los intereses mĆ”s cercanos de la poblaciĆ³n

Fernando vivĆ­a en una de las poblaciones humildes de TomĆ©, recuerdo su modesta casa al lado izquierdo de la lĆ­nea fĆ©rrea siguiendo el sentido hacia los pueblos interiores, con sus ventanas cubiertas por nylon para protegerse del crudo invierno de la costa tomesina. CaminĆ”bamos de dĆ­a y de noche por esa lĆ­nea del tren, era el camino mĆ”s corto para transitar de un sector a otro en ese sector de TomĆ©. En su casa su abuelita, enferma de dolencias crĆ³nica, a pesar de ello, igual nos esperaba para recibirnos, conversar y servirnos para comer lo que se pudiera. Era hospitalaria, cariƱosa que con gran esfuerzo permitĆ­a que la vida continuara.

Fernando que reciĆ©n tenĆ­a su licencia media con sus 18 aƱos, se prestaba a postular a nuestra Universidad TĆ©cnica del Estado, conciente que era la Ćŗnica oportunidad de poder continuar sus estudios , todo esto debido a los esfuerzos de la Universidad por incorporar a sus aulas a la mayor cantidad de jĆ³venes hijos de obreros y empleados de escasos recursos, sobre todo, mediante los convenios con la Central ƚnica de Trabajadores, CUT y los programas crecientes de bienestar estudiantil reflejadas en becas, Ćŗtiles escolares, libros, hogares universitarios, alimentaciĆ³n, deporte, movilizaciĆ³n , etc. que eran realidades en la UTE de Enrique Kilberg, VĆ­ctor Jara y de tantos miembros de la comunidad universitaria, que a diario entregaban su aporte para transformar la Universidad TĆ©cnica del Estado, cada vez mĆ”s ligadas a las necesidades de Chile y de nuestro pueblo. Fue asĆ­ como Fernando y tantos otros, ingresaron a la Universidad en ese perĆ­odo acadĆ©mico, entendĆ­amos todos, que el Ć©xito del Gobierno Popular permitĆ­a la profundizaciĆ³n de la Reforma y que nuestro deber de jĆ³venes era estudiar, trabajar y luchar por Chile, de ahĆ­ los trabajos voluntarios, las escuelas internacionales de solidaridad con Chile, donde Fernando estaba en las primeras trincheras de trabajo, las campaƱas por elevar el rendimiento estudiantil, la participaciĆ³n activa de todas las iniciativas que apuntaran a respaldar el Gobierno Popular, la solidaridad con Vietnam, Laos y Camboya estaba tambiĆ©n presente, eran preocupaciones cotidianas de Fernando, joven incansable y de todos sus compaƱeros de la universidad.

Pero la tragedia, el retroceso, la mezquindad, la ignorancia, la delincuencia polĆ­tica, la traiciĆ³n se imponĆ­a en Chile, sacrificando, asesinando, torturando y haciendo desaparecer a la mĆ”s clara, lĆŗcida, patriota e inteligentes mentes de nuestra sociedad. Y ahĆ­ estuvo Fernando Moscoso e IvĆ”n Calzadilla, ambos de TomĆ©, fusilados para producir escarmiento en la juventud que se revelaba ante la dictadura cobarde del traidor y de los traidores, que olvidĆ”ndose de su responsabilidad que Chile les habĆ­a encomendado, se enfrentaban a su propio pueblo cometiendo uno del mĆ”s grande genocidio repudiados por la humanidad entera. AhĆ­ esta el ejemplo de HĆ©ctor Leppe, Gabriel Riveros, Pedro Orella, Miguel EnrĆ­quez, Carlos Lorca, Alejandro RodrĆ­guez y tantos patriotas hĆ©roes que entregaron su vida por el Chile de ayer y de maƱana,

Fernando Moscoso, estudiante de la Universidad TĆ©cnica del Estado, de escasos 19 aƱos, joven lleno de vida, cristalino como su mar que lo vio nacer en TomĆ©, valiente e inteligente, fue llamado a viva voz, cuando empezaba a caer la tarde y el sol desaparecĆ­a siendo trasladado desde el Molo500 de la Base Naval hacia la Isla Quiriquina, campo de concentraciĆ³n de la Marina de Chile, donde sin proceso legal alguno, se le comunicĆ³ el domingo 17 de diciembre de 1973 que serĆ­an fusilados, noticia que se supo a travĆ©s de una de las radios de ConcepciĆ³n, luegoā€¦ dos dĆ­as despuĆ©s, el 20 de diciembre del 73, es fusilado junto con su compaƱero IvĆ”n Calzadilla, informĆ”ndose en ConcepciĆ³n a travĆ©s del diario El Sur y CrĆ³nica de ConcepciĆ³n, en la portada principal, a toda columna FUSILADOS POR SER CEREBROS DEL PLAN Z, informando ademĆ”s, que un Consejo de Cobardes Traidores acababan de condenar a estos jĆ³venes patriotas. Esa misma noche, sus compaƱeros de prisiĆ³n, con amargura y profundo dolor murmuraban haciendo luego con la emociĆ³n que sus voces se escucharan en forma creciente.

Arriba los pobres del mundoĀ  , De pie los esclavos sin pan Y gritemos todos unidosā€¦

Las palabras escritas sobre los frĆ­os muros de su celda, antes de enfrentar el pelotĆ³n de fusileros encabezados por el teniente Schmuler al alba del dĆ­a 20 de diciembre de 1973, en el sector del Aeropuerto Carriel Sur de ConcepciĆ³n, son el testimonio fehaciente que no se doblegarĆ­an ante los traidores y que sus vidas no serĆ­an en vano, formando parte de la historia de lucha de nuestro pueblo, cuyo ejemplo de valor y consecuencia permitirĆ”n que las nuevas generaciones sean portadores y mensajeros de sus Ćŗltimas palabras escritas sobre esa duras murallas de la prisiĆ³n.
IVAN CALZADILLA, OBRERO

FERNANDO MOSCOSO, ESTUDIANTE

CONDENADOS A FUSILAMIENTO el 18 de Diciembre de 1973,

Fernando Wenger Meza

Gloria Lagos Nilsson: Las vidas que nos deben.

En este dĆ­a quiero compartir la historia de Gloria, detenida un 26 de agosto. Obra de los criminales que hoy piden que olvidemos. No hay peor muerte que la del olvido.
GLORIA ESTER LAGOS NILSSON, Detenida un dĆ­a 26 de Agosto
Era alta, delgada, trigueƱa, hermosa, alegre, llena de vida. De ojos grises, de mirada profunda y dulce, extraordinariamente cariƱosa.
Al momento de ser detenida el dĆ­a 26 de agosto de 1974 tenĆ­a 28 aƱos y se encontraba embarazada de tres meses y medio. TenĆ­a tres hiĀ­jos de su primer matrimonio: Hector de 10 aƱos, Marcela de 8 y Patricio de 6. HabĆ­a nacido en Porvenir, al sur de Chile el dĆ­a 29 de septiembre de 1945. El hermano de Gloria se habla asilado a comienzos de 1974 en la Embajada de MĆ©xico debido a que era intensamente perseguido; esĀ­te hecho produjo en Gloria una enorme tristeza.
De profesiĆ³n secretaria, trabajĆ³ en La Moneda junto al presidenĀ­te Salvador Allende a quien Gloria admiraba profundamente. Sus hijos pequeƱos la habĆ­an acompaƱado varias veces al palacio presidencial.
DespuƩs del golpe militar su casa fue allanada violentamente en dos oportunidades.
Dos dĆ­as antes de su secuestro habĆ­a presentado en el ComitĆ© por la Paz un Recurso de Amparo por Julio Humberto RodrĆ­guez Jorquera, su conviviente, quien habĆ­a sido detenido por el Servicio de Inteligencia Militar. El mismo dĆ­a que la detuvieron venĆ­a de presentar un nuevo ReĀ­curso de Amparo, el que consta en los archivos del ComitĆ© por la Paz. Al llegar a su casa los vecinos le advirtieron que no entrara pues habĆ­a hombres armados en su departamento. Ella respondiĆ³ ā€œcomo no voy a entrar si estĆ”n mis hijos adentroā€.
Esa noche los agentes habĆ­an conducido a Julio Humberto a caĀ­sa de Gloria donde ella y sus hijos lo vieron brutalmente torturado. En esa oportunidad Julio Humberto logra huir por la cocina del departaĀ­mento ante un descuido de sus aprehensores.
Al parecer, por antecedentes que tenemos, Gloria fue llevada de rehĆ©n debido a la huida de Julio Humberto RodrĆ­guez, quiĆ©n luego loĀ­grĆ³ asilarse en una embajada.
Muchos aƱos despuĆ©s su hija Marcela relata asĆ­ su secuestro: ā€œen ese momento tocaron la puerta en forma violenta preguntando por mi maĀ­dre, ante nuestra desesperaciĆ³n y sĆŗplica, los militares respondieron que no nos preocupĆ”ramos, que le harĆ­an algunas preguntas y que al dĆ­a siguiente estarĆ­a de regresoā€.
Su hija Marcela tiene la imagen grabada nĆ­tidamente en la memoria, como si hubiera sido ayer: ā€œcuando vi que mi madre se alejaba, yo desde la ventana llorando y gritando una y otra vez que no se la llevaran, allĆ­ divisĆ© unos como vestidos para la guerra. Yo querĆ­a que mi maĀ­dre se quedara conmigo, con nosotros tres, pero no fue asĆ­ā€.
ā€¦ā€¦ā€¦ā€¦.
Sobre lo sucedido con GLORIA LAGOS NILSON luego de su detenciĆ³n hemos logrado saberlo por Adriana Urrutia, C.I. 2.136.718 -4 de Santiago, quien estuvo detenida con ella en una pieza de incomuĀ­nicados de Cuatro Ɓlamos, aproximadamente a fines de agosto y primeĀ­ros dĆ­as de septiembre de 1974.
Adriana Urrutia dice: ā€œfui detenida el dĆ­a 8 de agosto de 1974 en mi casa, junto a mi esposo Ernesto Mewes. Nos denunciĆ³ Marcia Merino Vega a quien decĆ­an la Flaca Alejandra y que habĆ­a vivido con nosotros como una hija por casi un aƱo. DespuĆ©s del golpe, se refugiĆ³ en nuestra caĀ­saā€.
ā€œEn el operativo iban 3 hombres y Marcia, quiĆ©n permaneciĆ³ en la cabina de la camioneta. Fue como a las 11 de la noche, yo ya estaba en baĀ­ta, golpean fuertemente la puerta, al abrir entran violentamente dos homĀ­bresā€¦ uno alto, macizo, medio bruto, con muy mal cutis, como picado de viruela, cara roja, sanguĆ­nea, pelo negro, ā€¦el otro, medio rubio, delgado, tez blanca, de buen trato. Nos hicieron pocas preguntas, luego me ordenan que me vista y que lleve dos frazadas. Luego que nos fuimos supe que nuestra casa posteriormente fue ocupada por la DINA. Al subir a la parte de atrĆ”s de la camioneta, divisĆ© a Marca Merino Vega quien se tapĆ³ la cara con las manos. Una vez arriba nos pusieron scotch sobre los ojos. Nos conĀ­dujeron hacia el centro de la ciudad, al llegar a una casa nos preguntaron nombres completos, carnet de identidad, estado civil, es decir todos nuesĀ­tros antecedentes. Luego nos dejaron sentados en lo que debe haber sido el hall. Con mi esposo estĆ”bamos decididos a no darlos nombres de los jĆ³veĀ­nes del MIR que conocĆ­amos: no decir una palabra, ni dar una seƱa. Al caĀ­bo de un tiempo nos llevaron a una pieza, Marca Merino, la Flaca AlejanĀ­dra, me sacĆ³ el scotch y me dijo: ā€˜mĆ­rame Adriana como estoy; y me supliĀ­cĆ³ lo dijera todo. A su lado estaba Osvaldo Romo, a quien yo tambiĆ©n coĀ­nocĆ­a con anterioridad: Me neguĆ©, la ignorĆ©, y entonces fui desnudada, atada en una cama metĆ”lica y torturada, igual cosa hicieron con mi esposo. Los dos permanecimos calladosā€.
ā€œEl dĆ­a 9 de agosto en la maƱana me sacan de esa casa, a mĆ­ sola, sin vendo. Me doy cuenta que estoy en la calle Londres y veo el No 38. LueĀ­go me suben a un auto, me ponen un paƱuelo, mi propio paƱuelo, sobre los ojos. Yo veĆ­a a travĆ©s de Ć©l pues era de seda. Me condujeron hacia el baĀ­rrio alto, reconocĆ­ la calle Arrieta y la casa donde paramos. HabĆ­a estado allĆ­ para un remate, habĆ­a sido la residencia del Embajador de Allende en Roma Carlos Vasallo. Esa casa es la conocida como Villa Grimaldi; en esa Ć©poca no tenĆ­an presos allĆ” al parecer la estaban acondicionandoā€.
ā€œMe introdujeron en una gran pieza, era Osvaldo Romo el que me conducĆ­a. Frente a mi un inmenso escritorio, detrĆ”s de Ć©l un hombre senĀ­tado, que me interrogĆ³. AƱos despuĆ©s al ver su foto reconocĆ­ al militar PeĀ­dro Espinoza Bravo. Me insistiĆ³ a que reconociera a Marcia Merino, me neguĆ©. Me ofreciĆ³ un pasaje a Buenos Aires si hablaba, insistĆ­ en mi negaĀ­tiva. Entonces cambiĆ³ de tono y ordenĆ³ en forma violenta que me sacaran de la pieza. Fue algo espantoso, afuera me esperaba una verdadera jaurĆ­a de hombres; eran como 10 que me gritaban, me insultaban, me arrastraĀ­ron hasta un patio amarrĆ”ndome en el suelo los brazos y piernas. Luego sentĆ­ el ruido de un motor, de una mĆ”quina, me gritaban habla sino te vaĀ­mos a atropellar, permanecĆ­ desesperada en silencio. Alguien dijo nosotros aquĆ­ no matamos pero dejamos lisiados para el resto de la vida. Me pasaron una rueda sobre ambas piernas, quemante, atroz,ā€¦ confesĆ©.., perĀ­dĆ­ el conocimientoā€.
Adriana fue trasladada esa noche del dĆ­a 9 de agosto de nuevo a la casa de calle Londres. AllĆ­ la dejan tirada en una colchoneta en el hall, las piernas amoratadas, hinchadas, edematosas, le era imposible siquieĀ­ra apoyarse en ellas. ā€œDurante esos tres dĆ­as fui testigo de la presencia de Mauricio Jorquera en esa sala. Mauricio estĆ” ahora desaparecido. A ese muchacho que se quejaba pidiendo agua, le dijeron ā€˜si hablas te vas al hosĀ­pital, sino te vas a morir. Ella recuerda, ā€œnos dejaron solos, le hablĆ© por su nombre y exigĆ­ que le trajeran aguaā€.
Al cabo de 3 dĆ­as a Adriana la vuelven a torturar junto a su espoĀ­so. Con un laque le produjeron una lesiĆ³n en la columna, lesiĆ³n que seĀ­rĆ­a comprobada mĆ”s tarde en un hospital de Dinamarca y de la cual se guardan los exĆ”menes.
Adriana continua asĆ­ su relato: ā€œel dĆ­a 18 o tal vez 19 de agosto fuiĀ­mos trasladados junto con todos los prisioneros que nos encontrĆ”bamos en Londres 38 al pabellĆ³n de incomunicados de Cuatro Ɓlamos. AllĆ­ estuve con Muriel Dokendorff, MarĆ­a Elena Gonzalez y Patricia Herreraā€.
ā€œAfines de agosto entran a nuestra pieza a una mujer alta, delgaĀ­da, tez clara, pelo casi rubio, ojos muy lindos, posiblemente verdes. Se enĀ­contraba embarazada. VenĆ­a muy asustada, nerviosa, nos relatĆ³ que la haĀ­bĆ­an detenido en su hogar. Estaba desesperada porque sus tres lujos habĆ­an quedado solos llorando en su departamento. Nos dijo que se llamaba GloĀ­ria Esther Lagos Nilsson, nos revelo todo lo que con ella habĆ­a pasado, de cĆ³mo entrĆ³ de todos modos a su casa a pesar de la advertencia de sus vecinos, de cĆ³mo su conviviente se habĆ­a fugado de la DINAā€¦ā€. A princiĀ­pios de septiembre Adriana fue trasladada a libre plĆ”tica, Gloria quedĆ³ en el pabellĆ³n de incomunicados. ā€œLa esperamos; a Tres Ɓlamos no llegĆ³ nuncaā€

MarĆ­a Cecilia LabrĆ­n Saso: Desaparecida con 3 meses de embarazo.

MarĆ­a Cecilia LabrĆ­n Saso naciĆ³ el 15 de mayo de 1949 en Santiago. EstudiĆ³ en la Universidad de Chile donde obtuvo el tĆ­tulo de Asistente Social y posteriormente trabajĆ³ en la fĆ”brica Hucke Hnos. Militante del MIR, el 12 de agosto de 1974, a los 25 aƱos y con tres meses de embarazo, fue detenida en su domicilio por agentes de la DINA y trasladada a Londres 38. Permanece desaparecida hasta hoy.

La recuerdan bajita, de grandes ojos sonrientes. Alegre, vivaz, CoĀ­queta. Llena de amigos, conversadora y extraordinariamente generosa. Quiso estudiar Servicio Social por su vocaciĆ³n de ayudar a los mĆ”s poĀ­bres, pobreza que ella habĆ­a conocido muy duramente en la niƱez.

Ā Madura y serena para enfrentar los problemas, al quedar sola su madre, ella se transforma en su apoyo, su confidente, su guĆ­a: cumple el papel de pilar de la familia al separarse sus padres y mĆ”s tarde, cuando hay que internar a un hermano que desarrolla un cuadro de esquizofrenia.

Ā Muy buena alumna en la secundaria y en la Universidad. Su gran compromiso social y polĆ­tico la lleva a participar activamente en la reĀ­forma universitaria.

Una compaƱera de estudios que la recuerda aƱos mĆ”s tarde, cuando Cecilia ya estaba desaparecida, se expresa asĆ­:Ā ā€œTenĆ­a una clara inteligencia Nunca la vi restarse a vivir plenamente. Nunca la vi vacilar en la defensa de sus ideales. Todo en ella tenĆ­a una gran armonĆ­aā€.Ā 

Era responsable y trabajadora, al momento de ser detenida CeĀ­cilia tenĆ­a una ayudantĆ­a en su escuela y trabajaba en la fĆ”brica Hucke. El golpe de estado la habla afectado profundamente. No tomĆ³ sin emĀ­bargo ninguna precauciĆ³n, a pesar de que dĆ­a a dĆ­a comentaba a su maĀ­dre y hermana, lo que estaba sucediendo con amigos de ella.

