Cuentos: Allende y la UP

Cuando ayer

Por David Jesús Avello Gaete Recuerdo que la multitud surgía de todas las calles y pasajes, pero...

A cien metros del sillón presidencial

Por Domingo Antonio Aravena Vergara Era enero de 1974, trabajaba instalando máquinas de aire...

¡Malditos!

Imagen: Autor desconocido (Fuente) Jorge Ricardo León Sánchez Bajaba por calle Los Suspiros, rumbo...

La lechería

Por Salvador Neftalí Cáceres Manríquez Era agosto de 1969 en la hacienda Rupanco, cuatro de la...

El baúl

Por Juana Elizabeth Vigueras Fernández A la abuela que ya partió… Ese año para la abuela, la...

El despertar de Carmencha

Por David Alejandro La Mura Ovalle Ese cuatro de septiembre de 1970, mi madre tenía sólo doce...

Hijos del medio litro de leche

Por Jaime A. Torres Guerrero Año ’71. La emoción, la alegría, el desbordamiento popular en las...

Testimonio III

Por Marlene Patricia Civilo García Mi hermana y yo fuimos criadas en un régimen absolutamente...

La empaná de perro 

Por Daniel Fredes Castro ¡Empanadas! ¡Empanadas calientes! gritaron afuera de la puerta, abrí, don...

El abrazo, el sentido y la razón

Por Paola Font Flores Llegué a la Alameda a eso de las 10:30. Ahí, ya se había reunido un grupo de...
Golpe

Golpe

Ser de la Unidad Popular en la población era de lo más natural, por primera vez los humildes, los
trabajadores y las familias enteras nos sentíamos parte de algo y empezamos a ser importantes y a
creernos que podíamos decidir nuestro destino.

Sentía mucha afinidad con los cabros militantes de la UP, que organizaban con alegría sus actividades en la población, abundaba un aire de colaboración, apoyo e integración: yo con mis dificultades para desplazarme, siempre tuve unos brazos amigos que me integraban a esa alegría.

Los bigotes del Chicho

Los bigotes del Chicho

Una vez que la leche caliente era servida a cada uno de los hermanos, la suave capa de nata se formaba en la superficie del tazón de plástico y, de pronto, la sonrisa se reflejaba en los bigotes blancos que la espuma hacía aparecer sobre los labios, cada cual con una expresión diferente en la cara haciendo morisquetas, el medio litro de leche venía como aporte alimenticio para cada uno y esas alegrías eran esperanzas de crecer fuertes, saludables y con muchas ganas de estudiar.

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