Imagen: catástrofe y esperanza ecológica (Fuente)
En este reportaje dividido aquí en tres partes (1. Un mundo en llamas, 2. Un futuro de extremos y 3. No todo está perdido -este artículo-), el canal ecologista Our Changing Climate («Nuestro Clima Cambiante») nos trae un relato impactante sobre los escenarios más terribles que puede depararnos el cambio climático (tratando de no caer, al mismo tiempo, en el fatalismo). Ofrecemos aquí una transcripción y traducción de su contenido en tres artículos. En esta última parte se habla, brevemente, sobre la importancia de no perder la esperanza y disponerse a la acción.
No todo está perdido
Respira profundo y exhala. Donde sea que estés, siente el suelo bajo tus pies. Estos escenarios catastróficos son mucho para asimilar. Pero ten presente que estos son solo futuros potenciales. Aún no se han hecho realidad. Recuerda que estos caminos representan algunos de los peores escenarios posibles.
Hay un 5-10% de probabilidad de que estos futuros ocurran. Tenemos una oportunidad muy real de detenerlos. Así que, en lugar de hundirte en la desesperación por estos futuros catastróficos, utilízalos para motivarte a actuar. Gracias a los compromisos climáticos recientes, la movilización de capacidad renovable en China y Estados Unidos, y al hecho de que ahora, en el 90% del mundo, es más barato instalar energías renovables que plantas de combustibles fósiles, los modelos actuales proyectan un calentamiento de entre 2,7°C y 3,4°C para finales de siglo.
Esto sigue siendo malo, pero ciertamente es un escenario menos grave. Por supuesto, muchas cosas pueden suceder de aquí al final del siglo. Podemos hacerlo mucho mejor que un calentamiento de 2,7°C. Sin embargo, esto requerirá una inmensa presión desde abajo, en forma de movimientos de masas como los que vimos en 2019, combinados con todo tipo de tácticas, como “reformas no reformistas”, bloqueos y, cuando sea apropiado, atacar directamente al capital fósil mediante el sabotaje.
Necesitamos forzar una rápida reducción de la producción y la extracción de combustibles fósiles. Debemos enfrentar directamente al capital fósil, porque cuanto más rápido abolamos los combustibles fósiles, más brillante será nuestro futuro. Hacer la vista gorda e ignorar estos peores escenarios no los hará desaparecer mágicamente. Están acechando en el horizonte, y debemos enfrentarlos para planificar racionalmente la catástrofe que se avecina.
Si usamos estos futuros como leña para encender la pasión y el amor por todo lo que tenemos en este mundo, nuestro futuro podría ser hermoso. Pero si caemos en la complacencia o la desesperación, dejando que otros manejen esta crisis global, el futuro del calentamiento podría ser mucho más oscuro. Porque prevenir un futuro catastrófico requiere la pasión, la organización y el compromiso de todas las personas, en todas partes, para construir un planeta más justo, sostenible y ético.