El dĆ­a 12 de Agosto de 1974 fue detenida y sacada de su hogar anĀ­te la presencia de su madre y hermana:Ā ā€œse veĆ­a tranquila. Dijo: NoĀ  te deprimas mama, yo no voy sola; llevo a mi hijo y Ć©l me darĆ”Ā  fuerzas y muchos deseos de seguir luchando…

TRIBUNALES_

la Corte Suprema y la Corte de Apelaciones de Santiago dictaron sendas sentencias en contra de ex agentes de la DirecciĆ³n de Inteligencia Nacional (DINA) por delitos de secuestro calificado de vĆ­ctimas que pasaron por el centro de detenciĆ³n clandestino de Londres 38.

En el primer caso, la Segunda Sala del mĆ”ximo tribunal ā€“integrada por los ministros Milton Juica, Hugo Dolmestch, Carlos KĆ¼nsemĆ¼ller, Haroldo Brito y Lamberto Cisternasā€“ rechazĆ³ el recurso de casaciĆ³n presentado en contra del fallo dictado por el secuestro de MarĆ­a Cecilia LabrĆ­n Saso, ilĆ­cito perpetrado a partir del 12 de agosto de 1974, en la comuna de Las Condes.

En la resoluciĆ³n (causa rol 17037-2013),Ā mĆ”ximo tribunal confirma el fallo dictado ā€“el 25 de abril de 2013ā€“ por el ministro de fuero Leopoldo Llanos SagristĆ”, que condenĆ³ como autores del delito a los ex integrantes de la DINA:Juan Manuel Guillermo Contreras SepĆŗlveda,Ā Miguel Krassnoff Martchenko,Ā Marcelo Luis Moren BritoĀ yBasclay Humberto Zapata Reyes, aĀ  penas de 10 aƱos y un dĆ­a de presidio. Asimismo, la Sala Penal ratificĆ³ la sanciĆ³n de 8 aƱos de presidio paraĀ Basclay Zapata Reyes, por su participaciĆ³n en los hechos.

en Contexto:
Kast sobre los criminales…Ā»Conozco a Miguel KasnoffĀ  y no creo las cosas que dicen de Ć©l..Ā»
Diputado UDI Alessandri: Ā«El Golpe de Estado era necesario…Ā»

 

 

foto colorizada por @frentecacerola
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Alegre y vital: Diana Frida ArĆ³n Svigilisky, PERIODISTA

Diana Aaron, mi amiga por MarĆ­a Eugenia Camus

Ā«Han pasado 37 aƱos desde que esta mujer, llena de energĆ­a, dejĆ³ de caminar por las calles que tantas veces recorrimos. Pienso en que habrĆ­a estado ahora y la imagino escribiendo, opinando, criticando y aportando. La veo indignada con la situaciĆ³n vergonzosa que viviĆ³ la comuna de Providencia por el homenaje a un torturador sobre cuya cabeza pesan 140 aƱos de cĆ”rcel por su responsabilidad en crĆ­menes de lesa humanidad. Porque paradojalmente, 37 aƱos despuĆ©s, el calendario hizo coincidir la fecha de la muerte de una joven hermosa y valiente que dio su vida por lo que pensaba con el homenaje de un hombre cobarde que fue capaz de asesinarla cuando estaba embarazada y que hasta hoy no ha sido capaz de reconocer su crimen.

Me siento privilegiada y es un orgullo haber sido amiga de Diana Aaron. Creo que es necesario que su vida y testimonio se conozca, especialmente en estos dĆ­as, cuando todavĆ­a en nuestro paĆ­s hay personas que son capaces de rendir homenaje a su asesino: Miguel Krassnoff Marchenko, que hasta ahora niega su responsabilidad en el crimen de una mujer embarazada.Ā»


Diana Frida ARON SVIGILSKY
, egresada de periodismo, militante del MIR, fue detenida por agentes de la DINA el 18 de noviembre de 1974, alrededor de las 15:00 horas, en circunstancias que transitaba por Avda. Ossa con el fin de dirigirse a casa de unos amigos. Al percatarse que iba a ser aprehendida por civiles que se movilizaban en una camioneta Chevrolet nueva, intentĆ³ huir del lugar resultando herida por impactos de bala en el pulmĆ³n y en el riĆ±Ć³n, segĆŗn le refirieron a su novio Luis MuƱoz GonzĆ”lez los propios agentes cuando Ć©ste se encontraba recluido en Villa Grimaldi. Tras ser detenida y herida, fue trasladada a Villa Grimaldi y en horas de la noche de ese mismo dĆ­a fue trasladada a una ClĆ­nica de la DINA ubicada en calle Santa LucĆ­a, desde donde desaparece.
Hasta allĆ­ llegĆ³ Miguel Krassnoff, que la sacĆ³ del lugar para llevarla a un centro de torturas. Hay testimonios que dan cuenta de su ensaƱamiento y crueldad, la que se acentuaba a medida que Diana agonizaba sin que de su boca saliera una sola palabra. ā€œNo solo es comunista esta perra, sino que ademĆ”s esĀ judĆ­aā€¦ hay que matarlaā€, fueron las palabras de su asesino y queĀ escucharon otros agentes que despuĆ©s entregaron estos antecedentesĀ a la justicia. Diana, embarazada, muriĆ³ en ese lugar y KrassnoffĀ ordenĆ³ hacer desaparecer su cuerpo. Eso ocurriĆ³ entre el 19 y 20 deĀ noviembre de 1974.

 

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Los Hermanos Nilda y Mario PeƱa Solari

Mario Fernando PeƱa Solari, soltero, 21 aƱos de edad, estudiante de Arquitectura y Nilda Patricia PeƱa Solari, soltera, estudiante, ambos militantes del MIR, fueron detenidos en las siguientes circunstancias: el dĆ­a 9 de diciembre Mario Fernando sale de su hogar y no regresa, al dĆ­a siguiente, 10 de diciembre de 1974, fue allanado por 7 u 8 agentes de la DirecciĆ³n de Inteligencia Nacional (DINA) que dijeron ser del Ministerio de Defensa, el domicilio que los hermanos PeƱa Solari compartĆ­an con su familia. Interrogaron a los hermanos de Mario sobre Ć©ste y luego se llevaron consigo a Nilda Patricia, segĆŗn dijeron Ā«para un corto interrogatorioĀ». El arresto fue presenciado por su hermano Rodolfo PeƱa Solari y un vecino, Felipe Eduardo ManrĆ­quez Serey. Ambos detenidos fueron vistos en el cuartel de la DINA ubicado en calle IrĆ”n esquina Los PlĆ”tanos, conocido como Ā«Venda SexyĀ». Nilda Patricia estuvo en dicho recinto hasta el dĆ­a 11 de diciembre, siendo entonces hospitalizada en la clĆ­nica Santa LucĆ­a, establecimiento tambiĆ©n perteneciente a dicho organismo de seguridad, al padecer hemorragias uterinas, debido a un aborto anterior y agravado su estado por los apremios recibidos. El dĆ­a 12 fue retornada a Ā«Venda SexyĀ», siendo sacada luego de allĆ­ con destino desconocido, ignorĆ”ndose su paradero hasta el dĆ­a de hoy.Ā 

Cristina VerĆ³nica Godoy Hinojosa, declararĆ­a luego que fue detenida por la DINA el 6 de diciembre de l974 y conducida al recinto de reclusiĆ³n de esta conocido como Villa Grimaldi, y al dĆ­a siguiente a Ā«Venda SexyĀ», siendo interrogada mientras recibĆ­a fuertes golpes en la cara, acerca del paradero de Mario Fernando PeƱa Solari y sus actividades. Luego la encararon con otra detenida, FĆ”tima Mohor, quien le manifestĆ³ que no continuara negando haberlo conocido, pues a ella la habĆ­an torturado y asĆ­ arrancado los nombres de varios militantes del MIR. Al cabo de unos dĆ­as, la testigo refiere que vio en Ā«Venda SexyĀ» a Nilda Patricia y Mario Fernando PeƱa Solari, como tambiĆ©n a Ida Vera Almarza y Marta Neira, todos ellos allĆ­ recluidos y posteriormente desaparecidos. MarĆ­a Cristina Zamora Eguiluz afirmarĆ­a por otra parte, haber sido capturada por la DINA el 12 de diciembre de 1974 y conducida a Ā«Venda SexyĀ», donde vio en mal estado a la vĆ­ctima, quien padecĆ­a hemorragias uterinas. Los testimonios de otras detenidas en la mismas Ć©poca que Nilda Patricia y Mario Fernando, sostienen haberlos visto en Ā«SexyĀ», quienes se hallaban en deteriorado estado de salud, logrando hablar brevemente con ellos, aƱadiendo que Nilda Patricia fue sacada de aquel sitio el dĆ­a 12 de diciembre -despuĆ©s de haber manifestado que el dĆ­a anterior estuvo en la clĆ­nica Santa LucĆ­a- presuntamente con destino al hospital militar para ser atendida. Tales afirmaciones estĆ”n contenidas en diversas declaraciones juradas y testimonios, correspondientes a Bernardita NĆŗƱez Rivera, Ana MarĆ­a Arenas, Alejandra Holzapfel y Constanza Batazzew Contreras. Nunca mĆ”s se volviĆ³ a saber del paradero de la mujer. Tiempo despuĆ©s, en el proceso judicial respectivo, el hospital militar negarĆ­a haber atendido alguna vez a una paciente llamada Nilda Patricia PeƱa Solari. Bernardita de Lourdes NuƱez Rivera depondrĆ­a judicialmente luego, que fue detenida el l0 de diciembre de 1974 por la DINA a las 20:30 horas, siendo trasladada a Ā«Venda SexyĀ» donde la hicieron acostar junto a Nilda Patricia, que se veĆ­a muy enferma, con alta temperatura luego de haber sido torturada y la sacaron a una clĆ­nica para tratarla, ya que se quejaba bastante. AƱade la testigo que fue conducida a 4 Alamos el 17 de diciembre y nada mĆ”s supo de la vĆ­ctima.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  CristiĆ”n Mallol Comandari, detenido el 7 de diciembre de 1974 hasta fines de 1976, sostendrĆ­a que estuvo con Mario Fernando PeƱa Solari, con quien compartiĆ³ pieza junto a otros recluidos en Villa Grimaldi a fines de l974 y comienzos de 1975, no precisando la fecha en que el detenido fue sacado de allĆ­ con destino desconocido, ignorĆ”ndose su paradero hasta hoy. Por Ć©l supo que habĆ­a sido aprehendida tambiĆ©n Nilda Patricia PeƱa Solari. Mario Fernando PeƱa Solari fue detenido en diciembre de 1974 en la vĆ­a pĆŗblica, en circunstancias que se desconocen, pues no llegĆ³ a casa de su tĆ­a doƱa Malucha Solari, ubicada en calle Jacques Cazotte 5595, Las Condes, Santiago. Precisamente, el testigo Mallol Comandari refiere que a Mario Fernando lo aprehendieron Ā«por Ć©lĀ», esto es, debido a informaciones que le habrĆ­an arrancado mediante torturas. Por su parte, la detenida ya citada, Beatriz Constanza Bataseww Contreras, declararĆ­a mĆ”s tarde que fue arrestada por la DINA el 12 de diciembre de 1974 mientras buscaba a su contacto en el MIR, Mario Fernando PeƱa Solari, a quien vio como se dijo, recluido en Ā«Venda SexyĀ» junto a Nilda Patricia, ambos en mal estado fĆ­sico debido a apremios recibidos que no especifica.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  Las vĆ­ctimas aparecieron en un listado junto a otros detenidos desaparecidos (lista de los 119), segĆŗn las publicaciones revista Ā«LeaĀ» de Buenos Aires y el semanario OĀ»Dia de Curitiba, Brasil. Nilda Patricia figuraba junto a otros 60 nombres en el primer medio mencionado, como los miristas chilenos muertos por sus propios compaƱeros a raĆ­z de disputas internas. Mario Fernando apareciĆ³ a su vez en la nĆ³mina de OĀ»Dia como quien, junto a otros 59 miristas, habĆ­a sido abatido en la Provincia de Salta, Argentina, por fuerzas de seguridad de dicho paĆ­s.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  Sin embargo, la revista Lea saliĆ³ a la circulaciĆ³n con su primer y Ćŗnico nĆŗmero sĆ³lo para publicar la Ā«noticiaĀ» anterior, sin conocerse la editorial, su domicilio ni director responsable en forma real, contando cada ejemplar sĆ³lo con un pie de imprenta ininteligible. A su vez, OĀ»Dia apareciĆ³ a la luz pĆŗblica tras largos aƱos de silencio y tras la publicaciĆ³n referida, volviĆ³ a permanecer fuera de circulaciĆ³n. Tampoco tenĆ­a domicilio o director responsable conocidos.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  Las 119 personas citadas en ambos medios de informaciĆ³n corresponden a gente por las cuales se realizaban gestiones judiciales y administrativas aquĆ­ en Chile destinadas a dar con sus paraderos, ya que los dos habĆ­an sido detenidos por los servicios de seguridad. Se constatĆ³ ademĆ”s, por la agencia informativa Latin y las autoridades argentinas, que ninguno de los 119 supuestos muertos habĆ­a pisado el territorio transandino.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  El Ministerio de Relaciones Exteriores chileno, informĆ³ tambiĆ©n mĆ”s tarde al Tribunal que siguiĆ³ el proceso por la desapariciĆ³n de la vĆ­ctima, que las informaciones aludidas no tienen base alguna que amerita su autenticidad.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  Los hermanos Mario Fernando y Nilda Patricia PeƱa Solari permanecen detenidos desaparecidos. A la fecha de sus detenciones sus padres habĆ­an fallecido.

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Vicente Atencio: Diputado de la RepĆŗblica. Detenido desaparecido

Vicente Atencio CortĆ©s, casado, 4 hijos, dirigente regional de la CUT, diputado comunista, ex Alcalde de Arica, fue detenido por la DINA en horas de la maƱana del dĆ­a 11 de agosto de 1976, luego que saliera de su domicilio a realizar sus labores cotidianas. Ese mismo dĆ­a fueron detenidos Carlos Vizcarra CofrĆ© y Miguel Nazar Quiroz, destacados dirigentes del Partido Comunista y quienes tambiĆ©n se encuentran desaparecidos. Asimismo, el 9 de agosto fueron aprehendidos cinco dirigentes sindicales ligados a ese Partido, todos actualmente desaparecidos. Vicente Atencio CortĆ©s, tras haber sido capturado fue trasladado al recinto denominado Villa Grimaldi en donde se le vio hasta fines de agosto, fecha en que no se tuvo mĆ”s noticias acerca de su paradero. Posteriormente, el 21 de marzo de 1990, sus restos fueron encontrados en una fosa clandestina junto a los restos de otras dos personas, en un sector ubicado en el fundo Las TĆ³rtolas de Colina, terrenos que fueron propiedad del EjĆ©rcito hasta 1980.
De su estadĆ­a en Villa Grimaldi, dan cuenta los testimonios de testigos que tambiĆ©n fueron detenidos por la DINA. Don Omar Rigoberto Rosales ChĆ”vez, expresa en DeclaraciĆ³n Jurada haber sido detenido el 11 de agosto de 1976, junto a HĆ©ctor NĆŗƱez Ferrada, por efectivos de la DINA que transportaban en calidad de detenido a don VĆ­ctor Hugo Morales Mazuela (actualmente detenido desaparecido). Luego del arresto, fue trasladado con la vista vendada a un recinto secreto que posteriormente identificĆ³ como Villa Grimaldi. AllĆ­, encontrĆ”ndose en una especie de sala de espera, pudo escuchar los comentarios de algunos guardias del lugar respecto de un detenido de quien decĆ­an se trataba de un Ā«pez gordoĀ»; a ese prisionero le preguntaron su nombre, contestando que era Vicente Atencio, ex diputado por el Partido Comunista; les seƱalĆ³ que habĆ­a llegado a Santiago hacĆ­a 15 dĆ­as y que reciĆ©n se habĆ­a vuelto a vincular con el Partido, luego del Golpe Militar. De pronto, los guardias se percataron de la presencia del testigo, sacĆ”ndolo del lugar junto a HĆ©ctor NĆŗƱez. Este Ćŗltimo, relata los mismos hechos en su respectivo testimonio. Otro ex prisionero, don Pedro Rolando Jara AlegrĆ­a, quien fuera detenido por la DINA en dos ocasiones, el 20 de julio y el 18 de agosto de 1976, respectivamente, dejĆ³ constancia de las circunstancias de sus arrestos ilegales. En esta segunda aprehensiĆ³n participaron dos individuos de civil. SeƱala que fue trasladado a Villa Grimaldi en donde fue intensamente torturado e interrogado en relaciĆ³n al Partido Comunista; en una oportunidad, tuvo ocasiĆ³n de conversar con otro prisionero, de nombre Carlos Vizcarra, quien le refiriĆ³ haber visto en Villa Grimaldi a Vicente Atencio. El testigo fue liberado el 25 de agosto tras ser advertido que Ā«no olvidara que tenĆ­a mujer y cuatro hijosĀ», y que por ningĆŗn motivo Ā«recurriera a los curasĀ» si no querĆ­a pasarlo mal.

Atencio CortƩs Vicente

Carlos Lorca: Diputado de la RepĆŗblica. Detenido desaparecido

Ā Carlos Enrique Lorca Tobar, casado, un hijo, mĆ©dico psiquiatra, ex Diputado por Valdivia, miembro de la ComisiĆ³n PolĆ­tica del Partido Socialista -quien sufrĆ­a de Ćŗlcera gĆ”strica y problemas graves de coagulaciĆ³n- fue detenido el 25 de junio de 1975, alrededor de las 16:00 horas, en la casa ubicada en calle Maule NĀ°130, por ocho agentes de la DirecciĆ³n de Inteligencia Nacional (DINA). El domicilio pertenecĆ­a a Yolanda Abarca y hasta allĆ­ habĆ­an llegado los aprehensores alrededor de las 13:30 horas, mostrando una tarjeta azul para, segĆŗn lo manifestaron ellos mismos a la testigo, esperar al doctor Lorca y a una acompaƱante. Efectivamente Maule NĀ°130 constituĆ­a un lugar al que Carlos Lorca acudĆ­a por razones partidarias. Ese 25 de junio lo hizo acompaƱado de Modesta Carolina Wiff SepĆŗlveda, tambiĆ©n militante socialista, detenida en esa misma oportunidad y actualmente desaparecida. SegĆŗn otros antecedentes, los agentes permanecieron en ese lugar hasta varios dĆ­as despuĆ©s de ocurridos estos hechos. AdemĆ”s, horas despuĆ©s de ocurridas estas detenciones, agentes de la DINA allanaron el domicilio de Carolina Wiff.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā SegĆŗn testimonios prestados por 6 personas que transitaban a esa hora por Maule o que se encontraban esperando locomociĆ³n colectiva en la esquina de Santa Elena, el movimiento de vehĆ­culos particulares y de distintos colores resultaba llamativo, dado que aquella era una calle tradicionalmente muy tranquila. Dos de estos declarantes dijeron haber visto sacar a una pareja, rodeada por cuatro civiles que los mantenĆ­an asidos por los brazos. El hombre iba esposado. Ambos detenidos fueron subidos a un automĆ³vil FIAT 125 color rojo que emprendiĆ³ marcha hacia VicuƱa Mackenna.
La detenciĆ³n y desapariciĆ³n de Carlos Lorca Tobar se inscribe en una acciĆ³n de la DINA en contra de los dirigentes del Partido Socialista, miembros de la ComisiĆ³n PolĆ­tica, de sus enlaces y correos, realizada en junio y a comienzos de julio de 1975. En este operativo se efectuaron las detenciones de Michelle PeƱa, Exequiel Ponce, Mireya RodrĆ­guez, Modesta Carolina Wiff y del afectado. En el mes de julio, fueron detenidas Rosa Soliz Poveda y Sara Donoso Palacios, militantes socialistas, quienes estaban bajo las Ć³rdenes partidarias de Modesta Carolina Wiff. Todos ellos permanecen como detenidos desaparecidos.

