Si tienen hij@s adolescentes sabrán que por cada pregunta que uno formula recibe, como única respuesta,  un “NO SÉ, me da lo mismo”. Me ha pasado que, he preguntado, en tono de medio broma medio aburrida, ¿Quieres queque o caca? y he recibido la misma respuesta, “no sé”.

Este 4 de septiembre, la pregunta es fácil de responder, ¿queque o caca?, ¿nuevo pacto social o constitución del 80? Me parece que la respuesta es muy clara.

Durante los últimos 40 años, las reglas del juego, rígidas he inamovibles, han sido tremendamente dispares, favoreciendo a una élite que ha acumulado riquezas, adueñándose del mar, del litio, del agua etc etc.  Estas reglas del juego permitieron el financiamiento irregular de la política, clases de ética para quienes defraudan al fisco, solo si son parte de esa élite.  En otras palabras, un rayado de cancha que normalizó la sinvergüenzura y el abuso.

La actual constitución permite que las utilidades de la banca en el primer trimestre 2022 alcanzaran más de $1,3 Billones, vale decir, «diariamente» obtuvieron utilidades por $14.678 millones, mientras que el 50,0 % de los trabajadores gana menos de $420.000 brutos. Permite que  apenas el 1% de la población centra una riqueza del 26,5% mientras que el 54,7 % del total de ocupados en Chile, no podría sacar a una familia promedio de la pobreza (59,9% en el caso de las mujeres y 51,2% para los hombres), lo cual da cuenta de los elevados niveles de precariedad que existen en el mundo del trabajo.

El 4 de septiembre, tenemos la posibilidad de elegir un nuevo pacto social, unas nuevas reglas del juego más justas, que permitan ser modificadas en la medida que la sociedad avance.

Podemos elegir una nueva Constitución que permita tener pensiones de vejez dignas, salud y educación de calidad, que los corruptos no puedan ocupar cargos públicos.

Puede que la nueva Constitución no sea una torta gourmet pero si es un rico queque que alcance para todas y todos.

Así las cosas es fácil elegir, ¿queremos queque o caca?