Elisa Neumann
Psicóloga
Dra. Ciencias Sociales y Políticos

En junio del 2021, Maite Azúa[1], joven economista feminista. escribía un artículo acerca de las modalidades punitivas y persecutorias con las que se enfrenta el problema del tráfico de drogas en nuestro país. En su texto daba cuenta de cifras que deben ser consideradas en vista de los últimos acontecimientos. Me refiero a la campaña de demolición de casas de gente humilde, que no dispone de los recursos para regularizar sus propiedades. Por lo general, viviendas estrechas, insuficientes que no permiten una vida digna.

En su artículo, Maite Azúa entregaba cifras que muestran que en estos últimos 20 años la población de mujeres encarceladas a nivel mundial ha aumentado más del doble. El principal motivo de encarcelamiento es el delito de drogas, y Chile no es la excepción. Sin embargo, esto no se ha traducido en un golpe efectivo a los núcleos centrales del crimen organizado y el tráfico de drogas. Sólo afecta a su eslabón más débil: las mujeres pobres. La mayoría de ellas jefas de hogar, de baja escolaridad y a menudo víctimas de violencia. Por tanto, no se cumple con el objetivo de desbaratar la organización criminal. Son apenas el último eslabón del microtráfico.

Algo similar, y con gran espectacularidad mediática ha estado efectuando el Alcalde Carter de La Florida, en una campaña propagandística de gran resonancia. Lo hemos visto como convoca a la prensa, radio y televisión para dejar un registro de sus operativos y de su “heroica lucha” en conta del narcotráfico. Bajo el amparo de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, procede a destruir ampliaciones no debidamente inscritas en la municipalidad. Su argumento, es que tendría información proveniente de Fiscalía de que dichas casas serían centros operativos de tráfico de drogas.

La primera de las casas afectadas era arrendada por una pareja de inmigrantes, con sus hijos pequeños, dedicados a la producción de eventos infantiles. Ellos fueron desalojados violentamente con sus niños, a pesar de las súplicas y angustia de la joven mujer. Carter señaló “Griten todo lo que quieran, pero se va a cumplir la ley y no nos van a intimidar. La señora tiene que hacerse responsable de esta realidad. Es evidente que saben que el dueño de la casa es ‘El Macaco. Ella tiene que hacerse responsable. Cabe preguntarse, ¿Tienen muchas alternativas para arrendar los migrantes?

Rodolfo Carter dejó en claro que “sabíamos que esto iba a pasar. Sabíamos que nos iban a tirar niños y mujeres encima. Por eso personal femenino se ha hecho cargo de este tema”. Si bien no tiene ninguna evidencia para sostener sus afirmaciones, da a entender que la familia sería también narcotraficante. Afirma, “el lavado de dinero es más viejo que el hilo negro”, como si un humilde almacén pudiese servir a esos propósitos. Ante la insistencia de los periodistas si tienen o no vinculación con la banda de narcotraficantes responde: “Por supuesto que sí, ese es el meollo del asunto”

[1] Prohibicionismo y género. Disponible en Artículo-VII.B-Prohibicionismo-y-género-1-1.pdf (fundacioneutopia.org)

En la segunda casa afecta a demolición, en la cual también residen niños, la madre se encontraba detenida en prisión preventiva por tráfico de drogas. Una joven, corre y llora confundida frente a la casa. Carter señala: “Estábamos preparado para un escándalo, se trata probablemente de que nos buscan funar. Acá es siempre lo mismo, niños, mujeres, gritos. Los narcotraficantes siempre usan a las mujeres y a los niños para vender sus drogas o atentar en contra de otros, como en el sicariato…Vamos a seguir igual. Son familias que están vinculadas de alguna forma, afectiva, socialmente, con estas bandas”. Refiere que es una disputa por el territorio, hay que quitarles el poder a los narcos. “Nadie tiene derecho a someter barrios completos con la impunidad con que han actuado hasta ahora”. Defiende su idea de derribar estas viviendas, supuestamente vinculadas al narcotráfico, pues tiene un enfoque preventivo. “Ya sea en el pasado, en el presente o en el futuro se prestan para esconder bienes, armas, drogas que podrían ser usadas para narcotráfico, armas, albergar soldados”. Más aún, insiste Le vamos a empezar a demoler esas ampliaciones ilegales, que de viviendas sociales pasaron a ser un búnker, también conocidas como ‘caletas’.”

