“Los alrededores de La Vega es un asco. Tienen hecho mierda todo. Otra vez los extranjeros, especialmente los haitianos que venden unos pollos rellenos con no sé qué hueá que nadie compra (sic). Trajeron esa cultura de mierda y tú te tienes que encerrar a comer adentro”.
“Córranle balas a todos. La policía tiene que hacer uso de ese derecho, ojalá se los piteen a todos, porque más encima van a ser un gasto de casi un palo en la cárcel”.
Pablo Herrera, Cantautor Chileno, marzo de 2024

Las frases dichas por el conocido cantautor nacional han causado profundo malestar en la comunidad haitiana en Chile y en agrupaciones ligadas a la defensa de los DDHH y por otra parte genera en la Ultraderecha Chilena, incluyendo grupos neonazis, neofascistas, republicanos y xenófobos, un éxtasis de algarabía patriótica… «es lo que muchos pensamos se oye decir…»
Las ideas de Pablo Herrera no son tan novedosas ni nuevas: en la primera mitad del Siglo XX tanto Hitler, Mussolini y Franco las implementaron en Europa donde los indeseables eran judíos, comunistas y gitanos. Y salieron a correr balas, hornos y cunetas…
Convengamos que estas ideas brutales abundan en un primer grupo de simpatizantes del nazifascismo,  en una estrecha ligazón con  ideas partidarias del racismo, la discriminación y el exterminio de los inferiores. Pero también existe la posibilidad que sean expresadas con liviandad y simpatías en un segundo grupo de personas con bajo acervo cultural, un evidente desconocimiento de como ha evolucionado la sociedad, la economía mundial, la democracia  y una muy escasa cultura carente de buena literatura, limitado razonamiento: a esas personas que podemos llamar sin complejos como gente ignorante y en algunos casos a los que podemos definir como idiotas y hasta imbéciles.
Todo indica que el Sr Herrera no pertenece al primer grupo.
A estas alturas que no debería ser discutible planteamientos básicos como que «la pobreza no se elige». Millones de niño/as nacen día a día y apenas razonan se enteran que no tienen nada, que al mundo al que llegaron no tiene nada para ellos, salvo dolor y sufrimiento, que lo que les toca es escapar de bombas, o caminar cientos de kilómetros por desierto o selvas, o en un a balsa precaria acompañando a sus padres que buscan con remota esperanza llegar a un lugar donde accedan a un trabajo que el menos les permita darles de comer, expuestos a que algún idiota en algún lugar recóndito les moleste su miseria y piense que una buena alternativa es correrles bala.

 

“Yo acuso a la propiedad privada de privarnos de todo”  escribía Roque Dalton en los ‘70s. “Un obrero sin trabajo, no importa que sea o no sea marxista, no importa que sea o no sea cristiano, no importa que no tenga ideología política, es un hombre que tiene derecho al trabajo y debemos dárselo nosotros”. Pregonaba Salvador Allende. ¡Que distancia se observa con los grandes pensadores del siglo XX!

“Córranle balas a todos.” Es la frase con la que pasará a la Historia Pablo Herrera, que no ocupará ningún sitial al lado de algún connotado fascista, pero si en la cima con los laureles del segundo grupo aludido.
No sería necesario que salgas con una frase absurda como que “no quisiste decir eso porque tu mejor amigo en la vida es haitiano” : suena demasiado ridículo. Solo tenías que razonar unos minutos entes o consultarle a alguien con criterio que se encuentre cerca.
Soy de los que escucho tus canciones desde tus inicios y más de alguna vez te vi en vivo en un café concert donde todos éramos antipinochetistas. Abrigábamos la esperanza que tus canciones melosas sobre amor escondían un profundo compromiso con el amor por la humanidad como Sivio (¿te molesta Mi Amor? Dedicada al compromiso de la lucha antiimperialista). Bueno acabo de confirmar que solo cantabas canciones bobas y melosas, algunas buenas pero no más de ahí.
Solo me queda agregar que cuando careces de conocimiento básico de temas muy complejos, los mejor es cerrar la boca. O Instruírse, leer, educarse. O solo cantar canciones melifluas, que es otra alternativa. No nos habrímos dado cuenta.
Cordialmente

 

Don Cacerola