MƔximo Gedda Ortiz, Periodista de TVN. Detenido Desaparecido

MĆ”ximo Antonio Gedda Ortiz naciĆ³ el 19 de diciembre de 1947 en Temuco. EstudiĆ³ en el Colegio La Salle de la misma ciudad y, posteriormente, ingresĆ³ a la Universidad de La Frontera. Trabajaba como periodista en TelevisiĆ³n Nacional de Chile. Militante del MIR.

Su detenciĆ³n ocurriĆ³ el 16 de julio de 1974 en un bus de la locomociĆ³n colectiva por agentes de la DINA.
En febrero de 1975, su nombre fue incluido en un listado presentado en una Ā«conferencia de prensaĀ» montada por la DINA y protagonizada por cuatro dirigentes del MIR. En aquella lista Gedda aparecĆ­a como Ā«exiliadoĀ».

MĆ”ximo Gedda fue un verdadero poeta que en su obra nos revela la premoniciĆ³n de su muerte temprana y su sentido de entrega y pertenencia al tejido universal. PerteneciĆ³ a una generaciĆ³n comprometida con su pueblo y con su tiempo y los venideros. AĆŗn esperamos encontrarlo algĆŗn dĆ­a.

MĆ”ximo Gedda animĆ³ el primer programa emitido por TelevisiĆ³n Nacional desde los nuevos estudios de Bellavista 0990, el 18 de septiembre de 1970. Con 22 aƱos, integraba un grupo de asistentes de direcciĆ³n y camarĆ³grafos formados en 1969 por el espaƱol Manuel CĆ”lvelo. El joven se desarrollĆ³ profesionalmente, escribiĆ³ poesĆ­a, colaborĆ³ en Punto Final y descollĆ³ como dirigente sindical, hasta que desapareciĆ³ el 16 de julio de 1974. Una placa recuerda su nombre en las puertas de TelevisiĆ³n Nacional en Temuco, su ciudad natal. En Santiago no hay placa alguna. Pero quienes lo conocieron no la necesitan. MĆ”ximo es de aquellos seres que no se olvidan.

Cecilia Miguelina BojanĆ­c Abad, Embarazada, Detenida Desaparecida

Cecilia Miguelina BojanĆ­c Abad naciĆ³ en la clĆ­nica Ā«Madre e hijoĀ», ubicada en calle Santa Rosa, en la cuadra 15. Fue un dĆ­a lunes 7 de mayo del aƱo 1951, un dĆ­a maravilloso para nosotros, sus padres, recuerdo que llovĆ­a fuertemente, con viento y granizoā€¦; su padre, RenĆ© AndrĆ©s BojanĆ­c Hidalgo, trabajaba en la Farmacia Bristol en calle Providencia y yo, su mamĆ”, Eliana Abad Vandenbroeck, era y soy dueƱa de casa. VivĆ­amos en esa Ć©poca en calle Erasmo Escala 2619, casa A.
Nuestra Cecilia fue un bebĆ© y luego una niƱa cariƱosa, siempre alegre y muy inteligente, como lo prueban sus excelentes notas en sus aƱos de estudios; tenĆ­a desarrollado un gusto por lo artĆ­stico, el dibujo, la pintura, el canto, e incluso un par de cuentos que escribiĆ³ y que guardo en su recuerdo. Desde niƱa fue muy sociable, era feliz enseƱando y ayudando a amigos o a niƱos pequeƱos, y participaba en catos culturales en el colegio. TrabajĆ³ en una empresa de Publicidad, luego en otra firma y finalmente en el laboratorio Sandoz. Poe esa Ć©poca, ella tomaba clases de canto y terminĆ³ su Ćŗltimo aƱo de estudios secundarios en un liceo nocturno.
Su espĆ­ritu inquieto buscaba la forma de dar algo de sĆ­, de ayudar al que sufre, al que no sabe, al que no tiene, comprendiendo cada injusticia y cada carencia de los mĆ”s necesitados; se dedicĆ³ a enseƱar y a dar apoyo a grupos de niƱos, creo que sĆ³lo asĆ­ se sentĆ­a feliz. Fue en el colegio donde conociĆ³ a su compaƱero, Flavio OyarzĆŗn Soto, en un momento en que estaba plena de vida y de deseos de entregarse a la causa de los demĆ”s. Flavio era un joven bueno, brillante y generoso y ambos se unieron en el camino del ideal comĆŗn, militaban en el MIR. Su cariƱo fue bendecido por la llegada de su hijo Leonardo, y Cecilia dejĆ³ su trabajo para dedicarse a Ć©l. Llevaba una vida humilde, y era feliz en su sencillez.
Un aƱo y medio despuĆ©s del nacimiento de su hijo, y encontrĆ”ndose embarazada de cinco meses, fue detenida en su casa de calle Paraguay 1156 en la comĆŗna de la Grnja, el dĆ­a 2 de octubre de 1974. Frente a su departamento vivĆ­a una amiga suya, quiĆ©n relatĆ³ posteriormente que fueron cinco individuos armados los que se llevaron a mi niƱa y a su hijo; no le permitieron hablarle amenazĆ”ndola con una pistola. AlĀ  llevarsela, Cecilia le gritĆ³ al bajar: Ā» Dile a mi mamĆ” que no sĆ© cuando vuelva, que no alcancĆ© a lavar la ropa del niƱoĀ»ā€¦ EncontrĆ© al dĆ­a siguiente las tazas servidas, la papa de Leonardito que no tomĆ³, y el pan y cafĆ© de la once de Ceciliaā€¦ademĆ”s de un gran desorden en toda la pieza. La persona que presenciĆ³ estos hechos tuvo temor temor de presentarse a declarar. SĆ³lo existe la declaraciĆ³n de una cuƱada de mi hija mayor, que vive en Las Condes, en Plaza San Fuentes 252; en su casa se encontraba, por razones de trabajo, el marido de Cecilia, Flavio, ese dĆ­a de octubre. Bien, hasta allĆ­ llegaron esos hombres con mi hija, mi niƱa buena, que dio el niƱo a Francis Walker pidiĆ©ndole que me lo entregara, pues ella no sabĆ­a cuando volverĆ­aā€¦y seguida de dos hombres se marcharon, ella y su marido, hacia un automĆ³vil estacionado a la vuelta de la casa, donde los hicieron entrar, se los llevaron!ā€¦Ā”y no he vuelto a verlos jamĆ”s! ĀæQuĆ© hice, Dios? Esto ha sido espantoso, tan amargo, que no sĆ© en verdad cĆ³mo o por quĆ© hemos sobrevivido, tanto buscar, suplicar, preguntarā€¦La VicarĆ­a de la Solidaridad nos ayudĆ³ en todo, hicimos toda clase de iligencias, en lugares y centros de detenciĆ³n, cĆ”rceles, Misnisterio del Interior, Sendet, Cuatro Alamos, Cruz Roja Internacional; enviamos cartas pidiendo audiencia y atenciĆ³n al caso a Ministros y miembros de la Junta de Gobierno, obteniendo solamente respuestas del Ministerio de Justicia, del jefe de Gabinete, del Ministro, Sr. NicolĆ”s Vargas Villegas, y del Contraalmirante IM Sergio Huidobro Jefe del Gabinete de la Armada en la Junta de Gobierno, ambas diciendo que no tenĆ­an nada en su conocimiento sobre el desaparecimiento de mis hijos. Ha sido una bĆŗsqueda angustiosa, un dolor que los aƱos no lograrĆ”n nunca borrar. No sĆ© por quĆ© fueron detenidos, amigas del colegio y personas que los conocieron sĆ³lo tenĆ­an elogios para Cecilia, sĆ³lo buenos recuerdos. Esta situaciĆ³n de imcertidumbre y angustia afectĆ³ profundamente a nuestra familia, causando un dolor que aĆŗn nos afecta.Ā 

 

26 de diciembre de 2006

El ministro Juan Eduardo Fuentes dictĆ³ ayer una nueva condena contra el general (r) Manuel Contreras, como autor del secuestro calificado de los militantes del MIR Cecilia Bojanic Abad y Flavio OyarzĆŗn Soto, detenidos en Santiago el 2 de octubre de 1974.

Por el mismo delito, el juez dictĆ³ igual pena contra el ex agente civil de la Dina Osvaldo Romo; y condenĆ³ a cuatro aƱos sin beneficios a los ex oficiales Francisco Ferrer Lima, Marcelo Moren Brito, Miguel Krassnoff y Fernando Laureani.

El Ćŗnico ex Dina que obtuvo la libertad vigilada fue Orlando Manzo, quien recibiĆ³ una pena de 3 aƱos como cĆ³mplice.

En tanto, en un fallo dividido la Sexta Sala de la Corte condenĆ³ a nueve ex miembros del Comando Conjunto por Ā«asociaciĆ³n ilĆ­cita genocidaĀ», por haberse organizado para perseguir y exterminar a personas que pudieren Ā«sustentar ideologĆ­a marxistaĀ», a quienes recluyeron en la Academia de Guerra AĆ©rea.

El tribunal procesĆ³, ademĆ”s, a tres miembros del organismo en calidad de coautores del delito de ilegĆ­tima privaciĆ³n de libertad del dirigente de la CUT, JosĆ© Luis Baeza Cruces.

Juan Rosendo ChacĆ³n

Juan Rosendo ChacĆ³n Olivares, casado, una hija, mĆ©dico veterinario, militante del MIR, fue detenido el 15 de julio de 1974, alrededor de las 20:00 horas, en su domicilio de calle Antonio Varas, por agentes de la DirecciĆ³n de Inteligencia Nacional (DINA), encabezados por Osvaldo Romo Mena y movilizados en varios vehĆ­culos, entre Ć©stos, camionetas Chevrolet C 10.
Horas antes, alrededor de las 15:00 hrs. de ese mismo dĆ­a, habĆ­a sido detenida en la vĆ­a pĆŗblica, tambiĆ©n por agentes de la DINA, MarĆ­a InĆ©s Alvarado Bƶrgel (detenida desaparecida), en presencia de VerĆ³nica MartĆ­nez Ahumada, cĆ³nyuge de Juan Rosendo ChacĆ³n. VerĆ³nica logrĆ³ escabullirse y dirigirse hacia su domicilio en calle Antonio Varas, en donde informĆ³ de los hechos a un primo de su marido que allĆ­ se encontraba, Antonio Osorio Olivares. SegĆŗn declaraciones de este Ćŗltimo, a partir de entonces se notĆ³ un intenso despliegue de personas que evidenciaban ser agentes de seguridad, en torno al edificio.
Alrededor de las 17:30 hrs., unos 10 individuos, entre ellos, Osvaldo Romo, se presentaron en el departamento, identificĆ”ndose como funcionarios de la DINA. Estos iban armados y llevaban a MarĆ­a InĆ©s Alvarado, la que se veĆ­a muy asustada y sangraba del labio superior. DespuĆ©s de confirmar la direcciĆ³n, procedieron a llevĆ”rsela, mientras otros agentes allanaban el inmueble. A las 19:00 hrs., llegĆ³ RaĆŗl ChacĆ³n Zenteno (padre del afectado) y media hora despuĆ©s lo hizo MartĆ­n Elgueta. A las 8 de la noche apareciĆ³ Juan Rosendo.
Todos fueron detenidos. RaĆŗl ChacĆ³n Zenteno, VerĆ³nica MartĆ­nez y Antonio Osorio, quedarĆ­an posteriormente en libertad; el afectado, MartĆ­n Elgueta y MarĆ­a InĆ©s Alvarado, permanecen desaparecidos hasta hoy. El grupo fue trasladado al recinto secreto de reclusiĆ³n y tortura de la DINA conocido como Londres 38, en donde el afectado y su familia (VerĆ³nica MartĆ­nez, RaĆŗl ChacĆ³n y Antonio Osorio) permanecieron durante cinco dĆ­as. En ese lapso no se les permitiĆ³ sacarse la venda de los ojos y fueron continuamente interrogados y flagelados. A Juan Rosendo, tal como lo declararon diferentes testigos, se le torturĆ³ por medio de aplicaciĆ³n de corriente elĆ©ctrica. En una oportunidad, el mismo afectado informĆ³ a Antonio Osorio que durante el interrogatorio le habĆ­an roto la lengua. VerĆ³nica MartĆ­nez tenĆ­a que hacerle masajes en la espalda para calmarle los dolores que le producĆ­a la aplicaciĆ³n de corriente en el cerebro y sienes, mientras Juan Rosendo decĆ­a que las torturas a que era sometido le resultaban insufribles.
Al cabo de los 5 dĆ­as, Juan Rosendo ChacĆ³n, su padre RaĆŗl ChacĆ³n, su esposa VerĆ³nica MartĆ­nez y su primo Antonio Osorio, fueron trasladados a Cuatro Alamos, habiendo firmado previamente un documento en que decĆ­an que no habĆ­an sufrido malos tratos y que se les habĆ­a atendido bien. El traslado se concretĆ³ en un camiĆ³n cerrado y en aquel recinto el afectado quedĆ³ en la misma celda con su padre. DĆ­as despuĆ©s se concediĆ³ la libertad a todos, excepto a Juan Rosendo, el que permaneciĆ³ en Cuatro Alamos, desde donde desapareciĆ³.
RaĆŗl ChacĆ³n Zenteno , despuĆ©s de salir en libertad, concurriĆ³, junto a su esposa a dejar ropa a su hijo. Sin embargo, el nombre de Ć©ste ya no aparecĆ­a en las listas de detenidos.
A la semana siguiente de la detenciĆ³n de Juan Rosendo ChacĆ³n, el 22 de julio de 1975, su madre, MarĆ­a Cristina Olivares, y su suegra, Ana Ahumada Moraga, concurrieron hasta el departamento del afectado, encontrĆ”ndose con que el inmueble estaba ocupado por 10 agentes de la DINA, entre ellos Osvaldo Romo. Ambas seƱoras fueron detenidas en esos momentos y conducidas por sus captores al recinto de Londres 38, quedando en libertad al otro dĆ­a.
Por su parte, VerĆ³nica MartĆ­nez Ahumada, dĆ­as despuĆ©s de quedar en libertad, pasĆ³ por su departamento para constatar lo sucedido. Al entrar a Ć©ste, se dio cuenta que su hogar habĆ­a sido saqueado: habĆ­an robado toda la ropa de su marido, de ella y de su hija; las camas estaban hasta sin colchones; habĆ­an desaparecido anillos de oro, pulseras, collares, alfombras, radio y otros enseres domĆ©sticos; todos los elementos de trabajo de su esposo, diplomas, documentos, se encontraban esparcidos en el suelo y hecho tiras; lo que no se habĆ­an llevado, estaba completamente destrozado.
Un aƱo despuĆ©s de ocurridos estos hechos, en julio de 1975, el nombre del afectado apareciĆ³ en la lista de 119 chilenos que presuntivamente habĆ­an muerto en enfrentamiento en Argentina. La veracidad de este hecho jamĆ”s ha podido ser comprobada, mĆ”s aĆŗn, ningĆŗn Gobierno, ni siquiera el chileno, lo ratificĆ³ oficialmente.
El nombre del afectado apareciĆ³ en la revista Ā«LeaĀ» de Buenos Aires, en una Ćŗnica adiciĆ³n, sin domicilio y sin editor responsable.
Posteriormente su cĆ³nyuge debiĆ³ viajar al exilio, su seguridad estaba en riesgo por lo que ella y su hija abandonaron el paĆ­s.

Jorge PeƱa Hen, MĆŗsico

Jorge Washington PeƱa Hen, compositor y maestro,Ā fue asesinado por los militares miembros de laĀ Caravana de la Muerte. El 16 de octubre de 1973, a la edad de 45 aƱos y en plena facultad de sus capacidades, con el pretexto de cumplir un Ćŗltimo interrogatorio para salir en libertad,Ā Jorge PeƱa HenĀ fue trasladado junto a otros prisioneros hasta elĀ Regimiento Arica, de La Serena, donde fue flagelado por horas y luego baleado en el crĆ”neo, el mentĆ³n y ametrallado por la espalda, por los oficiales de la Ā«Caravana de la MuerteĀ«, comisiĆ³n con amplios poderes, enviada expresamente porĀ Augusto PinochetĀ y liderada por elĀ General Sergio Arellano Stark.

Jorge Washington PeƱa Hen,fue asesinado junto a otras 14 personas, en su mayorĆ­a militantes y simpatizantes socialistas como Ć©l.Ā Arellano StarkĀ y su comitiva militar recorrieron las ciudades de Valdivia, Linares, Cauquenes, La Serena, CopiapĆ³, Antofagasta y Calama en un helicĆ³ptero Puma del ejĆ©rcito, ejecutando a 75 prisioneros politicos.

Alfonso RenƩ Chanfreau Oyarce

Alfonso RenĆ© Chanfreau Oyarce, casado, una hija, estudiante y dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), fue detenido por agentes de la DirecciĆ³n de Inteligencia Nacional DINA, el dĆ­a 30 de julio de 1974, aproximadamente a las 23:30 horas, en su domicilio situado en la calle Escanilla NĀ°661, en la actual comuna de Independencia.

