A raĆz del nuevo proceso constitucional que se ha comenzado a gestar en nuestro paĆs, han comenzado a reaparecer frases que se clavan como puƱal y que comienzan a ser repetidas por muchos, dos de ellas son: Ā«los constituyentes se dieron un gustitoĀ» y Ā«la autocrĆtica que se deben hacerĀ».
No creo que los constituyentes se hayan dado ningĆŗn gustito. La elaboraciĆ³n del proyecto constitucional que la ciudadanĆa no aprobĆ³ (y que comprendo que estaba en su derecho no hacerlo porque cada quien era libre de aprobar o rechazar) fue hecho en su mayoria por personas que se tomaron en serio su pega. Tuve la posibilidad de conocer gente maravillosa, y de trabajar con equipos que buscamos aportar desde nuestras sapiencias. Hicimos llegar nuestros aportes a varios constituyentes, intercambiamos opiniones y pensamientos, sueƱos y esperanzas con muchos, por lo menos ese fue mi caso. Y ninguno de ellos se pasĆ³ el tiempo en sus casas, o paseando como algunos lo hicieron ver. Por tanto desestimo el que la convenciĆ³n se diĆ³ un gustito.
Lo segundo es la idea flagelante de que se debe hacer un mea culpa de lo sucedido. Eso me recuerda la constante perorata que se alude a la izquierda que participĆ³ del gobierno de la UP, a la que cada cierto tiempo (y este aƱo, en que se cumplen cincuenta aƱos del golpe de estado) se le pide que haga una reflexiĆ³n sobre los errores cometidos (nunca de los aciertos) durante su gestiĆ³n. A los constituyentes hoy se les pide (no a todos, por supuesto, sino al sector progresista) que haga un mea culpa sobre el fracaso del proyecto constitucional.
Sin embargo, yo no he visto a ningĆŗn personero de los partidos de izquierda, centro y derecha que fueron parte de los gobiernos que rigieron al paĆs despuĆ©s de la recuperaciĆ³n de la democracia, pedir perdĆ³n por los desaciertos que tuvieron y que provocaron el estallido social del 19. Porque todos fueron responsables, todos cargaron con una mochila de deudas en salud, educaciĆ³n, vivienda. Es verdad que hubo muchas cosas buenas, y que hubo logros y Ć©xitos. Eso es innegable (fueron cuarenta aƱos) pero que habĆa cosas que no estaban bien, eso es real, pero de eso nadie ha dicho nada, a lo mĆ”s algunos se escudaron en el Ā«no lo vimos venirĀ». Pero si muchas veces se les preanunciĆ³, se les dijo, el problema es que no quisieron escuchar, ver, ni entender.
Generaron polĆticas de acuerdos, transaron, se acomodaron al modelo econĆ³mico. Nos vendieron humo. En el plebiscito se les dijo Ā«no queremos la intervenciĆ³n de los partidosĀ».
Y hoy, son los mismos partidos que tras el Ā«rechazamos para reformarĀ» y Ā«rechazamos pero con amorĀ». Primero bajo una campaƱa de desprestigio salvaje hacia la ConvenciĆ³n Constitucional, aprovechando ciertas coyunturas, y luego con el apoyo de medios de comunicaciĆ³n y redes sociales instalaron en la poblaciĆ³n una serie de dudas y falsedades que la gente comprĆ³. Y gracias a eso ganĆ³ el rechazo con el 62%.
El proyecto constitucional Āæera excelente? No, tenĆa posiblemente muchos errores. Pero a mĆ por lo menos, no me pueden decir que fue hecho entre cuatro paredes. Fue un proyecto dialogado, con aportes de organizaciones sociales, personas de base. FaltĆ³ afinamiento y un montĆ³n de cosas. Creo se podrĆa haber mejorado.
ĀæEra bueno? Si, porque consideraba una serie de elementos que creo deberĆan estar presentes. Un estado social, basado en los DDHH.
ĀæEra malo? No. Perfectible si, malo no.
El problema es que la gente por lo leĆdo se llenĆ³ de miedos y el miedo nubla, paraliza. Y como el miedo a lo nuevo hace que nos quedemos con mĆ”s cebollas de Egipto…hoy estamos en un proceso que se construirĆ” sin la participaciĆ³n ciudadana (todo para el pueblo pero sin el pueblo) con expertos designados por los partidos polĆticos (a los que se les habĆa pedido que no estuviera porque son parte del problema) luego con una convenciĆ³n que no sĆ© cuĆ”l serĆ” su rol, porque deben regirse por la cancha ya rayada y no se podrĆ”n salir de los bordes trazados. Y luego en un nuevo plebiscito en el que nos dirĆ”n Ā«estĆ” sĆ, estĆ” sĆ es buenaĀ» para mĆ personalmente serĆ” como el canto de la sirena….
Soy porfiado, lo reconozco, y tal vez por eso, me niego a decir que fracasamos. Creo que el tiempo mostrarƔ que no estƔbamos equivocados. Tal vez habrƔ que buscar otras estrategias. Pero este modelo que nos estƔn vendiendo yo por lo menos me niego a comprarlo. No me gusta y estoy en todo mi derecho.
A mĆ el problema estĆ” en que aprobemos una Constitucion que tendrĆ” los mismos vicios que la de pinocho pero es aprobada en democracia. Por ende me podrĆ”n decir, cuando reclame Ā«Ć©pale, estĆ” es democrĆ”tica asĆ que te la bancasĀ».
Yo prefiero buscar un momento propicio para una nueva arremetida. Es solo eso. Total, con la del dictador ya sabemos hacia donde caminamos, con la nueva, ni idea.
Alejandro. Frente Cacerola