El delincuente poderoso tiene redes para ocultar el delito, para esconder el cadáver o culpar a otros. Pero si llega a los tribunales, goza de privacidad, no hay fotos de sus rostros ni publicidad de sus nombres en los medios de los poderosos. Hay muy pocos delincuentes poderosos en la cárcel y, generalmente, están de paso. Los poderosos cuidan a sus delincuentes, no olvidan que fueron «cachorros de buenas personas», «gente como uno». Un delincuente poderoso se duerme culpable y amanece inocente, incluso puede llegar a ser presidente de la república.

La inmunidad de los poderosos, aumenta su poder. Los delincuentes poderosos cometen grandes delitos, con botines multimillonarios como: yacimientos mineros, miles de hectáreas de tierras y bosques, carteles de precios, fabulosas cuotas de pesca, jugosas «pasadas» financieras, monopolios legalizados, perdonazos tributarios… pero en esos atracos no caen los delincuentes poderosos, a lo más, paga algún delincuente semi-pobre, el de los mandados.

Según Umberto Eco, Ionesco dijo una vez que «solo cuentan las palabras; lo demás son chácharas»

Las palabras que inculpan a los poderosos, las que contienen sus nombres y tropelías, la mayor parte, está en medios no prostituidos, los escasos existentes, esos que resuenan poco. Y, a veces, también los medios del poder publican y denuncian para que nadie diga que no son «serios y objetivos», no olvidemos que los poderosos cuidan sus armas, para que no pierdan el filo.

Quién sabe los nombres y apellidos de los ejecutivos que coludieron farmacias; o dirigían La Polar durante su mega estafa; quién tiene acceso rápido a los delitos de Moreira, de los Larraín o Lavín; dónde busco los casos que inculpan al presidente de la SOFOFA, a la familia Von Appen; cómo me entero cuál es la vida pasada este candidato UDI, RN o Republicano; cuál es la historia de este ex-alcalde tan homenajeado por la derecha; en fin, ¿cómo acceder fácil y rápidamente a las palabras que incriminan a los poderosos?

No es fácil, esas palabras son fugaces y no son multiplicadas por mega cajas de resonancia, esas que funcionan tan bien cuando se trata de delincuentes pobres. Adicionalmente, las imágenes de estos poderosos son lavadas una y otra vez, hasta dejarlas impecables. Por eso tenemos delincuentes opinando (acerca del país, la política, la ética y moral !) desde sus prestigios impecables, influyendo desde los medios poderosos y, hoy día, encabezando el organismo que redactará la nueva Constitución.