Ese dĆ­a Alfonso Chanfreau se encontraba en su hogar junto a su esposa, Erika Cecilia Hennings Cepeda, y a la pequeƱa hija de ambos, de nombre Natalia. De sĆŗbito, una gran cantidad de agentes armados y vestidos de civil, luego de saltar la reja del edificio, comenzaron a golpear las puertas y ventanas del domicilio de los Chanfreau Hennings. Acto seguido, el jefe del operativo, que se hacĆ­a llamar Ā«CapitĆ”n ManuelĀ» y tambiĆ©n Ā«CapitĆ”n MarkĀ» , pero que la investigaciĆ³n judicial del caso ha establecido que se trata del Oficial de Carabineros de nombre Gerardo Ernesto Godoy GarcĆ­a, preguntĆ³ por Ā«Alfonso RenĆ© Chanfreau OyarceĀ» y de inmediato ingresaron alrededor de diez agentes al departamento, allanĆ”ndolo minuciosamente.

Entre estos Ćŗltimos, Erika Hennings pudo reconocer a Osvaldo Romo Mena, al cual ella le preguntĆ³ los motivos del operativo, respondiĆ©ndole Romo que su marido era un Ā«carajoĀ». Mientras registraban la vivienda, se hizo salir a Chanfreau por un momento fuera de ella; el Oficial Gerardo Godoy afirmĆ³ luego: Ā«efectivamente era el EmilioĀ» (nombre polĆ­tico que usaba Chanfreau al interior del MIR). Aparentemente, el propĆ³sito de la salida del detenido a la calle obedeciĆ³ a que otro detenido, presente en el lugar, lo identificara.

A continuaciĆ³n, los agentes indicaron que llevaban detenido con ellos a Alfonso Chanfreau; Ć©ste, sin embargo, les pidiĆ³ que llevaran a su mujer e hija a la casa de los padres de Erika Hennings, a lo cual los efectivos accedieron, trasladĆ”ndolas en una camioneta Chevrolet C 10 sin patente.
Una vez en el domicilio de sus padres, Erika Hennings comunicĆ³ a su cuƱada Denisse Chanfreau la detenciĆ³n de su marido.

Alrededor de las 8 horas del dĆ­a siguiente, Denisse Chanfreau llegĆ³ a la casa de la familia de Erika Hennings, informĆ”ndole a Ć©sta Ćŗltima que se habĆ­a comunicado con la Embajada de Francia (Chanfreau ostenta nacionalidad francesa), donde le habĆ­an ofrecido ayuda para su familia.
Sin embargo, cerca de las 09:00 horas de la maƱana, se presentaron en el domicilio de la familia Hennings un grupo de agentes de la DINA, quienes expresaron que requerĆ­an a Erika Hennings para que fuera a su departamento a reconocer algunas cosas. Los agentes la hicieron subir a una camioneta de color blanco, similar al modelo en que la habĆ­an trasladado la noche anterior, y la situaron al centro del asiento. Una vez que la camioneta se puso en marcha, le informaron que la llevaban donde estaba Chanfreau, puesto que Ć©l no querĆ­a cooperar con el interrogatorio. El vehĆ­culo enfilĆ³ hacia la avenida Independencia y, al llegar a Mapocho, le ordenaron que se agachara y se pusiera cinta adhesiva scotch en los ojos; a continuaciĆ³n le colocaron unos anteojos. El vehĆ­culo doblĆ³ por el costado de un parque, enseguida dio unas vueltas y, finalmente, llegaron a un lugar donde la hicieron descender.
Una vez adentro del recinto, se enterĆ³ por medio de los mismos detenidos en ese lugar que se trataba del local de Londres 38, (inmueble confiscado al Partido Socialista y transformado por sus expropiadores en recinto secreto de detenciĆ³n y tortura). Al ingresar, unas mujeres le tomaron sus datos de identificaciĆ³n personal (nombre, cĆ©dula de identidad, estado civil, etc.). Luego, sin retirarle la cinta adhesiva de los ojos, le pusieron una venda. A pesar de ello, al levantar la cabeza, pudo ver a una gran cantidad de detenidos sentados en sillas que estaban dispuestas en hileras. Algunos de ellos tenĆ­an frazadas sobre sus hombros.

Erika Hennings fue sentada junto a otras mujeres detenidas. Una de ellas le hablĆ³ y se identificĆ³ como MarĆ­a InĆ©s Alvarado Borgel (actualmente detenida desaparecida). Luego el agente Osvaldo Romo la llevĆ³ ante su esposo en los momentos en que Ć©ste estaba siendo torturado. Al percibir Chanfreau la presencia de Erika dio gritos de desesperaciĆ³n; en los momentos en que ella era sacada de esa estancia, le hizo saber a su marido en voz alta que se encontraba bien, lo que irritĆ³ a Romo hasta el punto de propinarle una golpiza. DespuĆ©s Erika Hennings fue conducida a otra sala, donde fue brutalmente torturada. MĆ”s tarde, la condujeron a una sala donde tambiĆ©n llevaron a Chanfreau, encontrĆ”ndose ambos con la vista vendada. Pese a ello, Erika Hennings pudo percibir que su marido estaba esposado y amarrado, pues en un momento Ć©ste la abrazĆ³ y le pidiĆ³ perdĆ³n por el hecho de encontrarse ella allĆ­.

Ambos cĆ³nyuges pudieron conversar en breves intervalos y despuĆ©s los llevaron juntos a otra estancia, donde hablaron un rato, hasta que alguien descubriĆ³ que estaban juntos y prorrumpiĆ³ en insultos.
Erika Hennings permaneciĆ³ catorce dĆ­as en ese lugar; durante todos los dĆ­as en que ambos estuvieron en ese recinto, Chanfreau era diariamente torturado; los agentes de la DINA presumĆ­an que era poseedor de una abundante informaciĆ³n acerca del MIR, de la que, segĆŗn su esposa, carecĆ­a. Como el detenido no decĆ­a nada, llevaban a Erika Hennings a torturarla en su presencia. DespuĆ©s de cada una de esas sesiones, los dejaban juntos en el primer piso o en el subterrĆ”neo con el objeto de que ella convenciera a su marido de que hablara.

EncontrĆ”ndose Chanfreau en Londres 38 se acercĆ³ a Ć©l Marcia Alejandra Merino Vega , con quien habĆ­a tenido antes una relaciĆ³n sentimental, pidiĆ©ndole perdĆ³n por haberse visto obligada a entregarlo, debido a que no habĆ­a podido soportar la tortura y, a cambio de su vida, debiĆ³ colaborar con la DINA. En la misma situaciĆ³n se encontraba Luz Arce Sandoval, a quien en una oportunidad sacaron de ese recinto junto a la doctora Patricia BarcelĆ³ Amado, llevĆ”ndolas a un lugar donde Chanfreau fue torturado, obligando a Ć©sta Ćŗltima a presenciar la tortura.

En su declaraciĆ³n ante el Tribunal, de fecha 7 de enero de 1990, Luz Arce informĆ³ haber sido llevada en varias oportunidades desde Londres 38 hasta la Villa Grimaldi, expresando textualmente: Ā«en cierta ocasiĆ³n, cuando me llevaban desde Villa Grimaldi a Londres 38, me suben a la camioneta y veo a una persona con las manos y las piernas abiertas tirado al fondo, casi muerto, al menos ese era su aspecto; era Alfonso Chanfreau, que habĆ­a sido torturado y le habĆ­an pasado la camioneta; ademĆ”s, otro tipo de la DINA dice: Ā«Āæa quiĆ©n llevan ahĆ­?Ā» y le contestan: Ā«a Alfonso Chanfreau, le pasaron la camionetaĀ».
Por su parte, el 5 de marzo de 1991, compareciĆ³ ante el Tribunal Enrique Julio Arce Sandoval, hermano de Luz Arce, informando que durante su cautiverio en manos de la DINA en el local de Londres 38, en el mes de agosto de 1974, tuvo conocimiento de la presencia de Alfonso Chanfreau y su esposa en ese local y expresĆ³ lo siguiente: Ā«a mĆ­ me consta que Alfonso estuvo detenido, puesto que escuchĆ© varias veces cuando lo nombraban para llevarlo a algĆŗn lugar o para torturarlo; estĆ”bamos todos sentados en la sala de las sillas y una vez nombrado pasaba ante nosotros, se sentĆ­a que subĆ­a las escalas y luego los gritos; en el silencio y la atmĆ³sfera siniestra en que nos sentĆ”bamos, se podĆ­a palpar muchas cosas que no se podĆ­an verĀ».

El 27 de mayo de 1991 declarĆ³ ante el Tribunal Pedro Alejandro Matta Lemoine, detenido por agentes de la DINA el 17 de mayo de 1975. En una de las partes de su declaraciĆ³n se refiriĆ³ al diĆ”logo que sostuvo con el detenido, Humberto Menanteaux Aceituno, encontrĆ”ndose ambos en Cuatro Alamos. En aquella oportunidad, Matta le preguntĆ³ a Menanteaux la razĆ³n de Ć©ste para haber afirmado en una conferencia de prensa televisada, en la que habĆ­a sido obligado a participar, que Alfonso Chanfreau estaba exiliado, respondiĆ©ndole literalmente Menanteaux: Ā«flaco, olvĆ­date de Poncho (Alfonso), sĆ© que a Poncho se lo llevaron a Colonia Dignidadā€¦ yo pienso que hoy dĆ­a Poncho estĆ” muerto y si no lo estĆ”, es como si lo estuviera. No creo que vayas a ver a tu amigo nunca mĆ”sĀ».

Cabe recordar que Humberto Menanteaux, miembro del ComitĆ© Central del MIR, fue detenido a fines de 1974, por la DINA y, encontrĆ”ndose en esa situaciĆ³n, fue obligado a participar junto a otros tres dirigentes de esa organizaciĆ³n en una declaraciĆ³n televisada y una conferencia de prensa, en donde llamaron a sus compaƱeros a deponer la lucha armada. Luego de haber continuado detenidos algunos meses en la Villa Grimaldi, separados del resto de los detenidos, fueron puestos en libertad en septiembre de 1975. Sin embargo, Menanteaux, al igual que JosĆ© Carrasco VĆ”squez, otro de los participantes de la declaraciĆ³n pĆŗblica, fue nuevamente detenido el 19 de noviembre de 1975. Luego en diciembre de 1975 ambos fueron encontrados muertos en las cercanĆ­as de Buin, con signos de haber sido brutalmente torturados antes de dĆ”rseles muerte.

Erika Hennings vio por Ćŗltima vez a su marido el martes 13 de agosto de 1974, en el local de Londres 38. En esa oportunidad, hicieron despedirse a los esposos, debido a que Alfonso Chanfreau supuestamente serĆ­a trasladado a otro recinto. Desde esa oportunidad, se perdiĆ³ todo rastro de Alfonso Chanfreau Oyarce, Jorge Olivares Graindorge, Luis Julio Guajardo Zamorano, IvĆ”n Ibarra Toledo, Marcos QuiƱones Lembrach, ZacarĆ­as Machuca MuƱoz e IvĆ”n Moreno Fuenzalida.

Erika Hennings fue trasladada a Cuatro Alamos (recinto administrado por la DINA) el 16 de agosto de 1974 junto a otros detenidos, entre los que se contaba Muriel Dockendorf Navarrete, actualmente detenida desaparecida. El 17 de agosto de ese aƱo se dispuso su traslado a Tres Alamos, donde permaneciĆ³ hasta el 7 de noviembre de 1974, fecha en que fue expulsada a Francia.

Es preciso dejar consignado que Luz Arce Sandoval, al declarar ante el Tribunal, entregĆ³ antecedentes pormenorizados respecto a la estructura con que funcionaba la DINA. Ellos sirvieron de base para ordenar diligencias relacionadas con inculpados y se reproducen a continuaciĆ³n: Ā«En esa Ć©poca en Londres 38 existĆ­an tres grupos operativos dependientes de la Unidad CaupolicĆ”n que a su vez dependĆ­a de la Brigada de Inteligencia Metropolitana BIM, como jefe en ese momento vi a Moren Brito, Mayor de EjĆ©rcito de la Ć©poca, a Ć©l lo reemplazaba a veces Pedro Espinoza Bravo, y queda como Comandante de la BIM en noviembre del 74, estas destinaciones eran por decretos del EjĆ©rcito, a su vez CaupolicĆ”n era comandado por Moren y estaba sub dividido en tres agrupaciones llamadas Aguila, HalcĆ³n y TucĆ”n.

El grupo Aguila, era comandado por el Teniente de EjĆ©rcito Miguel Krassnoff, de Ć©l dependĆ­a Osvaldo Romo, Basclay Zapata, alias el Ā«TrogloĀ» , del EjĆ©rcito, y el Negro Paz, alias el Ā«PulgarĀ»; estos son nombres reales de las personas y actualmente trabajan para el EjĆ©rcito. El Grupo HalcĆ³n, era comandado por el Teniente de Carabineros Ricardo Lawrence; TucĆ”n, era comandado por el Subteniente de Carabineros Gerardo Godoy, alias el CapitĆ”n Marcos o CapitĆ”n Manuel y otros apodos.

PurĆ©n era otra organizaciĆ³n dentro de los mismos, dependiente de la BIM, comandado por Eduardo Iturriaga Neuman; la persona que me detiene por segunda vez, era del grupo PurĆ©n, todas las personas que estaban de guardia en la Ć©poca en el Hospital Militar eran de PurĆ©n. A mĆ­ me interrogĆ³ varias veces el Mayor de EjĆ©rcito, Gerardo Uldrich.

El grupo o Unidad CaupolicƔn, se dedicaba a las personas de izquierda, y la Unidad PurƩn a la D.C. Gremios y empresas, ellos investigaban en esos grupos.
No obstante tener toda su gente Ā«ocupadaĀ», CaupolicĆ”n pedĆ­a la gente prestada a PurĆ©n.
Posteriormente CaupolicĆ”n se dedicaba sĆ³lo a la gente del MIR, pasando la izquierda al PurĆ©n.
Siempre como Director de DINA, estuvo el Coronel Manuel Contreras SepĆŗlveda y como su ayudante el CapitĆ”n de EjĆ©rcito y Arma de CaballerĆ­a, Alejandro Burgos y, como segundo ayudante, el Teniente Ā«Cacho AcevedoĀ».

A pesar de las mĆŗltiples acciones judiciales y administrativas y de reiteradas denuncias a organismos nacionales e internacionales, Alfonso RenĆ© Chanfreau Oyarce permanece en calidad de desaparecido desde que fuera detenido por la DINA en julio de 1974.
https://memoriaviva.com/nuevaweb/detenidos-desaparecidos/desaparecidos-c/chanfreau-oyarce-alfonso-rene/

CARMEN BUENO Y JORGE MƜLLER. la historia de dos jĆ³venes enamorados de la vida y de su pueblo

El dĆ­a 29 de noviembre de 1974, durante la maƱana, fueron detenidos por agentes de la DirecciĆ³n de Inteligencia Nacional (DINA) los cineastas Jorge MĆ¼ller y Carmen Bueno, ambos militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Su historia marcĆ³ de tal modo al mundo del cine nacional (y a quienes quedaron de ese mundo en Chile, ya que muchos partieron al exilio), que diez aƱos despuĆ©s, en 1984, la asociaciĆ³n de cineastas puso esa fecha como el dĆ­a oficial del cine nacional.

Bueno, de 24 aƱos, y MĆ¼ller, de 27, eran pareja y vivĆ­an juntos, en la casa del cineasta Pablo Perelman y su esposa. A pesar de su juventud, ambos ya llevaban una prolĆ­fica carrera en el cine.

MĆ¼ller entrĆ³ a la Escuela de Cine de la Universidad de Chile en ViƱa del Mar en 1969. Ya al aƱo siguiente comienzĆ³Ā a trabajar en producciones audiovisuales.

En 1970 trabajĆ³Ā en un documental sobre la vida de los mineros del carbĆ³n, tituladoĀ Reportaje A Lota.Ā Luego trabajĆ³ con Miguel Littin en el filmĀ La Tierra Prometida, y colaborĆ³ para el director RaĆŗl Ruiz en los filmesĀ La ExpropiaciĆ³nĀ yĀ Realismo Socialista, pelĆ­cula que no pudo ser estrenada tras el golpe de Estado. Pero su trabajo mĆ”s reconocido a nivel nacional y mundial es en el documentalĀ La Batalla de Chile, del director Patricio GuzmĆ”n, donde fue el camarĆ³grafo.Ā Aunque MĆ¼ller nunca pudo ver la pelĆ­cula terminada. Durante el gobierno de Salvador Allende, MĆ¼ller fue parte del equipo de grabaciĆ³n del mandatario y de algunos ministros.

Quienes han estudiado su trabajo, destacan su talento para los planos secuencia (escenas sin cortes de ediciĆ³n) y en la direcciĆ³n de fotografĆ­a, con el trabajo de luz y sombra de las escenas.

En tanto, Carmen Bueno estudiĆ³ cine en la Pontificia Universidad CatĆ³lica de Chile. TambiĆ©n participĆ³ enĀ La Tierra PrometidaĀ de Littin y en diferentes programas de televisiĆ³n en la producciĆ³n y el trabajo tĆ©cnico de Ć©stos.

Carmen Bueno y Jorge MĆ¼ller se conocieron gracias a su pasiĆ³n, el cine, y decidieron mantenerse en Chile despuĆ©s del golpe de Estado de 1973, a pesar de que las oportunidades de trabajar en cine eran cada vez menores. A los pocos meses de iniciada la dictadura, fueron invitados a unirse al equipo del filmĀ A la Sombra del Sol, de los directores Silvio Caiozzi y Pablo Perelman. En febrero de 1974 comenzaron las grabaciones de la pelĆ­cula, filmada en el desierto de Atacama.

El dĆ­a del estreno fue fijado para el 28 de noviembre de 1974, en el cine Las Condes. AllĆ­, Bueno y MĆ¼ller asistieron y, tras la proyecciĆ³n, compartieron con sus compaƱeros en el departamento de unos amigos. Decidieron quedarse allĆ­ debido al toque de queda.

Al dĆ­a siguiente, ambos fueron detenidos por agentes de la DINA que se movilizaban en camioneta, vestidos de civil, cerca de la intersecciĆ³n de calle Bilbao con Los Leones, durante la maƱana, cuando se dirigĆ­an juntos a los estudios de Chilefilms a trabajar. SegĆŗn seƱala Perelman en una entrevista reciente a Radio BĆ­o BĆ­o, los agentes de la DINA eran acompaƱados por la ex militante del MIR y luego colaboradora de la DINA, Marcia Merino, conocida como ā€œla Flaca Alejandraā€, quien habrĆ­a reconocido a MĆ¼ller y Bueno para su detenciĆ³n.

