VER MENU DESPLEGABLE: TEMAS 50 AÑOS DEL GOLPE

Durante los 17 años que dura formalmente la Dictadura, se cometieron las peores atrocidades del Estado con su Pueblo: tortura, violaciones, secuestros,  asesinatos, desaparición, mentiras, robos, saqueo, corrupción avalada por la Junta Militar, la Derecha Patronal y los civiles fascistas que la sostuvieron.
Presentamos una serie de documentos y testimonios: las nuevas generaciones deben saber lo que pasó.
hemos restaurado las fotos, hemos recuperado el color y la alegría de sus rostros: ellos somos  nosotros.
El material expuesto se presenta aleatoriamente, sabemos que nunca seremos capaces de mostrar todo el horror y todas las historias pues éstas superan nuestra capacidad de búsqueda, pero hemos hecho un honesto esfuerzo, es nuestro deber con quiénes ya no están.
Que las imágenes hablen…

Reinalda Pereira Plaza (Detenida Desaparecida)

Detenida desaparecida el 15 de diciembre de 1976

Reinalda del Carmen Pereira nace el 5 de mayo de 1947. Su padre, Luis Pereira Lobos, proviene de una familia humilde del pueblito de Viluco, al interior de Maipo, y su madre, Luzmira Plaza Medina, es de origen campesino. Reinalda, la única hija, es un niña muy serena que escuchaba a su padre -una imagen muy importante en su compromiso ideológico- hablar de las injusticias y la explotación.

Cuando Reinalda tiene 4 o 5 años, la familia migra a Santiago, pero el padre muere cuando ella aún es una niña. Su mamá se esfuerza para que Reinalda, a pesar de su pobreza, tenga una buena educación, y ella responde al cometido, egresando a los 16 años como la mejor alumna de humanidades del Liceo 11. Su situación económica le impide estudiar Medicina e ingresa a Tecnología Médica, especializándose en hematología y transfusión sanguínea. Al egresar de la universidad, en 1969, trabaja en la Escuela Dental y luego en el Hospital Sótero del Río. Es militante del Partido Comunista, y en su trabajo se desempeña como delegada de personal de su especialidad; secretaria de la Federación de Profesionales y Técnicos de la Salud; y dirigente de la Asociación de Tecnólogos Médicos.

En julio de 1973, se casa con Max Santelices. Max era kinesiólogo y, al igual que ella, trabajaba en el hospital. Siempre estaban juntos, casi no se separaban y pronto Reinalda espera un hijo. Sin embargo, pasara lo que pasara en su vida, Reinalda -con una sonrisa permanente en los labios, reservada y orgullosa- continúa con sus labores profesionales. Para el golpe, Max y ella siguieron trabajando normalmente, pero el 29 de septiembre fueron detenidos en el hospital por soldados del Regimiento Ferrocarrilero de Puente Alto, junto a otros funcionarios. Estuvieron en el cuartel todo el día, Reinalda fue liberada solo en la noche con el compromiso de firmar semanalmente. Max fue conducido al Estadio Nacional y liberado luego de algunos meses.

Reinalda concurrió todas las semanas a firmar al regimiento; al cabo de un año decidió no ir más. Vivía en semiclandestinidad; se cree que trabajaba de enlace para altos personeros del PC. En noviembre de 1973, es exonerada de su cargo en el hospital, pero no descansa hasta conseguir trabajo como secretaria en varias consultas médicas, en breves reemplazos como tecnóloga médica. Además entró al Inacap a estudiar dibujo técnico.

Cuando es secuestrada y desaparece definitivamente, trabaja como auxiliar en un laboratorio particular, tiene 29 años y se encuentra en su sexto mes de embarazo. Ese día había salido de su casa alrededor de las tres de la tarde a realizar diligencias por su embarazo. Su esposo, Max Santelices declaró ante la Corte de Apelaciones de Santiago que, según los testimonios de vecinos, Reinalda fue detenida en la intersección de la calle Rodrigo de Araya con Exequiel Fernández, y tomada a viva fuerza por dos sujetos, para luego ser introducida dentro de un automóvil Peugeot azulino, el día 15 de diciembre de 1976 a las 20:30 hrs.

 

Fuentes:

Todas íbamos a ser reinas, Codepu (1990)

Reinalda del Carmen, mi mamá y yo, Lorena Giachino Torréns  (2007)

“Reinalda del Carmen Pereira Plaza”, Memoria Viva (30 de junio 2014)

tomado de:
http://arqueologiadelaausencia.cl/archivos/reinalda-del-carmen-pereira-plaza/

Familia Salamanca Morales de La Legua

El 25 de enero de 1974, o antes, fueron detenidos los militantes del PC y hermanos de madre Gerardo Ismael RUBILAR MORALES, de 26 años, empleado, y Ernesto Guillermo SALAMANCA MORALES, de 20 años, estudiante universitario. Ambos habían sido detenidos después del 11 de septiembre de 1973 en los allanamientos efectuados en la población La Legua, donde vivían en esa época, permaneciendo 23 días en el Estadio Nacional.

La fecha de detención no ha podido precisarse pero debe ser el 25 de enero de 1974 o poco antes. Ese día de la detención, casi a las doce de la noche, llegaron a la casa de sus padres en Lo Gallardo, cerca de la ciudad de San Antonio, los dos hermanos junto con aproximadamente 12 personas fuertemente armadas. Estos manifestaron que venían a tratar de liberar a los detenidos de Tejas Verdes. Los hermanos se veían nerviosos. A la mañana siguiente se fueron. Sin embargo, algunos de los que habían traído a los hermanos, volvieron y detuvieron al padre de Ernesto Salamanca y a un hermano menor, los que fueron llevados a Tejas Verdes, siendo fuertemente torturados y liberados después de estar 42 días desaparecidos.

Testimonios que a esta Comisión le merecen fe, acreditan que Gerardo Rubilar y Ernesto Salamanca fueron llevados a Tejas Verdes donde se perdieron sus huellas.

Las declaraciones de varios testigos, la situación vivida por los familiares y la detención, también en Tejas Verdes, de la novia de Gerardo Rubilar, le permiten a la Comisión formarse convicción de que los detenidos desaparecieron a manos de agentes de la DINA, en violación de sus derechos humanos, y que debe rechazarse la versión entregada por la autoridad política de la época, la cual sostuvo que los hermanos no se encontraban detenidos.

La Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), que comenzaba su accionar, diseñó y llevó a cabo una operación, que consistió en acercarse a militantes de izquierda y comprometerlos a tomar parte en una supuesta acción de rescate de prisioneros políticos recluidos en el campamento de prisioneros de Tejas Verdes, entre los que se encontraba un importante número de pobladores de La Legua. Los hermanos Gerardo Salamanca y Ernesto Rubilar fueron algunas de las víctimas de este engaño.

            Para llevar a cabo dicha operación, a mediados de diciembre los agentes de la DINA comenzaron a «reclutar», que en realidad era detener, a militantes del Partido Comunista y Partido Socialista del sector, a los que los agentes les decían que los llevaban a una «escuela de guerrillas» que tenían preparada.

            Los aprehendidos eran trasladados en una camioneta blanca con frigorífico a la que llamaban «La Paloma», un Austin mini de color amarillo con rayas negras y dos camionetas Chevrolet. A cargo de las operaciones varios testigos lograron reconocer a Marcelo Moren Brito, secundado por otros dos agentes llamados «Antonio» y «Esteban» (éste último con acento argentino). Los detenidos eran trasladados hasta el recinto de la DINA ubicado en calle Londres Nº38.

 

Bernardo Lejderman y su cónyuge María Avalos Castañeda y el hijo de ambos, Ernesto Yoliztly, de menos de dos años de edad.

En la madrugada del 8 de diciembre de 1973, una patrulla militar del Regimiento «Arica» de La Serena al mando de un oficial de apellido Polanco, conducidos por Luis Horacio Ramírez quien había sido detenido el día anterior -irrumpió en la Quebrada de Angostura, posesión Los Perales, sector de Gualliguaica, comuna de Vicuña, donde habían unas cuevas en las que se había refugiado Bernardo Mario Lejderman Konujowska, su cónyuge María del Rosario Avalos Castañeda, (mexicana), y el hijo de ambos, Ernesto Yoliztly, de menos de dos años de edad.

Según lo relató Luis Horacio Ramírez ante el Tribunal, él fue detenido el 7 de diciembre de 1973 por efectivos del Regimiento «Arica», cuyo comandante era el teniente coronel Ariosto Lapostol. Se le interrogó sobre unas personas que estaban ocultas en Quebrada de Angostura y para las cuales el testigo había conseguido ropa. Una vez obtenido los antecedentes, se formó un piquete integrado por unos 10 militares bajo el mando de un oficial de apellido Polanco. También iba un sargento de baja estatura, gordo, moreno y de unos 30 años. Cuando se acercaron al lugar, los militares dejaron al testigo a unos mil metros del lugar, mientras ellos recorrían solos la distancia que los separaba de los hornos. Al poco rato, Luis Ramírez sintió disparos y luego llegó hasta él el Sargento, quien le dijo que tomara una pala y una picota para hacer una excavación. El militar lo llevó consigo y, a unos 150 metros de las cuevas, el testigo vio el cuerpo de la mujer (María del Rosario Avalos), el que tenía mucha sangre en el tórax. No vio al hombre. Cuando se retiraron del lugar, los uniformados llevaban en brazos al niño.

Al día siguiente, acompañado por Modesto Pastén (ya fallecido). Luis Ramírez volvió al lugar, y, en una quebrada, donde existe una vertiente, encontró el cadáver de Bernardo Lejderman. Estaba cubierto de sangre. Junto con Modesto Pastén cavaron una fosa y enterraron los restos. Diecisiete años después, el 1° de agosto de 1990, se exhumó el cuerpo.

El pequeño Ernesto Yoliztly fue llevado por los militares a la Casa de la Providencia de La Serena, en donde fue ingresado a solicitud del Jefe de Plaza e Intendente de la Provincia, Teniente Coronel Ariosto Lapostol. Permaneció allí hasta el 8 de enero de 1974, fecha en que fue sacado para ser llevado a Buenos Aires, donde sus abuelos paternos.

A María del Rosario Avalos Castañeda, a través de gestiones diplomáticas, se la exhumó en abril de 1974 y sus restos fueron trasladados al Cementerio General de Santiago. Oficialmente, el Ministerio de Relaciones dijo al Encargado de Negocios de México en Chile que ella se había suicidado haciendo estallar un cartucho de dinamita que llevaba consigo. Por su parte, la Embajada Argentina, por medio de su Encargado de Negocios, José Alberto del Carril, hacía trámites y consultas en relación a la suerte corrida por Bernardo Lejderman Konujowska.

El 3 de enero de 1974, Enrique Carvallo Díaz, Subsecretario de Relaciones Exteriores, respondió que Lejderman era un peligroso activista que estaba siendo buscado por una patrulla militar en la zona cordillerana. Cuando se le encontró, en la localidad de Gualliguaica, y, al verse éste sorprendido, intentó huir. Como no lo lograra -continuaba la respuesta oficial del Gobierno chileno- hizo estallar un cartucho de dinamita que llevaba entre sus ropas. «Dado que su muerte se produjo por su propia voluntad, no procede establecer responsabilidades por el hecho».

Días después, el 14 de enero de 1974, Relaciones Exteriores amplió la información que había entregado a la Embajada Argentina. En esta oportunidad agregaba que como sus restos quedaron diseminados por el lugar, el piquete debió juntarlos y darles sepultura, sin que fuese posible hacerle una autopsia.

Diecisiete años más tarde, el 1ro. de agosto de 1990, cuando se exhumó el cuerpo de Bernardo Lejderman, su cuerpo estaba entero. Sepultado a unos 40 centímetros de profundidad. Ninguno de sus huesos presentaba lesiones y las vértebras, aunque ya desarticuladas por el paso del tiempo, estaban completas, al igual que los restos óseos de la cara y cabeza, de las piernas y brazos, del tórax y de la pelvis.

Bernardo Lejderman, argentino, y su cónyuge María del Rosario Avalos Castañeda, mexicana, habían ingresado a Chile en 1971. El lo hizo en el mes de marzo de ese año y, al poco tiempo, por sus vinculaciones con la Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP), fue procesado por Ley de Seguridad Interior del Estado.

Aunque no se dispone de una información acabada, se sabe que Bernardo Lejderman, junto a su cónyuge e hijo decidieron irse al sector de la Aguda en busca de refugio. Su condición de extranjeros y el hecho de estar siendo procesado en relación a la VOP le hacían temer por su seguridad y la de su familia. Amigos de la víctima relatan que éste esperaba que se dieran las condiciones para poder cruzar la cordillera hacia Argentina cuando fue ejecutado por los militares.

Hasta la fecha en que fueron encontrados los restos del afectado (año 1990), permaneció en calidad de desaparecido, ya que no se inscribió su defunción en el Registro Civil hasta el año 1991.

 

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS

Organismos de Derechos Humanos de La Serena, presentaron, el 31 de julio de 1990, una denuncia por el delito de Inhumación Ilegal de Bernardo Lejderman en el Juzgado del Crimen Elqui-Vicuña.

Junto con relatar las circunstancias de la muerte del afectado, su sepultación ilegal y su permanencia en calidad de desaparecido durante diecisiete años, en la presentación se solicitó la exhumación de los restos del afectado.

El Juez David Salazar Catalán acogió la denuncia rolándola con el N°14090, y el 1ro. de agosto de 1990 se constituyó en la Quebrada de Angostura procediendo -junto a un equipo de peritos- a realizar las excavaciones que culminaron con el hallazgo de las osamentas de Bernardo Lejderman.

Posteriormente, el 8 de agosto, ante el mismo Tribunal se presentó una querella por los delitos de Homicidio, Inhumación y Exhumación Ilegal cometidos en contra del afectado y su cónyuge, María del Rosario Avalos, la que fue acumulada al proceso 14090.

Durante la tramitación del proceso no fue posible individualizar al oficial de apellido Polanco ni a los integrantes del piquete militar que intervinieron en la muerte del matrimonio. El 14 de septiembre de 1990, el Mayor General Hugo Salas Wenzel, Jefe del Estado Mayor General del Ejército, respondió a un oficio del Juzgado del Crimen Elqui-Vicuña, «los antecedentes proporcionados por el Tribunal son insuficientes para individualizar a la persona que se menciona (Polanco). Por otra parte, la Institución no cuenta con antecedentes respecto a qué personas integraban la patrulla militar que actuó en el operativo realizado al interior de Gualliguaica, ni por orden de quién se realizó ese operativo».

Cuando aún estaba pendiente la exhumación del cuerpo de Rosario Avalos, a quien se enterró en 1974 en el Cementerio General de Santiago para realizar la autopsia que definiera las causas de su muerte; determinar la efectividad de la detención y la participación de dos profesores de La Serena (habrían recolectado ropa para el niño); y personalizar al oficial de apellido Polanco y a los miembros de la patrulla; el II Juzgado Militar de Santiago intervino en la investigación solicitando la incompetencia del Juez David Salazar Catalán.

El 20 de febrero de 1991, el Juez Militar, Brigadier General Guido Riquelme Andaur, pidió la inhibitoria del Juzgado Elqui- Vicuña para continuar sustanciando el proceso porque en los hechos investigados «habría cabido participación a personal del Ejército en acto de servicio». El 18 de marzo del mismo año, el Juez David Salazar no dio lugar a la incompetencia, elevando la causa a la Corte Suprema de Justicia. El 5 de mayo de 1991, ésta resolvió en favor de la Justicia Militar.

Poco antes de esa resolución, el 14 de marzo de 1991, David Salazar había ordenado al Registro Civil de Vicuña inscribir la defunción de Bernardo Mario Lejderman Konujowska «cuyo fallecimiento ocurrió al interior de la localidad de Gualliguaica, Quebrada de Angostura, el día 8 de diciembre de 1973, en horas de la madrugada, presumiblemente por múltiples heridas».

Patricio Humberto Parra Quintanilla, ejecutado el 28 sept 1973
𝐏𝐚𝐭𝐫𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐇𝐮𝐦𝐛𝐞𝐫𝐭𝐨 𝐏𝐀𝐑𝐑𝐀 𝐐𝐔𝐈𝐍𝐓𝐀𝐍𝐈𝐋𝐋𝐀, 𝟏𝟒 𝐀𝐍̃𝐎𝐒
El 28 de septiembre de 1973 fueron ejecutados tras ser detenidos en sus domicilios de la población Villa La Cisterna Nº1, por efectivos de la Fuerza Aérea pertenecientes a la Base Aérea El Bosque,
– Omar Enrique BALBOA TRONCOSO, 18 años, estudiante y
Patricio Humberto PARRA QUINTANILLA, 14 años, estudiante.
La detención se habría producido a consecuencia de la delación de vecinos. A fines de Octubre, en el Instituto Médico Legal se informó a los familiares que los cuerpos de ambos habían aparecido a un costado del Cementerio Metropolitano con múltiples heridas a bala y una data de muerte de fecha 28 de septiembre y estaban enterrados en el patio Nº29 del Cementerio General, en dos sepulturas contiguas.
Por los antecedentes conocidos, especialmente encontrándose acreditada la detención y por la forma y circunstancias de las muertes, esta Comisión ha llegado a la convicción que Omar Enrique Balboa Troncoso y Patricio Humberto Parra Quintanilla fueron ejecutados y víctimas de una violación grave a los derechos humanos, de responsabilidad de agentes del Estado.
50 años después la Derecha Chilena sigue culpando a las víctimas.
ANA MARIA PUGA ROJAS (25)Y ALEJANDRO DE LA BARRA VILLARROEL(24). ASESINADOS

El 3 de diciembre de 1974, en horas de la tarde, es asesinado el matrimonio formado por Alejandro de la Barra Villarroel (24 años) y Ana María Puga Rojas (25 años), cientista político y profesora y actriz, respectivamente, ambos militantes del MIR y él dirigente de dicha colectividad, casados, 1 hijo. Ese día mientras iban en su automóvil a retirar a su hijo de un año y cuatro meses de edad, al Jardín Infantil “Los Muñecos” ubicado en calle Andacollo N° 1620 de la comuna de Providencia, de esta ciudad, fueron fueron emboscados en el cruce de esa calle con Avenida Francisco Bilbao por un grupo de personas que se movilizaban en auto, los que dispararon contra la pareja, muriendo ambos a consecuencia de los mismos. Posteriormente, los cuerpos de Ana María Puga Rojas y Alejandro de la Barra Villarroel fueron llevados hasta el recinto denominado Villa Grimaldi o Cuartel Terranova ubicado en Avenida José Arrieta y después sus restos trasladados hasta el Servicio Médico Legal, organismo que luego de practicar las autopsias respectivas, hizo entrega de ellos a sus familiares. Días antes de este hecho, personal de la DINA había concurrido al mencionado Jardín Infantil para hacer averiguaciones sobre el hijo de la pareja.

