Por Elisa Neumann, Frente Cacerola

Los días 28 y 29 de enero, más de 40 organizaciones a lo largo del territorio nacional, de Arica a Puntas Arenas, se congregaron en Santiago para organizar un programa de resistencia y lucha en contra de la precarización de la vida. Y como siempre un hito importante es la Huelga General Feminista del 8 de Marzo

Si bien hemos sido duramente golpeadas por la derrota del proceso constituyente, que contemplaban la mayoría de nuestras demandas históricas, con el empuje que nos caracteriza hemos decidido continuar desplegando energías para rearticular y afianzar la organización de las mujeres y disidencias y el movimiento social. Hoy más que nunca debemos cuidar la unidad, para desplegar con fuerza la lucha por las demandas de nuestro movimiento. Seguimos convencidas que la fuerza y el poder constituyente sigue radicando en la movilización social.

 

Este 8 de Marzo dará inicio a las movilizaciones y protestas en contra de un modelo que hace cada vez más insostenible la vida humana y la de la naturaleza. La crisis social económica y política afecta a todas las mujeres, y en especial a las mujeres de sectores populares. En la actualidad observamos con preocupación cómo continúa y se profundiza la violencia patriarcal -contra las que hemos luchado siempre-, reforzada por el fortalecimiento de las posiciones conservadoras del fascismo y la ultraderecha.  A ello se suma la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, contra cuya brutalidad y exterminio se movilizaron las mujeres. Su aporte decidido a la recuperación de la democracia no ha sido suficientemente reconocido y valorado, y a pesar de la represión sufrida seguimos afirmando nuestra esperanza en un proyecto social de otra vida posible.

 

Hoy más que nunca, se hace necesario construir redes de solidaridad a nivel territorial para impulsar la movilización que permita alcanzar las demandas más urgentes del movimiento. Proteger la vida de las mujeres, luchar contra la violencia patriarcal, lograr justicia en los casos de femicidio y el derecho al aborto son demandas impostergables. La cesantía, la precarización del empleo, el aumento de la pobreza, en especial de los hogares con jefatura femenina, los problemas de vivienda, salud, seguridad social exigen impulsar profundas transformaciones, pues es la vida misma de las mujeres la que se encuentra amenazada.

 

Muchas mujeres son madres, dedicadas de forma exclusiva a las tareas de cuidado. Su aporte económico y al desarrollo de la sociedad debe ser visibilizado y valorado. No podemos dejar de insistir en la necesidad urgente de un sistema nacional de cuidado.

 

No menos importante es la reducción de la jornada de trabajo a 40 horas, la reforma del sistema de pensiones, y la aplicación de la Pensión Garantizada Universal a partir de los 60 años, que es cuando se jubilan las  mujeres.  También es una tarea central impulsar una educación sexual integral, único medio seguro de evitar el abuso sexual de menores.

No son pocas las que cuestionan al denominado gobierno feminista y su inconsistencia en el cumplimiento del programa. En especial preocupa que aún no se ha desarrollado una reforma de carabineros, la represión en el Wallmapu, o la ratificación del TPP11.  Si bien se reconoce la paridad en el gobierno, ello no es garantía para la aprobación de las demandas más urgentes del movimiento feminista

Gral Yañez es investigado por Fiscalía y las implicancias de “La Manada” el club de fiestas sexuales de carabineros.

Preocupa en especial, la violencia institucional hacia las mujeres madres, la cual se hace aún más grave en los casos de mujeres afectadas por violencia de género, donde el Estado a través de sus prácticas burocráticas revictimiza a las mujeres y a sus hijos.  Poco ha hecho el “gobierno feminista” por abordar este grave problema.

Sólo la unidad y lucha hará posible detener los avances de las fuerzas conservadoras y fascistas, la violencia patriarcal que se ejerce en todos los ámbitos de la vida cotidiana; así como la continuidad del neoliberalismo en nuestro país. En este sentido, el movimiento feminista y de disidencias observa con alerta y preocupación el carácter excluyente y antidemocrático del proceso constituyente acordado en el congreso.

 

Finalmente, a 50 años del Golpe Militar las mujeres, nos convocamos a desplegar amplios ejercicios por la memoria. Visibilizar la lucha de las mujeres en defensa de la vida y en la recuperación del tejido social. Tuvieron un rol fundamental en la creación y sostén de los comedores populares, comprando juntos, organizaciones de derechos humanos. Y ello hizo posible la rearticulación del movimiento social y la recuperación de la subjetividad popular. Aporte que raramente es visibilizado y valorado. No fueron pocas las mujeres torturadas, asesinadas y desaparecidas. Cuya resistencia pocas veces se honra como es debido. Debemos romper el pacto del silencio y exigir la desclasificación de los archivos de la Comisión Rettig y Valech, así como los que guardan las Fuerzas Armadas. Ello permitirá esclarecer la mayor parte de los crímenes de derechos humanos y encontrar a los detenidos desaparecidos. Ayer como hoy las mujeres han sido un ejemplo de resistencia y lucha.

 

A 50 AÑOS DEL GOLPE, ACÁ ESTAMOS Y NOS QUEREMOS VIVAS, LIBRES Y CON VIDAS DIGNAS.

Elisa Neumann