Como la delincuencia se ha convertido en un tema relevante para los chilenos por razones obvias, es que decidimos escribir sobre delincuentes: los de ahora y los de siempre.
Quizás deberíamos titular esta sección “Delincuentes Chilenos Célebres” o algo por el estilo, y por qué no: asesinos y criminales.

Les hablaremos una historia conocida de dos delincuentes, un parcito que hizo historia y sus consecuencias aún las padecemos. Lucía y Augusto.

En éstos días, el Comité de Defensa del Estado espera poder acceder a la apertura del testamento de la veterana delincuente a ver si los Chilenos logramos rescatar algo del botín.

El Consejo de Defensa del Estado, organismo que busca recuperar parte del millonario botín obtenido de manera ilícita por el dictador -perjuicio estimado en US$ 17,8 millones-, puso una demanda por “provecho de dolo ajeno” dirigida en contra de los 16 miembros de la sucesión de Pinochet. La apertura del testamento, en el fondo, buscaría saber si algunos de los descendientes aparece en el documento y si éstos estarían dispuestos a “aceptar o repudiar” la herencia.
Pero una de sus socias en Cema Chile, María Luisa Oettinger, no aparece para la apertura, trámite legal necesario.

Vamos por los hechos: Ella.
A través de la Organización política CEMA Chile organizada para amansar adherentes mujeres a la Dictadura, ofició como organismo de soplonaje y además para blanquear bienes públicos que le traspasaba el marido ladrón en jefe y que la veterana y su séquito de cómplices administraba .
Su marido se encargó de traspasar bienes públicos a la Fundación Cema, los que después fueron liquidados, dineros que abultaron le botín conseguido por ambos delincuentes.

“Es impresionante como ella mintió y se hizo la tonta diciendo en los procesos judiciales que no sabía nada. Sin embargo, ella participó, y eso está probado, en las compras de propiedades -más de 230-, compras de los seguros y también participó en el ocultamiento de la fortuna en paraísos fiscales. Ella se apropió de los Centros de Madres, creando Cema Chile, y los reestructuró para su usufructo personal. Comenzó a colocar personas cercanas, hijas, sobrinas y otros parientes, con elevados sueldos, y a la vez se adueñó de muchas propiedades fiscales a lo largo del territorio nacional. Cema Chile se convirtió en una inmobiliaria de la mano de Lucía Hiriart, quizás en una de las más importantes que ha tenido el país. En el expediente hay un listado de las propiedades y costó mucho reconstruirlo porque ella trató de borrar rastros, ya que cuando se vio en apuros, comenzó rápidamente a vender con la ayuda de su abogado preferido Víctor Avilés, padre de Lucy Avilés casada con Benjamín Walton, el heredero Walmart. ¿Dónde fue a parar ese dinero de las propiedades? Yo creo que nunca la justicia ha querido investigar de verdad.” Asegura Mónica González entrevista en The Clinic

La criminal está detrás de la construcción faraónica que mandó a construir el dictador, llamada mansión de Lo Curro. Una inversión millonaria en medio de la peor crisis económica que Chile recuerde el año 1982.
Lucía Hiriart pensaba eternizarse en esa “faraónica mansión” de Lo Curro. Sería su reino donde viviría hasta sus últimos días: su fortaleza de cristal construida en lo alto de Santiago para seguir controlando junto a su marido la terrorífica dictadura.
“Mandó a construir un baño para ella y para Pinochet con espejos desde los techos al suelo, incluyendo espejos frente a las tazas de los baños. Era muy ridículo. Además, de comprar sólo para su baño una lámpara de lágrimas carísima que adquirió en Atika. Las canchas de tenis, por ejemplo, las mandó a hacer de nuevo”, comenta Mónica González. Tras las repercusiones de su reportaje de la revista Cauce, la familia Pinochet Hiriart no pudo ocupar nunca la mansión de Lo Curro, que finalmente fue traspasada al Ejército.

La casa contruída por este par de delincuentes se parece bastante a una fortaleza construida en seis niveles, dos de los cuales son totalmente subterráneos. Para levantarlos fue necesario dinamitar el cerro Lo Curro, desplazando 500 mil metros cúbicos de tierra (equivale a las excavaciones necesarias para construir 150 mil viviendas mínimas).
El terreno, como está dicho, tiene una superficie de 80 mil metros cuadrados, de los cuales seis mil están construidos. El total del terreno está rodeado por rejas altas y controlado a través de un circuito cerrado de televisión cuyas cámaras auscultadoras están a la vista en una serie de casetas en altura pintadas de blanco.

