Imagen: Mohamed Abu Al-Qomasan llora mientras sostiene los certificados de nacimiento de sus bebés gemelos recién nacidos y recién asesinados en un bombardeo por las fuerzas israelíes, en Deir Al-Balah el Martes (Abdullah Al-Attar / Reuters) (Fuente)
Por Victor Serge
Mientras en otros rincones del planeta intentamos llevar una vida más o menos normal, en Palestina miles de personas siguen viviendo el infierno desatado por la furia de Israel. Desde los terribles ataques de Hamas el 7 de Octubre del año pasado, las autoridades locales cuantifican en más de 40 mil las personas directamente muertas en Palestina, y en más de 92 mil los heridos. No obstante, las muertes totales, incluyendo las muertes por causas indirectas pero claramente asociadas a la guerra (como la proliferación de enfermedades, desnutrición, falta de atención médica), podrían ser muchísimas más personas.
En Julio 5 de este año, Rasha Khatib, Martin McKee y Salim Yusuf publicaron para la prestigiosa revista médica The Lancet su artículo Counting the dead in Gaza: difficult but essential (“Contando los muertos en Gaza: difícil pero esencial”). Sin más rodeos, escribieron que, considerando todo, las muertes podrían haber estado ascendiendo a 186 mil o más.
En el proceso, los israelíes han desatado el infierno sobre Gaza, mientras que la violencia y las violaciones a los derechos humanos crecen la en Cisjordania ocupada. Nos enteramos de masacre tras masacre, bombardeos a escuelas y hospitales, a campamentos de refugiados, francotiradores acusados de matar niños intencionalmente. Recientemente se filtraron imágenes en video de una violación perpetrada contra un prisionero palestino, y la sociedad israelí se ha dividido sobre si sus soldados tienen derecho a violar palestinos, y sobre el respeto a las leyes internacionales en general. Algunos israelíes han dicho abiertamente que la violación de prisioneros debiera ser una política institucionalizada, como el periodista Yehuda Schlesinger. Uno de los soldados acusado de la violación descubrió su rostro y apareció en televisión defendieno a su batallón (el batallón acusado) y al ejército israelí en general, como si nada.
En todo esto la intención genocida de Israel ha sido cada vez más clara. En medio de la hambruna misma, el Ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, ha dicho incluso que sería la opción correcta matar a dos millones de palestinos de hambre aunque ni siquiera sus aliados se lo permitirían. Ante preguntas por las órdenes de disparar a matar a protestantes, una funcionaria israelí, Michal Maayan, respondió con que “no pueden poner a todas esas personas en la cárcel”.
Mientras tanto, las negociaciones de paz no están en buenas condiciones. Israel está en una postura muy beligerante. Incluso el ex Primer Ministro israelí, Ehud Olmert, dijo en entrevista con ILTV Israel News que la dirigencia israelí quiere que Irán los ataque para tener una excusa para “sacar a todos los palestinos de los territorios”. En otras palabras, limpieza étnica.
La situación es muy oscura. El profesor de ciencias políticas y especialista en relaciones internacionales (profesor de la Universidad de Chicago), John Mearsheimer, no estaba convencido de que Israel estuviera implementando una estrategia genocida, pero durante Diciembre del año pasado se convenció de que sí era el caso. Coincide con el ex Primer Ministro Olmert en que los objetivos de Israel contemplan la limpieza étnica, y agrega que también lo son la masacre, el castigo sistemático a la población palestina en general.
Según Mearsheimer y como ya sabemos, Israel gobierna la mayoría del territorio de ambos países, en lo que él llama “El Gran Israel”. Tal como diversos informes de derechos humanos han declarado (incluyendo la organización israelí de derechos humanos, B’Tselem), Mearsheimer cree que el Gran Israel es un sistema de apartheid, como en Sudáfrica en el siglo pasado. Según el académico, para Israel la limpieza étnica sería importante para lidiar con el apartheid, pues un sistema tal no es sostenible a la larga.
El futuro de Palestina es incierto, y el de la región en general también. Los peligros de que el conflicto escale son reales, y según Mearsheimer, a pesar de su fuerza, Israel está metiéndose en serios problemas. La cosa no pinta bien.
Si quieres hacer una donación en ayuda a la población palestina refugiada, puedes hacerlo a través de la UNRWA.