Testimonio de Ivy Maya Imai Bernardita Vásquez Valenzuela :”El día del atentado que sufrieron Ana María Puga y Alejandro de la Barra, esto es, el 3 de diciembre de 1974, yo me encontraba con mis hijos, de cinco años y seis meses respectivamente, en la casa de mis padres en calle Los Alerces 2711 de Ñuñoa, donde actualmente vive mi padre, mi madre ya falleció. Mi marido es Renato Puga Rojas, hermano de Ana María. Después de la hora de almuerzo, Ana María y Alejandro pasaron por la casa de mis padres, antes de ir a buscar a su hijo, al que le decíamos “Piti”, a la sala cuna donde estaba. Cuando ellos dijeron que tenían que irse, mi madre les dijo que se quedaran a tomar once, esto era antes de las cinco de la tarde, ya que para mi madre, la hora de once era “sagrada” y debía tomarse antes de las cinco. Sin embargo, Alejandro le dijo, “gracias tía, pero estamos atrasados”. Ellos tenían, como dije, que ir a retirar a su hijo de la sala cuna. El niño tenía a esa fecha, un año dos meses. Para aprovechar el viaje, mi suegra, Carmen Rojas Salinas, les pidió que la llevara porque quería ver al niño, a lo que accedieron. Se fueron los tres, no vi a nadie más que estuviera en el auto y mi suegra nunca me contó que hubieran subido a otra persona en el trayecto”…. …”una cuadra antes de llegar a la sala cuna, mi suegra les pidió que la dejaran allí para juntarse con mi suegro y que después en otra oportunidad, vería al niño y se bajó del auto”…. …. “no ví que ninguno de los dos, ni Ana María ni Alejandro, hayan portado armas ese día, tampoco las ví en el auto”….
Dichos de Gloria de las Mercedes Novoa Vera de fojas 160:”..En el mes de diciembre del año 1974, yo era dueña del Jardín Infantil “Los Muñecos” ubicado en calle Andacollo 1620, Providencia, calle perpendicular a Avenida Bilbao y paralela a Avenida Pedro de Valdivia.
Unos cuatros meses antes, una pareja joven llevó a su hijo, de aproximadamente poco más de un año. Al matricularlo, el nombre que dieron de él fue Álvaro, no recuerdo el apellido. No se pedía ningún otro antecedente. En la ficha de matrícula donde se establecen las condiciones, se anota el nombre de las personas que podían retirar a los niños. En este caso, la entrega del menor sólo se podía hacer a sus padres y a sus abuelos… el día de los hechos, 3 de diciembre de 1974, recuerdo que estaba en el Jardín y alrededor de las 10,00 de la mañana llegaron los padres de Álvaro, Alejandro y Ana María a entregar al niño. Lo recibí personalmente e hicieron entrega, además, de una máquina fotográfica. Insistieron en que el niño no fuera entregado nadie más que a ellos o a sus abuelos. Me dio la sensación de que estaban preocupados. Normalmente iban a dejar al niño en un vehículo viejo pero no recuerdo marca ni color. Ese día no vi como llegaron al Jardín. Debo señalar que unos cuatro días antes, un empleado me contó que habían ido al Jardín unas personas a preguntar por un niño llamado Álvaro Puga. No hablaron conmigo ni los ví. Estas personas, que eran como tres y no vestían uniforme militar preguntaron por el niño, pero en todo caso, el apellido del niño no era Puga. De esto debemos haber informado a sus padres. Volviendo al día 3 de diciembre, poco después que se fueron los padres de Alvarito, cinco o diez minutos más tarde, sentí que el portón del jardín, el del acceso a la calle, se cerraba por fuera. Me acerqué y lo abrí, viendo como a tres hombres con uniformes militares de camuflaje, los que me increparon duramente ordenando mantener cerrado el portón. Me devolví al interior y juntamos a los niños y los llevamos a todos a un patio interior. Además de mí, ese día estaban en el jardín la Subdirectora, Marjorie Atias, y unas catorce personas más, entre educadores y auxiliares. En realidad estábamos un tanto asustados con los acontecimientos y, yo no los escuché, pero me dijeron que se habían oído unos disparos. Como una hora después, un mozo del Jardín, no recuerdo su nombre, salió a ver y a su vuelta nos contó que había hablado con el que atendía un kiosko de diarios del sector, no sé cuál porque había como dos cerca – uno al llegar a Pedro de Valdivia y otro en Bilbao con Andacollo… Él nos dijo que el hombre del kiosko le había señalado que había habido un tiroteo y que habían muerto unas personas. El jardín siguió funcionando normalmente ese día. La hora de recogida de los niños era de 5 a 7 de la tarde. Pasado esa hora, Alvarito aún no había sido retirado. Como a las 9 de la noche, junto a mi marido y a mi hijo, que en ese entonces tenía una edad similar a la de Alvarito, lo fuimos a dejar a casa de sus abuelos. Era en el centro, no recuerdo el nombre de la calle.Nos salió a recibir una pareja que eran los abuelos del niño, no recuerdo si los había visto antes. Se veían de aspecto como destrozados. No hicieron ningún comentario. Así que entregamos a Alvarito y nos fuimos… me parece que un familiar de Alvarito nos contó, tiempo después, de la muerte de sus padres”.
Deposición de Patricia García Villarroel de fojas 163:”… Alejandro de la Barra era mi primo y tenía una relación muy cercana con él. Éramos como hermanos. Nuestras madres eran hermanas. El funeral fue un momento muy tenso. En un principio la familia quería realizar incineración pero por razones que ignoro, no se dejó hacer aquello. Alejandro y Ana María estaban en ataúdes y se veían muy maquillados. Se notaba que había agentes de DINA en el cementerio, porque había personas que no eran familiares ni amigos y en actitudes que hacía sospechar que eran agentes”.

Versión de Heriberto del Carmen Acevedo indicando que en el mes de septiembre de 1974 fue destinado al cuartel Villa Grimaldi y que su apodo era “Esteban”. …”un día de diciembre de 1974, cuando llegué en la mañana a Terranova, José Silva “Gino”, suboficial de carabineros, me señaló que debería acompañarlo a un operativo que se realizaría en las cercanías de la Plaza Pedro de Valdivia”… “a mí me dejaron en las cercanías de calle Andacollo donde estaba un colegio. Se me había señalado por Silva que debería estar atento a un vehículo Peugeot 404 blanco en el que vendría un mirista cuyo apellido era Ibarra o Barra, no recuerdo con exactitud. Yo me quedé a pie cerca de un poste de alumbrado público. Fue en horas de la mañana. De pronto divisé el vehículo que pasaba frente al colegio casi sin detenerse y di aviso a otro de los equipos que estaba estacionado en las cercanías, no recuerdo si por radio o con un pañuelo. El caso es que a los pocos minutos se produce una balacera en Bilbao con Andacollo. Al llegar al lugar, siempre a pie, vi que en el Peugeot había una pareja, un hombre y una mujer tirados en el piso del auto. No recuerdo haber visto si esa pareja andaba armada o no. Alguien dio la orden que en ese mismo auto se los llevaran a Terranova. Recuerdo haber visto en el lugar a Lawrence, a Jaime, al guatón Valdebenito, a Contreras, apodado “Contreritas”. No recuerdo en que vehículo regresé a Terranova. Al llegar, los cuerpos de los miristas estaban depositados en el suelo. No nos dejaron acercarnos a ellos. Recuerdo entre los jefes que estaban allí a Moren y a Krassnoff”. Luego, yo me fui a sentar en unas escalinatas del cuartel, sin tener más participación en los hechos. No estoy seguro pero creo que cuando íbamos al operativo, en el vehículo iba una mujer, una de las que colaboraban con los jefes de Terranova. En todo caso, si esa persona iba en el vehículo no iba con la vista vendada porque en esa fecha había tres mujeres colaboradoras en el cuartel”…
Dichos de Silvia Irene Hernández Volosky …”los antecedentes de cómo se produjo el asesinato de que conozco me los entregó Rosalía Martínez Cereceda quien estuvo detenida con su marido en la casa de torturas de José Domingo Cañas de la DINA”… …”le prepararon una emboscada en que disfrazaron a personal de la DINA de habitantes habituales del barrio. Las pocas personas ( o creo recordar que es único testigo) que no fue retirado de la zona en el momento del asesinato describió que apenas el auto con Alejandro al volante y Ana María en el asiento de acompañante se detuvo frente al jardín, se acercaron hombres de la DINA y dispararon a través del vidrio. No hubo el menor intento de detenerlos vivos. La DINA consideraba a Alejandro un “peligroso criminal”. Probablemente preferían no tener testigos y por eso asesinaron también a Ana María a pesar de saber que no tenía otro antecedentes que ser su compañera”

FERNANDO MOSCOSO E IRÁN CALZADILLA, FUSILADOS

Talcahuano, diciembre de 1973. Ferrnando era soltero y tenía 20 añios de edad. Era estudiante de Ingeniería de Ejecución en Madera en la Universidad Técnica del Estado, sede Concepción. Militante de las Juventudes Comunistas.

Fue fusilado, junto a otro militante del Partido Comunista, el día 20 de diciembre de 1973, en un predio de propiedad de Gendarmería ubicado en la autopista entre Concepción y Talcahuano, en virtud de la sentencia dictada por un Consejo de Guerra en el que se transgredieron las normas legales del proceso. Los cadáveres fueron inhumados ilegalmente por las autoridades, sin conocimiento de las familias, en el Cementerio Nº2 de Talcahuano. Posteriormente ellas pudieron trasladarlos, en urnas selladas al cementerio de Tomé.

Fernando Humberto Moscoso Moena, 20 años, estudiante de Ingeniería de Ejecución en Madera de la Universidad Técnica del Estado Concepción, militante de las JJ.CC. acusado del delito de distribución, transporte y almacenamiento de explosivos, del artículo 10 de la ley 17.798.

Condenado a la pena máxima por el Consejo de Guerra Rol Ancla‑5, el 16 de diciembre de 1973, instruido por la Armada, junto a otras 52 personas.
El fallo fue aprobado por el Comandante de la II Zona Naval, efectuándose el fusilamiento el 20 de diciembre.

Los cuerpos no fueron entregados a los familiares, sino enterrados en el cementerio N° 2 de Talcahuano.

Luego los familiares pudieron trasladar los restos al Cementerio de Tomé.
La Comisión Rettig llegó a la convicción de que en su juzgamientos no se respetó las reglas del debido proceso, como todos los Consejos de Guerra, que no aceptó la excepción de incompetencia deducida por los reos, fundada en que los delitos imputados debían ser conocidos por un tribunal militar en tiempo de paz, puesto que se habrían perpetrado con anterioridad a la entrada en vigencia del estado de sitio

RECUERDOS DE FERNANDO MOSCOSO

Eran los tiempos del Gobierno Constitucional del Presidente Allende, en el período de las vacaciones estudiantiles en pleno verano en la hermosa ciudad de Tome, ahí nos encontrábamos para encabezar las jornadas de divulgación de las propuestas políticas y económicas, en especial, lo que era atingente a la problemática de la juventud. Ahí estábamos con Fernando Moscoso, Iván Calzadilla y tantos otros jóvenes cuyas edades fluctuaban no más allá de los 20 años recorriendo todos los días los cerros de Tomé, las poblaciones, visitando casa por casa, para entregar nuestra visión y las iniciativas populares que se desarrollaban esos días y que tenían que ver con los intereses más cercanos de la población

Fernando vivía en una de las poblaciones humildes de Tomé, recuerdo su modesta casa al lado izquierdo de la línea férrea siguiendo el sentido hacia los pueblos interiores, con sus ventanas cubiertas por nylon para protegerse del crudo invierno de la costa tomesina. Caminábamos de día y de noche por esa línea del tren, era el camino más corto para transitar de un sector a otro en ese sector de Tomé. En su casa su abuelita, enferma de dolencias crónica, a pesar de ello, igual nos esperaba para recibirnos, conversar y servirnos para comer lo que se pudiera. Era hospitalaria, cariñosa que con gran esfuerzo permitía que la vida continuara.

Fernando que recién tenía su licencia media con sus 18 años, se prestaba a postular a nuestra Universidad Técnica del Estado, conciente que era la única oportunidad de poder continuar sus estudios , todo esto debido a los esfuerzos de la Universidad por incorporar a sus aulas a la mayor cantidad de jóvenes hijos de obreros y empleados de escasos recursos, sobre todo, mediante los convenios con la Central Única de Trabajadores, CUT y los programas crecientes de bienestar estudiantil reflejadas en becas, útiles escolares, libros, hogares universitarios, alimentación, deporte, movilización , etc. que eran realidades en la UTE de Enrique Kilberg, Víctor Jara y de tantos miembros de la comunidad universitaria, que a diario entregaban su aporte para transformar la Universidad Técnica del Estado, cada vez más ligadas a las necesidades de Chile y de nuestro pueblo. Fue así como Fernando y tantos otros, ingresaron a la Universidad en ese período académico, entendíamos todos, que el éxito del Gobierno Popular permitía la profundización de la Reforma y que nuestro deber de jóvenes era estudiar, trabajar y luchar por Chile, de ahí los trabajos voluntarios, las escuelas internacionales de solidaridad con Chile, donde Fernando estaba en las primeras trincheras de trabajo, las campañas por elevar el rendimiento estudiantil, la participación activa de todas las iniciativas que apuntaran a respaldar el Gobierno Popular, la solidaridad con Vietnam, Laos y Camboya estaba también presente, eran preocupaciones cotidianas de Fernando, joven incansable y de todos sus compañeros de la universidad.

Pero la tragedia, el retroceso, la mezquindad, la ignorancia, la delincuencia política, la traición se imponía en Chile, sacrificando, asesinando, torturando y haciendo desaparecer a la más clara, lúcida, patriota e inteligentes mentes de nuestra sociedad. Y ahí estuvo Fernando Moscoso e Iván Calzadilla, ambos de Tomé, fusilados para producir escarmiento en la juventud que se revelaba ante la dictadura cobarde del traidor y de los traidores, que olvidándose de su responsabilidad que Chile les había encomendado, se enfrentaban a su propio pueblo cometiendo uno del más grande genocidio repudiados por la humanidad entera. Ahí esta el ejemplo de Héctor Leppe, Gabriel Riveros, Pedro Orella, Miguel Enríquez, Carlos Lorca, Alejandro Rodríguez y tantos patriotas héroes que entregaron su vida por el Chile de ayer y de mañana,

Fernando Moscoso, estudiante de la Universidad Técnica del Estado, de escasos 19 años, joven lleno de vida, cristalino como su mar que lo vio nacer en Tomé, valiente e inteligente, fue llamado a viva voz, cuando empezaba a caer la tarde y el sol desaparecía siendo trasladado desde el Molo500 de la Base Naval hacia la Isla Quiriquina, campo de concentración de la Marina de Chile, donde sin proceso legal alguno, se le comunicó el domingo 17 de diciembre de 1973 que serían fusilados, noticia que se supo a través de una de las radios de Concepción, luego… dos días después, el 20 de diciembre del 73, es fusilado junto con su compañero Iván Calzadilla, informándose en Concepción a través del diario El Sur y Crónica de Concepción, en la portada principal, a toda columna FUSILADOS POR SER CEREBROS DEL PLAN Z, informando además, que un Consejo de Cobardes Traidores acababan de condenar a estos jóvenes patriotas. Esa misma noche, sus compañeros de prisión, con amargura y profundo dolor murmuraban haciendo luego con la emoción que sus voces se escucharan en forma creciente.

Arriba los pobres del mundo  , De pie los esclavos sin pan Y gritemos todos unidos…

Las palabras escritas sobre los fríos muros de su celda, antes de enfrentar el pelotón de fusileros encabezados por el teniente Schmuler al alba del día 20 de diciembre de 1973, en el sector del Aeropuerto Carriel Sur de Concepción, son el testimonio fehaciente que no se doblegarían ante los traidores y que sus vidas no serían en vano, formando parte de la historia de lucha de nuestro pueblo, cuyo ejemplo de valor y consecuencia permitirán que las nuevas generaciones sean portadores y mensajeros de sus últimas palabras escritas sobre esa duras murallas de la prisión.
IVAN CALZADILLA, OBRERO

FERNANDO MOSCOSO, ESTUDIANTE

CONDENADOS A FUSILAMIENTO el 18 de Diciembre de 1973,

Fernando Wenger Meza

Gloria Lagos Nilsson: Las vidas que nos deben.