En esta ocasión, ¿cuál es el crimen? La madre cometió un delito, se encuentra en prisión…Los hijos al  parecer al cuidado de la hermana mayor. La mujer ya está encarcelada, pero el alcalde le destruye su vivienda.

Ya en la tercera demolición los vecinos responden airadamente, solidarizan con su dueña, mujer pobre, madre soltera, cuyo hijo, que hace tiempo no vive con ella, ha sido detenido efectivamente por narco tráfico. Para justificar su acción sindica de narcotraficantes al conjunto del barrio. Se justifica, los otros eran barrios de clase media- “Hubo más resistencia porque es un barrio totalmente distinto. Es una zona en que se vende droga a diestra y siniestra. Por lejos el punto más complicado de la comuna. Lo que hay en el entorno es una red de apoyo muy brutal”

En televisión veremos como la desesperada mujer logra ser apenas oída “Yo no vendo drogas. Yo no vendo drogas, por eso están aquí todos mis vecinos. Soy dueña de esta casa desde el 85. Mi hijo no vive conmigo. Mi hijo está preso ahora, pero no vive conmigo. No lo sacaron de mi casa, lo sacaron de otro lado donde vivía. Yo vendo comida, hago empanada.”

Ante estas imágenes Carter, con su soberbia e indiferencia contra los más humildes dirá: “En cualquier proceso va a ser lo mismo. En el 1° desalojo fue la señora de los muñecos Disney, después que había niños. Y en este caso es la Sra. Elena”. Insiste que la vivienda ha sido sindicada por el Ministerio Público, a través de una investigación policial donde se determinó la existencia de una caleta de narcotraficantes. “Se va a hacer cumplir la ley. No tengo miedo Vamos a proceder y lo vamos a hacer. No tenemos miedo y vamos a avanzar. Esta es la forma en que opera el narco. ¿o ustedes no saben que el narco tiene soldados que los defienden?”

Se muestra frente a las cámaras como un justiciero implacable, dispuesto a correr riesgos. A enfrentarse al narcotráfico

¿Sus pruebas? Suposiciones banales, carentes de fundamento. En la primera demolición la casa era de propiedad de un narcotraficante y se la arrendaba a un matrimonio de migrantes. En el segundo la dueña de casa ya estaba detenida por narcotráfico, en la 3 el hijo detenido por el mismo motivo ni siquiera vive con ella.

Espanta la farándula y mediocridad de la política y la prensa en nuestro país. Se lanzan frases al viento porque causan efecto, porque venden. Se daña la honra de gente marginada, sin redes de apoyo, que le ha sido negado el acceso a la educación y a un trabajo digno.

Ni un espacio para la investigación, para el pensamiento. Imágenes que apelan solo a lo irracional sensible, que impiden una reflexión seria sobre el problema.

El 20 de marzo de 2022 el diputado liberal Vlado Mirosevic en un tuit hará un llamado a los alcaldes progresistas a seguir el ejemplo de Carter, calificando las precarias viviendas, de ampliaciones irregulares como monumento a la impunidad.  “Son castillos de quienes se creen señores feudales en nuestras poblaciones”

Tal como lo evidencia la investigación de Azúa, el problema de las drogas en un flagelo a nivel mundial. Desde que Nixon en 1970 le declaró la guerra a la droga, promoviendo una política punitiva y prohibicionista, ésta se ha extendido en Latinoamérica una. Su resultado ha sido reforzar el mercado ilegal y la corrupción. Mientas no se tomen medidas efectivas para apuntar a las causas estructurales de la pobreza, y se implementen programas eficientes de salud mental, este problema no podrá ser resuelto,

Por último, si se desea efectivamente detener el narcotráfico la acciones debiesen dirigirse hacia el Puerto de San Antonio que ha sido sindicado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito como el principal punto de tránsito del tráfico de cocaína proveniente de Colombia y Perú con destino a Europa.