HƩctor Ɓlvarez Torres

Abogado Universidad de Chile

Profesor Escuela Sindical Clotario Blest y Escuela Sindical Alfonso Pastene Uribe de la Central AutĆ³noma de TrabajadoresĀ 

Escribo estas lĆ­neas el 19 de diciembre de 2022, en un momento en que el gobierno y el parlamento, con prĆ”cticamente todos los partidos que lo componen, celebran un nuevo acuerdo ā€œconstituyenteā€, cuyo propĆ³sito cada vez mĆ”s desembozado es blanquear la constituciĆ³n pinochetista-laguista, legitimando el orden neoliberal instaurado a sangre y fuego hace 49 aƱos.

Y escribo estas lĆ­neas precisamente un dĆ­a 19 de diciembre, un dĆ­a en que hace ya 98 aƱos, se suicidaba Luis Emilio Recabarren, gran lĆ­der y figura seƱera de la clase obrera en las primeras dĆ©cadas del siglo XX, al que VĆ­ctor Jara le escribiera una canciĆ³n en el Ć”lbum Pongo en tus manos abierta, de la cual aĆŗn resuenan en mis oĆ­dos ā€œRecabarren, Luis Emilio Recabarren, simplemente, doy las gracias por tu luzā€.

Luz que, entre otros hitos, se manifestaba un 13 de septiembre de 1924, cuando Luis Emilio Recabarren publicĆ³ un artĆ­culo en la revista Justicia, Ā en el cual junto con expresar la desconfianza que le suscitaban los militares, adherĆ­a a su Manifiesto y a la idea de una Asamblea Constituyente

DecĆ­a:

ā€œĀæquĆ© ConstituciĆ³n y quĆ© leyes fundamentales y esenciales querrĆ” darse al pueblo de Chile?

ĀæQuiĆ©nes lograrĆ”n dirigir las finalidades de la gran Asamblea Constituyente en perspectiva?

Si el proletariado divide sus finalidades y sus doctrinas en dogmatismos estrechos perderemos la oportunidad de ganar esta jornada, que ganada significarĆ­a un gran paso en el camino de la RevoluciĆ³n Social.

Por lo tanto el momento presente es el mƔs culminante de nuestra historia.

Si la Asamblea Constituyente va a ser una libre asamblea, es el proletariado quien tendrĆ” mayorĆ­a en esa Asamblea, y si el proletariado en mayorĆ­a no sabe guiarse, serĆ” la clase capitalista, en minorĆ­a en esa asamblea quien gana la partida.

Esta es, pues, nuestra advertencia.

Y nuestra voz de orden es: Ā”Unirse y trabajar! Es decir trabajar creando y dando formas a las ideas que deben llevarse a la Asamblea Constituyente.

Ā”A la labor y a la labor activa, todos!ā€

Entonces, por primera vez en la historia de Chile, otros actores, los sectores populares, especialmente el movimiento obrero organizado, intentaron hacer oĆ­r su voz en el debate constitucional. Llevaban varios aƱos interesĆ”ndose por este tipo de cuestiones. Las gigantescas movilizaciones impulsadas durante el bienio 1918-1919 por la Asamblea Obrera de AlimentaciĆ³n Nacional habĆ­an puesto en el tapete de la discusiĆ³n entre vastos sectores de la clase obrera y de las capas medias la necesidad de un nuevo orden social y polĆ­tico.

Hoy vivimos momentos en los cuales podemos constatar que el arco histĆ³rico del desarrollo capitalista no es mĆ”s que un continuo proceso de subsunciĆ³n de la sociedad en el capital, desde la acumulaciĆ³n originaria a la sociedad ā€œposindustrialā€, de la ā€œinformaciĆ³nā€ o de la ā€œtecnologĆ­aā€, un proceso en el que el capital se construye como trama de toda relaciĆ³n, como clave de conexiĆ³n de todo dispositivo, como finalidad de toda iniciativa, en que el capital es concepto y realidad de una relaciĆ³n.

Entonces, en la sociedad del capital tiene el poder quien detenta en el dĆ­a a dĆ­a el poder constituyente, entendido este como un proceso que funda nuevas instituciones sociales y nuevas condiciones de ciudadanĆ­a y que, mientras tanto, transforma y hace funcional todo lo que toca, ya sea viejo o nuevo.

Hoy los criterios de racionalidad y los lĆ­mites de lo posible son establecidos por el Ćŗnico sujeto histĆ³rico existente, la clase empresarial y su proyecciĆ³n en la clase polĆ­tica civil, que hace del Estado, un agente del capital. Evidencia de ellos son las leyes ā€œde protecciĆ³nā€ Ā dictadas durante la pandemia por Covid 19 que vivimos a partir de marzo de 2020, la discusiĆ³n en torno al salario mĆ­nimo, jornada de trabajo y reforma previsional, las que bajo el eufemismo de ā€œprotecciĆ³n de la familiaā€, ā€œprotecciĆ³n del empleoā€, al Ćŗnico que protegen es al mismo empresariado, que mantiene el rentismo como su principal activo y que mantiene capturado el sistema polĆ­tico, lo que se refleja en el ā€œamplio y mayoritario consensoā€ con que se ha aprobado este ā€œAcuerdo por Chileā€ , desde el PC a la UDI; en donde el ejecutivo y el legislativo ha pretendido cubrir de legitimidad las fallas estructurales del ā€œmodelo econĆ³micoā€, que durante ya mĆ”s de 30 aƱos han mantenido esencialmente intocado la obra dictatorial, por lo cual podemos afirmar que la izquierda sigue siendo cĆ³mplice del centro y el centro de la derecha y (para ser bien claros) la derecha de la ultraderecha, en donde ā€œlos derrotados han internalizado el discurso de los vencedoresā€¦No solo lo aceptan, sino que comienzan a hablar en su lenguaje, asume sus mitos, enaltece su triunfo (ergo, acepta gustosamente su propia derrota) y comienza su bĆŗsqueda por ser aceptado como parte integrante de la nueva cultura del victoriosoā€.

Nos hacemos entonces hoy las mismas preguntas que se hacĆ­a Luis Emilio Recabarren en 1924:

ĀæQuĆ© ConstituciĆ³n y quĆ© leyes fundamentales y esenciales querrĆ” darse al pueblo de Chile?

ĀæQuiĆ©nes lograrĆ”n dirigir las finalidades de la gran Asamblea Constituyente en perspectiva? Hoy, ā€œConsejo (tutelado) Convencionalā€

ĀæCuĆ”l serĆ” el sujeto histĆ³rico, polĆ­tico y social que tendrĆ” mayorĆ­a en esa convenciĆ³n?, ĀæserĆ” la clase trabajadora? O nuevamente, como antes en la historia, serĆ” la clase capitalista, aĆŗn siendo minorĆ­a en esta convenciĆ³n, quien gane la partida?

Como Luis Emilio Recabarren y Clotario Blest decimos:

Ā Ā”Unirse y trabajar! Es decir trabajar creando y dando formas a las ideas que como clase trabajadora deben llevarse a una Asamblea Constituyente.

Ā”A la labor y a la labor activa, todos!ā€