En este día quiero compartir la historia de Gloria, detenida un 26 de agosto. Obra de los criminales que hoy piden que olvidemos. No hay peor muerte que la del olvido.
GLORIA ESTER LAGOS NILSSON, Detenida un día 26 de Agosto
Era alta, delgada, trigueña, hermosa, alegre, llena de vida. De ojos grises, de mirada profunda y dulce, extraordinariamente cariñosa.
Al momento de ser detenida el día 26 de agosto de 1974 tenía 28 años y se encontraba embarazada de tres meses y medio. Tenía tres hi­jos de su primer matrimonio: Hector de 10 años, Marcela de 8 y Patricio de 6. Había nacido en Porvenir, al sur de Chile el día 29 de septiembre de 1945. El hermano de Gloria se habla asilado a comienzos de 1974 en la Embajada de México debido a que era intensamente perseguido; es­te hecho produjo en Gloria una enorme tristeza.
De profesión secretaria, trabajó en La Moneda junto al presiden­te Salvador Allende a quien Gloria admiraba profundamente. Sus hijos pequeños la habían acompañado varias veces al palacio presidencial.
Después del golpe militar su casa fue allanada violentamente en dos oportunidades.
Dos días antes de su secuestro había presentado en el Comité por la Paz un Recurso de Amparo por Julio Humberto Rodríguez Jorquera, su conviviente, quien había sido detenido por el Servicio de Inteligencia Militar. El mismo día que la detuvieron venía de presentar un nuevo Re­curso de Amparo, el que consta en los archivos del Comité por la Paz. Al llegar a su casa los vecinos le advirtieron que no entrara pues había hombres armados en su departamento. Ella respondió “como no voy a entrar si están mis hijos adentro”.
Esa noche los agentes habían conducido a Julio Humberto a ca­sa de Gloria donde ella y sus hijos lo vieron brutalmente torturado. En esa oportunidad Julio Humberto logra huir por la cocina del departa­mento ante un descuido de sus aprehensores.
Al parecer, por antecedentes que tenemos, Gloria fue llevada de rehén debido a la huida de Julio Humberto Rodríguez, quién luego lo­gró asilarse en una embajada.
Muchos años después su hija Marcela relata así su secuestro: “en ese momento tocaron la puerta en forma violenta preguntando por mi ma­dre, ante nuestra desesperación y súplica, los militares respondieron que no nos preocupáramos, que le harían algunas preguntas y que al día siguiente estaría de regreso”.
Su hija Marcela tiene la imagen grabada nítidamente en la memoria, como si hubiera sido ayer: “cuando vi que mi madre se alejaba, yo desde la ventana llorando y gritando una y otra vez que no se la llevaran, allí divisé unos como vestidos para la guerra. Yo quería que mi ma­dre se quedara conmigo, con nosotros tres, pero no fue así”.
………….
Sobre lo sucedido con GLORIA LAGOS NILSON luego de su detención hemos logrado saberlo por Adriana Urrutia, C.I. 2.136.718 -4 de Santiago, quien estuvo detenida con ella en una pieza de incomu­nicados de Cuatro Álamos, aproximadamente a fines de agosto y prime­ros días de septiembre de 1974.
Adriana Urrutia dice: “fui detenida el día 8 de agosto de 1974 en mi casa, junto a mi esposo Ernesto Mewes. Nos denunció Marcia Merino Vega a quien decían la Flaca Alejandra y que había vivido con nosotros como una hija por casi un año. Después del golpe, se refugió en nuestra ca­sa”.
“En el operativo iban 3 hombres y Marcia, quién permaneció en la cabina de la camioneta. Fue como a las 11 de la noche, yo ya estaba en ba­ta, golpean fuertemente la puerta, al abrir entran violentamente dos hom­bres… uno alto, macizo, medio bruto, con muy mal cutis, como picado de viruela, cara roja, sanguínea, pelo negro, …el otro, medio rubio, delgado, tez blanca, de buen trato. Nos hicieron pocas preguntas, luego me ordenan que me vista y que lleve dos frazadas. Luego que nos fuimos supe que nuestra casa posteriormente fue ocupada por la DINA. Al subir a la parte de atrás de la camioneta, divisé a Marca Merino Vega quien se tapó la cara con las manos. Una vez arriba nos pusieron scotch sobre los ojos. Nos con­dujeron hacia el centro de la ciudad, al llegar a una casa nos preguntaron nombres completos, carnet de identidad, estado civil, es decir todos nues­tros antecedentes. Luego nos dejaron sentados en lo que debe haber sido el hall. Con mi esposo estábamos decididos a no darlos nombres de los jóve­nes del MIR que conocíamos: no decir una palabra, ni dar una seña. Al ca­bo de un tiempo nos llevaron a una pieza, Marca Merino, la Flaca Alejan­dra, me sacó el scotch y me dijo: ‘mírame Adriana como estoy; y me supli­có lo dijera todo. A su lado estaba Osvaldo Romo, a quien yo también co­nocía con anterioridad: Me negué, la ignoré, y entonces fui desnudada, atada en una cama metálica y torturada, igual cosa hicieron con mi esposo. Los dos permanecimos callados”.
“El día 9 de agosto en la mañana me sacan de esa casa, a mí sola, sin vendo. Me doy cuenta que estoy en la calle Londres y veo el No 38. Lue­go me suben a un auto, me ponen un pañuelo, mi propio pañuelo, sobre los ojos. Yo veía a través de él pues era de seda. Me condujeron hacia el ba­rrio alto, reconocí la calle Arrieta y la casa donde paramos. Había estado allí para un remate, había sido la residencia del Embajador de Allende en Roma Carlos Vasallo. Esa casa es la conocida como Villa Grimaldi; en esa época no tenían presos allá al parecer la estaban acondicionando”.
“Me introdujeron en una gran pieza, era Osvaldo Romo el que me conducía. Frente a mi un inmenso escritorio, detrás de él un hombre sen­tado, que me interrogó. Años después al ver su foto reconocí al militar Pe­dro Espinoza Bravo. Me insistió a que reconociera a Marcia Merino, me negué. Me ofreció un pasaje a Buenos Aires si hablaba, insistí en mi nega­tiva. Entonces cambió de tono y ordenó en forma violenta que me sacaran de la pieza. Fue algo espantoso, afuera me esperaba una verdadera jauría de hombres; eran como 10 que me gritaban, me insultaban, me arrastra­ron hasta un patio amarrándome en el suelo los brazos y piernas. Luego sentí el ruido de un motor, de una máquina, me gritaban habla sino te va­mos a atropellar, permanecí desesperada en silencio. Alguien dijo nosotros aquí no matamos pero dejamos lisiados para el resto de la vida. Me pasaron una rueda sobre ambas piernas, quemante, atroz,… confesé.., per­dí el conocimiento”.
Adriana fue trasladada esa noche del día 9 de agosto de nuevo a la casa de calle Londres. Allí la dejan tirada en una colchoneta en el hall, las piernas amoratadas, hinchadas, edematosas, le era imposible siquie­ra apoyarse en ellas. “Durante esos tres días fui testigo de la presencia de Mauricio Jorquera en esa sala. Mauricio está ahora desaparecido. A ese muchacho que se quejaba pidiendo agua, le dijeron ‘si hablas te vas al hos­pital, sino te vas a morir. Ella recuerda, “nos dejaron solos, le hablé por su nombre y exigí que le trajeran agua”.
Al cabo de 3 días a Adriana la vuelven a torturar junto a su espo­so. Con un laque le produjeron una lesión en la columna, lesión que se­ría comprobada más tarde en un hospital de Dinamarca y de la cual se guardan los exámenes.
Adriana continua así su relato: “el día 18 o tal vez 19 de agosto fui­mos trasladados junto con todos los prisioneros que nos encontrábamos en Londres 38 al pabellón de incomunicados de Cuatro Álamos. Allí estuve con Muriel Dokendorff, María Elena Gonzalez y Patricia Herrera”.
“Afines de agosto entran a nuestra pieza a una mujer alta, delga­da, tez clara, pelo casi rubio, ojos muy lindos, posiblemente verdes. Se en­contraba embarazada. Venía muy asustada, nerviosa, nos relató que la ha­bían detenido en su hogar. Estaba desesperada porque sus tres lujos habían quedado solos llorando en su departamento. Nos dijo que se llamaba Glo­ria Esther Lagos Nilsson, nos revelo todo lo que con ella había pasado, de cómo entró de todos modos a su casa a pesar de la advertencia de sus vecinos, de cómo su conviviente se había fugado de la DINA…”. A princi­pios de septiembre Adriana fue trasladada a libre plática, Gloria quedó en el pabellón de incomunicados. “La esperamos; a Tres Álamos no llegó nunca”

María Cecilia Labrín Saso: Desaparecida con 3 meses de embarazo.

María Cecilia Labrín Saso nació el 15 de mayo de 1949 en Santiago. Estudió en la Universidad de Chile donde obtuvo el título de Asistente Social y posteriormente trabajó en la fábrica Hucke Hnos. Militante del MIR, el 12 de agosto de 1974, a los 25 años y con tres meses de embarazo, fue detenida en su domicilio por agentes de la DINA y trasladada a Londres 38. Permanece desaparecida hasta hoy.

La recuerdan bajita, de grandes ojos sonrientes. Alegre, vivaz, Co­queta. Llena de amigos, conversadora y extraordinariamente generosa. Quiso estudiar Servicio Social por su vocación de ayudar a los más po­bres, pobreza que ella había conocido muy duramente en la niñez.

 Madura y serena para enfrentar los problemas, al quedar sola su madre, ella se transforma en su apoyo, su confidente, su guía: cumple el papel de pilar de la familia al separarse sus padres y más tarde, cuando hay que internar a un hermano que desarrolla un cuadro de esquizofrenia.

 Muy buena alumna en la secundaria y en la Universidad. Su gran compromiso social y político la lleva a participar activamente en la re­forma universitaria.

Una compañera de estudios que la recuerda años más tarde, cuando Cecilia ya estaba desaparecida, se expresa así: “Tenía una clara inteligencia Nunca la vi restarse a vivir plenamente. Nunca la vi vacilar en la defensa de sus ideales. Todo en ella tenía una gran armonía”. 

Era responsable y trabajadora, al momento de ser detenida Ce­cilia tenía una ayudantía en su escuela y trabajaba en la fábrica Hucke. El golpe de estado la habla afectado profundamente. No tomó sin em­bargo ninguna precaución, a pesar de que día a día comentaba a su ma­dre y hermana, lo que estaba sucediendo con amigos de ella.

El día 12 de Agosto de 1974 fue detenida y sacada de su hogar an­te la presencia de su madre y hermana: “se veía tranquila. Dijo: No  te deprimas mama, yo no voy sola; llevo a mi hijo y él me dará  fuerzas y muchos deseos de seguir luchando…

TRIBUNALES_

la Corte Suprema y la Corte de Apelaciones de Santiago dictaron sendas sentencias en contra de ex agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) por delitos de secuestro calificado de víctimas que pasaron por el centro de detención clandestino de Londres 38.

En el primer caso, la Segunda Sala del máximo tribunal –integrada por los ministros Milton Juica, Hugo Dolmestch, Carlos Künsemüller, Haroldo Brito y Lamberto Cisternas– rechazó el recurso de casación presentado en contra del fallo dictado por el secuestro de María Cecilia Labrín Saso, ilícito perpetrado a partir del 12 de agosto de 1974, en la comuna de Las Condes.

En la resolución (causa rol 17037-2013), máximo tribunal confirma el fallo dictado –el 25 de abril de 2013– por el ministro de fuero Leopoldo Llanos Sagristá, que condenó como autores del delito a los ex integrantes de la DINA:Juan Manuel Guillermo Contreras SepúlvedaMiguel Krassnoff MartchenkoMarcelo Luis Moren Brito yBasclay Humberto Zapata Reyes, a  penas de 10 años y un día de presidio. Asimismo, la Sala Penal ratificó la sanción de 8 años de presidio para Basclay Zapata Reyes, por su participación en los hechos.

en Contexto:
Kast sobre los criminales…»Conozco a Miguel Kasnoff  y no creo las cosas que dicen de él..»
Diputado UDI Alessandri: «El Golpe de Estado era necesario…»

 

 

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Alegre y vital: Diana Frida Arón Svigilisky, PERIODISTA

Diana Aaron, mi amiga por María Eugenia Camus

«Han pasado 37 años desde que esta mujer, llena de energía, dejó de caminar por las calles que tantas veces recorrimos. Pienso en que habría estado ahora y la imagino escribiendo, opinando, criticando y aportando. La veo indignada con la situación vergonzosa que vivió la comuna de Providencia por el homenaje a un torturador sobre cuya cabeza pesan 140 años de cárcel por su responsabilidad en crímenes de lesa humanidad. Porque paradojalmente, 37 años después, el calendario hizo coincidir la fecha de la muerte de una joven hermosa y valiente que dio su vida por lo que pensaba con el homenaje de un hombre cobarde que fue capaz de asesinarla cuando estaba embarazada y que hasta hoy no ha sido capaz de reconocer su crimen.

Me siento privilegiada y es un orgullo haber sido amiga de Diana Aaron. Creo que es necesario que su vida y testimonio se conozca, especialmente en estos días, cuando todavía en nuestro país hay personas que son capaces de rendir homenaje a su asesino: Miguel Krassnoff Marchenko, que hasta ahora niega su responsabilidad en el crimen de una mujer embarazada.»


Diana Frida ARON SVIGILSKY
, egresada de periodismo, militante del MIR, fue detenida por agentes de la DINA el 18 de noviembre de 1974, alrededor de las 15:00 horas, en circunstancias que transitaba por Avda. Ossa con el fin de dirigirse a casa de unos amigos. Al percatarse que iba a ser aprehendida por civiles que se movilizaban en una camioneta Chevrolet nueva, intentó huir del lugar resultando herida por impactos de bala en el pulmón y en el riñón, según le refirieron a su novio Luis Muñoz González los propios agentes cuando éste se encontraba recluido en Villa Grimaldi. Tras ser detenida y herida, fue trasladada a Villa Grimaldi y en horas de la noche de ese mismo día fue trasladada a una Clínica de la DINA ubicada en calle Santa Lucía, desde donde desaparece.
Hasta allí llegó Miguel Krassnoff, que la sacó del lugar para llevarla a un centro de torturas. Hay testimonios que dan cuenta de su ensañamiento y crueldad, la que se acentuaba a medida que Diana agonizaba sin que de su boca saliera una sola palabra. “No solo es comunista esta perra, sino que además es judía… hay que matarla”, fueron las palabras de su asesino y que escucharon otros agentes que después entregaron estos antecedentes a la justicia. Diana, embarazada, murió en ese lugar y Krassnoff ordenó hacer desaparecer su cuerpo. Eso ocurrió entre el 19 y 20 de noviembre de 1974.

 

 

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Los Hermanos Nilda y Mario Peña Solari

Mario Fernando Peña Solari, soltero, 21 años de edad, estudiante de Arquitectura y Nilda Patricia Peña Solari, soltera, estudiante, ambos militantes del MIR, fueron detenidos en las siguientes circunstancias: el día 9 de diciembre Mario Fernando sale de su hogar y no regresa, al día siguiente, 10 de diciembre de 1974, fue allanado por 7 u 8 agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) que dijeron ser del Ministerio de Defensa, el domicilio que los hermanos Peña Solari compartían con su familia. Interrogaron a los hermanos de Mario sobre éste y luego se llevaron consigo a Nilda Patricia, según dijeron «para un corto interrogatorio». El arresto fue presenciado por su hermano Rodolfo Peña Solari y un vecino, Felipe Eduardo Manríquez Serey. Ambos detenidos fueron vistos en el cuartel de la DINA ubicado en calle Irán esquina Los Plátanos, conocido como «Venda Sexy». Nilda Patricia estuvo en dicho recinto hasta el día 11 de diciembre, siendo entonces hospitalizada en la clínica Santa Lucía, establecimiento también perteneciente a dicho organismo de seguridad, al padecer hemorragias uterinas, debido a un aborto anterior y agravado su estado por los apremios recibidos. El día 12 fue retornada a «Venda Sexy», siendo sacada luego de allí con destino desconocido, ignorándose su paradero hasta el día de hoy. 

Cristina Verónica Godoy Hinojosa, declararía luego que fue detenida por la DINA el 6 de diciembre de l974 y conducida al recinto de reclusión de esta conocido como Villa Grimaldi, y al día siguiente a «Venda Sexy», siendo interrogada mientras recibía fuertes golpes en la cara, acerca del paradero de Mario Fernando Peña Solari y sus actividades. Luego la encararon con otra detenida, Fátima Mohor, quien le manifestó que no continuara negando haberlo conocido, pues a ella la habían torturado y así arrancado los nombres de varios militantes del MIR. Al cabo de unos días, la testigo refiere que vio en «Venda Sexy» a Nilda Patricia y Mario Fernando Peña Solari, como también a Ida Vera Almarza y Marta Neira, todos ellos allí recluidos y posteriormente desaparecidos. María Cristina Zamora Eguiluz afirmaría por otra parte, haber sido capturada por la DINA el 12 de diciembre de 1974 y conducida a «Venda Sexy», donde vio en mal estado a la víctima, quien padecía hemorragias uterinas. Los testimonios de otras detenidas en la mismas época que Nilda Patricia y Mario Fernando, sostienen haberlos visto en «Sexy», quienes se hallaban en deteriorado estado de salud, logrando hablar brevemente con ellos, añadiendo que Nilda Patricia fue sacada de aquel sitio el día 12 de diciembre -después de haber manifestado que el día anterior estuvo en la clínica Santa Lucía- presuntamente con destino al hospital militar para ser atendida. Tales afirmaciones están contenidas en diversas declaraciones juradas y testimonios, correspondientes a Bernardita Núñez Rivera, Ana María Arenas, Alejandra Holzapfel y Constanza Batazzew Contreras. Nunca más se volvió a saber del paradero de la mujer. Tiempo después, en el proceso judicial respectivo, el hospital militar negaría haber atendido alguna vez a una paciente llamada Nilda Patricia Peña Solari. Bernardita de Lourdes Nuñez Rivera depondría judicialmente luego, que fue detenida el l0 de diciembre de 1974 por la DINA a las 20:30 horas, siendo trasladada a «Venda Sexy» donde la hicieron acostar junto a Nilda Patricia, que se veía muy enferma, con alta temperatura luego de haber sido torturada y la sacaron a una clínica para tratarla, ya que se quejaba bastante. Añade la testigo que fue conducida a 4 Alamos el 17 de diciembre y nada más supo de la víctima.

            Cristián Mallol Comandari, detenido el 7 de diciembre de 1974 hasta fines de 1976, sostendría que estuvo con Mario Fernando Peña Solari, con quien compartió pieza junto a otros recluidos en Villa Grimaldi a fines de l974 y comienzos de 1975, no precisando la fecha en que el detenido fue sacado de allí con destino desconocido, ignorándose su paradero hasta hoy. Por él supo que había sido aprehendida también Nilda Patricia Peña Solari. Mario Fernando Peña Solari fue detenido en diciembre de 1974 en la vía pública, en circunstancias que se desconocen, pues no llegó a casa de su tía doña Malucha Solari, ubicada en calle Jacques Cazotte 5595, Las Condes, Santiago. Precisamente, el testigo Mallol Comandari refiere que a Mario Fernando lo aprehendieron «por él», esto es, debido a informaciones que le habrían arrancado mediante torturas. Por su parte, la detenida ya citada, Beatriz Constanza Bataseww Contreras, declararía más tarde que fue arrestada por la DINA el 12 de diciembre de 1974 mientras buscaba a su contacto en el MIR, Mario Fernando Peña Solari, a quien vio como se dijo, recluido en «Venda Sexy» junto a Nilda Patricia, ambos en mal estado físico debido a apremios recibidos que no especifica.

            Las víctimas aparecieron en un listado junto a otros detenidos desaparecidos (lista de los 119), según las publicaciones revista «Lea» de Buenos Aires y el semanario O»Dia de Curitiba, Brasil. Nilda Patricia figuraba junto a otros 60 nombres en el primer medio mencionado, como los miristas chilenos muertos por sus propios compañeros a raíz de disputas internas. Mario Fernando apareció a su vez en la nómina de O»Dia como quien, junto a otros 59 miristas, había sido abatido en la Provincia de Salta, Argentina, por fuerzas de seguridad de dicho país.

            Sin embargo, la revista Lea salió a la circulación con su primer y único número sólo para publicar la «noticia» anterior, sin conocerse la editorial, su domicilio ni director responsable en forma real, contando cada ejemplar sólo con un pie de imprenta ininteligible. A su vez, O»Dia apareció a la luz pública tras largos años de silencio y tras la publicación referida, volvió a permanecer fuera de circulación. Tampoco tenía domicilio o director responsable conocidos.

            Las 119 personas citadas en ambos medios de información corresponden a gente por las cuales se realizaban gestiones judiciales y administrativas aquí en Chile destinadas a dar con sus paraderos, ya que los dos habían sido detenidos por los servicios de seguridad. Se constató además, por la agencia informativa Latin y las autoridades argentinas, que ninguno de los 119 supuestos muertos había pisado el territorio transandino.

            El Ministerio de Relaciones Exteriores chileno, informó también más tarde al Tribunal que siguió el proceso por la desaparición de la víctima, que las informaciones aludidas no tienen base alguna que amerita su autenticidad.

            Los hermanos Mario Fernando y Nilda Patricia Peña Solari permanecen detenidos desaparecidos. A la fecha de sus detenciones sus padres habían fallecido.