La pareja fue trasladada al centro de detenciĆ³n de Villa Grimaldi, en donde fueron torturados. Durante la primera semana de diciembre, segĆŗn testigos quienes estuvieron detenidos con Carmen Bueno y Jorge MĆ¼ller, ambos fueron trasladados al recinto de Cuatro Ɓlamos. AllĆ­, mujeres afirman que Bueno se mantenĆ­a bien de Ć”nimo, pero que se quejaba de fuertes dolores, debido a las torturas que incluyeron vejaciones sexuales. Ella misma escribiĆ³ su nombre con una aguja en la celda donde se encontraba y marcĆ³ los dĆ­as en que estuvo ahĆ­.

En Cuatro Ɓlamos, la pareja se comunicaba con seƱas cuando salĆ­an en fila al baƱo, hasta que fueron descubiertos por un agente. Al dĆ­a siguiente, ambos fueron sacados del recinto, con destino desconocido,Ā permaneciendoĀ desaparecidos hasta el dĆ­a de hoy.
(FUENTE: INTERFERENCIA)
https://interferencia.cl/articulos/desaparicion-de-los-cineastas-jorge-muller-y-carmen-bueno-la-historia-detras-de-la

Luis Elgueta DĆ­az, vĆ­ctima OperaciĆ³n CĆ³ndor

El 27 de julio de 1976, 25 dĆ­as despuĆ©s de llegar a ArgentinaĀ Luis Enrique ELGUETA DIAZĀ fue detenido junto a su pareja de nacionalidad argentina, Clara Haydee FernĆ”ndez, y la hermana de esta, Cecilia FernĆ”ndez.

Ā Luis Elgueta DĆ­az y Clara FernĆ”ndez, decidieron abandonar Chile rumbo a Buenos Aires, lugar donde vivĆ­an sus padres y hermanos,Ā  luego de advertir que sus amigos estaban siendo detenidos. En efecto, en el mes de junio fueron secuestrados y hechos desaparecer seis de personas que conocĆ­an a Luis Enrique.

En julio de 1977, al aƱo del secuestro de la pareja Elgueta-FernĆ”ndez, fue allanado el hogar de la familia Elgueta en Buenos Aires y en la ocasiĆ³n secuestran aĀ  la hermana y a una cuƱada de Elgueta DĆ­az.

Ambas jĆ³venes fueron conducidas al CCD ā€œEl AtlĆ©ticoā€ lugar en donde las interrogan y les afirman que Luis Elgueta DĆ­az habĆ­a sido trasladado a Chile a los pocos dĆ­as de su detenciĆ³nĀ Ā  ā€œporque ahĆ­ tenĆ­a muchas cuentas que pagarā€.

Igual aseveraciĆ³n hicieron a la Sra. Ruth DĆ­az de Elgueta, madre de Luis, losĀ  secuestradores de su hija y nuera; entre Ć©stos se encontraba el agente de la DINA chilena, Enrique Arancibia Clavel, quien estĆ” actualmente cumpliendo condena -entre otras causas- por el secuestro de ambas jĆ³venes.

Ā El secuestro y desapariciĆ³n de Luis Enrique Elgueta DĆ­az es reconocido como un caso tĆ­pico de la llamada ā€œOperaciĆ³n CĆ³ndorā€.

La ComisiĆ³n Rettig seƱalĆ³ queĀ  pudo llegar a la convicciĆ³n que Luis Enrique Elgueta DĆ­az,Ā  buscado intensamente en Chile despuĆ©s del operativo de la DINA que aniquilĆ³ el grupo de sus amigos en Santiago, fue puesto a disposiciĆ³n de agentes de la DINA en Buenos Aires.

La ComisiĆ³n estĆ” convencida de que su desapariciĆ³n fue obra de agentes del Estado, quienes violaron asĆ­ sus derechos humanos.

Michelle Marguerite PeƱa Herreros, estudiante, Detenida Desaparecida, embarazada 8 meses.

Michelle Marguerite PeƱa Herreros, estudiante de IngenierĆ­a de la Universidad TĆ©cnica del Estado, militante socialista, embarazada de ocho meses, fue detenida alrededor del 20 junio de 1975, en la poblaciĆ³n Las Rejas, por agentes de la DirecciĆ³n de Inteligencia Nacional (DINA). Aunque no hay testimonios directos de su aprehensiĆ³n, existen antecedentes que permiten deducir que Ć©sta se produjo en su domicilio y, posiblemente, junto a Ricardo Lagos Salinas, con quien compartĆ­a la casa y la militancia socialista. En el momento de su detenciĆ³n, la afectada se encontraba con un embarazo de 8 meses. Tanto la vĆ­ctima como Ricardo Lagos se encuentran desaparecidos. En cuanto al hijo que ella esperaba, se desconoce su destino.
Juan Carlos Ruiz, tambiĆ©n socialista, declarĆ³ que, en noviembre de 1974, despuĆ©s de salir libre de una detenciĆ³n, tomĆ³ contacto con Michelle PeƱa, cuando ella y Ricardo Lagos vivĆ­an en una pensiĆ³n de calle Tocornal. Posteriormente, en 1975, el testigo asumiĆ³ tareas de enlace entre Exequiel Ponce, entonces dirigente mĆ”ximo del Partido y los dirigentes Ricardo Lagos, Carlos Lorca y Michelle PeƱa, todos actualmente desaparecidos despuĆ©s de haber sido detenidos por la DINA. En marzo de 1975 ubicĆ³ la casa de calle Tiros en la que vivĆ­an Lagos y la afectada, domicilio en el que se reducĆ­an documentos, habĆ­a taller fotogrĆ”fico y se realizaban los puntos de encuentro y reuniĆ³n con Ponce. En esa Ć©poca, se vivĆ­an tiempos de bastante inseguridad, seƱala el declarante, puesto que ya habĆ­an sido detenidos dirigentes socialistas de nivel intermedio.
AsĆ­, el embarazo de Michelle generaba sobresaltos. SegĆŗn el testigo, se le trasladaba a los controles mĆ©dicos, cambiĆ”ndole continuamente de nombre.
Alrededor del 21 de junio de 1975, Juan Carlos Ruiz concurriĆ³ al domicilio de la vĆ­ctima e ingresĆ³ a Ć©ste sin darse cuenta que la seƱal de alerta previamente convenida con Ricardo Lagos una ventana abiertaĀ estaba presente. Adentro habĆ­a un gran desorden, los colchones estaban rajados y todas las cosas desparramadas, con evidentes signos de allanamiento. El declarante estimĆ³ que en ese lugar habĆ­an sido detenidos Ricardo Lagos y Michelle PeƱa.

La detenciĆ³n y desapariciĆ³n de la afectada se inscribe en una acciĆ³n de la DINA en contra de dirigentes del Partido Socialista, miembros de la ComisiĆ³n PolĆ­tica, de sus enlaces y correos, realizada en junio y comienzos de julio de 1975. En este operativo se efectuaron las detenciones de Ricardo Lagos, Exequiel Ponce, Mireya RodrĆ­guez, Carlos Lorca, Modesta Carolina Wiff y de la afectada. En el mes de julio fueron detenidas Rosa Soliz Poveda y Sara Donoso Palacios, quienes trabajaban partidariamente junto a Modesta Carolina Wiff. Todos ellos permanecen como detenidos ā€“ desaparecidos.Ā 

MARIN ELGUETA Y MARIA INES ALVARADO, JUAN ROSENDO CHACƓN

MartĆ­n Elgueta Pinto naciĆ³ el 1 de julio de 1953 en Santiago. EstudiĆ³ en el Colegio de La Salle y en el Liceo Manuel de Salas, donde fue miembro del Centro de Alumnos, luego iniciĆ³ la carrera de EconomĆ­a en la Universidad de Chile. IngresĆ³ al MIR en 1968 y una de sus primeras responsabilidades fue la jefatura de la Brigada secundaria. Durante el gobierno de Salvador Allende dirigiĆ³ el Grupo PolĆ­tico Militar (GPM) 4, una estructura territorial que abarcaba las actuales comunas de MaipĆŗ y Cerrillos, la Villa Francia y la poblaciĆ³n JosĆ© MarĆ­a Caro.

DespuĆ©s del golpe de estado asumiĆ³ como coordinador del sector Santiago poniente, correspondiente a La Cisterna, Barrancas y MaipĆŗ, y fue miembro del ComitĆ© Central.

El 15 de julio de 1974, a los 21 aƱos, fue detenido en el domicilio de Juan Rosendo ChacĆ³n Olivares en la comuna de Providencia. El mismo dĆ­a fue detenida su ex pareja MarĆ­a InĆ©s Alvarado Bƶrgel. Estas tres personas permanecen desaparecidas.

AdemƔs de su paso por Londres 38, testigos sobrevivientes refieren haberlo visto en Cuatro Ɓlamos.
En febrero de 1975, el nombre de Elgueta fue incluido en una lista dada a conocer a travĆ©s de una Ā«conferencia de prensaĀ» montada por la DINA, y protagonizada por cuatro dirigentes del MIR que en ese momento se encontraban detenidos en la Villa Grimaldi. En dicha lista, Elgueta figuraba como dirigente del MIR Ā«exiliadoĀ».

En julio del mismo aƱo su nombre apareciĆ³ en la lista de los 119.

MarĆ­a InĆ©s Alvarado Bƶrgel naciĆ³ el 20 de octubre de 1952 en Santiago. EstudiĆ³ en el Liceo Manuel de Salas y posteriormente trabajĆ³ como secretaria. Durante el gobierno de Salvador Allende ingresĆ³ al MIR y con posterioridad al golpe de estado trabajĆ³ en la organizaciĆ³n de la resistencia a la dictadura vinculĆ”ndose a la naciente CoordinaciĆ³n del sector norponiente de Santiago del MIR. El 15 de julio de 1974, a la edad de 21 aƱos, fue detenida por agentes de la DINA en Avenida Providencia y luego fue llevada forzosamente hasta el domicilio de Juan Rosendo ChacĆ³n Olivares, quien tambiĆ©n fue apresado y posteriormente, desaparecido. En este domicilio tambiĆ©n fue detenido y luego hecho desaparecer su ex pareja MartĆ­n Elgueta Pinto.Ā 

Juan Rosendo ChacĆ³n Olivares naciĆ³ el 24 de junio de 1945 en La Serena y realizĆ³ sus estudios en el Seminario Conciliar de la misma ciudad. En 1964 se trasladĆ³ con su familia a Santiago, a la Villa Franklin de la comuna de MaipĆŗ, para estudiar Medicina Veterinaria en la Universidad de Chile.

Inicialmente militĆ³ en las Juventudes Comunistas (JJCC) y en 1968 ingresĆ³ al MIR. Una de sus primeras responsabilidades fue la jefatura de una unidad polĆ­tica del Campamento 26 de julio ubicado en Cerrillos. Posteriormente, integrĆ³ la unidad operativa del Grupo PolĆ­tico Militar 4, una estructura territorial que abarcaba las actuales comunas de MaipĆŗ y Cerrillos, la Villa Francia y la poblaciĆ³n JosĆ© MarĆ­a Caro.

Al momento de su detenciĆ³n estaba vinculado a la naciente CoordinaciĆ³n del sector norponiente de Santiago del MIR.
El 15 de julio de 1974, a los 29 aƱos, fue detenido por efectivos de la DINA en su domicilio, donde tambiƩn se detuvo a Martƭn Elgueta Pinto. El mismo dƭa fue detenida Marƭa InƩs Alvarado Bƶrgel.

IvƔn Sergio Insunza BascuƱƔn, casado, dos hijos, MƩdico Cirujano

IvĆ”n Sergio Insunza BascuƱƔn, casado, dos hijos, MĆ©dico Cirujano, militante comunista, fue detenido la noche del 4 de agosto de 1976 por agentes de la DINA, mientras se dirigĆ­a en su automĆ³vil a su hogar luego de retirarse de atender a una paciente de la comuna de Macul. Desde esa fecha permanece desaparecido. Anteriormente a su detenciĆ³n, el afectado habĆ­a recibido un llamado anĆ³nimo, en el que una voz masculina le advertĆ­a que era buscado por los servicios de seguridad; testigo de este hecho fue su cĆ³nyuge Ana MarĆ­a Araya. El dĆ­a 4 de agosto, el doctor IvĆ”n Insunza atendiĆ³ pacientes en su consulta particular en Monjitas 485, de Santiago Centro. Cerca de las 21:15 horas su secretaria, Ruth AlarcĆ³n, al retirarse del lugar se encontrĆ³, al salir a la calle con un sujeto elegantemente vestido, el que intentĆ³ impedir su salida. En ese momento, otro hombre ubicado a unos 10 metros, parado justo bajo la ventana del afectado, le indicĆ³ que la dejara seguir. Ella se retirĆ³ sin poder avisar al doctor IvĆ”n Insunza de lo ocurrido, lo que sĆ­ logrĆ³ fue ver que los agentes se colocaban en la otra acera frente a la oficina del afectado. Este se retirĆ³ de la consulta unos 15 minutos mĆ”s tarde, aproximadamente a las 21:30 horas. De ahĆ­ se dirigiĆ³ a hacer una consulta mĆ©dica particular a la casa de una pariente que estaba enferma, domiciliada en FroilĆ”n Roa 4621 de la comuna de Macul, hasta donde llegĆ³ cerca de las 22:00 horas, en su vehĆ­culo Renault 4S del aƱo 1969, patente OE-76 de Santiago.
Luego de atender a MaitĆ© Barrios, saliĆ³ hasta la calle acompaƱado del padre de ella, GermĆ”n Barrios Insunza. Este dejĆ³ al afectado en su vehĆ­culo y pudo observar que en ese instante a unos 30 metros de ellos habĆ­a estacionado Ā«un auto, grande, tipo americano y en su interior se veĆ­an dos personasĀ».
IvĆ”n Insunza saliĆ³ en direcciĆ³n a su casa, segĆŗn manifestĆ³ a su tĆ­o, viaje en el que debĆ­a demorar una media hora. Sin embargo nunca llegĆ³ a su domicilio. Fue detenido entre las 23:00 y 23:30 horas de esa noche en la calle. Al afectado se lo llevaron con su automĆ³vil Renault 4S.
Ese mismo dĆ­a, en horas de la tarde, fue detenido el doctor Carlos Godoy Lagarrigue, mientras se dirigĆ­a en su vehĆ­culo, desde el Hospital Parroquial de San Bernardo hasta el PoliclĆ­nico Escolar San Francisco ubicado en la comuna de La Granja. Ambos mĆ©dicos, junto con compartir su militancia polĆ­tica en el Partido Comunista, mantenĆ­an una relaciĆ³n de amistad.
IvĆ”n Insunza BascuƱƔn portaba al momento de ser detenido un depĆ³sito a plazo de FINANSA (Nacional Financiera S.A.), el que fue cobrado el 3 de septiembre de 1976, fecha de su vencimiento en la sucursal de ViƱa del Mar, por un sujeto que utilizĆ³ cĆ©dula de identidad falsa.
El 9 de agosto de 1976 fue detenida por la DINA la dirigente del Partido Comunista, Marta Ugarte, quien ese dĆ­a comunicĆ³ a sus familiares que tenĆ­a consulta con el doctor Insunza.
El dĆ­a 12 de septiembre de 1976 fue encontrado su cadĆ”ver, destrozado y quemado en la playa La Ballena en el kilĆ³metro 82 de la carretera Panamericana Norte. Marta Ugarte fue detenida por agentes de la DINA el 9 de agosto de ese aƱo y permaneciĆ³ recluida en Ā«Villa GrimaldiĀ», de acuerdo a testimonios de otros detenidos en el recinto.
SegĆŗn declaraciones de Isaac Godoy Castillo, militante comunista, detenido por la DINA en agosto de 1976 y posteriormente liberado, IvĆ”n Insunza BascuƱƔn estuvo detenido en Ā«Villa GrimaldiĀ» al igual que el doctor Carlos Godoy Lagarrigue. Esto lo supo a travĆ©s del detenido Pedro Silva (tambiĆ©n desaparecido), quien le contĆ³ que ambos habĆ­an estado en dicho recinto y que Ć©l habĆ­a presenciado una golpiza a ellos. Ambos mĆ©dicos continĆŗan desaparecidos hasta la fecha.

Ida Amelia Vera Almarza, Arquitecta

Gigi, como llamaban todos cariƱosamente a Ida, era un modelo para sus hermanas y amigos; por su espĆ­ritu solidario y la alegrĆ­a de vivir, su forma de sobreponerse a los muchos problemas diarios, el amor con el que trataba a sus semejantes, la dedicaciĆ³n y tesĆ³n con que enfrentaba las cosas que hacĆ­a y la forma sencilla de superar cada meta que se imponĆ­a. Junto a sus hermanas entrĆ³ a estudiar ballet, actividad en la cual se destacĆ³ ya que ademĆ”s de sus aptitudes naturales sentĆ­a por el baile una especial inclinaciĆ³n, al extremo de que cuando tuvo que definir su vida, concluyendo sus estudios secundarios, pensĆ³ seriamente continuar el ballet en forma profesional. Tal vez aquĆ­ primaron sus sentimientos de solidaridad y compromiso social y decidiĆ³ finalmente estudiar Arquitectura, carrera que le permitirĆ­a crear y construir cosas tangibles sin alejarse del arte. En su corta vida profesional tuvo una destacada actuaciĆ³n en concursos y proyectos de arquitectura que acrecentaron grandemente su curriculum profesional. Fue detenida por efectivos de la DINA, en su domicilio de calle JoaquĆ­n Godoy 315, de la comuna de la Reina, Santiago, el 19 de noviembre de 1974, segĆŗn consta en el proceso incoado por el DĆ©cimo Primer Juzgado del Crimen de Mayor CunatĆ­a de Santiago, con el NĀ° 1.302, ademĆ”s consta en la informaciĆ³n periodĆ­stica de los diarios de los diarios El Mercurio de Santiago y Las Ultimas Noticias del dĆ­a 20 de noviembre de 1974, en las circunstancias que procedo a detallar. El dĆ­a seƱalado, alrededor de las 16 horas, Ida Vera A. fue detenida al llegar a su domicilio, resultando herida de bala en una pierna y con un golpe de culata de arma de fuego en la cabeza. El dueƱo de la casa que ella arrendaba, don Jorge Dahrmen AlcaĆ­no, confirmĆ³ lo expuesto, en su declaraciĆ³n en el proceso NĀ° 1.302. A la hora indicada del 19 de noviembre de 1974, Ida se dirigĆ­a a su domicilio en su automĆ³vil Dodge Dart de propiedad del arquitecto Luis Canobra BaƱados, el cual se lo habĆ­a prestado horas antes del hecho, como se verifica en el proceso. Cuando los efectivos de la DINA tomaron conocimiento que dicho vehĆ­culo era de propiedaddel seƱor Canobra, Ć©ste fue detenido ese mismo dĆ­a alrededor de las 20 horas, permaneciendo en esa calidad durante 6 meses en Tres Alamos (lugar de detenciĆ³n). TambiĆ©n, el mismo dĆ­a 19 de noviembre, a las 23:30 horas, cinco personas de civil que se acreditaron como funcionarios del Servicio de Inteligencia de Carabineros, se presentaron en el domicilio de sus padres para inquirir datos sobre ella.https://memoriaviva.com/nuevaweb/detenidos-desaparecidos/desaparecidos-v/vera-almarza-ida-amelia/

