Imagen: Río Fuy, Región de los Ríos / Ciudad de San Francisco (EEUU) en medio de ola de incendios forestales en California en 2020

Luis (Lucho para los amigos) es el tío de un amigo. Un esforzado campesino de Putaendo, en la Quinta Región. Tiene las típicas distintivas muletillas y risas pícaras del chileno. Apañador y bueno para tirar la talla, según sus cercanos. Pero a su vez vive angustiado porque sus animales mueren por la falta de agua, y no sabe qué vendrÔ en el futuro. Se denuncia que solo 5 personas en la localidad tienen los derechos de agua de toda la comuna. Su dolor es compartido por miles de personas en la misma situación a lo largo del campo chileno, como muchos de ustedes ya se habrÔn enterado de primera mano entre amigos y familiares. También por parte de los cientos de miles de personas que durante la pandemia no han tenido acceso estable a agua limpia. Agua con la cual, por supuesto, siquiera lavarse las manos para prevenir el contagio.

A menudo se ven los peligros del cambio climĆ”tico como algo lejano. Pero el desastre ya estĆ” ocurriendo, y no hay que esperar que toque cada una de nuestras puertas para actuar. En 2019 ya se habĆ­an estimado mĆ”s de 7 millones de personas que eran ā€œmigrantes climĆ”ticosā€ dentro de sus paĆ­ses alrededor del mundo. Se les llama asĆ­ porque han sido desplazados por la presencia de climas extremos, inundaciones costeras, erosión de las costas y sequĆ­a severa. Zonas enteras como la franja del Sahel en Ɓfrica donde el cambio climĆ”tico agudiza aĆŗn mucho mĆ”s la pobreza y la crisis, fomentando asĆ­ el crecimiento de la violencia polĆ­tica, el crimen, la inestabilidad y el terrorismo presente en la zona.

Chile ya estÔ sufriendo en distintas partes y niveles estos cambios negativos. Se considera un país considerablemente vulnerable a los efectos del cambio climÔtico. Esto es así por, entre otras cosas, la presencia de Ôreas costeras de baja altura, Ôreas Ôridas y semiÔridas, bosques y susceptibilidad a desastres naturales. También de Ôreas propensas a la sequía y la desertificación. En Santiago ya se anunció hace unos meses un plan de racionamiento de agua ante la falta inminente del recurso. A nivel de país, la escasez de agua afecta a cerca de un millón de personas, con cerca de la mitad de la población rural incluida en este segmento. Somos, de hecho, actualmente líderes latinoamericanos en la crisis hídrica. A nivel mundial, en los distintos continentes hay enormes ciudades con problemas de agua. Ciudades enormes en riesgo de quedarse sin suficiente de este recurso esencial para la vida.

Un futuro peligroso y una ciencia cada vez mƔs sofisticada para observarlo

Se espera que para 2050 a nivel mundial sean cientos de millones de ā€œrefugiados climĆ”ticosā€, al paso que vamos. El nĆŗmero de desastres naturales ha estado aumentando. Incendios espontĆ”neos al alza. El nivel del mar aumentando peligrosamente, precipitaciones y olas de temperatura extrema (calor o frĆ­o) a lo largo del planeta (como predicen bien los modelos cientĆ­ficos). Son ademĆ”s los paĆ­ses y grupos sociales mĆ”s ricos los que tienen mĆ”s poder y responsabilidad de esta crisis (tanto por poder polĆ­tico como por cuĆ”nto mĆ”s contamina su estilo de vida lujoso). Pero son los paĆ­ses y personas mĆ”s pobres quienes estĆ”n pagando y mĆ”s pagarĆ”n el costo.

Todo a pesar también de quienes niegan o ponen en tan severa duda lo que la ciencia del clima dice. Los modelos y datos son claros. Se han perfeccionado de manera increíble a lo largo del tiempo, con mÔs y mÔs información sobre distintos aspectos específicos del medioambiente en juego. Desde las plantas a las capas de hielo, las temperaturas, las nubes, los vientos, la nieve, las corrientes oceÔnicas, el nivel del mar e incluso el hollín y el polvo en el aire. Se dispone ya de instrumental de observación y detección muy fino en aire, tierra y mar (lo que permite extraer medidas relevantes de las profundidades del oceano). Los modelos encajan muy bien con los registros históricos de siglos y la historia antigua de la Tierra. Encaja con los datos que aparecen y van apareciendo día a día. Los cambios son evidentes en la atmósfera, el oceano, la criósfera (las superficies y partes de hielo) y la biósfera (el conjunto de los seres vivos).

