Imagen: Víctor Jara (Fuente)

Víctor Jara fue un icónico artista e intelectual. Músico y cantautor, escritor, profesor y director de teatro. Un tipo, dicen quienes le conocieron, muy piola, muy amable; derechamente un pancito de Dios. Su trágica y horrorosa muerte (hace exactamente 52 años) —en manos de los lacayos de la derecha chilena de la época— interrumpió no sólo un proyecto de vida, una carrera, amistades y amores, sino también algo en todos nosotros, en nuestros corazones. Un destino oscuro que miles habrían de compartir, como sabemos. Aquí presentamos una de sus últimas obras, grabada el mismo ’73, donde Víctor advierte y denuncia la amenaza por venir, y expresa a su vez su pasión y esperanza por un mundo distinto.

Profunda y sentida, bella obra que resuena con fuerza en todos quienes compartimos el anhelo de Víctor, y en quienes sigue la preocupación viva sobre el futuro de la violencia en Chile, país donde todos los candidatos de derecha para las elecciones presidenciales de este año son abiertamente pinochetistas, aunque intenten pasar como gente piola (como canta Victor, «Quieren ocultar la infamia / Que legaron desde siglos / Pero el color de asesinos / No borrarán de su cara»).

El martirio de Víctor quedó retratado en lo que conocemos como su último poema, conocido de distintas maneras como «Somos cinco mil», «Estadio Chile» o «Canto que mal me sales». Registramos en este medio anteriormente ese poema con un fragmento del libro Un canto truncado de Joan Jara, viuda de Víctor, donde hace un recuento de lo que logró averiguar sobre las cosas que vivió su esposo en esos fatídicos días.

La canción se entiende mejor también en el contexto histórico del momento: sólo en lo que llevaban del siglo pasado, para esos años ya habían ocurrido numerosas masacres en responsabilidad de autoridades y elites chilenas.

Pero ni Víctor ni, me atrevo a decir, nadie, es sólo una víctima. Somos agentes, focos de acción, sentimiento y creatividad, y nuestras acciones hacen una diferencia (por modesta que sea por sí sola). Apreciamos a las personas como él porque, ante todo, fueron personas creativas y luchadoras; porque, también, simplemente eran nuestros amigos, hermanos, hijos, padres, abuelos…

La canción que les presentamos en esta nota refleja esta cuestión, y especialmente para quienes la escuchamos después de todo lo que pasó. Por un lado, la canción (del album Manifiesto, publicado el ’74 aunque, como dije, grabado el ’73) hace de oscuro presagio sobre lo que iba a venir. Por otro, haciendo referencia al poeta español Miguel Hernández (la misma idea de «vientos del pueblo» viene de ahí), expresa tanto un anhelo como una confianza y esperanza liberadora. Vale la pena citar a Paulette R. Fernández para Revista Oropel, en la manera que explica la referencia que hace Víctor Jara a la poesía del poeta español con la idea de los «vientos del pueblo» (el destacado es nuestro):

Viento del pueblo, tres palabras que comparten los títulos de dos obras que se separan por un océano; dos lugares de enunciación distintos que guardan una relación estrecha en cuanto a temáticas escriturales. Si bien las obras fueron escritas con años de diferencia, los temas centrales siguen siendo tan vigentes como lo fueron al momento de ser plasmado en poemas y canciones. Miguel Hernández escribió su poemario Vientos del pueblo entre 1936 y 1937, mientras que Víctor Jara compone su canción con el mismo título en el año 1973. Casi 40 años separan a las obras, y sin embargo los versos de cada una mantienen un vínculo que destaca los horrores de las vivencias experimentadas por los autores y sus pueblos. No es casual que el título de sus obras sea “Viento del pueblo”, que propone una entrada de lectura que destaca el rol del pueblo dentro del desarrollo de las historias. El viento, un elemento que describe liviandad, movimiento, lo imperecedero; aquello que sobrevive a cualquier catástrofe, pues es tan esencial como la tierra bajo nuestros pies.

Dicho todo esto a modo de presentación y contexto, les dejamos aquí la letra y la canción original grabada por Víctor. Se pueden encontrar versiones de la canción interpretadas por otros artistas en YouTube, Spotify y otras plataformas.

Vientos del Pueblo

De nuevo quieren manchar
Mi tierra con sangre obrera
Los que hablan de libertad
Y tienen las manos negras

Los que quieren dividir
A la madre de sus hijos
Y quieren reconstruir
La cruz que arrastrara Cristo

Quieren ocultar la infamia
Que legaron desde siglos
Pero el color de asesinos
No borrarán de su cara

Ya fueron miles y miles
Los que entregaron su sangre
Y en caudales generosos
Multiplicaron los panes

Ahora quiero vivir
Junto a mi hijo y mi hermano
La primavera que todos
Vamos construyendo a diario

No me asusta la amenaza
Patrones de la miseria
La estrella de la esperanza
Continuará siendo nuestra

Vientos del pueblo me llaman
Vientos del pueblo me llevan
Me esparcen el corazón
Y me aventan la garganta
Así cantará el poeta
Mientras el alma me suene
Por los caminos del pueblo
Desde ahora y para siempre