 

Vicente Atencio: Diputado de la República. Detenido desaparecido

Vicente Atencio Cortés, casado, 4 hijos, dirigente regional de la CUT, diputado comunista, ex Alcalde de Arica, fue detenido por la DINA en horas de la mañana del día 11 de agosto de 1976, luego que saliera de su domicilio a realizar sus labores cotidianas. Ese mismo día fueron detenidos Carlos Vizcarra Cofré y Miguel Nazar Quiroz, destacados dirigentes del Partido Comunista y quienes también se encuentran desaparecidos. Asimismo, el 9 de agosto fueron aprehendidos cinco dirigentes sindicales ligados a ese Partido, todos actualmente desaparecidos. Vicente Atencio Cortés, tras haber sido capturado fue trasladado al recinto denominado Villa Grimaldi en donde se le vio hasta fines de agosto, fecha en que no se tuvo más noticias acerca de su paradero. Posteriormente, el 21 de marzo de 1990, sus restos fueron encontrados en una fosa clandestina junto a los restos de otras dos personas, en un sector ubicado en el fundo Las Tórtolas de Colina, terrenos que fueron propiedad del Ejército hasta 1980.
De su estadía en Villa Grimaldi, dan cuenta los testimonios de testigos que también fueron detenidos por la DINA. Don Omar Rigoberto Rosales Chávez, expresa en Declaración Jurada haber sido detenido el 11 de agosto de 1976, junto a Héctor Núñez Ferrada, por efectivos de la DINA que transportaban en calidad de detenido a don Víctor Hugo Morales Mazuela (actualmente detenido desaparecido). Luego del arresto, fue trasladado con la vista vendada a un recinto secreto que posteriormente identificó como Villa Grimaldi. Allí, encontrándose en una especie de sala de espera, pudo escuchar los comentarios de algunos guardias del lugar respecto de un detenido de quien decían se trataba de un «pez gordo»; a ese prisionero le preguntaron su nombre, contestando que era Vicente Atencio, ex diputado por el Partido Comunista; les señaló que había llegado a Santiago hacía 15 días y que recién se había vuelto a vincular con el Partido, luego del Golpe Militar. De pronto, los guardias se percataron de la presencia del testigo, sacándolo del lugar junto a Héctor Núñez. Este último, relata los mismos hechos en su respectivo testimonio. Otro ex prisionero, don Pedro Rolando Jara Alegría, quien fuera detenido por la DINA en dos ocasiones, el 20 de julio y el 18 de agosto de 1976, respectivamente, dejó constancia de las circunstancias de sus arrestos ilegales. En esta segunda aprehensión participaron dos individuos de civil. Señala que fue trasladado a Villa Grimaldi en donde fue intensamente torturado e interrogado en relación al Partido Comunista; en una oportunidad, tuvo ocasión de conversar con otro prisionero, de nombre Carlos Vizcarra, quien le refirió haber visto en Villa Grimaldi a Vicente Atencio. El testigo fue liberado el 25 de agosto tras ser advertido que «no olvidara que tenía mujer y cuatro hijos», y que por ningún motivo «recurriera a los curas» si no quería pasarlo mal.

Atencio Cortés Vicente

Carlos Lorca: Diputado de la República. Detenido desaparecido

 Carlos Enrique Lorca Tobar, casado, un hijo, médico psiquiatra, ex Diputado por Valdivia, miembro de la Comisión Política del Partido Socialista -quien sufría de úlcera gástrica y problemas graves de coagulación- fue detenido el 25 de junio de 1975, alrededor de las 16:00 horas, en la casa ubicada en calle Maule N°130, por ocho agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). El domicilio pertenecía a Yolanda Abarca y hasta allí habían llegado los aprehensores alrededor de las 13:30 horas, mostrando una tarjeta azul para, según lo manifestaron ellos mismos a la testigo, esperar al doctor Lorca y a una acompañante. Efectivamente Maule N°130 constituía un lugar al que Carlos Lorca acudía por razones partidarias. Ese 25 de junio lo hizo acompañado de Modesta Carolina Wiff Sepúlveda, también militante socialista, detenida en esa misma oportunidad y actualmente desaparecida. Según otros antecedentes, los agentes permanecieron en ese lugar hasta varios días después de ocurridos estos hechos. Además, horas después de ocurridas estas detenciones, agentes de la DINA allanaron el domicilio de Carolina Wiff.

            Según testimonios prestados por 6 personas que transitaban a esa hora por Maule o que se encontraban esperando locomoción colectiva en la esquina de Santa Elena, el movimiento de vehículos particulares y de distintos colores resultaba llamativo, dado que aquella era una calle tradicionalmente muy tranquila. Dos de estos declarantes dijeron haber visto sacar a una pareja, rodeada por cuatro civiles que los mantenían asidos por los brazos. El hombre iba esposado. Ambos detenidos fueron subidos a un automóvil FIAT 125 color rojo que emprendió marcha hacia Vicuña Mackenna.
La detención y desaparición de Carlos Lorca Tobar se inscribe en una acción de la DINA en contra de los dirigentes del Partido Socialista, miembros de la Comisión Política, de sus enlaces y correos, realizada en junio y a comienzos de julio de 1975. En este operativo se efectuaron las detenciones de Michelle Peña, Exequiel Ponce, Mireya Rodríguez, Modesta Carolina Wiff y del afectado. En el mes de julio, fueron detenidas Rosa Soliz Poveda y Sara Donoso Palacios, militantes socialistas, quienes estaban bajo las órdenes partidarias de Modesta Carolina Wiff. Todos ellos permanecen como detenidos desaparecidos.

Máximo Gedda Ortiz, Periodista de TVN. Detenido Desaparecido

Máximo Antonio Gedda Ortiz nació el 19 de diciembre de 1947 en Temuco. Estudió en el Colegio La Salle de la misma ciudad y, posteriormente, ingresó a la Universidad de La Frontera. Trabajaba como periodista en Televisión Nacional de Chile. Militante del MIR.

Su detención ocurrió el 16 de julio de 1974 en un bus de la locomoción colectiva por agentes de la DINA.
En febrero de 1975, su nombre fue incluido en un listado presentado en una «conferencia de prensa» montada por la DINA y protagonizada por cuatro dirigentes del MIR. En aquella lista Gedda aparecía como «exiliado».

Máximo Gedda fue un verdadero poeta que en su obra nos revela la premonición de su muerte temprana y su sentido de entrega y pertenencia al tejido universal. Perteneció a una generación comprometida con su pueblo y con su tiempo y los venideros. Aún esperamos encontrarlo algún día.

Máximo Gedda animó el primer programa emitido por Televisión Nacional desde los nuevos estudios de Bellavista 0990, el 18 de septiembre de 1970. Con 22 años, integraba un grupo de asistentes de dirección y camarógrafos formados en 1969 por el español Manuel Cálvelo. El joven se desarrolló profesionalmente, escribió poesía, colaboró en Punto Final y descolló como dirigente sindical, hasta que desapareció el 16 de julio de 1974. Una placa recuerda su nombre en las puertas de Televisión Nacional en Temuco, su ciudad natal. En Santiago no hay placa alguna. Pero quienes lo conocieron no la necesitan. Máximo es de aquellos seres que no se olvidan.

Cecilia Miguelina Bojaníc Abad, Embarazada, Detenida Desaparecida

Cecilia Miguelina Bojaníc Abad nació en la clínica «Madre e hijo», ubicada en calle Santa Rosa, en la cuadra 15. Fue un día lunes 7 de mayo del año 1951, un día maravilloso para nosotros, sus padres, recuerdo que llovía fuertemente, con viento y granizo…; su padre, René Andrés Bojaníc Hidalgo, trabajaba en la Farmacia Bristol en calle Providencia y yo, su mamá, Eliana Abad Vandenbroeck, era y soy dueña de casa. Vivíamos en esa época en calle Erasmo Escala 2619, casa A.
Nuestra Cecilia fue un bebé y luego una niña cariñosa, siempre alegre y muy inteligente, como lo prueban sus excelentes notas en sus años de estudios; tenía desarrollado un gusto por lo artístico, el dibujo, la pintura, el canto, e incluso un par de cuentos que escribió y que guardo en su recuerdo. Desde niña fue muy sociable, era feliz enseñando y ayudando a amigos o a niños pequeños, y participaba en catos culturales en el colegio. Trabajó en una empresa de Publicidad, luego en otra firma y finalmente en el laboratorio Sandoz. Poe esa época, ella tomaba clases de canto y terminó su último año de estudios secundarios en un liceo nocturno.
Su espíritu inquieto buscaba la forma de dar algo de sí, de ayudar al que sufre, al que no sabe, al que no tiene, comprendiendo cada injusticia y cada carencia de los más necesitados; se dedicó a enseñar y a dar apoyo a grupos de niños, creo que sólo así se sentía feliz. Fue en el colegio donde conoció a su compañero, Flavio Oyarzún Soto, en un momento en que estaba plena de vida y de deseos de entregarse a la causa de los demás. Flavio era un joven bueno, brillante y generoso y ambos se unieron en el camino del ideal común, militaban en el MIR. Su cariño fue bendecido por la llegada de su hijo Leonardo, y Cecilia dejó su trabajo para dedicarse a él. Llevaba una vida humilde, y era feliz en su sencillez.
Un año y medio después del nacimiento de su hijo, y encontrándose embarazada de cinco meses, fue detenida en su casa de calle Paraguay 1156 en la comúna de la Grnja, el día 2 de octubre de 1974. Frente a su departamento vivía una amiga suya, quién relató posteriormente que fueron cinco individuos armados los que se llevaron a mi niña y a su hijo; no le permitieron hablarle amenazándola con una pistola. Al  llevarsela, Cecilia le gritó al bajar: » Dile a mi mamá que no sé cuando vuelva, que no alcancé a lavar la ropa del niño»… Encontré al día siguiente las tazas servidas, la papa de Leonardito que no tomó, y el pan y café de la once de Cecilia…además de un gran desorden en toda la pieza. La persona que presenció estos hechos tuvo temor temor de presentarse a declarar. Sólo existe la declaración de una cuñada de mi hija mayor, que vive en Las Condes, en Plaza San Fuentes 252; en su casa se encontraba, por razones de trabajo, el marido de Cecilia, Flavio, ese día de octubre. Bien, hasta allí llegaron esos hombres con mi hija, mi niña buena, que dio el niño a Francis Walker pidiéndole que me lo entregara, pues ella no sabía cuando volvería…y seguida de dos hombres se marcharon, ella y su marido, hacia un automóvil estacionado a la vuelta de la casa, donde los hicieron entrar, se los llevaron!…¡y no he vuelto a verlos jamás! ¿Qué hice, Dios? Esto ha sido espantoso, tan amargo, que no sé en verdad cómo o por qué hemos sobrevivido, tanto buscar, suplicar, preguntar…La Vicaría de la Solidaridad nos ayudó en todo, hicimos toda clase de iligencias, en lugares y centros de detención, cárceles, Misnisterio del Interior, Sendet, Cuatro Alamos, Cruz Roja Internacional; enviamos cartas pidiendo audiencia y atención al caso a Ministros y miembros de la Junta de Gobierno, obteniendo solamente respuestas del Ministerio de Justicia, del jefe de Gabinete, del Ministro, Sr. Nicolás Vargas Villegas, y del Contraalmirante IM Sergio Huidobro Jefe del Gabinete de la Armada en la Junta de Gobierno, ambas diciendo que no tenían nada en su conocimiento sobre el desaparecimiento de mis hijos. Ha sido una búsqueda angustiosa, un dolor que los años no lograrán nunca borrar. No sé por qué fueron detenidos, amigas del colegio y personas que los conocieron sólo tenían elogios para Cecilia, sólo buenos recuerdos. Esta situación de imcertidumbre y angustia afectó profundamente a nuestra familia, causando un dolor que aún nos afecta. 

 

26 de diciembre de 2006

El ministro Juan Eduardo Fuentes dictó ayer una nueva condena contra el general (r) Manuel Contreras, como autor del secuestro calificado de los militantes del MIR Cecilia Bojanic Abad y Flavio Oyarzún Soto, detenidos en Santiago el 2 de octubre de 1974.

Por el mismo delito, el juez dictó igual pena contra el ex agente civil de la Dina Osvaldo Romo; y condenó a cuatro años sin beneficios a los ex oficiales Francisco Ferrer Lima, Marcelo Moren Brito, Miguel Krassnoff y Fernando Laureani.

El único ex Dina que obtuvo la libertad vigilada fue Orlando Manzo, quien recibió una pena de 3 años como cómplice.

En tanto, en un fallo dividido la Sexta Sala de la Corte condenó a nueve ex miembros del Comando Conjunto por «asociación ilícita genocida», por haberse organizado para perseguir y exterminar a personas que pudieren «sustentar ideología marxista», a quienes recluyeron en la Academia de Guerra Aérea.

El tribunal procesó, además, a tres miembros del organismo en calidad de coautores del delito de ilegítima privación de libertad del dirigente de la CUT, José Luis Baeza Cruces.

Juan Rosendo Chacón

Juan Rosendo Chacón Olivares, casado, una hija, médico veterinario, militante del MIR, fue detenido el 15 de julio de 1974, alrededor de las 20:00 horas, en su domicilio de calle Antonio Varas, por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), encabezados por Osvaldo Romo Mena y movilizados en varios vehículos, entre éstos, camionetas Chevrolet C 10.
Horas antes, alrededor de las 15:00 hrs. de ese mismo día, había sido detenida en la vía pública, también por agentes de la DINA, María Inés Alvarado Börgel (detenida desaparecida), en presencia de Verónica Martínez Ahumada, cónyuge de Juan Rosendo Chacón. Verónica logró escabullirse y dirigirse hacia su domicilio en calle Antonio Varas, en donde informó de los hechos a un primo de su marido que allí se encontraba, Antonio Osorio Olivares. Según declaraciones de este último, a partir de entonces se notó un intenso despliegue de personas que evidenciaban ser agentes de seguridad, en torno al edificio.
Alrededor de las 17:30 hrs., unos 10 individuos, entre ellos, Osvaldo Romo, se presentaron en el departamento, identificándose como funcionarios de la DINA. Estos iban armados y llevaban a María Inés Alvarado, la que se veía muy asustada y sangraba del labio superior. Después de confirmar la dirección, procedieron a llevársela, mientras otros agentes allanaban el inmueble. A las 19:00 hrs., llegó Raúl Chacón Zenteno (padre del afectado) y media hora después lo hizo Martín Elgueta. A las 8 de la noche apareció Juan Rosendo.
Todos fueron detenidos. Raúl Chacón Zenteno, Verónica Martínez y Antonio Osorio, quedarían posteriormente en libertad; el afectado, Martín Elgueta y María Inés Alvarado, permanecen desaparecidos hasta hoy. El grupo fue trasladado al recinto secreto de reclusión y tortura de la DINA conocido como Londres 38, en donde el afectado y su familia (Verónica Martínez, Raúl Chacón y Antonio Osorio) permanecieron durante cinco días. En ese lapso no se les permitió sacarse la venda de los ojos y fueron continuamente interrogados y flagelados. A Juan Rosendo, tal como lo declararon diferentes testigos, se le torturó por medio de aplicación de corriente eléctrica. En una oportunidad, el mismo afectado informó a Antonio Osorio que durante el interrogatorio le habían roto la lengua. Verónica Martínez tenía que hacerle masajes en la espalda para calmarle los dolores que le producía la aplicación de corriente en el cerebro y sienes, mientras Juan Rosendo decía que las torturas a que era sometido le resultaban insufribles.
Al cabo de los 5 días, Juan Rosendo Chacón, su padre Raúl Chacón, su esposa Verónica Martínez y su primo Antonio Osorio, fueron trasladados a Cuatro Alamos, habiendo firmado previamente un documento en que decían que no habían sufrido malos tratos y que se les había atendido bien. El traslado se concretó en un camión cerrado y en aquel recinto el afectado quedó en la misma celda con su padre. Días después se concedió la libertad a todos, excepto a Juan Rosendo, el que permaneció en Cuatro Alamos, desde donde desapareció.
Raúl Chacón Zenteno , después de salir en libertad, concurrió, junto a su esposa a dejar ropa a su hijo. Sin embargo, el nombre de éste ya no aparecía en las listas de detenidos.
A la semana siguiente de la detención de Juan Rosendo Chacón, el 22 de julio de 1975, su madre, María Cristina Olivares, y su suegra, Ana Ahumada Moraga, concurrieron hasta el departamento del afectado, encontrándose con que el inmueble estaba ocupado por 10 agentes de la DINA, entre ellos Osvaldo Romo. Ambas señoras fueron detenidas en esos momentos y conducidas por sus captores al recinto de Londres 38, quedando en libertad al otro día.
Por su parte, Verónica Martínez Ahumada, días después de quedar en libertad, pasó por su departamento para constatar lo sucedido. Al entrar a éste, se dio cuenta que su hogar había sido saqueado: habían robado toda la ropa de su marido, de ella y de su hija; las camas estaban hasta sin colchones; habían desaparecido anillos de oro, pulseras, collares, alfombras, radio y otros enseres domésticos; todos los elementos de trabajo de su esposo, diplomas, documentos, se encontraban esparcidos en el suelo y hecho tiras; lo que no se habían llevado, estaba completamente destrozado.
Un año después de ocurridos estos hechos, en julio de 1975, el nombre del afectado apareció en la lista de 119 chilenos que presuntivamente habían muerto en enfrentamiento en Argentina. La veracidad de este hecho jamás ha podido ser comprobada, más aún, ningún Gobierno, ni siquiera el chileno, lo ratificó oficialmente.
El nombre del afectado apareció en la revista «Lea» de Buenos Aires, en una única adición, sin domicilio y sin editor responsable.
Posteriormente su cónyuge debió viajar al exilio, su seguridad estaba en riesgo por lo que ella y su hija abandonaron el país.

Jorge Peña Hen, Músico

Jorge Washington Peña Hen, compositor y maestro, fue asesinado por los militares miembros de la Caravana de la Muerte. El 16 de octubre de 1973, a la edad de 45 años y en plena facultad de sus capacidades, con el pretexto de cumplir un último interrogatorio para salir en libertad, Jorge Peña Hen fue trasladado junto a otros prisioneros hasta el Regimiento Arica, de La Serena, donde fue flagelado por horas y luego baleado en el cráneo, el mentón y ametrallado por la espalda, por los oficiales de la «Caravana de la Muerte«, comisión con amplios poderes, enviada expresamente por Augusto Pinochet y liderada por el General Sergio Arellano Stark.

Jorge Washington Peña Hen,fue asesinado junto a otras 14 personas, en su mayoría militantes y simpatizantes socialistas como él. Arellano Stark y su comitiva militar recorrieron las ciudades de Valdivia, Linares, Cauquenes, La Serena, Copiapó, Antofagasta y Calama en un helicóptero Puma del ejército, ejecutando a 75 prisioneros politicos.

Alfonso René Chanfreau Oyarce

Alfonso René Chanfreau Oyarce, casado, una hija, estudiante y dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), fue detenido por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional DINA, el día 30 de julio de 1974, aproximadamente a las 23:30 horas, en su domicilio situado en la calle Escanilla N°661, en la actual comuna de Independencia.

Ese día Alfonso Chanfreau se encontraba en su hogar junto a su esposa, Erika Cecilia Hennings Cepeda, y a la pequeña hija de ambos, de nombre Natalia. De súbito, una gran cantidad de agentes armados y vestidos de civil, luego de saltar la reja del edificio, comenzaron a golpear las puertas y ventanas del domicilio de los Chanfreau Hennings. Acto seguido, el jefe del operativo, que se hacía llamar «Capitán Manuel» y también «Capitán Mark» , pero que la investigación judicial del caso ha establecido que se trata del Oficial de Carabineros de nombre Gerardo Ernesto Godoy García, preguntó por «Alfonso René Chanfreau Oyarce» y de inmediato ingresaron alrededor de diez agentes al departamento, allanándolo minuciosamente.

