iElisa Neumann
Psicóloga
Dra. En Ciencias Sociales y Políticas

 La médico Cordero ha impactado a la opinión pública afirmando públicamente que la Senadora Fabiola Campillay “No es ciega. Yo la he visto votar y ve por un ojo”. Negando el grave traumatismo ocular del cual padece. Peor aún, ha intentado justificarlo diciendo “Ella llamó a incendiar Chile”. Con ello no sólo denigra y estigmatiza a la senadora, lo hace también con las más de 450 víctimas de trauma ocular, que llevó a una reconocida revista médica a hablar de una epidemia de ceguera nunca antes vista a nivel mundial.

Personajes como éstos, son el resultado de una política sostenida de impunidad de los crímenes de ayer y de hoy. Si no existe justicia, no se establece la Verdad Jurídica, y menos aún se sanciona socialmente el fundamento básico de la convivencia social: “No matarás a tu semejante”

La médico Cordero, debiese tener como profesional de la salud, y en particular de la salud mental una sólida formación ética basada en los derechos humanos. Sin embargo, ello le es totalmente ajeno. Baste recordar el asunto de las licencias falsas, que le valieron la expulsión del Colegio Médico.

Cabe señalar, que este comportamiento de la Sra. Cordero es recurrente, no sólo un exabrupto. Al parecer, parte de una estrategia comunicacional tendiente a descalificar a quienes son sus rivales políticos.  Así, por ejemplo, en el curso de la campaña electoral efectuó un diagnóstico de Boric en base a su lenguaje corporal. Cometiendo varias transgresiones: efectuar un diagnóstico fuera del marco de la atención clínica y además hacerlo público. Más aún, divulga información clínica privada, lo cual es un serio atentado a los derechos de los pacientes. Empleando categorías añejas, ha sostenido que Boric es “enfermo mental”, pues debió someterse a internación clínica, insinuando que no está en condiciones de ejercer la Presidencia de la República. Realidad que el Presidente Boric no ha ocultado.

Es alarmante que una médica-psiquiatra efectúe declaraciones que sólo conducen a reafirmar las estigmatizaciones y prejuicios por los cuales las personas que presentan trastornos de salud mental han sido excluidos, marginados y estigmatizados durante siglos. Para contrarrestar opiniones acientíficas como la de esta médica, la Psiquiatría Social en Chile ha desarrollado programas orientados a erradicar estas concepciones añejas, y a relevar la importancia de las determinaciones sociales en salud. Sus Comentarios yatrogénicos afectan, no sólo al Presidente, sino también a todos quienes presentan algún problema de salud mental. Estudios con pacientes internados por diagnósticos de esquizofrenia, muestran que los prejuicios y estigmatización que recae sobre ellos, así como la negativa a darles empleos, limitan severamente su recuperación.

Lamentablemente, Chile no tiene una regulación eficaz de Ley de Medios que impida que se viertan con total impunidad comentarios como los de la médica Cordero. Y a ello habría que agregar, la no existencia de la tuición de los Colegios Profesionales sobre la ética en el ejercicio de la profesión. Ello permitía, con causas fundadas como las que incurre la Médica Cordero, impedir que continúen ejerciendo, pues el daño que ocasionan no es sólo al afectado directo, sino también al conjunto de la sociedad. Comportamientos como los descritos pervierten el vínculo de confianza fundamental para el ejercicio clínico.

Es de esperar que la Comisión de Ética del Parlamento condene eficazmente este actuar. Y de ser posible se desarrollen las acciones judiciales que permitan que un ser tan deleznable para la convivencia social pueda ser removida de su función parlamentaria.

Infamia: Maldad o vileza en cualquier línea.
Cuando al cobarde ya le es esquiva la fama, vuelve a donde siempre está cómodo: la Infamia.