Todas las objeciones fuertes que circulan contra los consensos en la ciencia del clima han sido respondidas claramente y estas respuestas han sido incluso compiladas. Se sabe con mucha certeza que el mundo no estarĆ­a con estas temperaturas ahora de no ser por esto. Y que los efectos son graves, muy peligrosos ahora y mĆ”s aĆŗn para el futuro. 

Estos consensos en la ciencia climÔtica son de hasta mÔs del 99% de los artículos científicos en revistas profesionales del tema en la última revisión mÔs acabada (que contempló cerca de 90 mil artículos de revistas académicas revisadas por pares; en otra revisión reciente de mÔs de 11 mil artículos, el consenso fue de 100%). O sea, prÔcticamente la totalidad de los artículos académicos revisados por pares sobre ciencia del clima estÔn de acuerdo con que: 1) existe el cambio climÔtico acelerado por el hombre en esta época, y que 2) esto tiene y tendrÔ efectos (crecientemente) fuertes y peligrosos para nuestra calidad de vida y supervivencia.

Lo que se discute es mÔs bien qué tan graves, o en qué plazos los efectos mÔs graves se presentarían. Qué posibilidades tenemos de mitigarlo o resistirlo, qué tan catastrófico puede ser. El planeta cambia de temperatura por sí solo, es cierto. Pero en este periodo geológico el planeta venía enfriÔndose levemente. Fuimos nosotros los que pusimos en marcha un periodo de calentamiento fuerte por el crecimiento de las industrias contaminantes (gracias a los famosos «gases de efecto invernadero», que atrapan el calor en la Tierra). Estamos en mÔs de 1°C por sobre la temperatura promedio del mundo pre-industrial. Parece poco (es solo un grado, ¿No?), pero es un promedio y a ese nivel tiene mucha importancia. Para figurar lo grande que es a escala geológica se puede considerar una comparación: la última era glaciar, hace miles de años, estuvo en promedio 4,5°C por debajo de la temperatura del siglo recién pasado.

¿Qué se viene a este paso?

Vamos a este paso a al menos 2° C para finales de este siglo. Incluso camino a los 3°C por sobre la temperatura pre-industrial, si seguimos asĆ­. Esto generarĆ­a efectos masivamente destructivos en los ecosistemas y en la economĆ­a, en la disponibilidad de comida y agua (en un mundo donde ya mĆ”s de 800 millones de personas pasan desnutrición y hambre, y donde mĆ”s de mil millones no tienen acceso a agua limpia). Para evitar una catĆ”strofe climĆ”tica mayor, por lo mismo, muchos gobiernos se han puesto metas de reducción de emisión de combustibles fósiles (como el petróleo y el carbón). SegĆŗn la comunidad cientĆ­fica, se requiere reducir las emisiones en casi la mitad para 2030 y por completo para 2050 solo para tratar de evitar que superemos los 1,5°C. Para peor, estudios recientes indican que incluso si se cumplen todas las metas y promesas hechas, llegaremos fĆ”cilmente a los 2°C para fines de este siglo. MĆ”s aĆŗn, con una probabilidad de un 5% (1 de cada 20) de que pasemos los 3°C, con lo aĆŗn mĆ”s catastrófico que es eso. 

Con 3°C de temperatura por sobre el promedio pre-industrial la cosa se pone derechamente distópica, como en las películas de Hollywood. Un mundo donde un tercio de la población mundial vive sequías graves durante al menos un mes del año. Un mundo donde buena parte de la humanidad estÔ migrando porque su territorio ya no es habitable. Grandes ciudades costeras del mundo (como Miami, Osaka, Rio de Janeiro y Shanghai) fÔcilmente inundÔndose por completo. A este paso, aumentarÔ la presencia de eventos climÔticos extremos y desastres naturales. Pero no sólo eso, sino que lo harÔ con una intensidad y frecuencia sin precedentes para la humanidad. Tormentas, sequías, olas de calor o frío extremos, inundaciones.