Entre estos últimos, Erika Hennings pudo reconocer a Osvaldo Romo Mena, al cual ella le preguntó los motivos del operativo, respondiéndole Romo que su marido era un «carajo». Mientras registraban la vivienda, se hizo salir a Chanfreau por un momento fuera de ella; el Oficial Gerardo Godoy afirmó luego: «efectivamente era el Emilio» (nombre político que usaba Chanfreau al interior del MIR). Aparentemente, el propósito de la salida del detenido a la calle obedeció a que otro detenido, presente en el lugar, lo identificara.

A continuación, los agentes indicaron que llevaban detenido con ellos a Alfonso Chanfreau; éste, sin embargo, les pidió que llevaran a su mujer e hija a la casa de los padres de Erika Hennings, a lo cual los efectivos accedieron, trasladándolas en una camioneta Chevrolet C 10 sin patente.
Una vez en el domicilio de sus padres, Erika Hennings comunicó a su cuñada Denisse Chanfreau la detención de su marido.

Alrededor de las 8 horas del día siguiente, Denisse Chanfreau llegó a la casa de la familia de Erika Hennings, informándole a ésta última que se había comunicado con la Embajada de Francia (Chanfreau ostenta nacionalidad francesa), donde le habían ofrecido ayuda para su familia.
Sin embargo, cerca de las 09:00 horas de la mañana, se presentaron en el domicilio de la familia Hennings un grupo de agentes de la DINA, quienes expresaron que requerían a Erika Hennings para que fuera a su departamento a reconocer algunas cosas. Los agentes la hicieron subir a una camioneta de color blanco, similar al modelo en que la habían trasladado la noche anterior, y la situaron al centro del asiento. Una vez que la camioneta se puso en marcha, le informaron que la llevaban donde estaba Chanfreau, puesto que él no quería cooperar con el interrogatorio. El vehículo enfiló hacia la avenida Independencia y, al llegar a Mapocho, le ordenaron que se agachara y se pusiera cinta adhesiva scotch en los ojos; a continuación le colocaron unos anteojos. El vehículo dobló por el costado de un parque, enseguida dio unas vueltas y, finalmente, llegaron a un lugar donde la hicieron descender.
Una vez adentro del recinto, se enteró por medio de los mismos detenidos en ese lugar que se trataba del local de Londres 38, (inmueble confiscado al Partido Socialista y transformado por sus expropiadores en recinto secreto de detención y tortura). Al ingresar, unas mujeres le tomaron sus datos de identificación personal (nombre, cédula de identidad, estado civil, etc.). Luego, sin retirarle la cinta adhesiva de los ojos, le pusieron una venda. A pesar de ello, al levantar la cabeza, pudo ver a una gran cantidad de detenidos sentados en sillas que estaban dispuestas en hileras. Algunos de ellos tenían frazadas sobre sus hombros.

Erika Hennings fue sentada junto a otras mujeres detenidas. Una de ellas le habló y se identificó como María Inés Alvarado Borgel (actualmente detenida desaparecida). Luego el agente Osvaldo Romo la llevó ante su esposo en los momentos en que éste estaba siendo torturado. Al percibir Chanfreau la presencia de Erika dio gritos de desesperación; en los momentos en que ella era sacada de esa estancia, le hizo saber a su marido en voz alta que se encontraba bien, lo que irritó a Romo hasta el punto de propinarle una golpiza. Después Erika Hennings fue conducida a otra sala, donde fue brutalmente torturada. Más tarde, la condujeron a una sala donde también llevaron a Chanfreau, encontrándose ambos con la vista vendada. Pese a ello, Erika Hennings pudo percibir que su marido estaba esposado y amarrado, pues en un momento éste la abrazó y le pidió perdón por el hecho de encontrarse ella allí.

Ambos cónyuges pudieron conversar en breves intervalos y después los llevaron juntos a otra estancia, donde hablaron un rato, hasta que alguien descubrió que estaban juntos y prorrumpió en insultos.
Erika Hennings permaneció catorce días en ese lugar; durante todos los días en que ambos estuvieron en ese recinto, Chanfreau era diariamente torturado; los agentes de la DINA presumían que era poseedor de una abundante información acerca del MIR, de la que, según su esposa, carecía. Como el detenido no decía nada, llevaban a Erika Hennings a torturarla en su presencia. Después de cada una de esas sesiones, los dejaban juntos en el primer piso o en el subterráneo con el objeto de que ella convenciera a su marido de que hablara.

Encontrándose Chanfreau en Londres 38 se acercó a él Marcia Alejandra Merino Vega , con quien había tenido antes una relación sentimental, pidiéndole perdón por haberse visto obligada a entregarlo, debido a que no había podido soportar la tortura y, a cambio de su vida, debió colaborar con la DINA. En la misma situación se encontraba Luz Arce Sandoval, a quien en una oportunidad sacaron de ese recinto junto a la doctora Patricia Barceló Amado, llevándolas a un lugar donde Chanfreau fue torturado, obligando a ésta última a presenciar la tortura.

En su declaración ante el Tribunal, de fecha 7 de enero de 1990, Luz Arce informó haber sido llevada en varias oportunidades desde Londres 38 hasta la Villa Grimaldi, expresando textualmente: «en cierta ocasión, cuando me llevaban desde Villa Grimaldi a Londres 38, me suben a la camioneta y veo a una persona con las manos y las piernas abiertas tirado al fondo, casi muerto, al menos ese era su aspecto; era Alfonso Chanfreau, que había sido torturado y le habían pasado la camioneta; además, otro tipo de la DINA dice: «¿a quién llevan ahí?» y le contestan: «a Alfonso Chanfreau, le pasaron la camioneta».
Por su parte, el 5 de marzo de 1991, compareció ante el Tribunal Enrique Julio Arce Sandoval, hermano de Luz Arce, informando que durante su cautiverio en manos de la DINA en el local de Londres 38, en el mes de agosto de 1974, tuvo conocimiento de la presencia de Alfonso Chanfreau y su esposa en ese local y expresó lo siguiente: «a mí me consta que Alfonso estuvo detenido, puesto que escuché varias veces cuando lo nombraban para llevarlo a algún lugar o para torturarlo; estábamos todos sentados en la sala de las sillas y una vez nombrado pasaba ante nosotros, se sentía que subía las escalas y luego los gritos; en el silencio y la atmósfera siniestra en que nos sentábamos, se podía palpar muchas cosas que no se podían ver».

El 27 de mayo de 1991 declaró ante el Tribunal Pedro Alejandro Matta Lemoine, detenido por agentes de la DINA el 17 de mayo de 1975. En una de las partes de su declaración se refirió al diálogo que sostuvo con el detenido, Humberto Menanteaux Aceituno, encontrándose ambos en Cuatro Alamos. En aquella oportunidad, Matta le preguntó a Menanteaux la razón de éste para haber afirmado en una conferencia de prensa televisada, en la que había sido obligado a participar, que Alfonso Chanfreau estaba exiliado, respondiéndole literalmente Menanteaux: «flaco, olvídate de Poncho (Alfonso), sé que a Poncho se lo llevaron a Colonia Dignidad… yo pienso que hoy día Poncho está muerto y si no lo está, es como si lo estuviera. No creo que vayas a ver a tu amigo nunca más».

Cabe recordar que Humberto Menanteaux, miembro del Comité Central del MIR, fue detenido a fines de 1974, por la DINA y, encontrándose en esa situación, fue obligado a participar junto a otros tres dirigentes de esa organización en una declaración televisada y una conferencia de prensa, en donde llamaron a sus compañeros a deponer la lucha armada. Luego de haber continuado detenidos algunos meses en la Villa Grimaldi, separados del resto de los detenidos, fueron puestos en libertad en septiembre de 1975. Sin embargo, Menanteaux, al igual que José Carrasco Vásquez, otro de los participantes de la declaración pública, fue nuevamente detenido el 19 de noviembre de 1975. Luego en diciembre de 1975 ambos fueron encontrados muertos en las cercanías de Buin, con signos de haber sido brutalmente torturados antes de dárseles muerte.

Erika Hennings vio por última vez a su marido el martes 13 de agosto de 1974, en el local de Londres 38. En esa oportunidad, hicieron despedirse a los esposos, debido a que Alfonso Chanfreau supuestamente sería trasladado a otro recinto. Desde esa oportunidad, se perdió todo rastro de Alfonso Chanfreau Oyarce, Jorge Olivares Graindorge, Luis Julio Guajardo Zamorano, Iván Ibarra Toledo, Marcos Quiñones Lembrach, Zacarías Machuca Muñoz e Iván Moreno Fuenzalida.

Erika Hennings fue trasladada a Cuatro Alamos (recinto administrado por la DINA) el 16 de agosto de 1974 junto a otros detenidos, entre los que se contaba Muriel Dockendorf Navarrete, actualmente detenida desaparecida. El 17 de agosto de ese año se dispuso su traslado a Tres Alamos, donde permaneció hasta el 7 de noviembre de 1974, fecha en que fue expulsada a Francia.

Es preciso dejar consignado que Luz Arce Sandoval, al declarar ante el Tribunal, entregó antecedentes pormenorizados respecto a la estructura con que funcionaba la DINA. Ellos sirvieron de base para ordenar diligencias relacionadas con inculpados y se reproducen a continuación: «En esa época en Londres 38 existían tres grupos operativos dependientes de la Unidad Caupolicán que a su vez dependía de la Brigada de Inteligencia Metropolitana BIM, como jefe en ese momento vi a Moren Brito, Mayor de Ejército de la época, a él lo reemplazaba a veces Pedro Espinoza Bravo, y queda como Comandante de la BIM en noviembre del 74, estas destinaciones eran por decretos del Ejército, a su vez Caupolicán era comandado por Moren y estaba sub dividido en tres agrupaciones llamadas Aguila, Halcón y Tucán.

El grupo Aguila, era comandado por el Teniente de Ejército Miguel Krassnoff, de él dependía Osvaldo Romo, Basclay Zapata, alias el «Troglo» , del Ejército, y el Negro Paz, alias el «Pulgar»; estos son nombres reales de las personas y actualmente trabajan para el Ejército. El Grupo Halcón, era comandado por el Teniente de Carabineros Ricardo Lawrence; Tucán, era comandado por el Subteniente de Carabineros Gerardo Godoy, alias el Capitán Marcos o Capitán Manuel y otros apodos.

Purén era otra organización dentro de los mismos, dependiente de la BIM, comandado por Eduardo Iturriaga Neuman; la persona que me detiene por segunda vez, era del grupo Purén, todas las personas que estaban de guardia en la época en el Hospital Militar eran de Purén. A mí me interrogó varias veces el Mayor de Ejército, Gerardo Uldrich.

El grupo o Unidad Caupolicán, se dedicaba a las personas de izquierda, y la Unidad Purén a la D.C. Gremios y empresas, ellos investigaban en esos grupos.
No obstante tener toda su gente «ocupada», Caupolicán pedía la gente prestada a Purén.
Posteriormente Caupolicán se dedicaba sólo a la gente del MIR, pasando la izquierda al Purén.
Siempre como Director de DINA, estuvo el Coronel Manuel Contreras Sepúlveda y como su ayudante el Capitán de Ejército y Arma de Caballería, Alejandro Burgos y, como segundo ayudante, el Teniente «Cacho Acevedo».

A pesar de las múltiples acciones judiciales y administrativas y de reiteradas denuncias a organismos nacionales e internacionales, Alfonso René Chanfreau Oyarce permanece en calidad de desaparecido desde que fuera detenido por la DINA en julio de 1974.
https://memoriaviva.com/nuevaweb/detenidos-desaparecidos/desaparecidos-c/chanfreau-oyarce-alfonso-rene/

CARMEN BUENO Y JORGE MÜLLER. la historia de dos jóvenes enamorados de la vida y de su pueblo

El día 29 de noviembre de 1974, durante la mañana, fueron detenidos por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) los cineastas Jorge Müller y Carmen Bueno, ambos militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Su historia marcó de tal modo al mundo del cine nacional (y a quienes quedaron de ese mundo en Chile, ya que muchos partieron al exilio), que diez años después, en 1984, la asociación de cineastas puso esa fecha como el día oficial del cine nacional.

Bueno, de 24 años, y Müller, de 27, eran pareja y vivían juntos, en la casa del cineasta Pablo Perelman y su esposa. A pesar de su juventud, ambos ya llevaban una prolífica carrera en el cine.

Müller entró a la Escuela de Cine de la Universidad de Chile en Viña del Mar en 1969. Ya al año siguiente comienzó a trabajar en producciones audiovisuales.

En 1970 trabajó en un documental sobre la vida de los mineros del carbón, titulado Reportaje A Lota. Luego trabajó con Miguel Littin en el film La Tierra Prometida, y colaboró para el director Raúl Ruiz en los filmes La Expropiación y Realismo Socialista, película que no pudo ser estrenada tras el golpe de Estado. Pero su trabajo más reconocido a nivel nacional y mundial es en el documental La Batalla de Chile, del director Patricio Guzmán, donde fue el camarógrafo. Aunque Müller nunca pudo ver la película terminada. Durante el gobierno de Salvador Allende, Müller fue parte del equipo de grabación del mandatario y de algunos ministros.

Quienes han estudiado su trabajo, destacan su talento para los planos secuencia (escenas sin cortes de edición) y en la dirección de fotografía, con el trabajo de luz y sombra de las escenas.

En tanto, Carmen Bueno estudió cine en la Pontificia Universidad Católica de Chile. También participó en La Tierra Prometida de Littin y en diferentes programas de televisión en la producción y el trabajo técnico de éstos.

Carmen Bueno y Jorge Müller se conocieron gracias a su pasión, el cine, y decidieron mantenerse en Chile después del golpe de Estado de 1973, a pesar de que las oportunidades de trabajar en cine eran cada vez menores. A los pocos meses de iniciada la dictadura, fueron invitados a unirse al equipo del film A la Sombra del Sol, de los directores Silvio Caiozzi y Pablo Perelman. En febrero de 1974 comenzaron las grabaciones de la película, filmada en el desierto de Atacama.

El día del estreno fue fijado para el 28 de noviembre de 1974, en el cine Las Condes. Allí, Bueno y Müller asistieron y, tras la proyección, compartieron con sus compañeros en el departamento de unos amigos. Decidieron quedarse allí debido al toque de queda.

Al día siguiente, ambos fueron detenidos por agentes de la DINA que se movilizaban en camioneta, vestidos de civil, cerca de la intersección de calle Bilbao con Los Leones, durante la mañana, cuando se dirigían juntos a los estudios de Chilefilms a trabajar. Según señala Perelman en una entrevista reciente a Radio Bío Bío, los agentes de la DINA eran acompañados por la ex militante del MIR y luego colaboradora de la DINA, Marcia Merino, conocida como “la Flaca Alejandra”, quien habría reconocido a Müller y Bueno para su detención.

La pareja fue trasladada al centro de detención de Villa Grimaldi, en donde fueron torturados. Durante la primera semana de diciembre, según testigos quienes estuvieron detenidos con Carmen Bueno y Jorge Müller, ambos fueron trasladados al recinto de Cuatro Álamos. Allí, mujeres afirman que Bueno se mantenía bien de ánimo, pero que se quejaba de fuertes dolores, debido a las torturas que incluyeron vejaciones sexuales. Ella misma escribió su nombre con una aguja en la celda donde se encontraba y marcó los días en que estuvo ahí.

En Cuatro Álamos, la pareja se comunicaba con señas cuando salían en fila al baño, hasta que fueron descubiertos por un agente. Al día siguiente, ambos fueron sacados del recinto, con destino desconocido, permaneciendo desaparecidos hasta el día de hoy.
(FUENTE: INTERFERENCIA)
https://interferencia.cl/articulos/desaparicion-de-los-cineastas-jorge-muller-y-carmen-bueno-la-historia-detras-de-la

Luis Elgueta Díaz, víctima Operación Cóndor

El 27 de julio de 1976, 25 días después de llegar a Argentina Luis Enrique ELGUETA DIAZ fue detenido junto a su pareja de nacionalidad argentina, Clara Haydee Fernández, y la hermana de esta, Cecilia Fernández.

 Luis Elgueta Díaz y Clara Fernández, decidieron abandonar Chile rumbo a Buenos Aires, lugar donde vivían sus padres y hermanos,  luego de advertir que sus amigos estaban siendo detenidos. En efecto, en el mes de junio fueron secuestrados y hechos desaparecer seis de personas que conocían a Luis Enrique.

En julio de 1977, al año del secuestro de la pareja Elgueta-Fernández, fue allanado el hogar de la familia Elgueta en Buenos Aires y en la ocasión secuestran a  la hermana y a una cuñada de Elgueta Díaz.

Ambas jóvenes fueron conducidas al CCD “El Atlético” lugar en donde las interrogan y les afirman que Luis Elgueta Díaz había sido trasladado a Chile a los pocos días de su detención   “porque ahí tenía muchas cuentas que pagar”.

Igual aseveración hicieron a la Sra. Ruth Díaz de Elgueta, madre de Luis, los  secuestradores de su hija y nuera; entre éstos se encontraba el agente de la DINA chilena, Enrique Arancibia Clavel, quien está actualmente cumpliendo condena -entre otras causas- por el secuestro de ambas jóvenes.

 El secuestro y desaparición de Luis Enrique Elgueta Díaz es reconocido como un caso típico de la llamada “Operación Cóndor”.

La Comisión Rettig señaló que  pudo llegar a la convicción que Luis Enrique Elgueta Díaz,  buscado intensamente en Chile después del operativo de la DINA que aniquiló el grupo de sus amigos en Santiago, fue puesto a disposición de agentes de la DINA en Buenos Aires.

La Comisión está convencida de que su desaparición fue obra de agentes del Estado, quienes violaron así sus derechos humanos.

Michelle Marguerite Peña Herreros, estudiante, Detenida Desaparecida, embarazada 8 meses.