Nilda Patricia PeƱa Solari, estudiante

Ā  Mario Fernando PeƱa Solari, soltero, 21 aƱos de edad, estudiante de Arquitectura y Nilda Patricia PeƱa Solari, soltera, estudiante, ambos militantes del MIR, fueron detenidos en las siguientes circunstancias: el dĆ­a 9 de diciembre Mario Fernando sale de su hogar y no regresa, al dĆ­a siguiente, 10 de diciembre de 1974, fue allanado por 7 u 8 agentes de la DirecciĆ³n de Inteligencia Nacional (DINA) que dijeron ser del Ministerio de Defensa, el domicilio que los hermanos PeƱa Solari compartĆ­an con su familia. Interrogaron a los hermanos de Mario sobre Ć©ste y luego se llevaron consigo a Nilda Patricia, segĆŗn dijeron Ā«para un corto interrogatorioĀ». El arresto fue presenciado por su hermano Rodolfo PeƱa Solari y un vecino, Felipe Eduardo ManrĆ­quez Serey. Ambos detenidos fueron vistos en el cuartel de la DINA ubicado en calle IrĆ”n esquina Los PlĆ”tanos, conocido como Ā«Venda SexyĀ». Nilda Patricia estuvo en dicho recinto hasta el dĆ­a 11 de diciembre, siendo entonces hospitalizada en la clĆ­nica Santa LucĆ­a, establecimiento tambiĆ©n perteneciente a dicho organismo de seguridad, al padecer hemorragias uterinas, debido a un aborto anterior y agravado su estado por los apremios recibidos. El dĆ­a 12 fue retornada a Ā«Venda SexyĀ», siendo sacada luego de allĆ­ con destino desconocido, ignorĆ”ndose su paradero hasta el dĆ­a de hoy. Precisamente, el dĆ­a 11 habĆ­an retornado al domicilio de la joven dos de los agentes aprehensores, en busca de unos remedios que Ć©sta tenĆ­a para tratar las hemorragias uterinas que estaba padeciendo, segĆŗn refirieron los mismos sujetos.
Ā Los hermanos Mario Fernando y Nilda Patricia PeƱa Solari permanecen detenidos desaparecidos.Ā 

Jacqueline Binfa Contreras

Jacqueline Binfa Contreras, hija de Aldo Binfa y de dona Julia Contreras, teniaĀ  un hermano, JosĆ©,Ā  tres aƱos menor que ella. Jacqueline quedĆ³ huĆ©rfana de su padre cuando reciĆ©n cumplĆ­a 7 anos y su hermano JosĆ© tenĆ­a sĆ³lo 4 aƱos de edad. El padre, comerciante, falleciĆ³ en un accidente automovilĆ­stico, quedando la familia sin ningĆŗn ingreso. Esta penosa circunstancia obligĆ³ a su madre a buscar trabajo, reingresandoĀ al Hospital Militar, donde habĆ­a ejercido como enfermera durante doce aƱos, y se habia retirado de ese puesto al casarse y para dedicarse a su casa. Con gran esfuerzo y dedicaciĆ³n su madre la educĆ³, cursando todos los aƱos de estudio en el colegio San Gabriel. La difĆ­cil situaciĆ³n que debiĆ³ vivir desde tan pequenaĀ  ā€“ la muerte de su padre; la obligaciĆ³n de la madre de trabajar para sostener el hogar y Emilia a un nivel como el que habian tenido antes de morir el padre-condicionĆ³ su conducta y determinĆ³Ā Ā  su opciĆ³n politica posteriormente.

Era estudiante de Servicio Social en la Universidad de Chile, militaba en el MIR. Fue detenida en la calle al ser reconocida por Marcia Merino, la Flaca Alejandra.

NaciĆ³ en el seno de una familia acomodada. PerdiĆ³ a su padre, don Aldo Binfa a los 7 aƱos, siendo criada por su madre, doƱa Julia Contreras, una esforzada enfermera del Hospital Militar quien le dio muy buena educaciĆ³n.

Era una joven delgada, alta, de cutis blanco y lucĆ­a el pelo oscuro muy corto. Las prisioneras de Cuatro Ɓlamos la recuerdan comiĆ©ndose las uƱas, vestida de pantalĆ³n negro y chaqueta clara. Los agentes de la DINA la apodaron ā€œLa Conejaā€ tal vez por esos incisivos grandes que le daban ese gesto caracterĆ­stico.

En el trabajo poblacional tuvo contacto con Romo quien la habrĆ­a reconocido en forma especial al estar detenida y es posible que esto lo decidiera a hacerla desaparecer. En julio de 1975 apareciĆ³ en las listas de los 119.

Su madre la buscĆ³ incansablemente apelando a sus contactos con militares; sin embargo no supo de su destino, muriendo de cĆ”ncer 8 aƱos despuĆ©s. Ella habĆ­a encomendado el caso al abogado AndrĆ©s Aylwin, quien presento en 1974 un escrito a la Corte de Apelaciones. En el aƱo 2002, en el homenaje a los 119 Don AndrĆ©s recuerda en su discurso: ā€œHe presentado Recursos de Amparo por mĆ”s de 30 aƱos. Tengo fundadas razones para pensar que hay grupos de incomunican, detienen y torturan. En este caso se trata de una mujer algo mĆ”s dramĆ”tico aĆŗnā€¦ Ć©stas son situaciones que claman al cielo. Lo que puede haber sucedido a Jacqueline se sabrĆ” tarde o temprano. Cuando eso ocurra las nuevas generaciones de chilenos nos preguntarĆ”n, ĀæquĆ© hicimos frente a ello? E futuro de Chile se verĆ” comprometiĆ³ si este caso no se investiga.ā€

Binfa Contreras Jacqueline del Carmen

Ā 

Rosetta Gianna Pallini GonzƔlez

PALLINI GONZALEZ, ROSETTA GIANNA:Ā 22 aƱos, casada, estudiante universitaria, muerta por secuelas de torturas el 2 de agosto de 1975 en MĆ©xico.

Rosetta Gianna Pallini GonzĆ”lez, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), muriĆ³ ese dĆ­a en Ciudad de MĆ©xico, debido a un paro respiratorio. La joven habĆ­a llegado a ese paĆ­s expulsada desde Chile en marzo de 1975, despuĆ©s de haber permanecido varios meses detenida en el recinto clandestino de detenciĆ³n de la DirecciĆ³n Nacional de Inteligencia (DINA) ubicado en Londres NĀŗ 38 y en los campos de prisioneros conocidos como Tres Alamos y Cuatro Alamos.

SegĆŗn declaraciĆ³n del mĆ©dico que la tratĆ³ desde su llegada a Ciudad de MĆ©xico, Rossetta Pallini presentaba una destrucciĆ³n vaginal, una obstrucciĆ³n a la vejiga y un estado de salud general muy deteriorado, agravado con una aguda desnutriciĆ³n y bajo peso; ademĆ”s, en ese tiempo desarrollĆ³ diversas infecciones al aparato respiratorio. A fines de julio de ese aƱo, tuvo una emergencia vesicular que obligĆ³ a operarla de urgencia, pero no resistiĆ³ y muriĆ³ a los tres dĆ­as de haber sido intervenida. La autopsia determinĆ³ que habĆ­a muerto por causas naturales provocadas por un deterioro fĆ­sico general.

Testigos presenciales seƱalaron que Rosetta Pallini, estudiante de Pedagogƭa en Historia y Geografƭa, fue detenida en Santiago el 15 de agosto de 1974, alrededor de las 7:00 horas, por miembros de la DINA, conjuntamente con los hermanos HernƔn Galo y Marƭa Elena GonzƔlez Inostroza y Ricardo Aurelio Troncoso MuƱoz.

Todos ellos fueron conducidos a Londres NĀŗ 38, lugar en que, segĆŗn otras testigos sobrevivientes que permanecieron detenidas con ella, fue constantemente sometida a interrogatorios y apremios fĆ­sicos y psicolĆ³gicas. PermaneciĆ³ en este recinto clandestino hasta el 19 de agosto, cuando fue trasladada a los centros de detenciĆ³n de prisioneros conocidos como Cuatro Alamos y Tres Alamos. Desde este lugar fue expulsada del paĆ­s hacĆ­a Ciudad de MĆ©xico, en marzo de 1975, junto a otros detenidos.

Las otras detenidas que fueron expulsadas con ella seƱalan que la joven sufrĆ­a de constantes problemas de salud. Su situaciĆ³n fue denunciada a la Cruz Roja Internacional cuando se realizĆ³ una visita a las detenidas en los dos Ćŗltimos centros de detenciĆ³n.

Las personas que fueron detenidas con ella permanecen en calidad de detenidas desaparecidas. Sus casos fueron conocidos por la ComisiĆ³n Nacional de Verdad y ReconciliaciĆ³n y calificados como vĆ­ctimas de violaciĆ³n de derechos humanos.

Claudio Francisco Thauby Pacheco, estudiante de SociologĆ­a de la Universidad de Chile

Ā Claudio Francisco Thauby Pacheco, soltero, un hijo, estudiante de SociologĆ­a de la Universidad de Chile, militante socialista, fue detenido el 31 de diciembre de 1974, alrededor de las 19 horas, en la calle Sucre de la ciudad de Santiago, cuando caminaba junto con su amigo y compaƱero de Partido, Jaime Robotham Bravo, tambiĆ©n detenido en esa oportunidad y actualmente desaparecido, al igual que la vĆ­ctima. La aprehensiĆ³n la practicaron agentes de la DirecciĆ³n de Inteligencia Nacional (DINA), fuertemente armados, movilizados en un automĆ³vil Fiat color plomo, los que llevaban consigo a Manuel Alejandro Cuadra SĆ”nchez, detenido al mediodĆ­a de ese 31 de diciembre y quien permanecĆ­a recluido en Villa Grimaldi, recinto secreto de detenciĆ³n y tortura de la DINA.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Entre los agentes iba Fernando AdriĆ”n Laureani Maturana, conocido como Ā«El Teniente PabloĀ», el que, junto con participar en operativos, tambiĆ©n interrogaba y torturaba en Villa Grimaldi. Claudio Thauby y Jaime Robotham fueron llevados hasta dicho recinto -donde los vieron numerosos testigos- desapareciendo ambos desde allĆ­.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ese 31 de diciembre, alrededor de las 16 horas, Claudio Thauby llegĆ³ hasta el domicilio de Jaime Robotham, ubicado en Lyon 3306, ƑuƱoa. TomĆ³ onces y, como a las 7 de la tarde, los dos amigos decidieron salir a la calle, en direcciĆ³n a IrarrĆ”zaval. El mismo dĆ­a habĆ­a sido detenido Manuel Alejandro Cuadra, domiciliado en calle Domingo Faustino Sarmiento, ƑuƱoa. El testigo fue recluido en Villa Grimaldi, y, a las 18:30 horas, fue sacado de ese recinto y conducido hasta su casa, con el fin de detener a su cĆ³nyuge, Lucrecia Brito. Como ella no se encontrara, el agente de la DINA, Fernando AdriĆ”n Laureani, retornĆ³ al Fiat color plomo en que se movilizaban. En esos momentos, vio a Claudio Thauby -con quien habĆ­a sido compaƱero en la Escuela Militar, cuando ambos eran cadetes- que caminaba por calle Sucre junto a Jaime Robotham. De inmediato, los agentes procedieron al arresto de los afectados. Mientras la vĆ­ctima levantaba los brazos ante sus aprehensores, Robotham intentĆ³ huir, recibiendo un fuerte culatazo que le rompiĆ³ la cabeza.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Thauby, Robotham y Manuel Alejandro Cuadra, fueron conducidos por sus captores hasta Villa Grimaldi, en donde se les sometiĆ³ a fuertes interrogatorios y torturas. SegĆŗn lo relatĆ³ Cuadra, Osvaldo Romo Mena le enterrĆ³ un lĆ”piz en el ombligo al afectado, cortĆ”ndolo hacia arriba y hacia los costados y haciĆ©ndole verdaderos dibujos en la regiĆ³n abdominal. Con el transcurso de los dĆ­as, Thauby presentĆ³ alteraciones del equilibrio -no podĆ­a sostenerse en pie- producto de graves lesiones en los oĆ­dos, provocadas por la tortura.

A 49 aƱos de su desapariciĆ³n: VelĆ³dromo del Estadio Nacional se pasa a llamar ā€œSergio Tormen MĆ©ndezā€

Ā Sergio Daniel Tormen MĆ©ndez, soltero, campeĆ³n nacional de ciclismo, militante del MIR, fue detenido el 20 de julio de 1974, alrededor de las 13:30 horas, por 3 agentes de la DINA que no se identificaron y que se movilizaban en una camioneta Chevrolet de color amarillo. Uno de los aprehensores fue identificado como el agente Osvaldo Romo Mena, por otros detenidos que quedaron en libertad.

El arresto ocurriĆ³ en el taller de bicicletas de los hermanos Tormen, ubicado en calle San Dionisio 2554, San Miguel, hasta donde llegaron los sujetos, por primera vez, a las 11:00 horas de ese dĆ­a procediendo a detener a Luis Julio Guajardo Zamorano, ciclista internacional y dirigente del MIR, a quien introdujeron en una camioneta doble cabina, color rojo, y trasladado con la vista vendada a un recinto secreto de la DINA, que posteriormente fue identificado como el inmueble de Londres 38, horas mĆ”s tarde, a las 13:30 horas, los individuos aprehensores regresaron al taller y preguntaron por un bolso que Luis Guajardo habrĆ­a dejado en ese lugar, tras lo cual arrestaron a Sergio y a su hermano Peter Tormen de 14 aƱos de edad, y los trasladaron al mismo recinto en que se encontraba el primer detenido. Posteriormente, cerca de las 21:00 horas, los mismo sujetos se presentaron en el domicilio colindante al taller y arrestaron a Juan AndrĆ©s Moraga GutiĆ©rrez, entrenador de la SelecciĆ³n Nacional de Ciclismo y lo subieron a una camioneta en cuyo interior se encontraba Sergio Tormen con la vista vendada. Les prohibieron hablar entre sĆ­, y a Juan Moraga le pusieron la respectiva venda de scotch en los ojos, siendo ambos trasladados a Londres 38.

Peter Tormen MĆ©ndez y Juan Moraga, tras permanecer dos dĆ­as en el centro clandestino de reclusiĆ³n, fueron sacados con la vista vendada y dejados en libertad en Avda. Matta con San Diego. Peter Tormen preguntĆ³ por su hermano Sergio, recibiendo la respuesta: Ā«tu hermano estĆ” metido en un tremendo forro, asĆ­ que tiene para ratoĀ». Durante su permanencia en Londres 38 fueron interrogados acerca de las actividades de los otros dos detenidos y siempre se les mantuvo con la vista vendada.

Sergio Tormen MĆ©ndez, al igual que Luis Guajardo, quedaron en poder de la DINA y la suerte que corrieron en manos de ese organismo de seguridad del rĆ©gimen militar aĆŗn se desconoce, pese a que la familia puso en conocimiento de los Tribunales indesmentibles evidencias sobre la detenciĆ³n de la vĆ­ctima y su reclusiĆ³n en el centro de detenciĆ³n y tortura de Londres 38. AdemĆ”s de los testimonios de las dos personas ya individualizadas y que fueron testigos tanto de la detenciĆ³n como de la reclusiĆ³n de la vĆ­ctima, se agregan los testimonios de Erika Hennings de Chanfreau, Patricia BarcelĆ³, y Scarlett Mathieu Loguercio, todas detenidas sobrevivientes de la DINA, y que de su paso por Londres 38 coinciden en seƱalar que allĆ­ vieron detenidos a los ciclistas Sergio Tormen y Luis Guajardo. A este Ćŗltimo lo vieron en malas condiciones fĆ­sicas, producto de las torturas y de un atropellamiento de que fue vĆ­ctima, accidente que ocurriĆ³ cuando fue sacado por la DINA a Ā«porotearĀ» (reconocer compaƱeros de partido en la vĆ­a pĆŗblica), momento que aprovechĆ³ para escapar y lanzarse a las ruedas de un camiĆ³n. Por otra parte, fue la propia autoridad militar quien reconociĆ³ el arresto de la vĆ­ctima. Es asĆ­, que el Coronel Orlando IbƔƱez Alvarez, Jefe de Zona de Estado de Sitio, dirigiĆ³ una comunicaciĆ³n a la madre de la vĆ­ctima, LucĆ­a MĆ©ndez de Tormen, en la que expone que Ā«se logrĆ³ determinar que su hijo Sergio se encuentra detenido por un organismo no dependiente de esta jefaturaĀ», y que se investiga su participaciĆ³n en actividades subversivas.

Cabe hacer notar que el Gobierno de Chile informĆ³ que Tormen MĆ©ndez no tiene existencia legal a la ComisiĆ³n de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
El magistrado JoaquĆ­n Billard, el 21 de marzo de 2006,Ā  condenĆ³ a los exagentes de la DINA: Manuel Contreras SepĆŗlveda, Marcelo Moren Brito, la pena de 10 aƱos de prisiĆ³n y Osvaldo Romo Mena, a la pena de cinco aƱos de prisiĆ³n por su participaciĆ³n en calidad de autores de los delitos de secuestro calificado cometidos en la persona de Sergio Tormen MĆ©ndez y Luis Guajardo Zamorano, perpetrados en Santiago el 20 de julio de 1974.

Tormen MĆ©ndez Sergio Daniel

Elsa Victoria Leuthner MuƱoz, profesora.