No se cree probable en los próximos siglos que la humanidad pueda extinguirse. Pero sí que la sociedad, la civilización misma podría comenzar a colapsar. Que, así, la humanidad retroceda siglos, milenios de historia en progresos sociales y materiales. Hay noticias esperanzadoras sin duda. Por ejemplo sobre el abaratamiento de la producción de energías limpias y avances tecnológicos para, por ejemplo, limpiar el aire de gases como el dióxido de carbono. Pero los cambios asociados no estÔn dandose al ritmo que necesitamos. Se requiere acción drÔstica e inmediata para evitar algo mayor, para que el daño no sea tan grande. Se sabe que el nivel de destrucción es enorme y que serÔ irreversible por incluso al menos milenios. Que estÔ marcando y marcarÔ para siempre la evolución de la vida en la Tierra.

AdemĆ”s no es, por supuesto, sólo el cambio climĆ”tico. Es tambiĆ©n la contaminación e intervención masiva y descuidada del medioambiente en general (tan peligroso como lo del clima). Un millón de especies se estĆ”n extinguiendo, en lo que compone la ā€œsexta extinción masivaā€ en toda la historia de la Tierra (y causada tambiĆ©n por acción humana, ante todo). La humanidad es la fuerza natural dominante de la Ć©poca (de ahĆ­ que en ciencias naturales se hable de la era actual como el Antropoceno, la era del hombre o de la humanidad). Pero ni con toda la inteligencia que tenemos nos hemos hecho cargo de la responsabilidad que eso conlleva.

El plƔstico que hemos producido alcanza para cubrir la Tierra entera de Ʃl (solo el asunto del plƔstico se puede considerar una crisis global de manejo de recursos). El ocƩano se estƔ calentando y volviendo mucho mƔs Ɣcido (absorbe la mayorƭa del aumento de la temperatura, y absorbe parte de los gases contaminantes mismos). Con eso tambiƩn serƔ cada vez peor hƔbitat para la vida. Para los peces, moluscos, cetƔceos, para los fundamentales arrecifes de coral y todo lo que eso significa para el planeta y para la sociedad humana.

Si los seres vivos se necesitan entre sƭ, la solidaridad es una estrategia bƔsica de supervivencia

La biología nos ha enseñado que los ecosistemas dependen de equilibrios frÔgiles. En estos equilibrios, las distintas especies cumplen un rol. Aunque no se den ni cuenta al hacerlo, los animales, bichos, hongos, personas, bacterias y plantas, en fin, todos estos seres vivos cumplen roles importantes en estos balances ecológicos. Introducir o sacar una especie de escena a menudo genera serios problemas, sin duda desastres en los ecosistemas (y de ahí que la conservación de las especies o de la «biodiversidad» sea también tan importante). Muchos han escuchado de la gran importancia de los insectos (como las abejas), las aves y otros animales en la polinización y esparcimiento de semillas para que exista la flora del planeta como la conocemos. Y saben por lo mismo lo grave que es la rÔpida muerte que estÔn viviendo estas especies.

A pesar de todo esto, ha habido una respuesta muy lenta por parte de las corporaciones y los Estados (aunque esto se venga estudiando desde literal hace mÔs de 100 años, desde la publicación del artículo del científico sueco Svante Arrhenius, en 1896, sobre dióxido de carbono y temperatura terrestre). Ha habido una inercia enorme y conflictos intereses económicos que el sistema no ha sido capaz de procesar. Por supuesto a pesar de que esto vaya en contra de lo mejor de nuestra ciencia, y del interés de las personas y la humanidad.

Ha habido un millonario lobby y campaña corporativa para desacreditar el nivel de certeza que han conquistado crecientemente los científicos del clima. La misma actitud ha sido esparcida en círculos de ultra derecha (destacó en esto Donald Trump, que sacó a Estados Unidos del Acuerdo de París por varios años). Abundan entre ellos pésimas teorías conspirativas y odiosa paranoia, que también ha movilizado a miles de trolls en internet. DedicÔndose a decir que la ciencia del cambio climÔtico es un invento marxista o de China. Denostando y acosando a científicos y activistas climÔticos (a veces con amenazas de muerte incluso, en un mundo donde cientos de activistas y voceros en luchas ambientales han sido recientemente asesinados sólo en Latinoérica). Tristemente, dentro de países «en vías de desarrollo» se ha llegado a sospechar que todo es una excusa de los países grandes para que, gracias a las restriciones ecológicas, las economías mÔs pequeñas no sean tan competitivas económicamente.