Michelle Marguerite Peña Herreros, estudiante de Ingeniería de la Universidad Técnica del Estado, militante socialista, embarazada de ocho meses, fue detenida alrededor del 20 junio de 1975, en la población Las Rejas, por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Aunque no hay testimonios directos de su aprehensión, existen antecedentes que permiten deducir que ésta se produjo en su domicilio y, posiblemente, junto a Ricardo Lagos Salinas, con quien compartía la casa y la militancia socialista. En el momento de su detención, la afectada se encontraba con un embarazo de 8 meses. Tanto la víctima como Ricardo Lagos se encuentran desaparecidos. En cuanto al hijo que ella esperaba, se desconoce su destino.
Juan Carlos Ruiz, también socialista, declaró que, en noviembre de 1974, después de salir libre de una detención, tomó contacto con Michelle Peña, cuando ella y Ricardo Lagos vivían en una pensión de calle Tocornal. Posteriormente, en 1975, el testigo asumió tareas de enlace entre Exequiel Ponce, entonces dirigente máximo del Partido y los dirigentes Ricardo Lagos, Carlos Lorca y Michelle Peña, todos actualmente desaparecidos después de haber sido detenidos por la DINA. En marzo de 1975 ubicó la casa de calle Tiros en la que vivían Lagos y la afectada, domicilio en el que se reducían documentos, había taller fotográfico y se realizaban los puntos de encuentro y reunión con Ponce. En esa época, se vivían tiempos de bastante inseguridad, señala el declarante, puesto que ya habían sido detenidos dirigentes socialistas de nivel intermedio.
Así, el embarazo de Michelle generaba sobresaltos. Según el testigo, se le trasladaba a los controles médicos, cambiándole continuamente de nombre.
Alrededor del 21 de junio de 1975, Juan Carlos Ruiz concurrió al domicilio de la víctima e ingresó a éste sin darse cuenta que la señal de alerta previamente convenida con Ricardo Lagos una ventana abierta estaba presente. Adentro había un gran desorden, los colchones estaban rajados y todas las cosas desparramadas, con evidentes signos de allanamiento. El declarante estimó que en ese lugar habían sido detenidos Ricardo Lagos y Michelle Peña.

La detención y desaparición de la afectada se inscribe en una acción de la DINA en contra de dirigentes del Partido Socialista, miembros de la Comisión Política, de sus enlaces y correos, realizada en junio y comienzos de julio de 1975. En este operativo se efectuaron las detenciones de Ricardo Lagos, Exequiel Ponce, Mireya Rodríguez, Carlos Lorca, Modesta Carolina Wiff y de la afectada. En el mes de julio fueron detenidas Rosa Soliz Poveda y Sara Donoso Palacios, quienes trabajaban partidariamente junto a Modesta Carolina Wiff. Todos ellos permanecen como detenidos – desaparecidos. 

MARIN ELGUETA Y MARIA INES ALVARADO, JUAN ROSENDO CHACÓN

Martín Elgueta Pinto nació el 1 de julio de 1953 en Santiago. Estudió en el Colegio de La Salle y en el Liceo Manuel de Salas, donde fue miembro del Centro de Alumnos, luego inició la carrera de Economía en la Universidad de Chile. Ingresó al MIR en 1968 y una de sus primeras responsabilidades fue la jefatura de la Brigada secundaria. Durante el gobierno de Salvador Allende dirigió el Grupo Político Militar (GPM) 4, una estructura territorial que abarcaba las actuales comunas de Maipú y Cerrillos, la Villa Francia y la población José María Caro.

Después del golpe de estado asumió como coordinador del sector Santiago poniente, correspondiente a La Cisterna, Barrancas y Maipú, y fue miembro del Comité Central.

El 15 de julio de 1974, a los 21 años, fue detenido en el domicilio de Juan Rosendo Chacón Olivares en la comuna de Providencia. El mismo día fue detenida su ex pareja María Inés Alvarado Börgel. Estas tres personas permanecen desaparecidas.

Además de su paso por Londres 38, testigos sobrevivientes refieren haberlo visto en Cuatro Álamos.
En febrero de 1975, el nombre de Elgueta fue incluido en una lista dada a conocer a través de una «conferencia de prensa» montada por la DINA, y protagonizada por cuatro dirigentes del MIR que en ese momento se encontraban detenidos en la Villa Grimaldi. En dicha lista, Elgueta figuraba como dirigente del MIR «exiliado».

En julio del mismo año su nombre apareció en la lista de los 119.

María Inés Alvarado Börgel nació el 20 de octubre de 1952 en Santiago. Estudió en el Liceo Manuel de Salas y posteriormente trabajó como secretaria. Durante el gobierno de Salvador Allende ingresó al MIR y con posterioridad al golpe de estado trabajó en la organización de la resistencia a la dictadura vinculándose a la naciente Coordinación del sector norponiente de Santiago del MIR. El 15 de julio de 1974, a la edad de 21 años, fue detenida por agentes de la DINA en Avenida Providencia y luego fue llevada forzosamente hasta el domicilio de Juan Rosendo Chacón Olivares, quien también fue apresado y posteriormente, desaparecido. En este domicilio también fue detenido y luego hecho desaparecer su ex pareja Martín Elgueta Pinto. 

Juan Rosendo Chacón Olivares nació el 24 de junio de 1945 en La Serena y realizó sus estudios en el Seminario Conciliar de la misma ciudad. En 1964 se trasladó con su familia a Santiago, a la Villa Franklin de la comuna de Maipú, para estudiar Medicina Veterinaria en la Universidad de Chile.

Inicialmente militó en las Juventudes Comunistas (JJCC) y en 1968 ingresó al MIR. Una de sus primeras responsabilidades fue la jefatura de una unidad política del Campamento 26 de julio ubicado en Cerrillos. Posteriormente, integró la unidad operativa del Grupo Político Militar 4, una estructura territorial que abarcaba las actuales comunas de Maipú y Cerrillos, la Villa Francia y la población José María Caro.

Al momento de su detención estaba vinculado a la naciente Coordinación del sector norponiente de Santiago del MIR.
El 15 de julio de 1974, a los 29 años, fue detenido por efectivos de la DINA en su domicilio, donde también se detuvo a Martín Elgueta Pinto. El mismo día fue detenida María Inés Alvarado Börgel.

Iván Sergio Insunza Bascuñán, casado, dos hijos, Médico Cirujano

Iván Sergio Insunza Bascuñán, casado, dos hijos, Médico Cirujano, militante comunista, fue detenido la noche del 4 de agosto de 1976 por agentes de la DINA, mientras se dirigía en su automóvil a su hogar luego de retirarse de atender a una paciente de la comuna de Macul. Desde esa fecha permanece desaparecido. Anteriormente a su detención, el afectado había recibido un llamado anónimo, en el que una voz masculina le advertía que era buscado por los servicios de seguridad; testigo de este hecho fue su cónyuge Ana María Araya. El día 4 de agosto, el doctor Iván Insunza atendió pacientes en su consulta particular en Monjitas 485, de Santiago Centro. Cerca de las 21:15 horas su secretaria, Ruth Alarcón, al retirarse del lugar se encontró, al salir a la calle con un sujeto elegantemente vestido, el que intentó impedir su salida. En ese momento, otro hombre ubicado a unos 10 metros, parado justo bajo la ventana del afectado, le indicó que la dejara seguir. Ella se retiró sin poder avisar al doctor Iván Insunza de lo ocurrido, lo que sí logró fue ver que los agentes se colocaban en la otra acera frente a la oficina del afectado. Este se retiró de la consulta unos 15 minutos más tarde, aproximadamente a las 21:30 horas. De ahí se dirigió a hacer una consulta médica particular a la casa de una pariente que estaba enferma, domiciliada en Froilán Roa 4621 de la comuna de Macul, hasta donde llegó cerca de las 22:00 horas, en su vehículo Renault 4S del año 1969, patente OE-76 de Santiago.
Luego de atender a Maité Barrios, salió hasta la calle acompañado del padre de ella, Germán Barrios Insunza. Este dejó al afectado en su vehículo y pudo observar que en ese instante a unos 30 metros de ellos había estacionado «un auto, grande, tipo americano y en su interior se veían dos personas».
Iván Insunza salió en dirección a su casa, según manifestó a su tío, viaje en el que debía demorar una media hora. Sin embargo nunca llegó a su domicilio. Fue detenido entre las 23:00 y 23:30 horas de esa noche en la calle. Al afectado se lo llevaron con su automóvil Renault 4S.
Ese mismo día, en horas de la tarde, fue detenido el doctor Carlos Godoy Lagarrigue, mientras se dirigía en su vehículo, desde el Hospital Parroquial de San Bernardo hasta el Policlínico Escolar San Francisco ubicado en la comuna de La Granja. Ambos médicos, junto con compartir su militancia política en el Partido Comunista, mantenían una relación de amistad.
Iván Insunza Bascuñán portaba al momento de ser detenido un depósito a plazo de FINANSA (Nacional Financiera S.A.), el que fue cobrado el 3 de septiembre de 1976, fecha de su vencimiento en la sucursal de Viña del Mar, por un sujeto que utilizó cédula de identidad falsa.
El 9 de agosto de 1976 fue detenida por la DINA la dirigente del Partido Comunista, Marta Ugarte, quien ese día comunicó a sus familiares que tenía consulta con el doctor Insunza.
El día 12 de septiembre de 1976 fue encontrado su cadáver, destrozado y quemado en la playa La Ballena en el kilómetro 82 de la carretera Panamericana Norte. Marta Ugarte fue detenida por agentes de la DINA el 9 de agosto de ese año y permaneció recluida en «Villa Grimaldi», de acuerdo a testimonios de otros detenidos en el recinto.
Según declaraciones de Isaac Godoy Castillo, militante comunista, detenido por la DINA en agosto de 1976 y posteriormente liberado, Iván Insunza Bascuñán estuvo detenido en «Villa Grimaldi» al igual que el doctor Carlos Godoy Lagarrigue. Esto lo supo a través del detenido Pedro Silva (también desaparecido), quien le contó que ambos habían estado en dicho recinto y que él había presenciado una golpiza a ellos. Ambos médicos continúan desaparecidos hasta la fecha.

Ida Amelia Vera Almarza, Arquitecta

Gigi, como llamaban todos cariñosamente a Ida, era un modelo para sus hermanas y amigos; por su espíritu solidario y la alegría de vivir, su forma de sobreponerse a los muchos problemas diarios, el amor con el que trataba a sus semejantes, la dedicación y tesón con que enfrentaba las cosas que hacía y la forma sencilla de superar cada meta que se imponía. Junto a sus hermanas entró a estudiar ballet, actividad en la cual se destacó ya que además de sus aptitudes naturales sentía por el baile una especial inclinación, al extremo de que cuando tuvo que definir su vida, concluyendo sus estudios secundarios, pensó seriamente continuar el ballet en forma profesional. Tal vez aquí primaron sus sentimientos de solidaridad y compromiso social y decidió finalmente estudiar Arquitectura, carrera que le permitiría crear y construir cosas tangibles sin alejarse del arte. En su corta vida profesional tuvo una destacada actuación en concursos y proyectos de arquitectura que acrecentaron grandemente su curriculum profesional. Fue detenida por efectivos de la DINA, en su domicilio de calle Joaquín Godoy 315, de la comuna de la Reina, Santiago, el 19 de noviembre de 1974, según consta en el proceso incoado por el Décimo Primer Juzgado del Crimen de Mayor Cunatía de Santiago, con el N° 1.302, además consta en la información periodística de los diarios de los diarios El Mercurio de Santiago y Las Ultimas Noticias del día 20 de noviembre de 1974, en las circunstancias que procedo a detallar. El día señalado, alrededor de las 16 horas, Ida Vera A. fue detenida al llegar a su domicilio, resultando herida de bala en una pierna y con un golpe de culata de arma de fuego en la cabeza. El dueño de la casa que ella arrendaba, don Jorge Dahrmen Alcaíno, confirmó lo expuesto, en su declaración en el proceso N° 1.302. A la hora indicada del 19 de noviembre de 1974, Ida se dirigía a su domicilio en su automóvil Dodge Dart de propiedad del arquitecto Luis Canobra Bañados, el cual se lo había prestado horas antes del hecho, como se verifica en el proceso. Cuando los efectivos de la DINA tomaron conocimiento que dicho vehículo era de propiedaddel señor Canobra, éste fue detenido ese mismo día alrededor de las 20 horas, permaneciendo en esa calidad durante 6 meses en Tres Alamos (lugar de detención). También, el mismo día 19 de noviembre, a las 23:30 horas, cinco personas de civil que se acreditaron como funcionarios del Servicio de Inteligencia de Carabineros, se presentaron en el domicilio de sus padres para inquirir datos sobre ella.https://memoriaviva.com/nuevaweb/detenidos-desaparecidos/desaparecidos-v/vera-almarza-ida-amelia/

Nilda Patricia Peña Solari, estudiante

  Mario Fernando Peña Solari, soltero, 21 años de edad, estudiante de Arquitectura y Nilda Patricia Peña Solari, soltera, estudiante, ambos militantes del MIR, fueron detenidos en las siguientes circunstancias: el día 9 de diciembre Mario Fernando sale de su hogar y no regresa, al día siguiente, 10 de diciembre de 1974, fue allanado por 7 u 8 agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) que dijeron ser del Ministerio de Defensa, el domicilio que los hermanos Peña Solari compartían con su familia. Interrogaron a los hermanos de Mario sobre éste y luego se llevaron consigo a Nilda Patricia, según dijeron «para un corto interrogatorio». El arresto fue presenciado por su hermano Rodolfo Peña Solari y un vecino, Felipe Eduardo Manríquez Serey. Ambos detenidos fueron vistos en el cuartel de la DINA ubicado en calle Irán esquina Los Plátanos, conocido como «Venda Sexy». Nilda Patricia estuvo en dicho recinto hasta el día 11 de diciembre, siendo entonces hospitalizada en la clínica Santa Lucía, establecimiento también perteneciente a dicho organismo de seguridad, al padecer hemorragias uterinas, debido a un aborto anterior y agravado su estado por los apremios recibidos. El día 12 fue retornada a «Venda Sexy», siendo sacada luego de allí con destino desconocido, ignorándose su paradero hasta el día de hoy. Precisamente, el día 11 habían retornado al domicilio de la joven dos de los agentes aprehensores, en busca de unos remedios que ésta tenía para tratar las hemorragias uterinas que estaba padeciendo, según refirieron los mismos sujetos.
 Los hermanos Mario Fernando y Nilda Patricia Peña Solari permanecen detenidos desaparecidos. 

Jacqueline Binfa Contreras

Jacqueline Binfa Contreras, hija de Aldo Binfa y de dona Julia Contreras, tenia  un hermano, José,  tres años menor que ella. Jacqueline quedó huérfana de su padre cuando recién cumplía 7 anos y su hermano José tenía sólo 4 años de edad. El padre, comerciante, falleció en un accidente automovilístico, quedando la familia sin ningún ingreso. Esta penosa circunstancia obligó a su madre a buscar trabajo, reingresando al Hospital Militar, donde había ejercido como enfermera durante doce años, y se habia retirado de ese puesto al casarse y para dedicarse a su casa. Con gran esfuerzo y dedicación su madre la educó, cursando todos los años de estudio en el colegio San Gabriel. La difícil situación que debió vivir desde tan pequena  – la muerte de su padre; la obligación de la madre de trabajar para sostener el hogar y Emilia a un nivel como el que habian tenido antes de morir el padre-condicionó su conducta y determinó   su opción politica posteriormente.

Era estudiante de Servicio Social en la Universidad de Chile, militaba en el MIR. Fue detenida en la calle al ser reconocida por Marcia Merino, la Flaca Alejandra.

Nació en el seno de una familia acomodada. Perdió a su padre, don Aldo Binfa a los 7 años, siendo criada por su madre, doña Julia Contreras, una esforzada enfermera del Hospital Militar quien le dio muy buena educación.

Era una joven delgada, alta, de cutis blanco y lucía el pelo oscuro muy corto. Las prisioneras de Cuatro Álamos la recuerdan comiéndose las uñas, vestida de pantalón negro y chaqueta clara. Los agentes de la DINA la apodaron “La Coneja” tal vez por esos incisivos grandes que le daban ese gesto característico.

En el trabajo poblacional tuvo contacto con Romo quien la habría reconocido en forma especial al estar detenida y es posible que esto lo decidiera a hacerla desaparecer. En julio de 1975 apareció en las listas de los 119.

Su madre la buscó incansablemente apelando a sus contactos con militares; sin embargo no supo de su destino, muriendo de cáncer 8 años después. Ella había encomendado el caso al abogado Andrés Aylwin, quien presento en 1974 un escrito a la Corte de Apelaciones. En el año 2002, en el homenaje a los 119 Don Andrés recuerda en su discurso: “He presentado Recursos de Amparo por más de 30 años. Tengo fundadas razones para pensar que hay grupos de incomunican, detienen y torturan. En este caso se trata de una mujer algo más dramático aún… éstas son situaciones que claman al cielo. Lo que puede haber sucedido a Jacqueline se sabrá tarde o temprano. Cuando eso ocurra las nuevas generaciones de chilenos nos preguntarán, ¿qué hicimos frente a ello? E futuro de Chile se verá comprometió si este caso no se investiga.”

Binfa Contreras Jacqueline del Carmen

 

Rosetta Gianna Pallini González

PALLINI GONZALEZ, ROSETTA GIANNA: 22 años, casada, estudiante universitaria, muerta por secuelas de torturas el 2 de agosto de 1975 en México.

Rosetta Gianna Pallini González, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), murió ese día en Ciudad de México, debido a un paro respiratorio. La joven había llegado a ese país expulsada desde Chile en marzo de 1975, después de haber permanecido varios meses detenida en el recinto clandestino de detención de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA) ubicado en Londres Nº 38 y en los campos de prisioneros conocidos como Tres Alamos y Cuatro Alamos.

Según declaración del médico que la trató desde su llegada a Ciudad de México, Rossetta Pallini presentaba una destrucción vaginal, una obstrucción a la vejiga y un estado de salud general muy deteriorado, agravado con una aguda desnutrición y bajo peso; además, en ese tiempo desarrolló diversas infecciones al aparato respiratorio. A fines de julio de ese año, tuvo una emergencia vesicular que obligó a operarla de urgencia, pero no resistió y murió a los tres días de haber sido intervenida. La autopsia determinó que había muerto por causas naturales provocadas por un deterioro físico general.

Testigos presenciales señalaron que Rosetta Pallini, estudiante de Pedagogía en Historia y Geografía, fue detenida en Santiago el 15 de agosto de 1974, alrededor de las 7:00 horas, por miembros de la DINA, conjuntamente con los hermanos Hernán Galo y María Elena González Inostroza y Ricardo Aurelio Troncoso Muñoz.

Todos ellos fueron conducidos a Londres Nº 38, lugar en que, según otras testigos sobrevivientes que permanecieron detenidas con ella, fue constantemente sometida a interrogatorios y apremios físicos y psicológicas. Permaneció en este recinto clandestino hasta el 19 de agosto, cuando fue trasladada a los centros de detención de prisioneros conocidos como Cuatro Alamos y Tres Alamos. Desde este lugar fue expulsada del país hacía Ciudad de México, en marzo de 1975, junto a otros detenidos.

Las otras detenidas que fueron expulsadas con ella señalan que la joven sufría de constantes problemas de salud. Su situación fue denunciada a la Cruz Roja Internacional cuando se realizó una visita a las detenidas en los dos últimos centros de detención.

Las personas que fueron detenidas con ella permanecen en calidad de detenidas desaparecidas. Sus casos fueron conocidos por la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación y calificados como víctimas de violación de derechos humanos.