Elsa Victoria Leuthner MuƱoz, casada, 3 hijos, Profesora, fue detenida por los integrantes de un operativo conjunto en el que participaron agentes de la DirecciĆ³n Nacional de Inteligencia -DINA- y funcionarios de Carabineros, el dĆ­a 15 de agosto de 1974, aproximadamente a las 07:30 Hrs., en su domicilio, ubicado en la calle Bueras NĀŗ 172 departamento D, en Santiago.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā En esa oportunidad fueron detenidos tambiĆ©n, Ricardo Troncoso MuƱoz, los hermanos HernĆ”n Galo y MarĆ­a Elena Inostroza SuĆ”rez -quienes se encuentran en calidad de detenidos desaparecidos hasta la fecha- y Rosetta Pallini (fallecida en agosto de 1975, en el exilio), quien fue detenida junto a su pequeƱo hijo, de cinco meses de edad al momento de los hechos. El conjunto del grupo que compartĆ­a el departamento donde fueron aprehendidos, eran militantes del MIR.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Testigos de la detenciĆ³n fueron doƱa Mercedes Vargas y su esposo don Osvaldo LeĆ³n RodrĆ­guez, quienes en virtud de la calidad de conserje y mayordomo, respectivamente, del edificio de departamentos donde vivĆ­an Elsa Victoria y sus compaƱeros, debieron abrirle la puerta de acceso a la edificaciĆ³n a los agentes.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā De esta forma, alrededor de las ocho de la maƱana, los esposos LeĆ³n Vargas pudieron apreciar como eran sacados todos los moradores del departamento Ā«DĀ», por agentes de civil y Carabineros.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā En el operativo participaron, por lo menos, dos carabineros y cuatro o cinco agentes. Uno de los policĆ­as acompaĆ±Ć³ a los agentes hasta el departamento, mientras otro se quedĆ³ de punto fijo en la puerta de ingreso al edificio.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Posteriormente, todos los detenidos fueron trasladados en una camioneta hasta el recinto clandestino de detenciĆ³n y tortura de la DINA, denominado Ā«Londres 38Ā», ubicado en el centro de Santiago en la direcciĆ³n que su nombre lo indica. Sin embargo, previo a ello, los agentes llevaron a Rosetta Pallini hasta la casa de unos familiares, donde entregaron a su pequeƱo hijo.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Por la tarde de ese mismo dĆ­a 15 de agosto, fue detenido por agentes de la DINA, Pedro Eduardo Moreira Montoya, arrendatario del departamento Ā«DĀ» de Bueras NĀŗ 176, el que a su vez, lo habĆ­a subarrendado al grupo compuesto por Elsa Victoria. Don Pedro Moreira fue trasladado por sus captores al recinto de Londres 38 sin llegar a ser ingresado en dicho lugar. En esta oportunidad fue informado por los agentes que sus subarrendatarios habĆ­an sido detenidos debido a que eran miristas, a la vez que le inquirieron informaciĆ³n sobre el grupo de detenidos. El Sr. Moreira despuĆ©s de haber sido dejado en libertad, fue visitado en diversas oportunidades por los mismos agentes con el propĆ³sito de interrogarlo acerca de sus subarrendatarios.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā En el recinto de Londres 38, los aprehendidos en el departamento de calle Bueras, fueron vistos y pudieron conversar con otros detenidos, cuyos sobrevivientes atestiguaron acerca de su reclusiĆ³n en ese lugar.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Erika Hennings, recluida por esa misma Ć©poca en el recinto de Londres 38, pudo escuchar sus voces cuando estos respondĆ­an a la lista diaria.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Desde Ā«Londres 38Ā», Elsa Victoria y las demĆ”s personas con las que ella vivĆ­a al momento de su detenciĆ³n, fueron trasladados al recinto de Ā«Cuatro AlamosĀ», donde fueron vistos y pudieron departir con otros recluidos.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Rosetta Pallini, sobreviviente de ese grupo de detenidos, quien fuera expulsada a MĆ©xico, donde falleciĆ³ en el mes de agosto de 1975, testimoniĆ³ que habĆ­a estado recluida junto a sus demĆ”s compaƱeros de aprehensiĆ³n, primero en Ā«Londres 38Ā» y luego en Ā«Cuatro AlamosĀ».

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Viviana Uribe Tamblay, durante su permanencia en cautiverio en el recinto de Ā«Tres AlamosĀ», conociĆ³ a Rosetta Pallini GonzĆ”lez, quien le relatĆ³ que habĆ­a sido detenida el 15 de agosto de 1974, junto a Ricardo Aurelio Troncoso MuƱoz, los hermanos GonzĆ”lez Inostroza y Elsa Leuthner. Respecto a estos mismos hechos, Rosetta Pallini, declarĆ³ ante la ComisiĆ³n Interamericana de Derechos Humanos en MĆ©xico, en el aƱo 1975, previo al 2 de agosto, fecha de su defunciĆ³n.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Cabe hacer notar que, el edificio donde residiĆ³ y en que fue detenida Elsa Victoria y sus compaƱeros, fue varias veces visitado por patrullas de Carabineros y Fuerzas Armadas, los que solicitaban, especĆ­ficamente, los nombres de las personas que residĆ­an en su departamento.

CAROLINA WIFF , Asistente Social

Modesta Carolina Wiff SepĆŗlveda, casada, una hija, Asistente Social, militante del Partido Socialista, fue detenida el 25 de junio de 1975 alrededor de las 16:00 horas en la casa de calle Maule NĀŗ130, junto a Carlos Lorca, miembro del ComitĆ© Central del Partido Socialista, por 8 agentes de la DirecciĆ³n de Inteligencia Nacional (DINA). El domicilio pertenecĆ­a a Yolanda Abarca, quien fue testigo de la detenciĆ³n. Hasta allĆ­ habĆ­an llegado los aprehensores, alrededor de las 13:30 hrs. de ese mismo dĆ­a, mostrando a la dueƱa de casa una tarjeta azul plastificada, y diciĆ©ndole que iban a esperar allĆ­ al doctor Lorca y a una acompaƱante.
Efectivamente, Maule NĀŗ130 constituĆ­a un lugar al que la afectada y Lorca solĆ­an concurrir por razones partidarias. SegĆŗn otros antecedentes, los agentes permanecieron en esa direcciĆ³n hasta varios dĆ­as despuĆ©s de ocurridos estos hechos.
Los testimonios de 6 personas que presenciaron la detenciĆ³n de la afectada, y que en esos momentos transitaban por Maule, seƱalaron que el movimiento de vehĆ­culos particulares y de distintos colores resultaba muy llamativo, dado que aquella era una calle tradicionalmente tranquila. Dos de estos declarantes dijeron haber visto sacar a una pareja, rodeada por cuatro civiles que los mantenĆ­an asidos por los brazos. El hombre iba esposado. Ambos detenidos fueron subidos a un automĆ³vil FIAT 125 color rojo que emprendiĆ³ marcha hacia VicuƱa Mackenna.
A las 18:00 de la tarde de ese dĆ­a, cinco agentes llegaron hasta el domicilio de la afectada, procediendo a allanarlo, a llevarse consigo el pasaporte de Modesta Carolina Wiff y su grabadora antigua y a interrogar a la hija de 9 aƱos de la vĆ­ctima, a su hermana y a Carmen Rubilar. Distintos testigos han confirmado la presencia de Modesta Carolina Wiff en Villa Grimaldi. Gladys DĆ­az, quien permaneciĆ³ incomunicada 80 dĆ­as en ese recinto secreto de detenciĆ³n y tortura de la DINA, declarĆ³ que en julio de 1975 vio a la vĆ­ctima. En esa oportunidad la testigo se encontraba en el patio de Villa Grimaldi y vio claramente a Modesta Carolina y a Mireya RodrĆ­guez, con la vista vendada, paradas en ese lugar.
La detenciĆ³n y desapariciĆ³n de Modesta Carolina se inscribe en una acciĆ³n de la DINA en contra de los dirigentes del Partido Socialista, miembros de la ComisiĆ³n PolĆ­tica, sus enlaces y correos. En este operativo se efectuaron las detenciones de Michelle PeƱa, Exequiel Ponce, Mireya RodrĆ­guez, Carlos Lorca, Ricardo Lagos y de la afectada. En el mes de julio de ese mismo aƱo, fueron detenidas Rosa Soliz Poveda y Sara Donoso Palacios, quienes estaban bajo las Ć³rdenes partidarias de Modesta Carolina Wiff. Todos ellos permanecen como detenidos desaparecidos.

Detenidos en Buenos Aires. En orden cronolĆ³gico de sus detenciones. De izquierda a derecha: Alexei Jaccard, Ricardo RamĆ­rez, HĆ©ctor VelĆ”squez, Jacobo Stoulman, Matilde Pessa.

Detenidos en Santiago. En orden cronolĆ³gico de sus detenciones. De izquierda a derecha: Ruiter Enrique Correa y Hernan Soto

OperaciĆ³n CĆ³ndor: colaboraciĆ³n criminal

LaĀ DINA siempre manejĆ³ al mĆ”s alto nivel el asunto de su financiamiento, porque como toda entidad de inteligencia sucia, no podĆ­a contar con un presupuesto institucional suficiente. El robo, saqueo y expropiaciĆ³n de propiedades, dinero, vehĆ­culos y en general bienes de sus vĆ­ctimas estĆ” atestiguado en mĆŗltiples expedientes judiciales.

TambiĆ©n la creaciĆ³n de un gran nĆŗmero de empresas dirigidas porĀ palos blancosĀ pertenecientes al ejĆ©rcito y la formaciĆ³n de oficiales de inteligencia militar en el terreno de las finanzas, estuvieron entre las prĆ”cticas de la DINA.

Como en toda organizaciĆ³n criminal,Ā una parte pequeƱa del botĆ­n se distribuĆ­a entre los agentesĀ y la parte gruesa era para seguir financiando su actividad criminal.

A comienzos de 1977, luego de la razia contra el PC del aƱo anterior y en medio de las presiones para la disoluciĆ³n de la DINA, Contreras estaba empeƱado en encontrar ā€œel hilo del dineroā€ del Partido Comunista antes de que fuera demasiado tarde.

Para esta tarea destinĆ³ a sus mejores agentes, entre ellos Eduardo Iturriaga Neumann,Ā Jefe del Aparato Exterior de la DINA.

El 15 de mayo de 1977, Alexei Jaccard arriba al aeropuerto de Ezeiza proveniente de Suiza. Su misiĆ³n era reunirse con Ricardo RamĆ­rez al dĆ­a siguiente.

Pero el 16 de mayo elĀ operativo CĆ³ndor da un triple zarpazo:Ā Son detenidos Alexei Jaccard, Ricardo RamĆ­rez y HĆ©ctor VelĆ”squez.

Este golpe, tan fulminante y preciso sĆ³lo puede explicarse por laĀ gran preparaciĆ³n que tenĆ­a la DINA en Buenos AiresĀ para identificar, seguir y detener a cualquier chileno, militante de cualquier organizaciĆ³n polĆ­tica, contraria a la dictadura. En el caso de Alexei Jaccard, hay testimonios judiciales que seƱalan que fue vigilado desde que llegĆ³ al aeropuerto y hasta su hospedaje en el Hotel Bristol.

Ricardo RamĆ­rez y HĆ©ctor VelĆ”squez habĆ­an llegado con anterioridad a Buenos Aires, recibiendo apoyo tanto de militantes comunistas chilenos como argentinos, que pueden haber estadoĀ bajo vigilancia.

Esto explica que en el marco de esta operaciĆ³n, entre ese 16 de mayo y el 20 deĀ mayo de 1977, fueron detenidos 12 militantes del Partido Comunista argentino, algunos de los cuales efectivamente habĆ­an prestado apoyo a RamĆ­rez y VelĆ”squez.Ā  Nueve de estos militantes son detenidos desaparecidos.

Con la detenciĆ³n de Horacio Cepeda en diciembre de 1976, la conexiĆ³n entre la direcciĆ³n interior y exterior fue asumida por Carlos Fuchslocher, uno de los tres integrantes de la direcciĆ³n comunista que logrĆ³ constituirse a comienzos de 1977.

El equipo que apoyaba a Fuchslocher en este trabajo estaba integrado por HernƔn Soto y Ruiter Enrique Correa.

Este Ćŗltimo trabajaba en unĀ kiosko de diarios que servĆ­a de buzĆ³nĀ en Alameda con la actual calle Tucapel Jimenez, y desde fines de 1976, luego de la razia, se le habĆ­a designado como uno de los depositarios del dinero proveniente del exterior.

Testimonios judicialesĀ afirman que Ruiter Enrique Correa, en torno al dĆ­a 20 de mayo del 77 y sin saber de las detenciones ocurridas en Buenos Aires, se dirigiĆ³ a la oficina de Cambios Andes para solicitarle a Stoulman la entrega de medios financieros.

Las instrucciones para llegar a Stoulman deben haberle sido enviadas por el equipo de Buenos Aires, porque sĆ³lo ellos sabĆ­an como llegar a Ć©l.

Por los relatos de los funcionarios de la empresa Cambios Andes y recuerdos de amigos e hijas del matrimono Stoulman-Pessa, tal visita fue elĀ aviso de una catĆ”strofe, puesto que muy poco antes ya habĆ­an recibido la visita de otra persona, que usando el mismo santo y seƱa convenido con anterioridad, ya habĆ­a retirado los dineros.

Al encontrarse Stoulman bajo vigilancia, Correa habĆ­a quedado al descubierto. Es asĆ­ como es detenido el 27 de mayo, asesinado y lanzado sobre el puente Manuel RodrĆ­guez del rĆ­o Mapocho.

El 29 de mayo de 1977, Jacobo Stoulman y su esposa Matilde Pessa viajan a Buenos Aires a defender y rescatar su patrimonio, asĆ­ como el de la resistencia, que ya habĆ­a sido capturado.

La oficina de Cambios Andes en Santiago habĆ­a estado siendo vigilada abiertamente por la DINA.

 

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Los Vuelos de la Muerte: Chilenos lanzados al mar

LosĀ vuelos de la muerteĀ es el nombre por el cual se conoce a los vuelos realizados porĀ helicĆ³pterosĀ PumaĀ delĀ Comando AĆ©reo del EjĆ©rcito de ChileĀ durante el perĆ­odo deĀ dictadura militarĀ deĀ Augusto Pinochet, que tenĆ­an como objetivo hacer desaparecer cuerpos deĀ detenidos desaparecidos.

Modus operandi

DespuĆ©s de que el doctorĀ Osvaldo PinchettiĀ o la auxiliar de enfermerĆ­a Gladys CalderĆ³n se encargaban de inyectarles una dosis mortal de cianuro, quemaban los rostros y partes distintivas de los detenidos, se les quitaban lasĀ tapaduras de oro, se ensacaban para luego ser trasladados a lasĀ minas de cal de LonquĆ©nĀ o lanzados al mar. La operaciĆ³n Ā«Puerto MonttĀ»Ā ā€‹ tuvo un protocolo de actuaciĆ³n que se repitiĆ³. Antes de cada vuelo los mecĆ”nicos recibĆ­an la orden de sacar los asientos del Puma (18 a 20) y el estanque de combustible adicional. La autonomĆ­a de vuelo de este helicĆ³ptero sin el segundo estanque es de dos horas y media. Cada viaje era ordenado por el jefe del CAE al jefe de la CompaƱƭa AeromĆ³vil de ese comando de helicĆ³pteros. Todos los vuelos quedaban registrados. La preparaciĆ³n fue la misma que la DINA utilizĆ³ cada vez que hizo desaparecer los cadĆ”veres. Los envolvieron con sacos paperos, les amarraron con alambre un trozo de riel al cuerpo, volvieron a ponerlos en sacos ā€“que ataron con mĆ”s alambreā€“ y los transportaron en camionetas hasta el lugar donde esperaba el helicĆ³ptero. Estos despegaban con su carga, enfilaban hacia la costa de laĀ VĀ RegiĆ³nĀ y se internaban mar adentro para soltar su carga. AsĆ­ desaparecieron Victor DĆ­az y el resto de sus compaƱeros.ā€‹

Los relatos de rieles reciĆ©n cortados se repitiĆ³ a los largo de Chile, frente al mar.Ā Prisioneros en PisaguaĀ o elĀ CampeĆ³n mundial de Caza Submarina,Ā RaĆŗl Choque, quien relatĆ³ haber visto osamentas humanas atadas a rieles en el fondo del mar frente a Pisagua.5ā€‹

Los rieles Ā«reciĆ©n cortados, por lo que brillaban por los lados cortadosĀ» como los vio preparados el comisario de Investigaciones y agente de la DINA Nibaldo JimĆ©nez SantibƔƱez, entregaban, en principio, la seguridad de que la prueba del crimen se irĆ­a con el pedazo de metal al fondo del ocĆ©ano. Dice JimĆ©nez en una de sus declaraciones procesales que cuando preguntĆ³ un dĆ­a para quĆ© eran esos rieles cortados en trozos, recibiĆ³ por respuesta Ā«esos son pa’ los paquetesĀ». Cuando preguntĆ³ ĀæquĆ© paquetes?, sostiene que le respondieron Ā«los que se van cortados todos los dĆ­as de aquĆ­, un lote grande al mar, los envuelven en un saco bien amarrados con alambre, echan el cuerpo y el riel, y con el peso del riel se van al fondoĀ».
Jorge Escalante, periodista deĀ La NaciĆ³n.5ā€‹

Por primera vez desde que se investigan las violaciones de los derechos humanos cometidas durante la dictadura de Augusto Pinochet, se comprobĆ³Ā el lanzamiento de personas vivas al mar.

AsĆ­Ā  lo concluyĆ³ el proceso judicial en contraĀ del coronelĀ Carlos Mardones DĆ­az, el brigadierĀ Miguel Krassnoff, el capitĆ”nĀ Richter NucheĀ y el mayorĀ Emilio De La MahotiereĀ (todos en retiro), acusados por los delitos de asociaciĆ³n ilĆ­cita y secuestro calificado deĀ Ceferino Santis, Luis Norambuena y Gustavo FarĆ­as, todos detenidos desaparecidos.

Dos de los acusados permanecen en prisiĆ³n preventiva, y otros dos estĆ”n cumpliendo condena en Punta Peuco.Ā 

El proceso concluyĆ³ que las vĆ­ctimas fueron detenidas apenas ocurriĆ³ el golpe de Estado, entre el 12 de septiembre de 1973 y los primeros 15 dĆ­as de octubre de ese mismo aƱo, por funcionarios delĀ Regimiento de Ingenieros de Tejas Verdes de San Antonio.

Posteriormente, los detenidos fueron conducidos a diversos recintos como elĀ Campamento de Prisioneros NĀ°2 de Tejas Verdes y la CĆ”rcel PĆŗblica,Ā recintoĀ penitenciario desde dondeĀ fueron trasladados al sector de club de golf de lasĀ Rocas de Santo Domingo, en la RegiĆ³n de ValparaĆ­so,Ā subidos a un helicĆ³ptero militar y lanzados al mar.

Ā«Al subir a la aeronave me encontrĆ© en el piso con tres personas vivas, que estaban atadas de pies y manos y con la vista vendada. Recuerdo que los tres sujetos eran varonesĀ», indicĆ³ el testimonio judicial deĀ Juan Guillermo Orellana Bustamante, suboficial en retiro del EjĆ©rcitoĀ y queĀ formĆ³ parte de esa tripulaciĆ³n como mecĆ”nicoĀ del helicĆ³ptero.

El testimonio de Orellana, entregado elĀ 29 de mayo de 2012, habĆ­a pasado inadvertido hasta hoy.