Una gran oportunidad delante nuestro: una Constitución ecológica

Nuestro paĆ­s serĆ­a el primero del mundo en incluir en su Constitución el reconocimiento a la crisis climĆ”tica, y el deber del Estado de hacerse cargo. Pero como comenta el profesor y acadĆ©mico Ezio Costa (experto en regulación ambiental, master en regulación en la LSE y doctor en Derecho), Ā«Estoy seguro que [serĆ”] el primero de muchos. Porque es (…) el telón de fondo sobre el cual se estĆ”n construyendo las sociedades hoy en dĆ­a. AquĆ­ no es solamente, de nuevo, una cuestión polĆ­tica de una Constitución u otra. La Constitución del 2022 en Chile estĆ” hecha 40 aƱos despuĆ©s de la Constitución anterior. Y en estos 40 aƱos, entre las muchas cosas que han pasado, es que nos dimos cuenta que estĆ”bamos provocando una crisis climĆ”tica y ecológica y que nos tenemos que hacer cargo de eso. Hiper necesario hacerse cargo de eso si pretendemos algĆŗn tipo de continuidad de nuestra sociedad en este territorio, que obviamente es a lo que todas y todos apuntamos.Ā» (La voz de los que sobran, capĆ­tulo 26-05-2022).

Sin duda estas nuevas reglas se expresarÔn en conflictos sobre el uso de los espacios y recursos. Pero es sentido común. Es un mínimo racional, un mínimo ético enfrentar este problema. Es también un mínimo de racionalidad económica, como también destaca el profesor Costa. Destruir nuestros recursos (como las reservas naturales o los glaciares) es literalmente destruir nuestros ahorros. Ahorros, sin duda, esenciales.

A pesar de las limitaciones que pueden implicar regulaciones mĆ”s rigurosas en la protección del ambiente, las energĆ­as sustentables se han estado abaratando con mĆ”s fuerza en la Ćŗltima dĆ©cada (habrĆ” energĆ­a para innovar, crear empresas y valor en la economĆ­a). Cada vez mĆ”s las empresas del mundo aceptan que la protección del medioambiente serĆ” mĆ”s estricta. Lo ven venir y simplemente buscan adaptarse. Es asĆ­ es como incluso importantes y prestigiosas empresas y evaluadoras de riesgo internacionales como Moody’s, Morgan Stanley o Bloomberg apoyan el Apruebo.

Llamamos a todos a informarse y votar bien este 4 de Septiembre, evitando los malentendidos y la información falsa. Por el amor que tenemos a Chile, a nuestro territorio, a nuestros niños (a quienes les dejaremos esta tierra).

Hemos expuesto muchas otras razones para Aprobar este 4 de Septiembre. No es exageración decir que las crisis medioambiental es una de las principales, una esencial. El proyecto ha sido aprobado por variedad de profesionales y constitucionalistas, trabajadores, luchadores sociales, científicos y artistas, ciudadanos de toda sensibilidad, autoridades académicas, culturales y figuras de prÔcticamente todo el espectro político. Da una base mejorable para avanzar, para no estancarnos en una situación que nos exige adaptarnos, cambiar y mejorar con urgencia.

ā–¶ Revisa la GuĆ­a/sĆ­ntesis completa del nuevo proyecto constitucional para Chile aquĆ­

ā–¶ Entrevista con el profesor y doctor en Derecho Ezio Costa sobre la orientación ecológica del proyecto de Nueva Constitución (especialmente, min. 46:00-52:00 sobre el tema en general, y luego sobre la regulación del agua; la cita contenida en el artĆ­culo estĆ” desde 56:40 en adelante), a propósito del lanzamiento de su libro Ā«El asilo contra la extinciónĀ» junto a la cientĆ­fica Cristina Dorador.

ā–¶ Resumen y comentario de libertades y derechos en la nueva Constitución por parte del convencional, acadĆ©mico constitucionalista y doctor en derecho Jaime Bassa para Hora Constituyente vĆ­a La voz de los que sobran

ā–¶ Breve sĆ­ntesis y defensa del proyecto por parte del acadĆ©mico constitucionalista de centro-derecha, tambiĆ©n doctor en derecho, JosĆ© Francisco GarcĆ­a para The Clinic

MƔs info:

(Para leer textos en inglĆ©s sin saber el idioma, se recomienda pasar el texto copiando y pegando en el traductor online Deep L, considerado el mejor traductor gratuito del mundo incorporando reciente tecnologĆ­a de inteligencia artificial —conocida como Ā«aprendizaje profundoĀ» con las llamadas redes neurales artificiales).