Claudio Francisco Thauby Pacheco, estudiante de Sociología de la Universidad de Chile

 Claudio Francisco Thauby Pacheco, soltero, un hijo, estudiante de Sociología de la Universidad de Chile, militante socialista, fue detenido el 31 de diciembre de 1974, alrededor de las 19 horas, en la calle Sucre de la ciudad de Santiago, cuando caminaba junto con su amigo y compañero de Partido, Jaime Robotham Bravo, también detenido en esa oportunidad y actualmente desaparecido, al igual que la víctima. La aprehensión la practicaron agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), fuertemente armados, movilizados en un automóvil Fiat color plomo, los que llevaban consigo a Manuel Alejandro Cuadra Sánchez, detenido al mediodía de ese 31 de diciembre y quien permanecía recluido en Villa Grimaldi, recinto secreto de detención y tortura de la DINA.

            Entre los agentes iba Fernando Adrián Laureani Maturana, conocido como «El Teniente Pablo», el que, junto con participar en operativos, también interrogaba y torturaba en Villa Grimaldi. Claudio Thauby y Jaime Robotham fueron llevados hasta dicho recinto -donde los vieron numerosos testigos- desapareciendo ambos desde allí.

            Ese 31 de diciembre, alrededor de las 16 horas, Claudio Thauby llegó hasta el domicilio de Jaime Robotham, ubicado en Lyon 3306, Ñuñoa. Tomó onces y, como a las 7 de la tarde, los dos amigos decidieron salir a la calle, en dirección a Irarrázaval. El mismo día había sido detenido Manuel Alejandro Cuadra, domiciliado en calle Domingo Faustino Sarmiento, Ñuñoa. El testigo fue recluido en Villa Grimaldi, y, a las 18:30 horas, fue sacado de ese recinto y conducido hasta su casa, con el fin de detener a su cónyuge, Lucrecia Brito. Como ella no se encontrara, el agente de la DINA, Fernando Adrián Laureani, retornó al Fiat color plomo en que se movilizaban. En esos momentos, vio a Claudio Thauby -con quien había sido compañero en la Escuela Militar, cuando ambos eran cadetes- que caminaba por calle Sucre junto a Jaime Robotham. De inmediato, los agentes procedieron al arresto de los afectados. Mientras la víctima levantaba los brazos ante sus aprehensores, Robotham intentó huir, recibiendo un fuerte culatazo que le rompió la cabeza.

            Thauby, Robotham y Manuel Alejandro Cuadra, fueron conducidos por sus captores hasta Villa Grimaldi, en donde se les sometió a fuertes interrogatorios y torturas. Según lo relató Cuadra, Osvaldo Romo Mena le enterró un lápiz en el ombligo al afectado, cortándolo hacia arriba y hacia los costados y haciéndole verdaderos dibujos en la región abdominal. Con el transcurso de los días, Thauby presentó alteraciones del equilibrio -no podía sostenerse en pie- producto de graves lesiones en los oídos, provocadas por la tortura.

A 49 años de su desaparición: Velódromo del Estadio Nacional se pasa a llamar “Sergio Tormen Méndez”

 Sergio Daniel Tormen Méndez, soltero, campeón nacional de ciclismo, militante del MIR, fue detenido el 20 de julio de 1974, alrededor de las 13:30 horas, por 3 agentes de la DINA que no se identificaron y que se movilizaban en una camioneta Chevrolet de color amarillo. Uno de los aprehensores fue identificado como el agente Osvaldo Romo Mena, por otros detenidos que quedaron en libertad.

El arresto ocurrió en el taller de bicicletas de los hermanos Tormen, ubicado en calle San Dionisio 2554, San Miguel, hasta donde llegaron los sujetos, por primera vez, a las 11:00 horas de ese día procediendo a detener a Luis Julio Guajardo Zamorano, ciclista internacional y dirigente del MIR, a quien introdujeron en una camioneta doble cabina, color rojo, y trasladado con la vista vendada a un recinto secreto de la DINA, que posteriormente fue identificado como el inmueble de Londres 38, horas más tarde, a las 13:30 horas, los individuos aprehensores regresaron al taller y preguntaron por un bolso que Luis Guajardo habría dejado en ese lugar, tras lo cual arrestaron a Sergio y a su hermano Peter Tormen de 14 años de edad, y los trasladaron al mismo recinto en que se encontraba el primer detenido. Posteriormente, cerca de las 21:00 horas, los mismo sujetos se presentaron en el domicilio colindante al taller y arrestaron a Juan Andrés Moraga Gutiérrez, entrenador de la Selección Nacional de Ciclismo y lo subieron a una camioneta en cuyo interior se encontraba Sergio Tormen con la vista vendada. Les prohibieron hablar entre sí, y a Juan Moraga le pusieron la respectiva venda de scotch en los ojos, siendo ambos trasladados a Londres 38.

Peter Tormen Méndez y Juan Moraga, tras permanecer dos días en el centro clandestino de reclusión, fueron sacados con la vista vendada y dejados en libertad en Avda. Matta con San Diego. Peter Tormen preguntó por su hermano Sergio, recibiendo la respuesta: «tu hermano está metido en un tremendo forro, así que tiene para rato». Durante su permanencia en Londres 38 fueron interrogados acerca de las actividades de los otros dos detenidos y siempre se les mantuvo con la vista vendada.

Sergio Tormen Méndez, al igual que Luis Guajardo, quedaron en poder de la DINA y la suerte que corrieron en manos de ese organismo de seguridad del régimen militar aún se desconoce, pese a que la familia puso en conocimiento de los Tribunales indesmentibles evidencias sobre la detención de la víctima y su reclusión en el centro de detención y tortura de Londres 38. Además de los testimonios de las dos personas ya individualizadas y que fueron testigos tanto de la detención como de la reclusión de la víctima, se agregan los testimonios de Erika Hennings de Chanfreau, Patricia Barceló, y Scarlett Mathieu Loguercio, todas detenidas sobrevivientes de la DINA, y que de su paso por Londres 38 coinciden en señalar que allí vieron detenidos a los ciclistas Sergio Tormen y Luis Guajardo. A este último lo vieron en malas condiciones físicas, producto de las torturas y de un atropellamiento de que fue víctima, accidente que ocurrió cuando fue sacado por la DINA a «porotear» (reconocer compañeros de partido en la vía pública), momento que aprovechó para escapar y lanzarse a las ruedas de un camión. Por otra parte, fue la propia autoridad militar quien reconoció el arresto de la víctima. Es así, que el Coronel Orlando Ibáñez Alvarez, Jefe de Zona de Estado de Sitio, dirigió una comunicación a la madre de la víctima, Lucía Méndez de Tormen, en la que expone que «se logró determinar que su hijo Sergio se encuentra detenido por un organismo no dependiente de esta jefatura», y que se investiga su participación en actividades subversivas.

Cabe hacer notar que el Gobierno de Chile informó que Tormen Méndez no tiene existencia legal a la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
El magistrado Joaquín Billard, el 21 de marzo de 2006,  condenó a los exagentes de la DINA: Manuel Contreras Sepúlveda, Marcelo Moren Brito, la pena de 10 años de prisión y Osvaldo Romo Mena, a la pena de cinco años de prisión por su participación en calidad de autores de los delitos de secuestro calificado cometidos en la persona de Sergio Tormen Méndez y Luis Guajardo Zamorano, perpetrados en Santiago el 20 de julio de 1974.

Tormen Méndez Sergio Daniel

Elsa Victoria Leuthner Muñoz, profesora.

Elsa Victoria Leuthner Muñoz, casada, 3 hijos, Profesora, fue detenida por los integrantes de un operativo conjunto en el que participaron agentes de la Dirección Nacional de Inteligencia -DINA- y funcionarios de Carabineros, el día 15 de agosto de 1974, aproximadamente a las 07:30 Hrs., en su domicilio, ubicado en la calle Bueras Nº 172 departamento D, en Santiago.

            En esa oportunidad fueron detenidos también, Ricardo Troncoso Muñoz, los hermanos Hernán Galo y María Elena Inostroza Suárez -quienes se encuentran en calidad de detenidos desaparecidos hasta la fecha- y Rosetta Pallini (fallecida en agosto de 1975, en el exilio), quien fue detenida junto a su pequeño hijo, de cinco meses de edad al momento de los hechos. El conjunto del grupo que compartía el departamento donde fueron aprehendidos, eran militantes del MIR.

            Testigos de la detención fueron doña Mercedes Vargas y su esposo don Osvaldo León Rodríguez, quienes en virtud de la calidad de conserje y mayordomo, respectivamente, del edificio de departamentos donde vivían Elsa Victoria y sus compañeros, debieron abrirle la puerta de acceso a la edificación a los agentes.

            De esta forma, alrededor de las ocho de la mañana, los esposos León Vargas pudieron apreciar como eran sacados todos los moradores del departamento «D», por agentes de civil y Carabineros.

            En el operativo participaron, por lo menos, dos carabineros y cuatro o cinco agentes. Uno de los policías acompañó a los agentes hasta el departamento, mientras otro se quedó de punto fijo en la puerta de ingreso al edificio.

            Posteriormente, todos los detenidos fueron trasladados en una camioneta hasta el recinto clandestino de detención y tortura de la DINA, denominado «Londres 38», ubicado en el centro de Santiago en la dirección que su nombre lo indica. Sin embargo, previo a ello, los agentes llevaron a Rosetta Pallini hasta la casa de unos familiares, donde entregaron a su pequeño hijo.

            Por la tarde de ese mismo día 15 de agosto, fue detenido por agentes de la DINA, Pedro Eduardo Moreira Montoya, arrendatario del departamento «D» de Bueras Nº 176, el que a su vez, lo había subarrendado al grupo compuesto por Elsa Victoria. Don Pedro Moreira fue trasladado por sus captores al recinto de Londres 38 sin llegar a ser ingresado en dicho lugar. En esta oportunidad fue informado por los agentes que sus subarrendatarios habían sido detenidos debido a que eran miristas, a la vez que le inquirieron información sobre el grupo de detenidos. El Sr. Moreira después de haber sido dejado en libertad, fue visitado en diversas oportunidades por los mismos agentes con el propósito de interrogarlo acerca de sus subarrendatarios.

            En el recinto de Londres 38, los aprehendidos en el departamento de calle Bueras, fueron vistos y pudieron conversar con otros detenidos, cuyos sobrevivientes atestiguaron acerca de su reclusión en ese lugar.

            Erika Hennings, recluida por esa misma época en el recinto de Londres 38, pudo escuchar sus voces cuando estos respondían a la lista diaria.

            Desde «Londres 38», Elsa Victoria y las demás personas con las que ella vivía al momento de su detención, fueron trasladados al recinto de «Cuatro Alamos», donde fueron vistos y pudieron departir con otros recluidos.

            Rosetta Pallini, sobreviviente de ese grupo de detenidos, quien fuera expulsada a México, donde falleció en el mes de agosto de 1975, testimonió que había estado recluida junto a sus demás compañeros de aprehensión, primero en «Londres 38» y luego en «Cuatro Alamos».

            Viviana Uribe Tamblay, durante su permanencia en cautiverio en el recinto de «Tres Alamos», conoció a Rosetta Pallini González, quien le relató que había sido detenida el 15 de agosto de 1974, junto a Ricardo Aurelio Troncoso Muñoz, los hermanos González Inostroza y Elsa Leuthner. Respecto a estos mismos hechos, Rosetta Pallini, declaró ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en México, en el año 1975, previo al 2 de agosto, fecha de su defunción.

            Cabe hacer notar que, el edificio donde residió y en que fue detenida Elsa Victoria y sus compañeros, fue varias veces visitado por patrullas de Carabineros y Fuerzas Armadas, los que solicitaban, específicamente, los nombres de las personas que residían en su departamento.

CAROLINA WIFF , Asistente Social

Modesta Carolina Wiff Sepúlveda, casada, una hija, Asistente Social, militante del Partido Socialista, fue detenida el 25 de junio de 1975 alrededor de las 16:00 horas en la casa de calle Maule Nº130, junto a Carlos Lorca, miembro del Comité Central del Partido Socialista, por 8 agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). El domicilio pertenecía a Yolanda Abarca, quien fue testigo de la detención. Hasta allí habían llegado los aprehensores, alrededor de las 13:30 hrs. de ese mismo día, mostrando a la dueña de casa una tarjeta azul plastificada, y diciéndole que iban a esperar allí al doctor Lorca y a una acompañante.
Efectivamente, Maule Nº130 constituía un lugar al que la afectada y Lorca solían concurrir por razones partidarias. Según otros antecedentes, los agentes permanecieron en esa dirección hasta varios días después de ocurridos estos hechos.
Los testimonios de 6 personas que presenciaron la detención de la afectada, y que en esos momentos transitaban por Maule, señalaron que el movimiento de vehículos particulares y de distintos colores resultaba muy llamativo, dado que aquella era una calle tradicionalmente tranquila. Dos de estos declarantes dijeron haber visto sacar a una pareja, rodeada por cuatro civiles que los mantenían asidos por los brazos. El hombre iba esposado. Ambos detenidos fueron subidos a un automóvil FIAT 125 color rojo que emprendió marcha hacia Vicuña Mackenna.
A las 18:00 de la tarde de ese día, cinco agentes llegaron hasta el domicilio de la afectada, procediendo a allanarlo, a llevarse consigo el pasaporte de Modesta Carolina Wiff y su grabadora antigua y a interrogar a la hija de 9 años de la víctima, a su hermana y a Carmen Rubilar. Distintos testigos han confirmado la presencia de Modesta Carolina Wiff en Villa Grimaldi. Gladys Díaz, quien permaneció incomunicada 80 días en ese recinto secreto de detención y tortura de la DINA, declaró que en julio de 1975 vio a la víctima. En esa oportunidad la testigo se encontraba en el patio de Villa Grimaldi y vio claramente a Modesta Carolina y a Mireya Rodríguez, con la vista vendada, paradas en ese lugar.
La detención y desaparición de Modesta Carolina se inscribe en una acción de la DINA en contra de los dirigentes del Partido Socialista, miembros de la Comisión Política, sus enlaces y correos. En este operativo se efectuaron las detenciones de Michelle Peña, Exequiel Ponce, Mireya Rodríguez, Carlos Lorca, Ricardo Lagos y de la afectada. En el mes de julio de ese mismo año, fueron detenidas Rosa Soliz Poveda y Sara Donoso Palacios, quienes estaban bajo las órdenes partidarias de Modesta Carolina Wiff. Todos ellos permanecen como detenidos desaparecidos.

Detenidos en Buenos Aires. En orden cronológico de sus detenciones. De izquierda a derecha: Alexei Jaccard, Ricardo Ramírez, Héctor Velásquez, Jacobo Stoulman, Matilde Pessa.

Detenidos en Santiago. En orden cronológico de sus detenciones. De izquierda a derecha: Ruiter Enrique Correa y Hernan Soto

Operación Cóndor: colaboración criminal

La DINA siempre manejó al más alto nivel el asunto de su financiamiento, porque como toda entidad de inteligencia sucia, no podía contar con un presupuesto institucional suficiente. El robo, saqueo y expropiación de propiedades, dinero, vehículos y en general bienes de sus víctimas está atestiguado en múltiples expedientes judiciales.

También la creación de un gran número de empresas dirigidas por palos blancos pertenecientes al ejército y la formación de oficiales de inteligencia militar en el terreno de las finanzas, estuvieron entre las prácticas de la DINA.

Como en toda organización criminal, una parte pequeña del botín se distribuía entre los agentes y la parte gruesa era para seguir financiando su actividad criminal.

A comienzos de 1977, luego de la razia contra el PC del año anterior y en medio de las presiones para la disolución de la DINA, Contreras estaba empeñado en encontrar “el hilo del dinero” del Partido Comunista antes de que fuera demasiado tarde.

Para esta tarea destinó a sus mejores agentes, entre ellos Eduardo Iturriaga Neumann, Jefe del Aparato Exterior de la DINA.

El 15 de mayo de 1977, Alexei Jaccard arriba al aeropuerto de Ezeiza proveniente de Suiza. Su misión era reunirse con Ricardo Ramírez al día siguiente.

Pero el 16 de mayo el operativo Cóndor da un triple zarpazo: Son detenidos Alexei Jaccard, Ricardo Ramírez y Héctor Velásquez.

Este golpe, tan fulminante y preciso sólo puede explicarse por la gran preparación que tenía la DINA en Buenos Aires para identificar, seguir y detener a cualquier chileno, militante de cualquier organización política, contraria a la dictadura. En el caso de Alexei Jaccard, hay testimonios judiciales que señalan que fue vigilado desde que llegó al aeropuerto y hasta su hospedaje en el Hotel Bristol.

Ricardo Ramírez y Héctor Velásquez habían llegado con anterioridad a Buenos Aires, recibiendo apoyo tanto de militantes comunistas chilenos como argentinos, que pueden haber estado bajo vigilancia.

Esto explica que en el marco de esta operación, entre ese 16 de mayo y el 20 de mayo de 1977, fueron detenidos 12 militantes del Partido Comunista argentino, algunos de los cuales efectivamente habían prestado apoyo a Ramírez y Velásquez.  Nueve de estos militantes son detenidos desaparecidos.

Con la detención de Horacio Cepeda en diciembre de 1976, la conexión entre la dirección interior y exterior fue asumida por Carlos Fuchslocher, uno de los tres integrantes de la dirección comunista que logró constituirse a comienzos de 1977.

El equipo que apoyaba a Fuchslocher en este trabajo estaba integrado por Hernán Soto y Ruiter Enrique Correa.

Este último trabajaba en un kiosko de diarios que servía de buzón en Alameda con la actual calle Tucapel Jimenez, y desde fines de 1976, luego de la razia, se le había designado como uno de los depositarios del dinero proveniente del exterior.

Testimonios judiciales afirman que Ruiter Enrique Correa, en torno al día 20 de mayo del 77 y sin saber de las detenciones ocurridas en Buenos Aires, se dirigió a la oficina de Cambios Andes para solicitarle a Stoulman la entrega de medios financieros.

Las instrucciones para llegar a Stoulman deben haberle sido enviadas por el equipo de Buenos Aires, porque sólo ellos sabían como llegar a él.

Por los relatos de los funcionarios de la empresa Cambios Andes y recuerdos de amigos e hijas del matrimono Stoulman-Pessa, tal visita fue el aviso de una catástrofe, puesto que muy poco antes ya habían recibido la visita de otra persona, que usando el mismo santo y seña convenido con anterioridad, ya había retirado los dineros.

Al encontrarse Stoulman bajo vigilancia, Correa había quedado al descubierto. Es así como es detenido el 27 de mayo, asesinado y lanzado sobre el puente Manuel Rodríguez del río Mapocho.

El 29 de mayo de 1977, Jacobo Stoulman y su esposa Matilde Pessa viajan a Buenos Aires a defender y rescatar su patrimonio, así como el de la resistencia, que ya había sido capturado.

La oficina de Cambios Andes en Santiago había estado siendo vigilada abiertamente por la DINA.

 

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Los Vuelos de la Muerte: Chilenos lanzados al mar

Los vuelos de la muerte es el nombre por el cual se conoce a los vuelos realizados por helicópteros Puma del Comando Aéreo del Ejército de Chile durante el período de dictadura militar de Augusto Pinochet, que tenían como objetivo hacer desaparecer cuerpos de detenidos desaparecidos.