Ā«El primero de estos (tres sujetos) era un seƱor adulto de pelo canoso, de 45 a 55 aƱos, de contextura gruesa. La segunda persona era mĆ”s joven, era de tez morena. Calculo que debiĆ³ tener entre 30 y 40 aƱos, y la tercera persona la recuerdo como de 25 a 30 aƱos, tez morena, delgadoĀ», prosigue el testimonio de Orellana, que a medida que avanza, detalla elĀ modus operandiĀ de los llamadosĀ Ā«vuelos de la muerteĀ».

Ā«Miguel KrassnoffĀ»

Ā«El capitĆ”n de EjĆ©rcito procediĆ³, solo, a tomar a las personas. En primer lugar tomĆ³ a la persona mĆ”s adulta de los pies;Ā lo girĆ³ hacia la puerta y lo empujĆ³ con las manos hacia abajo, hacia el marĀ«, relatĆ³ Orellana.

Esta situaciĆ³n similar vivieron las otras dos vĆ­ctimas.

En su segunda declaraciĆ³n,Ā el 7 de agosto de 2014, Orellana revelĆ³ la identidad del autor de los crĆ­menes: Ā«Quiero hacer presente queĀ el oficial de EjĆ©rcito que lanzĆ³ a las personas que se encontraban amarradas, vendadas y vivas, dentro del helicĆ³ptero, me parece que corresponderĆ­a a Miguel KrassnoffĀ«, dijo.

Hace unos dĆ­as, el 9 de mayo,Ā Krassnoff, De la Mahotiere y Nuche fueron sometidos a procesoĀ como autores del secuestro calificado de Santis, Norambuena y FarĆ­as.

El ministro en visitaĀ Jaime ArancibiaĀ agregĆ³ a este delito, tambiĆ©n como autor, aĀ Carlos Oscar Evaristo Gregorio Mardones DĆ­az, en ese entonces, comandante del Comando de AviaciĆ³n del EjĆ©rcito, con asiento en Tobalaba.

El Candidato eterno, el Ultraderechista JA Kast luego de una de sus visitas a su amigo el criminal Miguel Krasnoof declarĆ³: Ā«Conociendo a Krasnoff, no creo las cosas que dicen de Ć©lĀ»…

AerĆ³dromo Tobalaba: los viajes del horror

Entre 1973 y 1987 helicĆ³pteros que partieron desde el AerĆ³dromo de Tobalaba sirvieron para lanzar al mar entre 700 y 900 cuerpos de prisioneros y prisioneras polĆ­ticas. Entre ellos, el de la profesora Marta Ugarte, que diera origen al laureado documental Ā«El BotĆ³n de NĆ”carĀ» del cineasta Patricio GuzmĆ”n. El Sitio de Memoria AerĆ³dromo de Tobalaba, es una iniciativa impulsada por la AgrupaciĆ³n Memorial AerĆ³dromo Tobalaba, y que cuenta con la adhesiĆ³n de diversas organizaciones locales y nacionales junto a autoridades de La Reina, que busca hacer de este sitio un lugar de memoria, con una mirada de futuro: garantizar la no repeticiĆ³n de estos hechos, a las vez de avanzar en la verdad y la justicia sobre lo ocurrido y recordar a los caĆ­dos, no sĆ³lo como vĆ­ctimas, si no portadores de un sueƱo colectivo y de un sentido Ć©tico que tanta falta hace a la polĆ­tica en la actualidad. La escultura del Memorial estarĆ” emplazada en el bandejĆ³n central de la Avenida Fernando Castillo Velasco, frente al AerĆ³dromo de Tobalaba. EstarĆ” compuesta de una base de hormigĆ³n en forma de prismas revestidos en granito, de los cueles emergen rieles de tren oxidados, los que conforman una composiciĆ³n escultĆ³rica que simula las olas del mar. El uso de rieles de tren a manera repetitiva, busca la identificaciĆ³n de cada una de las vĆ­ctimas de los que se perdiĆ³ el rastro en este lugar. AsĆ­ mismo la oxidaciĆ³n de estos rieles hace referencia a su eventual unificaciĆ³n en las profundidades del ocĆ©ano. Ā«Hoy despuĆ©s de 40 aƱos sus cuerpos ya no estĆ”n, tampoco los alambres con los que los amarraron. Solo quedan como testigos mudos, al fondo del mar, restos de rieles de acero oxidados.Ā» AMAT, AgrupaciĆ³n Memorial AerĆ³dromo Tobalaba

el caso de los 119: la historia de la Infamia

El 12 de junio de 1975, el vespertino Ā«La SegundaĀ» publicĆ³ con grandes titulares, en primera pĆ”gina, que: Ā«Dos mil marxistas reciben instrucciĆ³n en ArgentinaĀ» y que Ā«se organizan guerrillas en contra de ChileĀ» En la misma ediciĆ³n, agregĆ³ en la pĆ”g. 28: Ā«Fuerzas de Seguridad del EjĆ©rcito argentino detectaron que dirigentes del MIR, a los cuales se da por desaparecidos en Chile y que las organizaciones internacionales al servicio del marxismo dan por asesinados, se entrenan en Argentina e incluso comandan compaƱƭas guerrillerasĀ», y seƱalĆ³ que mĆ”s de dos mil chilenos se preparan para reingresar al paĆ­s para hacer la guerrilla Ā«contra las Fuerzas Armadas chilenasĀ», afirmando que algunos de ellos ya habĆ­an sido detenidos en la provincia de Talca, al Sur de Santiago. Este fue el comienzo de la campaƱa que configurĆ³ el Ā«caso de los 119Ā».

ĀæQuiĆ©nes son los llamados 119? Se trato de una campaƱa de la Dictadura que uso todos los medios a su alcance para deshacerse de la incĆ³moda situaciĆ³n de los presos Ā«desapareci-dosĀ», campaƱa necesaria ya que para esos dĆ­as se estimaba probable una visita a Chile, de la ComisiĆ³n de Derechos Humanos de la ONU, cuyo ingreso al paĆ­s fue, finalmente, denegado por la Dictadura. Los 119 son los secuestrados por la DINA cuyos nombres la dictadura incluyĆ³ en la nĆ³mina de chilenos que se encontrarĆ­an en el exterior, sosteniendo que muchos de los cuales habrĆ­an caĆ­do a manos de sus propios compaƱeros de organizaciĆ³n o en enfrentamientos con fuerzas de seguridad extranjeras. El revuelo internacional creado en torno al caso hizo que el problema pasara a ser conocido mundialmente.
https://www.memoriaviva.com/Desaparecidos/119.htmā€‹

CUARTEL SIMON BOLIVAR:LA CASA DEL HORROR

El aƱo 2007 el Juez Victor Montiglio es avisado por la PDI que han encontrado a un testigo de crĆ­menes de lesa humanidad. Al interrogarlo descubre la existencia de un cuartel de exterminio del cual jamas se supo su existencia porque nadie salio vivo de ahĆ­. El reportaje de informe especial esta documentado en confesiones de mas de 60 ex agentes de la DINA que fueron procesados por este testimonio que develĆ³ 35 aƱos de impunidad y horrores jamas vistos en la historia de Chile.
https://memoriaviva.com/nuevaweb/centros-de-detencion/metropolitana/recinto-dina-cuartel-de-la-brigada-lautaro/

CUERTELES DEL HORROR: LA VENDA SEXY, calle IrƔn 3037 MACUL

ā€œMe llevaron con mi delantal de servicio sin dejarme tiempo de tomar mis ropas. Me subieron a una camioneta de la DINA [DirecciĆ³n de Inteligencia Nacional], me pusieron una venda sobre los ojos, me golpearon […] Luego me hicieron subir una escalera, llegamos a una pieza donde me pidieron que me desnudara. HabĆ­a una persona que escribĆ­a a mĆ”quina mi identificaciĆ³n. LuegoĀ me instalaron electrodos en la cabeza y en las manosĀ y me enviaron electricidad repetidas veces […] violaciĆ³n, masturbaciĆ³n sobre mi cuerpo, me fotografiaron desnuda, todo esto interrumpido con descargas elĆ©ctricasā€
Es elĀ testimonio de una mujerĀ que en noviembre de 1974 fue recluida en la casa de tortura conocida como la Venda Sexy. Su experiencia es parte del informe elaborado por la ComisiĆ³n Nacional sobre PrisiĆ³n PolĆ­tica y Tortura ā€“conocido comoĀ Informe Valech, por el obispo que la presidiĆ³ā€“, para identificar a los presos y presas polĆ­ticas de laĀ dictadura de Pinochet, iniciada tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, hoy hace 50 aƱos.

EL MOCITO: confesiones criminales

Durante aƱos Jorgelino trabajĆ³ como agente en los aparatos de represiĆ³n del gobierno militar. Jorgelino era ā€œel mocitoā€, aquel que servĆ­a los cafecitos en plena sesiĆ³n de tortura, aquel que empaquetaba los cuerpos ya inertes y los cargaba a los cofres de los autos. Hace poco Jorgelino fue acusado de la muerte de VĆ­ctor DĆ­az, Secretario General del Partido Comunista en 1976. Este hecho le da a Jorgelino la oportunidad de reflexionar en torno a su historia. El Mocito es el retrato psicolĆ³gico de un hombre destruido por su pasado. Un hombre que participĆ³ en el horror y los crĆ­menes de la dictadura militar y que hoy, al tomar conciencia de todo eso busca desesperadamente perdĆ³n y redenciĆ³n.

LAS FICHAS DEL HORROR: LA RELACION ENTRE LA DICTADURA Y EL ENCLAVE NAZI

El encave nazi fascista de Colonia Dignidad: las fichas que demuestra como estas organizaciones criminales operaron para otro criminal: Pinochet:
El enclave que defendĆ­a la UDI y HernĆ”n LarraĆ­n, el Ā«expertoĀ» constitucional.
Un equipo de En La Mira, iniciĆ³ una investigaciĆ³n para dar con el paradero de las fichas censuradas y logrĆ³ acceder a ellas. Las 40 mil fichas estĆ”n hoy en nuestro poder y luego de un proceso de anĆ”lisis daremos a conocer en forma exclusiva su contenido, el que aporta importantes antecedentes sobre los crĆ­menes cometidos en la Colonia Dignidad.

"yo lo vi torturar". COMO LOS CRIMINALES SIGUEN IMPUNES, ESTA VEZ LA FACH

Un suboficial en retiro de la Fuerza AĆ©rea de Chile (FACh) acusĆ³ al ex comandante en jefe Patricio RĆ­os Ponce de torturar a un detenido en la Base AĆ©rea de Quintero. Este es el eje del nuevo reportaje liderado por la periodista Paulina de Allende-Salazar. #informeespecial
O la razĆ³n porquĆ© despidieron a Paulina de Mega

las imƔgenes prohibidas I

En la primera emisiĆ³n de Ā«Chile, Las ImĆ”genes ProhibidasĀ» del 14 de agosto del 2011, el actor BenjamĆ­n VicuƱa nos muestra registros audiovisuales inĆ©ditos que fueron censurados durante la Dictadura de Augusto Pinochet.

las imƔgenes prohibidas 2

Los chilenos perdimos el miedo. La valentĆ­a se enfrenta a la cultura de la muerte.
Caso Quemados. uno de los actos mƔs horrorosos de la Derecha Chilena.
El Pueblo sale a protestar cada vez mƔs seguido.La Dictadura de la derecha chilena tiene que caer.

las imƔgenes prohibidas 3

En el tercer episodio de Ā«Chile, Las ImĆ”genes ProhibidasĀ», emitido el 28 de agosto del 2013, se muestra lo que no se vio de la visita del Papa Juan Pablo II a Chile. AdemĆ”s conocerĆ”s los testimonios de las mujeres que se organizaron para protestar en contra de las violaciones a los derechos humanos durante la Dictadura de Augusto Pinochet.

MASACRE EN LAJA PARTE 1

Un suboficial en retiro de la Fuerza AĆ©rea de Chile (FACh) acusĆ³ al ex comandante en jefe Patricio RĆ­os Ponce de torturar a un detenido en la Base AĆ©rea de Quintero. Este es el eje del nuevo reportaje liderado por la periodista Paulina de Allende-Salazar. #informeespecial
O la razĆ³n porquĆ© despidieron a Paulina de Mega

MASACRE EN LAJA PARTE II

Un suboficial en retiro de la Fuerza AĆ©rea de Chile (FACh) acusĆ³ al ex comandante en jefe Patricio RĆ­os Ponce de torturar a un detenido en la Base AĆ©rea de Quintero. Este es el eje del nuevo reportaje liderado por la periodista Paulina de Allende-Salazar. #informeespecial
O la razĆ³n porquĆ© despidieron a Paulina de Mega

JOSƉ JULIAN PEƑA, JULIO MUƑOZ, GONZALO PINOCHET, MANUEL SEPƚLVEDA, GONZALO FUENZALIDA

Ā JosĆ© JuliĆ”n PeƱa MaltĆ©s, casado, ex alumno de la Universidad TĆ©cnica del Estado, militante del Partido Comunista, miembro del Frente PatriĆ³tico Manuel RodrĆ­guez (FPMR), fue detenido en Santiago con fecha 9 de septiembre de 1987 por los organismos de seguridad del rĆ©gimen militar, permaneciendo desde entonces en calidad de detenido desaparecido.
Ā Julio Orlando MuƱoz OtĆ”rola, casado, egresado de la Universidad TĆ©cnica del Estado, Dirigente Sindical, militante del Partido Comunista, miembro del Frente PatriĆ³tico Manuel RodrĆ­guez (FPMR), fue detenido en Santiago con fecha 9 de septiembre de 1987, por parte de agentes de la Central Nacional de Informaciones CNI, permaneciendo desde esa fecha a la actualidad en calidad de detenido desaparecido.
Alejandro Alberto Pinochet Arenas, soltero, tĆ©cnico automotriz, militante del Partido Comunista, miembro del Frente PatriĆ³tico Manuel RodrĆ­guez (FPMR), fue detenido el 10 de septiembre de 1987 alrededor de las 09:15 horas, por agentes de la Central Nacional de Informaciones, CNI, en la intersecciĆ³n de las calles Catedral con San MartĆ­n en Santiago. A partir de ese momento se encuentra en calidad de detenido desaparecido. En la fecha y hora indicada, en circunstancias que el afectado transitaba por calle San MartĆ­n de Sur a Norte, atravesando la calle Catedral, en la acera nor-oriente de dicha intersecciĆ³n, desde un vehĆ­culo utilitario de color celeste, marca Suzuki, que aparentemente se encontraba detenido por la luz roja del semĆ”foro, bajaron tres sujetos de civil, uno de los cuales le gritĆ³ por la espalda, Ā«ā€¦alto, manos arribaĀ», al darse vuelta el afectado, dos de los sujetos se le avalanzan para reducirlo.Ā 
Ā Manuel SepĆŗlveda SĆ”nchez, casado, un hijo, tornero mecĆ”nico, militante del Partido Comunista, miembro del Frente PatriĆ³tico Manuel RodrĆ­guez (FPMR), fue detenido el 9 de septiembre de 1987 pasadas las 18:00 horas, por agentes de la Central Nacional de Informaciones CNI, luego de salir del domicilio de unos amigos a los que visitaba regularmente, ubicado en Narbona con RamĆ³n Cruz en la Villa Frei, comuna de ƑuƱoa, Santiago.
Gonzalo IvĆ”n Fuenzalida Navarrete, soltero, mueblista, militante del Partido Comunista, miembro del Frente PatriĆ³tico Manuel RodrĆ­guez (FPMR), fue detenido en Santiago entre el 7 y 10 de septiembre de 1987 en circunstancias que se desconocen, en un operativo realizado por agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI) e Investigaciones de Chile, desapareciendo, segĆŗn Informe de la ComisiĆ³n Nacional de Verdad y ReconciliaciĆ³n, desde el Cuartel de Calle BorgoƱo de esta capital, junto a otros cuatro compaƱeros de militancia.Ā 

Piloto de Augusto Pinochet confesĆ³ haber lanzado al mar a cinco fr

Un hombre al que Augusto Pinochet siempre le confiĆ³ su vida fue quien rompiĆ³ el silencio en el proceso por la desapariciĆ³n de los cinco militantes del Frente PatriĆ³tico Manuel RodrĆ­guez (FPMR), ocurrido en 1987, sustanciado por el ministro Hugo Dolmestch.

Apodado el ā€œChino Camposā€ por sus camaradas en el Comando de AviaciĆ³n del EjĆ©rcito -y uno de los pilotos de confianza del ex dictador- contĆ³ hace algunas semanas al magistrado cĆ³mo en septiembre de 1987, su jefe, el coronel Mario Navarrete, le ordenĆ³ usar uno de los helicĆ³pteros institucionales para viajar junto a un subalterno hasta la zona de Peldehue a buscar unos paquetes.

Estos Ćŗltimos eran nada menos que los cuerpos de los frentistas Gonzalo Fuenzalida Navarrete, Julio MuƱoz OtĆ”rola, JosĆ© PeƱa MaltĆ©s, Alejandro Pinochet Arenas y Manuel SepĆŗlveda SĆ”nchez, quienes habĆ­an sido detenidos dĆ­as antes por agentes de la desaparecida Central Nacional de Informaciones (CNI)
la orden de asesinarlos fue dada por Salas Wenzel, despuƩs de recibir una llamada de Pinochet.

Pasos macabros

ĀæPero cĆ³mo se configurĆ³ la operaciĆ³n? El ministro Dolmestch acreditĆ³ que la misma estuvo separada en tres etapas. La primera de ellas fue la detenciĆ³n de los frentistas. Por ese hecho -que sirviĆ³ en primera instancia para que fueran luego asesinados- estĆ”n sometidos a proceso desde el 2002, el jefe de la CNI, general (R) Hugo Salas Wenzel, el comandante (R) Krantz Bauer Donoso, mayor (R) Ɓlvaro CorbalĆ”n, capitĆ”n (R) Luis Sanhueza Ros; los suboficiales (R) Manuel RamĆ­rez y RenĆ© Valdovinos y los empleados civiles de EjĆ©rcito CĆ©sar

AcuƱa, Manuel Morales, Luis SantibƔƱez y Vƭctor Ruiz Godoy.

Ahora bien, el ministro tiene una segunda convicciĆ³n. Una vez detenidos los frentistas la orden venida desde el alto mando fue que el rĆ©gimen no negociaba con terroristas. La sentencia de muerte entonces estaba firmada.

Fue asĆ­ como en la CNI se designĆ³ a Francisco ā€œGurkaā€ ZĆŗƱiga para que coordinara con el EjĆ©rcito esta operaciĆ³n. El magistrado confirmĆ³ entonces cĆ³mo se consiguieron los fierros para amarrarlos a los cuerpos y lanzarlos al mar frente a San Antonio.

Fuenzalida Navarrete Gonzalo IvƔn

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