Describir los lujos de la mansión nos llevaría un tiempo interminable: si se construyera hoy sería de un presupuesto inaceptable e incalculable, talvez solo comparable a las mansiones de un jeque de Qatar.

Mónica González los vuelve a denunciar por otra mansión, la de “el Melocotón”, razón por la que fue llevada a los tribunales militares para amedrentarla.
Hay suficiente evidencia que la veterana sabía e instigaba a su marido bruto en la comisión de los crímenes que cometían: mandaron a asesinar al general Carlos Prats y su esposa, que habían sido muy generosos con ella y su marido. Ella le brindó protección a su Compadre Manuel Contreras una vez que se descubrió que fue este criminal que planificó el asesinato de Orlando Letelier y Ronnie Moffit en Whashington, por orden de su marido.

Contar los crímenes de ambos delincuentes es material para varios libros. Lo que es claro y evidente que son los mayores delincuentes que la República recuerde: él, un asesino en serie, ella cómplice e instigadora.
Libraron porque una buena cantidad de civiles los apoyaron (y aún los apoyan silenciosamente por los favores concedidos) y que gracias al trabajo sucio de estos criminales lograron una aventajada posición política y económica en la sociedad Chilena actual.

Él: Augusto el mediocre, nunca tuvo una carrera brillante de no ser adulador y servil a otro general que le antecedía. Invitado de última hora al Golpe siendo que pocos días antes ofrecía a Allende que lo deje salir a matar momios.
Oportunista, dejó a su familia a pasos de la Cordillera para asegurar su huida en el caso de fracasar. Puso su famila al cuidado del coronel Renato Cantuarias Grandón, militar constitucionalista y partidario de Allende, Director de la Escuela de Montaña Los Andes, y al que Pinochet confiaba que le respetaría sus derechos humanos básicos en caso de fracasar el Golpe. Aún así, culminada la asonada traicionara, Pinochet mandó a asesinar a Catuarias Grandón. Dirigió el golpe escondido en Peñalolén en contraste con el Presidente de la República que combatió a balazos la asonada traicionera.

Ladrón, coimero, traidor, simplón, corrupto. De no haber sido que una clase social y los intereses de USA que requerían sus servicios criminales, habría pasado sin pena ni gloria.
Mandó a asesinar a su ex Comandante en Jefe el General Carlos Prats Gonzáles y a su esposa, con un bombazo atroz que esparció sus cuerpos destrozados en un barrio de Palermo, Argentina.
Hace pocos el actual Ejército reconoció la autoría del crimen por parte de los esbirros del dictador.
Era el criminal perfecto que les haría el trabajo sucio: Con el tiempo sus patrones desconocerían los crímenes que cometió llamándolos excesos de los que nada sabían.
En plena democracia fue capaz de sacar los milicos carapintada a metros del palacio de Gobierno para lograr impunidad por los cheques de 3 millones de dólares que robaron para dárselos a unos de sus hijos inútiles, caso conocido como los Pinocheques.

Se cagó el los pantalones el día que Scotland Yard fue por él a London Clinic y logró librar de la cadena perpetua declarándose demente. Un raspador de olla viajó a Londres a limpiarle la caca. Raspador de caca.

Abandonado por la élite empresarial cuando esta supo que además de criminal era ladrón. Ya no les servía el gorila. (perdón porque ofendemos a los gorilas).
Hasta la viuda se vio obligada a devolver parte del botín que no alcanzó a esconder o liquidar.
Pasó a la historia de Chile como debió serlo: criminal, ladrón y coimero.
Defendido por la derecha chilena en pleno, más la traición bastarda a las víctimas de los personeros de la Concertación que se prestaron para el tongo de declararlo «demente» para poder burlar la Justicia.

Augusto el mediocre inició la tradición y la carrera de una larga lista de Comandantes en Jefe que hasta hoy desfila en tribunales por ladrones y corruptos. Es su herencia.

Lanzó mujeres embarazadas, jóvenes, amarrados a un riel al fondo del mar o a una fosa clandestina. Torturó a miles y miles de chilenos en cárceles clandestinas.
Hizo desaparecer personas y no tuvo la decencia de enfrentar a las madres y padres de sus víctimas a la cara.
Hizo detonar una bomba destrozando al ex-Comandante en Jefe Carlos Prat y a su esposa. Fue capaz de hacer un atentado terrorista en pleno Washington a metros de la Casa Blanca y asesinar a un ex Canciller y a su secretaria norteamericana.
Parte del botín fue detectado en el Banco Riggs, depositado por militares delincuentes que lo ayudaban a esquilmar los fondos públicos y los gastos reservados.

Sin duda los mayores criminales conocidos en la Historia de Chile.