Modus operandi

Después de que el doctor Osvaldo Pinchetti o la auxiliar de enfermería Gladys Calderón se encargaban de inyectarles una dosis mortal de cianuro, quemaban los rostros y partes distintivas de los detenidos, se les quitaban las tapaduras de oro, se ensacaban para luego ser trasladados a las minas de cal de Lonquén o lanzados al mar. La operación «Puerto Montt» ​ tuvo un protocolo de actuación que se repitió. Antes de cada vuelo los mecánicos recibían la orden de sacar los asientos del Puma (18 a 20) y el estanque de combustible adicional. La autonomía de vuelo de este helicóptero sin el segundo estanque es de dos horas y media. Cada viaje era ordenado por el jefe del CAE al jefe de la Compañía Aeromóvil de ese comando de helicópteros. Todos los vuelos quedaban registrados. La preparación fue la misma que la DINA utilizó cada vez que hizo desaparecer los cadáveres. Los envolvieron con sacos paperos, les amarraron con alambre un trozo de riel al cuerpo, volvieron a ponerlos en sacos –que ataron con más alambre– y los transportaron en camionetas hasta el lugar donde esperaba el helicóptero. Estos despegaban con su carga, enfilaban hacia la costa de la V Región y se internaban mar adentro para soltar su carga. Así desaparecieron Victor Díaz y el resto de sus compañeros.

Los relatos de rieles recién cortados se repitió a los largo de Chile, frente al mar. Prisioneros en Pisagua o el Campeón mundial de Caza Submarina, Raúl Choque, quien relató haber visto osamentas humanas atadas a rieles en el fondo del mar frente a Pisagua.5

Los rieles «recién cortados, por lo que brillaban por los lados cortados» como los vio preparados el comisario de Investigaciones y agente de la DINA Nibaldo Jiménez Santibáñez, entregaban, en principio, la seguridad de que la prueba del crimen se iría con el pedazo de metal al fondo del océano. Dice Jiménez en una de sus declaraciones procesales que cuando preguntó un día para qué eran esos rieles cortados en trozos, recibió por respuesta «esos son pa’ los paquetes». Cuando preguntó ¿qué paquetes?, sostiene que le respondieron «los que se van cortados todos los días de aquí, un lote grande al mar, los envuelven en un saco bien amarrados con alambre, echan el cuerpo y el riel, y con el peso del riel se van al fondo».
Jorge Escalante, periodista de La Nación.5

Por primera vez desde que se investigan las violaciones de los derechos humanos cometidas durante la dictadura de Augusto Pinochet, se comprobó el lanzamiento de personas vivas al mar.

Así  lo concluyó el proceso judicial en contra del coronel Carlos Mardones Díaz, el brigadier Miguel Krassnoff, el capitán Richter Nuche y el mayor Emilio De La Mahotiere (todos en retiro), acusados por los delitos de asociación ilícita y secuestro calificado de Ceferino Santis, Luis Norambuena y Gustavo Farías, todos detenidos desaparecidos.

Dos de los acusados permanecen en prisión preventiva, y otros dos están cumpliendo condena en Punta Peuco. 

El proceso concluyó que las víctimas fueron detenidas apenas ocurrió el golpe de Estado, entre el 12 de septiembre de 1973 y los primeros 15 días de octubre de ese mismo año, por funcionarios del Regimiento de Ingenieros de Tejas Verdes de San Antonio.

Posteriormente, los detenidos fueron conducidos a diversos recintos como el Campamento de Prisioneros N°2 de Tejas Verdes y la Cárcel Pública, recinto penitenciario desde donde fueron trasladados al sector de club de golf de las Rocas de Santo Domingo, en la Región de Valparaíso, subidos a un helicóptero militar y lanzados al mar.

«Al subir a la aeronave me encontré en el piso con tres personas vivas, que estaban atadas de pies y manos y con la vista vendada. Recuerdo que los tres sujetos eran varones», indicó el testimonio judicial de Juan Guillermo Orellana Bustamante, suboficial en retiro del Ejército y que formó parte de esa tripulación como mecánico del helicóptero.

El testimonio de Orellana, entregado el 29 de mayo de 2012, había pasado inadvertido hasta hoy.

«El primero de estos (tres sujetos) era un señor adulto de pelo canoso, de 45 a 55 años, de contextura gruesa. La segunda persona era más joven, era de tez morena. Calculo que debió tener entre 30 y 40 años, y la tercera persona la recuerdo como de 25 a 30 años, tez morena, delgado», prosigue el testimonio de Orellana, que a medida que avanza, detalla el modus operandi de los llamados «vuelos de la muerte».

«Miguel Krassnoff»

«El capitán de Ejército procedió, solo, a tomar a las personas. En primer lugar tomó a la persona más adulta de los pies; lo giró hacia la puerta y lo empujó con las manos hacia abajo, hacia el mar«, relató Orellana.

Esta situación similar vivieron las otras dos víctimas.

En su segunda declaración, el 7 de agosto de 2014, Orellana reveló la identidad del autor de los crímenes: «Quiero hacer presente que el oficial de Ejército que lanzó a las personas que se encontraban amarradas, vendadas y vivas, dentro del helicóptero, me parece que correspondería a Miguel Krassnoff«, dijo.

Hace unos días, el 9 de mayo, Krassnoff, De la Mahotiere y Nuche fueron sometidos a proceso como autores del secuestro calificado de Santis, Norambuena y Farías.

El ministro en visita Jaime Arancibia agregó a este delito, también como autor, a Carlos Oscar Evaristo Gregorio Mardones Díaz, en ese entonces, comandante del Comando de Aviación del Ejército, con asiento en Tobalaba.

El Candidato eterno, el Ultraderechista JA Kast luego de una de sus visitas a su amigo el criminal Miguel Krasnoof declaró: «Conociendo a Krasnoff, no creo las cosas que dicen de él»…

Aeródromo Tobalaba: los viajes del horror

Entre 1973 y 1987 helicópteros que partieron desde el Aeródromo de Tobalaba sirvieron para lanzar al mar entre 700 y 900 cuerpos de prisioneros y prisioneras políticas. Entre ellos, el de la profesora Marta Ugarte, que diera origen al laureado documental «El Botón de Nácar» del cineasta Patricio Guzmán. El Sitio de Memoria Aeródromo de Tobalaba, es una iniciativa impulsada por la Agrupación Memorial Aeródromo Tobalaba, y que cuenta con la adhesión de diversas organizaciones locales y nacionales junto a autoridades de La Reina, que busca hacer de este sitio un lugar de memoria, con una mirada de futuro: garantizar la no repetición de estos hechos, a las vez de avanzar en la verdad y la justicia sobre lo ocurrido y recordar a los caídos, no sólo como víctimas, si no portadores de un sueño colectivo y de un sentido ético que tanta falta hace a la política en la actualidad. La escultura del Memorial estará emplazada en el bandejón central de la Avenida Fernando Castillo Velasco, frente al Aeródromo de Tobalaba. Estará compuesta de una base de hormigón en forma de prismas revestidos en granito, de los cueles emergen rieles de tren oxidados, los que conforman una composición escultórica que simula las olas del mar. El uso de rieles de tren a manera repetitiva, busca la identificación de cada una de las víctimas de los que se perdió el rastro en este lugar. Así mismo la oxidación de estos rieles hace referencia a su eventual unificación en las profundidades del océano. «Hoy después de 40 años sus cuerpos ya no están, tampoco los alambres con los que los amarraron. Solo quedan como testigos mudos, al fondo del mar, restos de rieles de acero oxidados.» AMAT, Agrupación Memorial Aeródromo Tobalaba

el caso de los 119: la historia de la Infamia

El 12 de junio de 1975, el vespertino «La Segunda» publicó con grandes titulares, en primera página, que: «Dos mil marxistas reciben instrucción en Argentina» y que «se organizan guerrillas en contra de Chile» En la misma edición, agregó en la pág. 28: «Fuerzas de Seguridad del Ejército argentino detectaron que dirigentes del MIR, a los cuales se da por desaparecidos en Chile y que las organizaciones internacionales al servicio del marxismo dan por asesinados, se entrenan en Argentina e incluso comandan compañías guerrilleras», y señaló que más de dos mil chilenos se preparan para reingresar al país para hacer la guerrilla «contra las Fuerzas Armadas chilenas», afirmando que algunos de ellos ya habían sido detenidos en la provincia de Talca, al Sur de Santiago. Este fue el comienzo de la campaña que configuró el «caso de los 119».

¿Quiénes son los llamados 119? Se trato de una campaña de la Dictadura que uso todos los medios a su alcance para deshacerse de la incómoda situación de los presos «desapareci-dos», campaña necesaria ya que para esos días se estimaba probable una visita a Chile, de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, cuyo ingreso al país fue, finalmente, denegado por la Dictadura. Los 119 son los secuestrados por la DINA cuyos nombres la dictadura incluyó en la nómina de chilenos que se encontrarían en el exterior, sosteniendo que muchos de los cuales habrían caído a manos de sus propios compañeros de organización o en enfrentamientos con fuerzas de seguridad extranjeras. El revuelo internacional creado en torno al caso hizo que el problema pasara a ser conocido mundialmente.
https://www.memoriaviva.com/Desaparecidos/119.htm​

CUARTEL SIMON BOLIVAR:LA CASA DEL HORROR

El año 2007 el Juez Victor Montiglio es avisado por la PDI que han encontrado a un testigo de crímenes de lesa humanidad. Al interrogarlo descubre la existencia de un cuartel de exterminio del cual jamas se supo su existencia porque nadie salio vivo de ahí. El reportaje de informe especial esta documentado en confesiones de mas de 60 ex agentes de la DINA que fueron procesados por este testimonio que develó 35 años de impunidad y horrores jamas vistos en la historia de Chile.
https://memoriaviva.com/nuevaweb/centros-de-detencion/metropolitana/recinto-dina-cuartel-de-la-brigada-lautaro/

CUERTELES DEL HORROR: LA VENDA SEXY, calle Irán 3037 MACUL

“Me llevaron con mi delantal de servicio sin dejarme tiempo de tomar mis ropas. Me subieron a una camioneta de la DINA [Dirección de Inteligencia Nacional], me pusieron una venda sobre los ojos, me golpearon […] Luego me hicieron subir una escalera, llegamos a una pieza donde me pidieron que me desnudara. Había una persona que escribía a máquina mi identificación. Luego me instalaron electrodos en la cabeza y en las manos y me enviaron electricidad repetidas veces […] violación, masturbación sobre mi cuerpo, me fotografiaron desnuda, todo esto interrumpido con descargas eléctricas”
Es el testimonio de una mujer que en noviembre de 1974 fue recluida en la casa de tortura conocida como la Venda Sexy. Su experiencia es parte del informe elaborado por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura –conocido como Informe Valech, por el obispo que la presidió–, para identificar a los presos y presas políticas de la dictadura de Pinochet, iniciada tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, hoy hace 50 años.

EL MOCITO: confesiones criminales

Durante años Jorgelino trabajó como agente en los aparatos de represión del gobierno militar. Jorgelino era “el mocito”, aquel que servía los cafecitos en plena sesión de tortura, aquel que empaquetaba los cuerpos ya inertes y los cargaba a los cofres de los autos. Hace poco Jorgelino fue acusado de la muerte de Víctor Díaz, Secretario General del Partido Comunista en 1976. Este hecho le da a Jorgelino la oportunidad de reflexionar en torno a su historia. El Mocito es el retrato psicológico de un hombre destruido por su pasado. Un hombre que participó en el horror y los crímenes de la dictadura militar y que hoy, al tomar conciencia de todo eso busca desesperadamente perdón y redención.

LAS FICHAS DEL HORROR: LA RELACION ENTRE LA DICTADURA Y EL ENCLAVE NAZI

El encave nazi fascista de Colonia Dignidad: las fichas que demuestra como estas organizaciones criminales operaron para otro criminal: Pinochet:
El enclave que defendía la UDI y Hernán Larraín, el «experto» constitucional.
Un equipo de En La Mira, inició una investigación para dar con el paradero de las fichas censuradas y logró acceder a ellas. Las 40 mil fichas están hoy en nuestro poder y luego de un proceso de análisis daremos a conocer en forma exclusiva su contenido, el que aporta importantes antecedentes sobre los crímenes cometidos en la Colonia Dignidad.

"yo lo vi torturar". COMO LOS CRIMINALES SIGUEN IMPUNES, ESTA VEZ LA FACH

Un suboficial en retiro de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) acusó al ex comandante en jefe Patricio Ríos Ponce de torturar a un detenido en la Base Aérea de Quintero. Este es el eje del nuevo reportaje liderado por la periodista Paulina de Allende-Salazar. #informeespecial
O la razón porqué despidieron a Paulina de Mega

las imágenes prohibidas I

En la primera emisión de «Chile, Las Imágenes Prohibidas» del 14 de agosto del 2011, el actor Benjamín Vicuña nos muestra registros audiovisuales inéditos que fueron censurados durante la Dictadura de Augusto Pinochet.

las imágenes prohibidas 2

Los chilenos perdimos el miedo. La valentía se enfrenta a la cultura de la muerte.
Caso Quemados. uno de los actos más horrorosos de la Derecha Chilena.
El Pueblo sale a protestar cada vez más seguido.La Dictadura de la derecha chilena tiene que caer.

las imágenes prohibidas 3

En el tercer episodio de «Chile, Las Imágenes Prohibidas», emitido el 28 de agosto del 2013, se muestra lo que no se vio de la visita del Papa Juan Pablo II a Chile. Además conocerás los testimonios de las mujeres que se organizaron para protestar en contra de las violaciones a los derechos humanos durante la Dictadura de Augusto Pinochet.

MASACRE EN LAJA PARTE 1

Un suboficial en retiro de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) acusó al ex comandante en jefe Patricio Ríos Ponce de torturar a un detenido en la Base Aérea de Quintero. Este es el eje del nuevo reportaje liderado por la periodista Paulina de Allende-Salazar. #informeespecial
O la razón porqué despidieron a Paulina de Mega

MASACRE EN LAJA PARTE II

Un suboficial en retiro de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) acusó al ex comandante en jefe Patricio Ríos Ponce de torturar a un detenido en la Base Aérea de Quintero. Este es el eje del nuevo reportaje liderado por la periodista Paulina de Allende-Salazar. #informeespecial
O la razón porqué despidieron a Paulina de Mega

JOSÉ JULIAN PEÑA, JULIO MUÑOZ, GONZALO PINOCHET, MANUEL SEPÚLVEDA, GONZALO FUENZALIDA

 José Julián Peña Maltés, casado, ex alumno de la Universidad Técnica del Estado, militante del Partido Comunista, miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), fue detenido en Santiago con fecha 9 de septiembre de 1987 por los organismos de seguridad del régimen militar, permaneciendo desde entonces en calidad de detenido desaparecido.
 Julio Orlando Muñoz Otárola, casado, egresado de la Universidad Técnica del Estado, Dirigente Sindical, militante del Partido Comunista, miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), fue detenido en Santiago con fecha 9 de septiembre de 1987, por parte de agentes de la Central Nacional de Informaciones CNI, permaneciendo desde esa fecha a la actualidad en calidad de detenido desaparecido.
Alejandro Alberto Pinochet Arenas, soltero, técnico automotriz, militante del Partido Comunista, miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), fue detenido el 10 de septiembre de 1987 alrededor de las 09:15 horas, por agentes de la Central Nacional de Informaciones, CNI, en la intersección de las calles Catedral con San Martín en Santiago. A partir de ese momento se encuentra en calidad de detenido desaparecido. En la fecha y hora indicada, en circunstancias que el afectado transitaba por calle San Martín de Sur a Norte, atravesando la calle Catedral, en la acera nor-oriente de dicha intersección, desde un vehículo utilitario de color celeste, marca Suzuki, que aparentemente se encontraba detenido por la luz roja del semáforo, bajaron tres sujetos de civil, uno de los cuales le gritó por la espalda, «…alto, manos arriba», al darse vuelta el afectado, dos de los sujetos se le avalanzan para reducirlo. 
 Manuel Sepúlveda Sánchez, casado, un hijo, tornero mecánico, militante del Partido Comunista, miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), fue detenido el 9 de septiembre de 1987 pasadas las 18:00 horas, por agentes de la Central Nacional de Informaciones CNI, luego de salir del domicilio de unos amigos a los que visitaba regularmente, ubicado en Narbona con Ramón Cruz en la Villa Frei, comuna de Ñuñoa, Santiago.
Gonzalo Iván Fuenzalida Navarrete, soltero, mueblista, militante del Partido Comunista, miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), fue detenido en Santiago entre el 7 y 10 de septiembre de 1987 en circunstancias que se desconocen, en un operativo realizado por agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI) e Investigaciones de Chile, desapareciendo, según Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, desde el Cuartel de Calle Borgoño de esta capital, junto a otros cuatro compañeros de militancia. 

Piloto de Augusto Pinochet confesó haber lanzado al mar a cinco fr

Un hombre al que Augusto Pinochet siempre le confió su vida fue quien rompió el silencio en el proceso por la desaparición de los cinco militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), ocurrido en 1987, sustanciado por el ministro Hugo Dolmestch.

Apodado el “Chino Campos” por sus camaradas en el Comando de Aviación del Ejército -y uno de los pilotos de confianza del ex dictador- contó hace algunas semanas al magistrado cómo en septiembre de 1987, su jefe, el coronel Mario Navarrete, le ordenó usar uno de los helicópteros institucionales para viajar junto a un subalterno hasta la zona de Peldehue a buscar unos paquetes.

Estos últimos eran nada menos que los cuerpos de los frentistas Gonzalo Fuenzalida Navarrete, Julio Muñoz Otárola, José Peña Maltés, Alejandro Pinochet Arenas y Manuel Sepúlveda Sánchez, quienes habían sido detenidos días antes por agentes de la desaparecida Central Nacional de Informaciones (CNI)
la orden de asesinarlos fue dada por Salas Wenzel, después de recibir una llamada de Pinochet.

Pasos macabros

¿Pero cómo se configuró la operación? El ministro Dolmestch acreditó que la misma estuvo separada en tres etapas. La primera de ellas fue la detención de los frentistas. Por ese hecho -que sirvió en primera instancia para que fueran luego asesinados- están sometidos a proceso desde el 2002, el jefe de la CNI, general (R) Hugo Salas Wenzel, el comandante (R) Krantz Bauer Donoso, mayor (R) Álvaro Corbalán, capitán (R) Luis Sanhueza Ros; los suboficiales (R) Manuel Ramírez y René Valdovinos y los empleados civiles de Ejército César

Acuña, Manuel Morales, Luis Santibáñez y Víctor Ruiz Godoy.

Ahora bien, el ministro tiene una segunda convicción. Una vez detenidos los frentistas la orden venida desde el alto mando fue que el régimen no negociaba con terroristas. La sentencia de muerte entonces estaba firmada.

Fue así como en la CNI se designó a Francisco “Gurka” Zúñiga para que coordinara con el Ejército esta operación. El magistrado confirmó entonces cómo se consiguieron los fierros para amarrarlos a los cuerpos y lanzarlos al mar frente a San Antonio.

Fuenzalida Navarrete Gonzalo Iván